El juez Adrián Charvay, a cargo del juzgado Federal N° 2 en Campana, ordenó un importante despliegue de policías y funcionarios de ministerios nacionales para llevar adelante los allanamientos.
Durante los allanamientos se inspeccionaron las granjas, se relevó a todo el personal presente y se secuestraron venenos de diverso tipo. Sin embargo, los trabajadores denunciantes advirtieron que al menos en las granjas más tristemente celebres conocidas, la patronal ya estaba avisada y tuvo tiempo de limpiar los lugares.
Sostienen las organizaciones que “la conocida y fuerte vinculación de la empresa con el poder local le garantiza frecuentemente información reservada del juzgado, antes que este se disponga a intervenir. Cuando los allanamientos llegan, la limpieza de evidencias y el ocultamiento de trabajadores en negro o indocumentados se hace previamente y sin disimulo. Esa es la razón por la cual la empresa nunca es pescada in fraganti y quizás por ello en los allanamientos no se dispuso ni la clausura, ni la intervención judicial de las granjas”.
Gustavo agradeció la contratapa de la Revista Barcelona que pone al descubierto la trama de relaciones de los responsables de la muerte de Ezequiel Ferreira y el peligro que corren el resto de las niñas y los niños que trabajan en esas granjas.
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