Marc Murtra, presidente ejecutivo de Telefónica
Por: Ignacio del Castillo/Pepe Bravo
Telefónica quiere tener cerrada la venta de su negocio en Argentina antes del verano. Ya ha recibido ofertas de cinco empresas del sector, incluida América Móvil, propiedad de Carlos Slim. La valoración de Telefónica Argentina se sitúa en torno a los mil millones. La operadora también venderá Perú y Colombia.
Telefónica está acelerando el proceso de venta de la filial en Argentina con la idea de poder cerrarla “lo antes posible”, previsiblemente antes de verano, y para ello ya ha recibido muestras de interés de cinco potenciales compradores del negocio en el país sudamericano, con los que ya ha cerrado los correspondientes acuerdos de confidencialidad (non disclosure agreement o NDA) para compartir información confidencial y sensible de la filial. Entre ellos figura la mayor teleco de Latinoamérica, la mexicana América Móvil, controlada por el magnate Carlos Slim, según confirman fuentes conocedoras del proceso a Expansión. Está previsto que la presentación de ofertas no vinculantes se produzca en las próximas semanas y se estima que la valoración se sitúa en una horquilla alrededor de los mil millones de euros. Telefónica ha contratado a JPMorgan como asesor del proceso.
Grupos industriales
América Móvil, que opera a través de su marca Claro, ya es un competidor de Telefónica en Argentina, donde tiene amplia presencia en el negocio móvil y en los últimos años ha entrado también en el negocio fijo. Los principales mercados de Slim en las telecos de Latinoamérica son México, Brasil y Colombia, pero también está presente en Ecuador, Perú, Uruguay, Paraguay, Centroamérica y el Caribe, además de Argentina.
Los otros cuatro firmantes de los NDA son también grupos industriales, según las mismas fuentes.
Entre los candidatos potenciales para mostrar interés por las telecomunicaciones en Latinoamérica también figuran, según los analistas, la teleco francesa Iliad, propiedad del magnate Xavier Niel, así como la estadounidense Liberty Global, que es socia de Telefónica en Virgin Media O2, la filial que comparten al 50% en Reino Unido.
La prensa argentina también ha señalado a otros grupos industriales entre los potenciales candidatos, entre las que han figurado firmas locales argentinas como el grupo
En los últimos años, Telefónica cerró varios acuerdos con Slim en varios países de la zona
Werthein –un hólding diversificado presente en el sector agroganadero, alimentación, seguros y medios– y Olmos –un hólding presente en los sectores de salud, medios de comunicación, seguros y tecnología IT–. También aparece como candidato el grupo Clarín, un hólding diversificado, muy poderoso en prensa, radio y televisión pero que, además, es el principal accionista y el socio de control de Telecom Argentina, el mayor competidor de Telefónica en Argentina, por lo que una integración sería muy complicada desde el punto de vista de competencia.
Telefónica quiere tener cerrada la venta de su negocio en Argentina antes del verano. Ya ha recibido ofertas de cinco empresas del sector, incluida América Móvil, propiedad de Carlos Slim. La valoración de Telefónica Argentina se sitúa en torno a los mil millones. La operadora también venderá Perú y Colombia.
Telefónica está acelerando el proceso de venta de la filial en Argentina con la idea de poder cerrarla “lo antes posible”, previsiblemente antes de verano, y para ello ya ha recibido muestras de interés de cinco potenciales compradores del negocio en el país sudamericano, con los que ya ha cerrado los correspondientes acuerdos de confidencialidad (non disclosure agreement o NDA) para compartir información confidencial y sensible de la filial. Entre ellos figura la mayor teleco de Latinoamérica, la mexicana América Móvil, controlada por el magnate Carlos Slim, según confirman fuentes conocedoras del proceso a Expansión. Está previsto que la presentación de ofertas no vinculantes se produzca en las próximas semanas y se estima que la valoración se sitúa en una horquilla alrededor de los mil millones de euros. Telefónica ha contratado a JPMorgan como asesor del proceso.
Grupos industriales
América Móvil, que opera a través de su marca Claro, ya es un competidor de Telefónica en Argentina, donde tiene amplia presencia en el negocio móvil y en los últimos años ha entrado también en el negocio fijo. Los principales mercados de Slim en las telecos de Latinoamérica son México, Brasil y Colombia, pero también está presente en Ecuador, Perú, Uruguay, Paraguay, Centroamérica y el Caribe, además de Argentina.
Los otros cuatro firmantes de los NDA son también grupos industriales, según las mismas fuentes.
Entre los candidatos potenciales para mostrar interés por las telecomunicaciones en Latinoamérica también figuran, según los analistas, la teleco francesa Iliad, propiedad del magnate Xavier Niel, así como la estadounidense Liberty Global, que es socia de Telefónica en Virgin Media O2, la filial que comparten al 50% en Reino Unido.
La prensa argentina también ha señalado a otros grupos industriales entre los potenciales candidatos, entre las que han figurado firmas locales argentinas como el grupo
En los últimos años, Telefónica cerró varios acuerdos con Slim en varios países de la zona
Werthein –un hólding diversificado presente en el sector agroganadero, alimentación, seguros y medios– y Olmos –un hólding presente en los sectores de salud, medios de comunicación, seguros y tecnología IT–. También aparece como candidato el grupo Clarín, un hólding diversificado, muy poderoso en prensa, radio y televisión pero que, además, es el principal accionista y el socio de control de Telecom Argentina, el mayor competidor de Telefónica en Argentina, por lo que una integración sería muy complicada desde el punto de vista de competencia.
Competidores y socios
Aunque América Móvil es el principal competidor de Telefónica en Latinoamérica, y han competido duramente en muchos mercados, eso no ha impedido que hayan llegado a importantes acuerdos, como ha ocurrido también con la estadounidense Liberty Global. Así, Telefónica vendió en 2019 a América Móvil sus filiales en Guatemala y El Salvador, aunque luego rompieron el acuerdo por El Salvador
ante las duras condiciones impuestas y Telefónica buscó otro comprador. En 2020, Telefónica acordó con América Móvil y la italiana TIM repartirse los activos móviles de Oi, el cuarto operador de Brasil. Y a finales de 2024, Telefónica y Slim llegaron a un acuerdo para repartirse los activos de Wom, el cuarto operador de Chile,
aunque finalmente el proyecto no fructificó. Igualmente, tras la venta de la filial de Costa Rica al grupo Millicom –luego se arrepintió y abandonó el proceso–, Telefónica acabó traspasando el negocio costarricense a Liberty.
Perú y Colombia
Igualmente, la empresa española afronta también posibles desinversiones en Colombia y Perú. En Colombia cerró en julio de 2024 un acuerdo con Millicom para venderle la filial por 400 millones.
Pero la mayor preocupación de Telefónica es la filial de Perú, sobre la que ha reconocido haber mantenido contactos con potenciales compradores. La semana que viene se inicia un arbitraje de Telefónica con el Estado peruano ante el Ciadi, el organismo del Banco Mundial para dirimir controversias entre empresas y Estados.
Telefónica reclama a Perú hasta 1.122 millones de euros por daños y perjuicios fiscales, al considerar que la Sunat (la Hacienda peruana) actuó de forma arbitraria y abusiva. La Sunat reclama cientos de millones a Telefónica por diferencias fiscales que se remontan a 2002, hace 23 años, y donde más del 80% del importe reclamado son intereses.
Telefónica parece haber apretado el acelerador en la desinversión en algunos de sus negocios en Latinoamérica, dejando a un lado el estratégico negocio de Brasil, que forma junto a España, Alemania y Reino Unido el core del negocio y no está en venta. Pero del resto, es decir, los mercados que ahora están incluidos en la filial Hispam –Argentina, Perú, Chile, Colombia, México y Venezuela, principalmente–, todo está en venta desde hace años y si no se ha vendido ya ha sido porque no se han encontrado ofertas suficientemente atractivas. Es cierto que para los históricos de la firma española puede suponer un trauma deshacerse de un imperio que se construyó durante dos décadas, desde la primera entrada en Chile en 1989 a la compra de los negocios de Bellsouth en 2005 y en el que la operadora invirtió muchas decenas de miles de millones de euros. Pero la compañía arrastra desde hace años en su cotización el hándicap de su presencia en Latinoamérica. La teleco ha sido víctima de un círculo vicioso de inestabilidad política generalizada, inseguridad jurídica y fiscal y volatilidad de las monedas locales que, además, en los últimos años ha sido aderezada con la entrada en diferentes mercados nacionales de operadores hipercompetitivos –similares a Digi en España pero con ofertas aún más agresivas–, que han acabado de dar la puntilla a las filiales del grupo en la zona. Ya en 2019 se tomó la decisión de segregar estas filiales en un hólding donde el mandato era reducir en lo posible la exposición –y para ello se vendieron activos– y en que fueran autosuficientes y no demandasen recursos a la matriz. Pero no se había ido más allá. Pero ahora la llegada de Marc Murtra como presidente –que dispone de un apoyo explícito de un núcleo duro de al menos un 30% del capital– puede acelerar unas decisiones en países como Argentina y Perú, que pueden ser difíciles de asumir pero que permitirían simplificar la gestión de la teleco y la percepción de los inversores en los próximos años.
Foto: Juan Miguel Martin Cadenas
Aunque América Móvil es el principal competidor de Telefónica en Latinoamérica, y han competido duramente en muchos mercados, eso no ha impedido que hayan llegado a importantes acuerdos, como ha ocurrido también con la estadounidense Liberty Global. Así, Telefónica vendió en 2019 a América Móvil sus filiales en Guatemala y El Salvador, aunque luego rompieron el acuerdo por El Salvador
ante las duras condiciones impuestas y Telefónica buscó otro comprador. En 2020, Telefónica acordó con América Móvil y la italiana TIM repartirse los activos móviles de Oi, el cuarto operador de Brasil. Y a finales de 2024, Telefónica y Slim llegaron a un acuerdo para repartirse los activos de Wom, el cuarto operador de Chile,
aunque finalmente el proyecto no fructificó. Igualmente, tras la venta de la filial de Costa Rica al grupo Millicom –luego se arrepintió y abandonó el proceso–, Telefónica acabó traspasando el negocio costarricense a Liberty.
Perú y Colombia
Igualmente, la empresa española afronta también posibles desinversiones en Colombia y Perú. En Colombia cerró en julio de 2024 un acuerdo con Millicom para venderle la filial por 400 millones.
Pero la mayor preocupación de Telefónica es la filial de Perú, sobre la que ha reconocido haber mantenido contactos con potenciales compradores. La semana que viene se inicia un arbitraje de Telefónica con el Estado peruano ante el Ciadi, el organismo del Banco Mundial para dirimir controversias entre empresas y Estados.
Telefónica reclama a Perú hasta 1.122 millones de euros por daños y perjuicios fiscales, al considerar que la Sunat (la Hacienda peruana) actuó de forma arbitraria y abusiva. La Sunat reclama cientos de millones a Telefónica por diferencias fiscales que se remontan a 2002, hace 23 años, y donde más del 80% del importe reclamado son intereses.
Telefónica parece haber apretado el acelerador en la desinversión en algunos de sus negocios en Latinoamérica, dejando a un lado el estratégico negocio de Brasil, que forma junto a España, Alemania y Reino Unido el core del negocio y no está en venta. Pero del resto, es decir, los mercados que ahora están incluidos en la filial Hispam –Argentina, Perú, Chile, Colombia, México y Venezuela, principalmente–, todo está en venta desde hace años y si no se ha vendido ya ha sido porque no se han encontrado ofertas suficientemente atractivas. Es cierto que para los históricos de la firma española puede suponer un trauma deshacerse de un imperio que se construyó durante dos décadas, desde la primera entrada en Chile en 1989 a la compra de los negocios de Bellsouth en 2005 y en el que la operadora invirtió muchas decenas de miles de millones de euros. Pero la compañía arrastra desde hace años en su cotización el hándicap de su presencia en Latinoamérica. La teleco ha sido víctima de un círculo vicioso de inestabilidad política generalizada, inseguridad jurídica y fiscal y volatilidad de las monedas locales que, además, en los últimos años ha sido aderezada con la entrada en diferentes mercados nacionales de operadores hipercompetitivos –similares a Digi en España pero con ofertas aún más agresivas–, que han acabado de dar la puntilla a las filiales del grupo en la zona. Ya en 2019 se tomó la decisión de segregar estas filiales en un hólding donde el mandato era reducir en lo posible la exposición –y para ello se vendieron activos– y en que fueran autosuficientes y no demandasen recursos a la matriz. Pero no se había ido más allá. Pero ahora la llegada de Marc Murtra como presidente –que dispone de un apoyo explícito de un núcleo duro de al menos un 30% del capital– puede acelerar unas decisiones en países como Argentina y Perú, que pueden ser difíciles de asumir pero que permitirían simplificar la gestión de la teleco y la percepción de los inversores en los próximos años.
Foto: Juan Miguel Martin Cadenas
Fuente: Diario Expansión