Hace un año, los trabajadores de la parrilla "Del Centro" sólo tenían una certeza: sabían cómo transformar un negocio vaciado en una empresa viable. Con esa premisa habían peleado por esa oportunidad durmiendo tres meses adentro del local de Santa Fe al 1100 hasta que se resolvieran las cuestiones legales que les permitieron reabrir como cooperativa. Mañana, apenas un año más tarde, celebrarán por partida doble: además de conservar el empleo, este breve lapso les dio la razón.
"Lo Mejor del Centro", el nuevo nombre de la parrilla, bien podría ser un adjetivo para el vacío a los tres quesos que se luce en el menú. También así se llama la cooperativa que formaron 14 ex empleados del restaurante como la mejor alternativa a quedar en la calle.
"En un año hicimos lo que el dueño no hizo en 15. Pusimos nuevos equipos de aire acondicionado, pintamos paredes, cambiamos los cuadros y vamos a estrenar vajilla y mantelería", resume Gustavo Gómez (36), sin olvidar que "hay que renovar mesas y sillas". Es uno de los socios de la cooperativa y "uno de los tres comodines": mozo, parrillero o adicionista según la necesidad. "Acá hacemos todo nosotros, menos cambiar la instalación de gas", explica desde la caja.
Entre los mozos que van y vienen bandeja en mano está el presidente de la cooperativa. "Somos los dueños, pero nadie lo nota. En ese sentido trabajamos como siempre", cuenta Sergio Zapata (41). Aparentemente tímido y de perfil bajo, sus compañeros lo eligieron al frente de la entidad por su buen manejo de las relaciones públicas. "Fue así. El es un bocho con los números y es el tesorero", explica Gustavo señalando a otro mozo y agregando que cuando no hay acuerdo en algo "se dirime votando. Pero tenemos la ventaja de conocernos desde hace 15 años".
"Conocíamos el manejo del negocio gastronómico, pero tuvimos que ir aprendiendo sobre la administración", advierte Sergio, a quien la experiencia también convirtió, en un año, en militante del movimiento cooperativista y de autogestión en el cual se enrola la parrilla. "Es apasionante", se entusiasma sin perder la calma, mientras Gustavo agrega: "Demostramos que los obreros pueden llevar adelante una empresa".
Mañana será la hora de los agradecimientos: al Movimiento de Empresas Recuperadas, a la Municipalidad, al apoyo inicial de los proveedores y a los clientes que no los abandonaron. Tras el brindis, el trabajo seguirá con la vista en nuevos proyectos: una sucursal en Pellegrini, la compra de un local, quién sabe. El tiempo ya no parece jugarles en contra. En apenas un año, convirtió aquella certeza en realidad.
Fuente: La Capital