Hoy, 19 de abril de 2008, nos encontramos reunidos para recordar y celebrar la instalación de la Carpa de la Dignidad en la calle Alcorta y frente a una Casa de gobierno vacía de poder legítimo y real y rodeada de vallas para que el pueblo - al que ellos dicen representar en un sistema democrático - no pueda acceder.
Muchos recuerdos reviven en nosotros ante este aniversario. Recuerdos con dosis de alegría, bronca e impotencia.
Alegría porque la Carpa de la Dignidad fue una demostración palpable de que el pueblo de Río Gallegos había perdido el miedo y se atrevía a gritar sus reclamos para que - atravesando las vallas - llegaran a los oídos de los Funcionarios.
Alegría porque la Carpa de la Dignidad fue un paso - y sobre todo un avance - en la lucha por recuperar la dignidad del trabajador santacruceño que desde hacía muchos años estaban llevando a cabo los trabajadores.
Alegría porque fueron muchos los que sostuvieron la Carpa de la Dignidad: los que hacían las guardias a pesar del frío, la lluvia y el humo; los que pasaban a dar su apoyo traducido en miles de formas, los medios de comunicación que quebraron el cerco de silencio e hicieron que el conflicto trascendiera los limites de la provincia.
Bronca porque los reclamos no eran oídos, las movilizaciones eran minimizadas y las posturas ideológicas eran confundidas con ser producto de “manejos políticos” de sectores tan disímiles como el Partido Obrero, el radicalismo en la persona de Pirincho Roquel y la Iglesia católica en la persona del obispo Juan Carlos Romanín.
Bronca porque la democracia que el Gobierno se jactaba de detentar por la mayoría de votos era un simple formulismo que se ponía en acción en los momentos electorales, por eso el permanente refrán de “nos vemos en octubre”
Bronca porque los trabajadores que reclamaban por sus derechos eran considerados los “idiotas útiles” de fuerzas oscuras...
Y también impotencia porque la impunidad sigue vigente en Santa Cruz - apoyada nuevamente en la mayoría de votos en octubre del 2007.
Impunidad que se manifiesta en la represión contra los municipales que al día de hoy no ha castigado a los responsables. Impunidad porque los abogados que defendieron los derechos de los trabajadores están siendo querellados por la familia Kirchner.
Impunidad porque Varizat sigue paseándose por las calles de la Argentina como si los manifestantes atropellados no hubieran existido.
Impunidad porque de los insultos y mentiras vertidas por los funcionarios y periodistas sobre los reclamos de los trabajadores, ninguno de ellos se ha hecho responsable como si el viento hubiera llevado esas palabras y el agua hubiera borrado la letra escrita...
Muchas cosas más vienen a la mente, los ojos y los oídos de todos quienes fuimos testigos y artífices de esta Carpa de la Dignidad y de todas aquellas que se instalaron en las localidades de la provincia , pero fundamentalmente la Alegría de saber que si el año pasado nos pusimos de pie, nos convertimos en dignos herederos de los peones masacrados en las Huelgas del año Veinte; que lo que conseguimos fue por nuestra lucha y no dádivas del gobierno y que si una vez nos levantamos y pudimos mantener por tanto tiempo y a pesar de tanta oposición la Carpa de la Dignidad seremos capaces de volver a hacerlo!!!!
Río Gallegos, 19 de abril de 2008
Lic. M. de los Milagros Pierini, Prof. Gabriel E. Porras
Equipo de la Cátedra Problemática de los Derechos Humanos. UNPA / UARG
Equipo de Trabajo del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos