"Esta causa es el primer juicio a los civiles que colaboraron con la dictadura y es una lucha decisiva" dijo Osvaldo Papaleo, durante su charla en el Concejo Deliberante. "Clarín y La Nación cometieron un delito de lesa humanidad y lo hicieron por dinero", sentenció
En una disertación tan entretenida como esclarecedora, Osvaldo Papaleo relató anoche los pormenores de la apropiación de Papel Prensa por parte de Clarín, La Nación y La Razón mediante un acuerdo con la dictadura que consideró una emblema de la colaboración civil con los gobiernos de facto. El hermano de Lidia Papaleo, viuda de David Graiver (dueño de Papel Prensa, fallecido en un misterioso accidente aéreo) disertó anoche en el Concejo Deliberante de Santa Rosa y recordó que durante casi 25 años de democracia "la clase política fue incapaz de juzgar a los cómplices civiles de la dictadura". "Ellos siempre creyeron que su poder era eterno, con la misma concepción eterna del poder que tuvieron los genocidas del proceso: no pensaban estar 8 sino 80 años en el poder y creían que quienes estuvimos en los campos de concentración no podríamos poder contar la película. Pero ocho años después los teníamos sentados en un banquillo", dijo. Según Papaleo, los civiles del proceso, "comandados por Martínez de Hoz, ideólogo de la venta facciosa de Papel Prensa, consiguieron un manto de impunidad: Wálter Klein, Podestá (secretario de Industria del proceso), Héctor Magneto (el CEO de Clarín), los escribanos y contadores que homologaron los balances, los abogados que certificaron reuniones, todos ellos fueron cómplices de un delito de lesa humanidad. Y lo hicieron por dinero", advirtió.
"El juicio por Papel Prensa es la batalla final, porque los militares octogenarios como Videla y Menéndez ya son abuelitos con más condenas de las que podrían sobrevivir. Ahora lo que interesa es llevar a Magnetto (Clarín) y Bartolomé Mitre (La Nación) ante la justicia". El tercero, Peralta Ramos (La Razón), murió hace dos meses.
Delito de lesa humanidad
Flanqueado por el subsecretario de Trabajo, Marcelo Pedehontáa, y el titular de UPCN-La Pampa, Jorge Lezcano, Papaleo advirtió que "la complicidad de la prensa con los golpes de estado no es algo novedoso" y recordó que el diario "Crítica, con Natalio Botana a la cabeza, fue autor intelectual del golpe a Hipólito Irigoyen". Explicó que apropiándose de la empresa de los Graiver "Clarín instaló en Argentina un monopolio del papel, el insumo más importante de los diarios, porque Clarín sería un diario más si no se hubiera apropiado de Papel Prensa. Pero en los '90, gracias al gobierno de Carlos Menem, tomó los medios audiovisuales y se quedó con todos los canales del interior".
Papaleo valoró "la decisión del gobierno nacional de enfrentar una situación originada en 1976, a partir del debate por la Ley de Medios y los exámenes de ADN a los hijos adoptivos de Ernestina". Terminada de la investigación "Papel Prensa: la Verdad", el Ejecutivo inició una causa judicial con "una denuncia formalizada por la Secretaría de DD.HH. con el testimonio de las víctimas, porque la Junta Militar y los tres diarios cometieron un delito de lesa humanidad para apoderarse de las acciones". Actualmente la causa está en manos del juez Corazza (La Plata), luego de que Daniel Rafecas se considerara incompetente tras comprobar que la causa "involucra también a Ramón Camps, el genocida que detuvo a los Graiver". Cuando se ampliaron los testimonios "cayó el velo y ahora estamos en la instancia de juzgar un crimen imprescriptible".
Por la mañana, en una entrevista concedida a Radio Noticias, Papaleo había revelado que "hace dos días los fiscales rechazaron un pedido de La Nación para ser parte del juicio, al considerar que los involucrados aquí son personas: Bartolomé Mitre y Magnetto, junto a Videla, Massera y el resto de los genocidas". "Es el primer juicio a civiles que colaboraron con la dictadura, por eso la ola que se formó y por eso salieron a opinar los que opinan".
Aunque fue testigo de las causa contra Camps, Etchecolatz, el médico Vergez (torturador del Puesto Vasco) y el cura Von Wernich ("soy uno de los pocos sobrevivientes entre quienes acusamos al sacerdote"), condenados a cadena perpetua, ninguna de esas causas "originó una ola de ataque periodístico a los testigos y defensa de los victimarios como este caso". Por eso el caso Papel Prensa "es central y define un aspecto fundamental de la democracia: la batalla final en defensa de la opinión pública", sentenció.
Un enemigo poderoso
"Enjuiciar a la prensa que colaboró con una dictadura resulta un hecho histórico en el mundo". Osvaldo Papaleo está convencido del rol que jugaron los medios que se apropiaron de Papel Prensa. "La editorial Atlántida con su slogan somos derechos y humanos, o la revista Somos, cuyos periodistas eran más jóvenes que hoy pero no menos infames, reprodujeron siempre la versión de la dictadura". Contó que mandó una carta documento a Somos y esa misma noche lo secuestró un grupo de tareas y fue trasladado al campo de concentración "Puesto Vasco". "Un militar me quería hacer firmar unos papeles. Sobre su escritorio tenía la carta documento original que yo había mandado a la revista", reveló.
Por eso reclamó "no subestimar al enemigo, un grupo poderoso que tiene comprados a jueces y legisladores y que maneja a la oposición". "Están jugados y son capaces de cualquier cosa, porque luchan por su libertad. Mitre y Magnetto podrían ir presos, porque no hay medida cautelar para un crimen de lesa humanidad, y por eso son enemigos temibles", reiteró.
Entre Fidel y Perón
Además de la importancia del tema abordado y la claridad con que expuso, la charla de Papaleo resultó entretenida por las anécdotas que contó, entre ellas una con Juan Domingo Perón y otra con Fidel Castro como protagonistas. Relató que en 1974 "Perón ya pensaba en el Mundial '78 y la televisión color. Durante una reunión, Perón explicó que Argentina no podía comprar la norma americana porque sería adoptar el color del imperio, ni tampoco la de Francia, porque los franceses eran muy sofisticados. "Son como el Peugeot, muy talleristas", decía. En cambio, proponía la norma PAL-N de los alemanes, porque "los compañeros de Villa Martelli podrán arreglar los televisores, como antes arreglaron los Mercedes Benz. Perón ya pensaba en la importancia de los medios y veía la importancia de la televisión", aseguró.
Respecto del líder cubano, relató que en noviembre de 1971, cuando Castro llegó a Chile ("Fidel y Allende juntos era dinamita") los periodistas argentinos cruzaron la cordillera. "Le preguntábamos sobre Argentina, pero a él sólo le interesaba Goar Mestre" (cubano disidente que fundó Proartel en 1960 y era dueño de Canal 13). "¿Dónde está ese gusano?", interrogaba Fidel. Le preguntaban por Lanusse (presidente de facto) pero él decía "está muy ocupado con Perón (ya amenazaba volver al país) y volvía a la carga con Goar Mestre: si ése vuelve a Cuba lo juzgaremos por traidor a la patria". "Sergio Villarroel estaba desesperado, trabajaba en Canal 13 y tenía que volver con la nota, pero Fidel sólo hablaba pestes de Goar Mestre, que era su patrón", recordó Papaleo.
El rol del Estado
Papaleo fue contundente sobre el rol del estado en Papel Prensa entre 1984 y 2009. "En este tema, no aclaremos que oscurece. El estado tiene el 28 por ciento de las acciones y siempre tuvo directores, pero los sueldos de Clarín para los directores de Papel Prensa son muy tranquilizadores y a ninguno le dan ganas de hacer preguntas ni remover nada. Era como una beca silenciosa. Luis Juez fue director de Papel Prensa durante la presidencia de Carlos Menem y nunca preguntó ni por qué puerta salía el papel. Es más, creo que ninguno de los directores del estado conoció la planta de San Pedro", aseguró.
Fuente: Diario La Arena