La consultora reconoció que la industria del cable llega al 60% de los hogares y que fue pionera en la banda ancha, pero puso en duda que el sector promueva la competencia o que se desarrolló sin ayuda del Estado.
Luego de que el oficialismo dio dictamen favorable al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que podría ser sancionado el viernes, cuando se trate en la Cámara Alta, las principales empresas y cámaras que nuclean a los operadores expresaron públicamente su disconformidad con el proyecto. Tal fue el caso de la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC), que publicó en los principales diarios una solicitada, en la que sostuvo que de aprobarse la propuesta, el sector dejará de contar con redes de última generación, y tendrá “pocos canales, que terminarán siendo los que el Gobierno decida”.
La respuesta no se hizo esperar de parte de Carrier y Asociados, que si bien reconoció que cada uno de los actores en juego trata de resaltar sus virtudes y minimizar sus defectos, lo que ATVC hizo fue utilizar “argumentos flojos de papeles para sostener algo de dudosa veracidad”.
Desde la consultora, destacaron que la industria del cable en Argentina reúne varios méritos, como la penetración del servicio, que llega a más del 60% de los hogares, una de las tasas más altas del mundo. O que existen cientos de operadores de distinto calibre, que “hacen una importante contribución a la distribución y diversidad de los contenidos”, o que fue la pionera en de la banda ancha, a través de Fibertel, ganándole incluso a las telefónicas.
No obstante, evaluó que es “un argumento irritante” afirmar que es un sector de alta competitividad: “Que haya más de 700 operadores no quiere decir que compitan entre sí. Las industrias basadas en redes compiten dentro el alcance geográfico de las mismas, no dentro de la totalidad del territorio nacional”. Y agregó que una importante proporción de empresas opera en regiones donde son la única alternativa. “El resultado es que a pesar de estas 700 cableras, abundan los casos donde los habitantes tienen una única opción de proveedor de TV por cable”.
Por otro lado, observó que gran parte de la responsabilidad de esta situación recae sobre el Estado, que congeló el otorgamiento de nuevas licencias, una “medida ridícula”.
Al analizar el caso de la Ciudad de Buenos Aires, Carrier expresó que se frenó el ingreso de nuevos actores porque éstos exigían acciones que los “incumbentes” cableros no cumplían, como soterrar sus cableados. “Por eso, cuando desde ATVC sostienen que la industria se desarrolló sin exclusividades, es una afirmación que puede considerase al menos como discutible”.
“Finalmente, y en un acto de sincericidio, ATVC reconoce la debilidad de muchos de sus asociados. Lo hace cuando afirma que ´con cables pobres y fragmentados seguiremos teniendo redes atrasadas, con pocos canales que terminarán siendo los que el Gobierno decida´. Como dicen los abogados, a confesión de partes, relevo de pruebas”, expresa el texto publicado por la consultora.
Por último, evaluó que el proyecto de Ley no es la solución para estos problemas y desequilibrios, y que en su lugar, debería pensarse en una propuesta de Infraestructura digital, que no diferencie entre red de cable coaxil, par de cobre o fibra óptica, y que tenga una normativa independiente de los contenidos que por ésta viajen. “Es hora de despertar del letargo y darse cuenta de que vivimos en el siglo XXI”.
Fuente: CanalAR