Estos medios de Argentina, Francia, Escocia, España y Uruguay son propiedad de sus periodistas, un modelo que blinda su independencia
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha vuelto a poner en el centro del debate la propiedad de los medios. Pocos días antes de las elecciones de 2024, el dueño multimillonario del Washington Post, Jeff Bezos, impidió que su periódico respaldara a Kamala Harris. Como consecuencia, hasta 250.000 lectores cancelaron sus suscripciones y la empresa perdió alrededor del 10% de esos ingresos.
"Cuando se trata de la apariencia de conflicto, no soy el propietario ideal del Post", escribió Bezos en un ensayo en el que reconocía las complejidades de su papel. "Puedes ver mi riqueza y mis intereses empresariales como un baluarte contra la intimidación, o puedes verlos como una red de intereses en conflicto. Sólo mis propios principios pueden inclinar la balanza de uno u otro lado".
Bezos, cuya empresa donó un millón de dólares a la toma de posesión de Donald Trump y firmó un acuerdo de 40 millones de dólares para un documental sobre la vida de su esposa, es un ejemplo extremo de un problema que se reproduce en muchos otros países: el riesgo de que poderosos propietarios influyan en las decisiones editoriales de los medios.
Pero éste no es el único modelo de propiedad viable. Muchos medios digitales son ahora propiedad de periodistas en un modelo que protege su trabajo de influencias indebidas, tanto políticas como empresariales. He hablado con directores, editores o fundadores de cinco de estos medios en Uruguay, Escocia, Argentina, España y Francia para explorar cómo funcionan estos modelos y cuáles son los retos y oportunidades que plantean.
Una diversidad de estructuras propiedad de los empleados
Según un informe de 2023 de la Media Reform Coalition de la Universidad Goldsmiths, el 90% del mercado periodístico nacional del Reino Unido está controlado por tres empresas. Otros informes similares señalan la concentración de medios en España, Francia y Argentina.
Algunas empresas de medios han decidido forjar su propio camino en estos países, desafiando las estructuras tradicionales de propiedad. Pero no existe un modelo único en lo que se refiere a los medios que son propiedad de periodistas.
El West Highland Free Press se convirtió en un periódico propiedad de sus empleados en 2009. Cuando se jubilaron, los propietarios originales dieron a sus empleados la oportunidad de hacerse con el control de la empresa.
El Free Press es un pequeño periódico semanal hiperlocal que cubre las Highlands occidentales de Escocia, con una tirada de unos 3.000 ejemplares semanales. Tiene cinco empleados y trabaja con algunos freelancers. Su actual director, Keith MacKenzie, que trabaja allí desde hace dos décadas, es ahora uno de los cinco accionistas de la empresa.
"Se creó una fundación que es propiedad de los empleados. Los empleados pusieron algo de dinero y luego hubo cierta financiación", explica MacKenzie. "Cuando dejas la empresa, tus acciones se van contigo, básicamente, pero se espera que cualquier empleado se convierta en propietario además de empleado".
Otros medios que son propiedad de sus empleados han ampliado sus operaciones a escala nacional. Un buen ejemplo es el periódico Tiempo Argentino, que quedó a merced de sus empleados después de que sus propietarios lo cerraran en 2015. Pocos meses después, sus periodistas formaron una cooperativa para mantener la redacción a flote.
Durante una entrevista reciente, la actual presidenta de la cooperativa, Malena Winer, explicó que los empleados aprendieron a establecer y gestionar una cooperativa desde cero para salvar el periódico. Ella misma pasó de ser jefa de correctores a ser la responsable de la cooperativa.
"Nos adscribimos a la tradición cooperativista que tiene más de 100 años y que es muy fuerte acá en Argentina y también a la tradición de las empresas recuperadas por sus empleados", dice Winer. "Pertenecemos a esas dos tradiciones".
Dos medios influyentes en España y Francia
Otro medio que es propiedad de sus empleados es elDiario.es, uno de los más leídos e influyentes de España. A principios de este mes superó los 100.000 suscriptores. El 40% de sus ingresos proceden de los lectores y la mayor parte del resto de la publicidad. Su director y fundador, Ignacio Escolar, es el principal accionista de la empresa, con el 40% de las acciones. La mayor parte del resto se reparte entre otros periodistas que trabajan para el periódico.
elDiario.es se lanzó en 2012 en medio de una profunda recesión, en un momento en el que algunos medios estaban cerrando. Tras el cierre del periódico para el que trabajaba, Escolar decidió lanzar un nuevo tipo de medio. "Entonces lo que hacemos es juntarnos un grupo de periodistas y poner en marcha elDiaro.es con la idea de poner en marcha nosotros el proyecto para controlarlo", explica Escolar sobre la idea del periódico, cuyos periodistas han publicado en la última década contundentes investigaciones sobre políticos y empresas.
El diario francés Mediapart lo lanzó el periodista Edwy Plenel junto a algunos colegas con un objetivo similar. Sin embargo, a diferencia de elDiario.es, Mediapart creó en 2019 una fundación en la que colocó el 100% de su capital en "una estructura sin ánimo de lucro que lo delimitará y garantizará que no pueda ser comprado o vendido en el futuro".
Carine Fouteau, presidenta y editora de Mediapart, me dijo que este acuerdo les permite ser independientes incluso de sus cuatro periodistas fundadores. "Esto significa que nuestro capital y nuestros activos son propiedad de esta fundación y que a partir de esta fecha ya no podemos ser vendidos ni comprados por nadie", dijo. "Hemos creado esta estructura que nos permite ser independientes para siempre".
Le pregunté a Escolar por qué elDiario.es no ha adoptado la nueva estructura de propiedad de Mediapart como forma de garantizar su propia independencia. No lo descarta para el futuro. Pero subraya que ya están limitados en lo que pueden y no pueden hacer por un estatuto que fue aprobado por los suscriptores del periódico en 2023.
"En el estatuto el próximo nombramiento de director (cuando yo ya no lo sea) tendrá que hacerse a una propuesta del consejo de administración del periódico y tendrá que ser aprobado por la redacción de elDiario.es en una votación vinculante", explica. "Ese nombramiento también tendrá que ser aprobado por los 100.000 socios y socias de elDiario.es".
Periodismo independiente, sin ataduras
Todos los medios con los que hablé destacaron cómo esta estructura de propiedad les ha permitido liberarse de las cadenas de posibles conflictos de intereses. Al fin y al cabo, son ellos los que mandan, en lugar de una entidad poderosa a la que tienen que responder.
Uval, de La Diaria, dice que su modelo es la base de su independencia. Al ser parte de un grupo de trabajadores cuyo futuro depende de su periodismo, los empleados del periódico son más conscientes de que están trabajando por un fin común: proteger el periodismo de cualquier presión externa.
"Lo que estamos viendo a nivel global y en Uruguay es una concentración de la propiedad de los medios y de las plataformas," dice Ulvade. "Hay una mayor concentración de ese poder económico y queda poco espacio para el periodismo independiente."
La Diaria publicó recientemente una investigación sobre un escándalo que afecta a las inversiones ganaderas. Más de 4.000 personas pusieron su dinero en el mayor fondo de inversiones ganaderas de Uruguay, que ahora está en quiebra y se niega a devolver el dinero. Según Uval, se trata de una empresa que invierte mucho dinero en publicidad en muchos medios del país.
"Medios muy respetables no están informando sobre el tema o están informando de manera muy sesgada", dice. "Al no tener ningún tipo de atadura, nosotros hemos podido informar sobre esto sin ningún tipo de problema".
Argentina es también un país donde el sector agroalimentario es muy importante. Winer, de Tiempo Argentino, explicó que el periódico decidió rechazar las tentadoras ofertas de las multinacionales agrícolas para poder contar historias sobre cómo contaminan estas empresas. Contó también que una empresa de comida rápida se ofreció a pagar un anuncio de una página entera en su periódico para promover oportunidades de empleo para los jóvenes.
"Esa oferta nos habría salvado unos dos meses de todo lo que cobraba cada compañero", dice Winer. "Pero nosotros estábamos construyendo un medio para ser dueños de nuestras propias palabras".
Fouteau, de Mediapart, describe un entorno mediático en el que la mayoría de los medios del país son propiedad de un puñado de multimillonarios.
"Quieren tener más influencia en la política y los negocios", dice Fouteau. "Nuestra principal misión es publicar historias de interés público, pedir cuentas a los poderes y poner a nuestros gobernantes frente a sus responsabilidades. Si queremos hacerlo, tenemos que ser muy independientes de cualquiera".
La mayor parte de los ingresos de Mediapart proceden de sus 220.000 suscriptores. elDiario.es tiene más de 100.000 socios, pero sólo representan el 40% de sus ingresos, ya que la mayor parte del resto procede de la publicidad. Ningún anunciante aporta más del 10% de los ingresos totales del periódico, dijo Escolar. Cuando planifican su presupuesto anual, añade, siempre dejan un margen del 10% para poder mantener el medio a flote incluso si su principal anunciante se retira.
"Estamos creciendo más fuerte en ingresos de lectores que en publicidad y otros ingresos", dice Escolar. "Pero hemos podido hacer todo esto precisamente porque no tenemos terrenos vedados. Intentamos hacer las cosas de la manera más rigurosa. Cuando hay informaciones que no publicamos, el factor no puede ser porque hay un anunciante de por medio".
La comunidad importa
El apoyo de la audiencia siempre ha sido fundamental para la mayoría de los medios con los que hablé.
Cuando Tiempo Argentino cerró por primera vez en 2016, la nueva versión del periódico no habría sido posible sin sus lectores. Sin el dinero de sus anteriores propietarios, los periodistas se asociaron con una cooperativa de impresión que aceptó imprimir 30.000 ejemplares del periódico y pagarles sílo una vez que los vendieran y cobraran el dinero. Vendieron todos los ejemplares que habían impreso.
Esta experiencia les inspiró para poner en marcha un modelo de ingresos basado en gran medida en la audiencia. Hoy el periódico tiene 85 accionistas. Aunque antes se financiaba sobre todo con sus propios lectores, la situación económica de Argentina ha reducido sus ingresos por lectores al 35%. El resto de sus ingresos vienen de la publicidad (45%) y de su fondo de ahorro (20%).
Para el escocés West Highland Free Press, los lectores son un aspecto crucial en su misión. El periódico se sostiene gracias a una combinación de lectores que compran un ejemplar físico cada semana, suscripciones, y publicidad local y nacional. MacKenzie, director del periódico, afirma que su modelo de propiedad les permite conectar más estrechamente con su comunidad local.
"Las personas que escriben en el periódico y son sus propietarios viven en sus comunidades locales y están muy implicadas en ellas", explica MacKenzie. "Su propiedad no es distante. Su propiedad reacciona a las demandas de su comunidad. Tiene una relación muy estrecha con sus vecinos y sabe cómo funciona la comunidad".
La Diaria de Uruguay también depende en gran medida de los ingresos de los lectores. Hasta el 86% de sus ingresos procede de sus más de 21.000 suscriptores, y el resto de la publicidad. Haciéndose eco de la opinión de MacKenzie, Uval subrayó la importante conexión entre los periodistas propietarios del medio y la comunidad sobre la que informan. Me contó que han iniciado conversaciones para cambiar su estructura de gobierno, de modo que los propios lectores puedan ser también accionistas.
"Esta alianza entre trabajadores y comunidades, público y trabajadores, me parece la forma más viable de garantizar que el periodismo independiente siga existiendo, y es también la forma de que el propio periodismo sea sostenible", afirmó Uval.
Los periodistas Neus Tomàs, Ignacio Escolar y Juanlu Sánchez en el evento en el que elDiario.es celebró sus 100.000 subscriptores
Por: Gretel KahnEl regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha vuelto a poner en el centro del debate la propiedad de los medios. Pocos días antes de las elecciones de 2024, el dueño multimillonario del Washington Post, Jeff Bezos, impidió que su periódico respaldara a Kamala Harris. Como consecuencia, hasta 250.000 lectores cancelaron sus suscripciones y la empresa perdió alrededor del 10% de esos ingresos.
"Cuando se trata de la apariencia de conflicto, no soy el propietario ideal del Post", escribió Bezos en un ensayo en el que reconocía las complejidades de su papel. "Puedes ver mi riqueza y mis intereses empresariales como un baluarte contra la intimidación, o puedes verlos como una red de intereses en conflicto. Sólo mis propios principios pueden inclinar la balanza de uno u otro lado".
Bezos, cuya empresa donó un millón de dólares a la toma de posesión de Donald Trump y firmó un acuerdo de 40 millones de dólares para un documental sobre la vida de su esposa, es un ejemplo extremo de un problema que se reproduce en muchos otros países: el riesgo de que poderosos propietarios influyan en las decisiones editoriales de los medios.
Pero éste no es el único modelo de propiedad viable. Muchos medios digitales son ahora propiedad de periodistas en un modelo que protege su trabajo de influencias indebidas, tanto políticas como empresariales. He hablado con directores, editores o fundadores de cinco de estos medios en Uruguay, Escocia, Argentina, España y Francia para explorar cómo funcionan estos modelos y cuáles son los retos y oportunidades que plantean.
Una diversidad de estructuras propiedad de los empleados
Según un informe de 2023 de la Media Reform Coalition de la Universidad Goldsmiths, el 90% del mercado periodístico nacional del Reino Unido está controlado por tres empresas. Otros informes similares señalan la concentración de medios en España, Francia y Argentina.
Algunas empresas de medios han decidido forjar su propio camino en estos países, desafiando las estructuras tradicionales de propiedad. Pero no existe un modelo único en lo que se refiere a los medios que son propiedad de periodistas.
El West Highland Free Press se convirtió en un periódico propiedad de sus empleados en 2009. Cuando se jubilaron, los propietarios originales dieron a sus empleados la oportunidad de hacerse con el control de la empresa.
El Free Press es un pequeño periódico semanal hiperlocal que cubre las Highlands occidentales de Escocia, con una tirada de unos 3.000 ejemplares semanales. Tiene cinco empleados y trabaja con algunos freelancers. Su actual director, Keith MacKenzie, que trabaja allí desde hace dos décadas, es ahora uno de los cinco accionistas de la empresa.
"Se creó una fundación que es propiedad de los empleados. Los empleados pusieron algo de dinero y luego hubo cierta financiación", explica MacKenzie. "Cuando dejas la empresa, tus acciones se van contigo, básicamente, pero se espera que cualquier empleado se convierta en propietario además de empleado".
Otros medios que son propiedad de sus empleados han ampliado sus operaciones a escala nacional. Un buen ejemplo es el periódico Tiempo Argentino, que quedó a merced de sus empleados después de que sus propietarios lo cerraran en 2015. Pocos meses después, sus periodistas formaron una cooperativa para mantener la redacción a flote.
Durante una entrevista reciente, la actual presidenta de la cooperativa, Malena Winer, explicó que los empleados aprendieron a establecer y gestionar una cooperativa desde cero para salvar el periódico. Ella misma pasó de ser jefa de correctores a ser la responsable de la cooperativa.
"Nos adscribimos a la tradición cooperativista que tiene más de 100 años y que es muy fuerte acá en Argentina y también a la tradición de las empresas recuperadas por sus empleados", dice Winer. "Pertenecemos a esas dos tradiciones".
En el vecino Uruguay, uno de los periódicos más leídos del país es La Diaria, un medio rentable con más de 21.000 suscriptores en un país de tres millones de habitantes. Con 170 empleados, La Diaria funciona con el mismo modelo cooperativo. Después de tres meses trabajando para el periódico, los empleados tienen la opción de unirse a la cooperativa o ser sólo empleados.
Cuando pregunté a la directora Natalia Uval por qué un empleado querría unirse a la cooperativa, me dijo que a los periodistas les atrae tener poder de decisión sobre el futuro del periódico.
"La Diaria por el momento no ha repartido dividendos de la cooperativa y no tenemos por lo menos la idea de hacerlo en el corto plazo", dice Uval. "Si tenemos ganancias, queremos reinvertirlas o quizás generar algún fondo de apoyo al periodismo. Así pues, en realidad, el beneficio que tiene un periodista es poder resolver sobre decisiones estratégicas de la empresa".
Cuando pregunté a la directora Natalia Uval por qué un empleado querría unirse a la cooperativa, me dijo que a los periodistas les atrae tener poder de decisión sobre el futuro del periódico.
"La Diaria por el momento no ha repartido dividendos de la cooperativa y no tenemos por lo menos la idea de hacerlo en el corto plazo", dice Uval. "Si tenemos ganancias, queremos reinvertirlas o quizás generar algún fondo de apoyo al periodismo. Así pues, en realidad, el beneficio que tiene un periodista es poder resolver sobre decisiones estratégicas de la empresa".
Dos medios influyentes en España y Francia
Otro medio que es propiedad de sus empleados es elDiario.es, uno de los más leídos e influyentes de España. A principios de este mes superó los 100.000 suscriptores. El 40% de sus ingresos proceden de los lectores y la mayor parte del resto de la publicidad. Su director y fundador, Ignacio Escolar, es el principal accionista de la empresa, con el 40% de las acciones. La mayor parte del resto se reparte entre otros periodistas que trabajan para el periódico.
elDiario.es se lanzó en 2012 en medio de una profunda recesión, en un momento en el que algunos medios estaban cerrando. Tras el cierre del periódico para el que trabajaba, Escolar decidió lanzar un nuevo tipo de medio. "Entonces lo que hacemos es juntarnos un grupo de periodistas y poner en marcha elDiaro.es con la idea de poner en marcha nosotros el proyecto para controlarlo", explica Escolar sobre la idea del periódico, cuyos periodistas han publicado en la última década contundentes investigaciones sobre políticos y empresas.
El diario francés Mediapart lo lanzó el periodista Edwy Plenel junto a algunos colegas con un objetivo similar. Sin embargo, a diferencia de elDiario.es, Mediapart creó en 2019 una fundación en la que colocó el 100% de su capital en "una estructura sin ánimo de lucro que lo delimitará y garantizará que no pueda ser comprado o vendido en el futuro".
Carine Fouteau, presidenta y editora de Mediapart, me dijo que este acuerdo les permite ser independientes incluso de sus cuatro periodistas fundadores. "Esto significa que nuestro capital y nuestros activos son propiedad de esta fundación y que a partir de esta fecha ya no podemos ser vendidos ni comprados por nadie", dijo. "Hemos creado esta estructura que nos permite ser independientes para siempre".
La periodista Carine Fouteau y el fundador de Mediapart Edwy Plenel en su conferencia de prensa anual en marzo de 2019
La estructura es la siguiente: Mediapart ha creado un fondo especial denominado FPL. Este fondo es propietario de Mediapart a través de otra estructura, la Société pour la Protection de l'Indépendance de Mediapart (SPIM), de modo que ninguna empresa privada o inversor puede hacerse con el control. Esto significa que Mediapart es ahora propiedad al 100% de esta organización sin ánimo de lucro y que todo el dinero que gana revierte en la empresa.
Le pregunté a Escolar por qué elDiario.es no ha adoptado la nueva estructura de propiedad de Mediapart como forma de garantizar su propia independencia. No lo descarta para el futuro. Pero subraya que ya están limitados en lo que pueden y no pueden hacer por un estatuto que fue aprobado por los suscriptores del periódico en 2023.
"En el estatuto el próximo nombramiento de director (cuando yo ya no lo sea) tendrá que hacerse a una propuesta del consejo de administración del periódico y tendrá que ser aprobado por la redacción de elDiario.es en una votación vinculante", explica. "Ese nombramiento también tendrá que ser aprobado por los 100.000 socios y socias de elDiario.es".
Periodismo independiente, sin ataduras
Todos los medios con los que hablé destacaron cómo esta estructura de propiedad les ha permitido liberarse de las cadenas de posibles conflictos de intereses. Al fin y al cabo, son ellos los que mandan, en lugar de una entidad poderosa a la que tienen que responder.
Uval, de La Diaria, dice que su modelo es la base de su independencia. Al ser parte de un grupo de trabajadores cuyo futuro depende de su periodismo, los empleados del periódico son más conscientes de que están trabajando por un fin común: proteger el periodismo de cualquier presión externa.
"Lo que estamos viendo a nivel global y en Uruguay es una concentración de la propiedad de los medios y de las plataformas," dice Ulvade. "Hay una mayor concentración de ese poder económico y queda poco espacio para el periodismo independiente."
La Diaria publicó recientemente una investigación sobre un escándalo que afecta a las inversiones ganaderas. Más de 4.000 personas pusieron su dinero en el mayor fondo de inversiones ganaderas de Uruguay, que ahora está en quiebra y se niega a devolver el dinero. Según Uval, se trata de una empresa que invierte mucho dinero en publicidad en muchos medios del país.
"Medios muy respetables no están informando sobre el tema o están informando de manera muy sesgada", dice. "Al no tener ningún tipo de atadura, nosotros hemos podido informar sobre esto sin ningún tipo de problema".
Argentina es también un país donde el sector agroalimentario es muy importante. Winer, de Tiempo Argentino, explicó que el periódico decidió rechazar las tentadoras ofertas de las multinacionales agrícolas para poder contar historias sobre cómo contaminan estas empresas. Contó también que una empresa de comida rápida se ofreció a pagar un anuncio de una página entera en su periódico para promover oportunidades de empleo para los jóvenes.
"Esa oferta nos habría salvado unos dos meses de todo lo que cobraba cada compañero", dice Winer. "Pero nosotros estábamos construyendo un medio para ser dueños de nuestras propias palabras".
Fouteau, de Mediapart, describe un entorno mediático en el que la mayoría de los medios del país son propiedad de un puñado de multimillonarios.
"Quieren tener más influencia en la política y los negocios", dice Fouteau. "Nuestra principal misión es publicar historias de interés público, pedir cuentas a los poderes y poner a nuestros gobernantes frente a sus responsabilidades. Si queremos hacerlo, tenemos que ser muy independientes de cualquiera".
La mayor parte de los ingresos de Mediapart proceden de sus 220.000 suscriptores. elDiario.es tiene más de 100.000 socios, pero sólo representan el 40% de sus ingresos, ya que la mayor parte del resto procede de la publicidad. Ningún anunciante aporta más del 10% de los ingresos totales del periódico, dijo Escolar. Cuando planifican su presupuesto anual, añade, siempre dejan un margen del 10% para poder mantener el medio a flote incluso si su principal anunciante se retira.
"Estamos creciendo más fuerte en ingresos de lectores que en publicidad y otros ingresos", dice Escolar. "Pero hemos podido hacer todo esto precisamente porque no tenemos terrenos vedados. Intentamos hacer las cosas de la manera más rigurosa. Cuando hay informaciones que no publicamos, el factor no puede ser porque hay un anunciante de por medio".
La comunidad importa
El apoyo de la audiencia siempre ha sido fundamental para la mayoría de los medios con los que hablé.
Cuando Tiempo Argentino cerró por primera vez en 2016, la nueva versión del periódico no habría sido posible sin sus lectores. Sin el dinero de sus anteriores propietarios, los periodistas se asociaron con una cooperativa de impresión que aceptó imprimir 30.000 ejemplares del periódico y pagarles sílo una vez que los vendieran y cobraran el dinero. Vendieron todos los ejemplares que habían impreso.
Esta experiencia les inspiró para poner en marcha un modelo de ingresos basado en gran medida en la audiencia. Hoy el periódico tiene 85 accionistas. Aunque antes se financiaba sobre todo con sus propios lectores, la situación económica de Argentina ha reducido sus ingresos por lectores al 35%. El resto de sus ingresos vienen de la publicidad (45%) y de su fondo de ahorro (20%).
Para el escocés West Highland Free Press, los lectores son un aspecto crucial en su misión. El periódico se sostiene gracias a una combinación de lectores que compran un ejemplar físico cada semana, suscripciones, y publicidad local y nacional. MacKenzie, director del periódico, afirma que su modelo de propiedad les permite conectar más estrechamente con su comunidad local.
"Las personas que escriben en el periódico y son sus propietarios viven en sus comunidades locales y están muy implicadas en ellas", explica MacKenzie. "Su propiedad no es distante. Su propiedad reacciona a las demandas de su comunidad. Tiene una relación muy estrecha con sus vecinos y sabe cómo funciona la comunidad".
La Diaria de Uruguay también depende en gran medida de los ingresos de los lectores. Hasta el 86% de sus ingresos procede de sus más de 21.000 suscriptores, y el resto de la publicidad. Haciéndose eco de la opinión de MacKenzie, Uval subrayó la importante conexión entre los periodistas propietarios del medio y la comunidad sobre la que informan. Me contó que han iniciado conversaciones para cambiar su estructura de gobierno, de modo que los propios lectores puedan ser también accionistas.
"Esta alianza entre trabajadores y comunidades, público y trabajadores, me parece la forma más viable de garantizar que el periodismo independiente siga existiendo, y es también la forma de que el propio periodismo sea sostenible", afirmó Uval.
Fotos: Elvira Megías, elDiario.es y Benoit Tessier, Reuters
Fuente: Reuters Institute