viernes, 23 de diciembre de 2022

Uruguay: Periodistas de El Observador publicaron por su cuenta una nota censurada

El sindicato de la prensa señaló que se “afecta el desempeño profesional de la tarea periodística y, lo que es más grave aún, la calidad democrática del país”. Twitter fue la red en donde varios periodistas, e incluso editores de noticias de El Observador difundieron la nota redactada pero no publicada por una decisión de la dirección.
La Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) manifestó su “total solidaridad” y “respaldo” a los trabajadores del diario El Observador que “fueron objeto de un acto de censura promovida por los actuales propietarios del medio”, a raíz de la decisión editorial de no publicar la noticia de que el exjefe de seguridad presidencial Alejandro Astesiano le pidió a Jorge Berriel, subdirector ejecutivo de la Policía Nacional, que averiguara a dónde iba a viajar Lorena Ponce de León, exesposa del presidente Luis Lacalle Pou, en julio de este año.

El sindicato de la prensa manifestó en un comunicado que “esta lamentable decisión, que pretendió privar a los lectores del diario de una información que estaba debidamente confirmada, constituye un episodio grave que afecta la libertad de expresión y de trabajo de periodistas”. El martes, varios periodistas del medio, encabezado desde mayo por los empresarios argentinos Gerardo Werthein y Gabriel Hochbaum, publicaron en sus cuentas personales de Twitter un documento de Word con la nota, y APU indicó que el Consejo Directivo Central del gremio “posee información que da cuenta de la existencia de al menos una llamada desde el gobierno para que la información en cuestión no se publicara”.

Apuntaron que, más allá de la “relevancia intrínseca” de la información que fue censurada y de la calidad de afiliados o no de los periodistas involucrados, genera “gran preocupación” la “sucesión de hechos, en su mayoría asociados a las más altas esferas del poder, que está afectando el desempeño profesional de la tarea periodística y, lo que es más grave aún, la calidad democrática del país”.

En diálogo con la diaria, el presidente de APU, Fabián Cardozo, valoró la posición que tomaron los trabajadores del medio al publicar la nota en Twitter, pese a que la dirección del diario optó por no hacerlo. “A veces estas cosas pasan y quedan en la interna de una redacción y la gente no se entera”, indicó. A su vez, sostuvo que “se está prendiendo una luz amarilla” en lo que refiere a libertad de expresión y al ejercicio profesional del periodismo, y remarcó el “permanente hostigamiento” a trabajadores por parte de actores cercanos al oficialismo.

“Esto habla de cómo el sector empresarial intenta sostener algo similar a lo que podría llamarse un blindaje, pero hay algunas noticias que son difíciles de blindar”, expresó Cardozo, y consideró “fundamental” la organización entre trabajadores para contrarrestarlo, como ocurrió en este caso.

En tanto, el Centro de Archivo y Acceso a la Información Pública (Cainfo) expresó su preocupación por la decisión del diario El Observador de no publicar una nota con  información de interés público, que revela nuevos aspectos de los intercambios del ex jefe de la custodia presidencial, Alejandro Astesiano, con el subdirector de la Policía Nacional, Jorge Berriel.

La decisión editorial debilita el debate público y vuelve a poner en la agenda la existencia de posibles presiones del gobierno para afectar las informaciones que involucran al entorno del presidente Luis Lacalle Pou, quien en la fotografía aparece junto a Astesiano el 1° de marzo de 2020.

Cainfo manifiesta su solidaridad con las personas periodistas de El Observador afectadas por esta decisión editorial que vulnera su derecho a la libertad de expresión. A continuación, se reproduce la nota que varias de ellas difundieron en sus redes sociales.
A pedido de Astesiano, jerarca policial le dio información sobre viaje personal de Lorena Ponce de León
El exjefe de la custodia presidencial recibió información sobre un vuelo de la expareja del presidente
El entonces jefe de la custodia presidencial Alejandro Astesiano pidió información personal sobre un viaje de Lorena Ponce de León. El pedido fue a Jorge Berriel, subdirector ejecutivo de la Policía Nacional, a quien ya le había hecho otros pedidos, según consta en los chats de WhatsApp de Astesiano.

El 3 de julio, Astesiano envió un mensaje al número tres de la Policía para preguntarle si sabía adónde estaba viajando Ponce de León, separada del presidente Luis Lacalle Pou desde hace unos meses.

“Perdón la hora, estamos en Colombia”, le escribió primero, sobre las 11.44 de la noche del 3 de julio. “Tenemos modo reservado averiguar Lorena Ponce de León”, siguió y le especificó que viajaba al día siguiente a las 6 de la mañana. Enseguida, preguntó “a dónde va” y le especificó: “reservado total”. Y puso énfasis: “Solo a vos”.

Ante el pedido, Berriel le contestó: “complicado pero veremos”. “Solo sabemos que a las 5 tiene que estar en el aeropuerto”, detalló Astesiano y le dijo que verían la respuesta una vez que aterrizaran en Montevideo. Ya estaban arriba del avión. “Igual, cuando haga la migración”, agregó después.

“Ok, algo te averiguo”, le respondió el jerarca de la Policía.

Una hora después, Berriel le adelantó que no tenía más datos y luego le envió el detalle del vuelo, el destino y la hora de partida. “En el aeropuerto no tienen aún el destino, ahora me lo van a averiguar, pero están tratando de hacerlo sin pedir por ella para no llamar la atención”, le amplió y le detalló hasta el país que emitió el pasaporte con el que estaba viajando.

“Por las dudas, acaba de despegar el avión, se fue 5 minutos antes de lo previsto”, le mandó cerca de las 9.30 de la mañana del 4 de julio.

Astesiano también hizo averiguaciones sobre el viaje de Lorena Ponce de León con integrantes de la seguridad de la expareja del presidente.

En la noche del 3 de julio, a las 23.25, el exjefe de seguridad presidencial recibió un audio de WhatsApp de parte de la persona que se desempeñaba como custodio de Lorena Ponce de León. La respuesta de Astesiano es el emoji en el que una persona se pone la mano en la cara lamentándose.

“Vos conmigo nunca hablaste”, agrega rápidamente el entonces jefe de la seguridad presidencial. “Gracias, sino me va a correr a la mierda. Pero ta…. Yo no te voy a ocultar cosas a vos”, respondió el integrante de la seguridad de la expareja del presidente.

Los custodios comenzaron a especular para tratar de identificar a dónde iba a viajar Ponce de León. “¿Dónde irá?”, preguntó Astesiano y agregó: “¿Alguna pista?”.

“Capaz que Brasil otra vez, pero te juro que ni idea”, respondió el custodio. “A la orden y leal siempre”, agregó.

Astesiano, que se encontraba volviendo de Colombia de un viaje, respondió: “Bien ahí, y dabemos (sic) estoy hablando con el presidente. Estamos en avión ya”.

“Buenoooo, buen regreso. Si me corre mala suerte. Yo soy leal a vos y obvio que al presidente”, respondió el empleado. Astesiano agregó dándole tranquilidad al custodio y le dijo: “Estás acá cualquier cosa”.

Al mismo tiempo, el custodio de la expareja del presidente recordó: “Como cuando (Ponce de León) me llevó a La Paloma. No voy a dejarlos pegados por miedo a que me corra”. Se despidieron y volvieron a hablar seis horas más tarde.

A las 5.35 de la madrugada del 4 de julio, el custodio de la expareja del presidente informó que Ponce de León ya estaba en el aeropuerto y “al parecer por los vuelos” se iba a Perú. Después le pasó algunos datos sobre los hijos del presidente.

“Sí, tengo todo ya”, respondió Astesiano y le detalló el número de vuelo, la hora de partida y el destino. “Sé que conseguis todo. A la orden”, fue la respuesta.

Luego los custodios intercambiaron audios y ese mismo día sobre las 12.20 quien trabaja en la custodia de Ponce de León le mandó: “Ale, ¿Cómo estás? Aparte de estar muerto sin dormir. Abrazo y a la orden. (Si me corre Loli, me voy de secretario tuyo). Jajajajajaja”.

La charla siguió a través de audios y en algunos mensajes en los que el custodio de Ponce de León resaltó su lealtad hacia Astesiano.

El exjefe de la custodia presidencial fue imputado por participar de una banda que falsificaba documentos para dar ciudadanía uruguaya a extranjeros, según investiga la fiscal Gabriela Fossati. Sin embargo, luego se abrió una investigación aparte sobre los chats en el celular oficial de Astesiano, en busca de un presunto tráfico de influencias.
Por su lado, la sede uruguaya de Amnistía Internacional lamentó el episodio y apuntó que la información que trascendió alertó al organismo por “el posible uso irresponsable y peligroso del aparato de seguridad estatal con fines de vigilancia ilegal y espionaje”. Señalaron que la información que se difundió refiere “presuntamente” al accionar de funcionarios públicos “vinculado a abuso de funciones, tráfico de influencias, vigilancia ilegal, pero también expone los problemas estructurales de violencia de género en Uruguay”.

Es así que remarcaron que este tipo de hechos “dañan profundamente” la institucionalidad y sus “garantías”. “Es extremadamente grave que se empleen recursos públicos para vigilar ilegalmente a personas, ya sea por motivos políticos o personales. Estas situaciones podrían implicar violaciones a la privacidad y violencia de género”, agregaron.

Desde la dirección de El Observador se dijo a la diaria que por el momento no harán comentarios sobre el caso.

Orsi: “Espero sea un desgraciado y coyuntural episodio”
El episodio trajo críticas tanto desde el sistema político como desde el ámbito judicial. Por ejemplo, se manifestó al respecto el senador frenteamplista Mario Bergara, quien escribió en su cuenta de Twitter: “El ejercicio libre del periodismo es uno de los pilares de la democracia. En nuestro país ya ha habido episodios de censura que son recordados como acontecimientos tristes de nuestra historia. Saludo a los periodistas que actúan con profesionalismo y coraje”.

En tanto, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, sostuvo que cualquier hecho “consumado que esté afectando la libertad de expresión y que ponga en cuestión la posibilidad de que los ciudadanos reciban información resulta muy preocupante”. En ese marco, apuntó que el gobierno “no se debe enojar” cuando Uruguay “siga bajando de ciertos estándares en materia de libertad de expresión”. “Espero sea un desgraciado y coyuntural episodio que impidió a los periodistas publicar su trabajo. Y confío en que su decisión de hacer conocer la información a través de las redes no afecte en lo más mínimo su trabajo. Se trata de la libertad, ni más ni menos. Sin adjetivos, la libertad. Pero de verdad, no la del marketing”, añadió.

Por su parte, el exfiscal de Corte Jorge Díaz dijo que cuando un periodista tiene que recurrir a sus redes sociales para hacer pública una información de interés público que el medio donde trabaja se niega a publicar, “es porque se produjo una colisión entre la libertad de opinión y el derecho de propiedad de los medios”. “Resolver ese conflicto ponderando los derechos en pugna tiene una única solución: prima la libertad de expresión. Gracias a los periodistas que rompieron el cerco de los intereses empresariales, haciendo pública la información que sólo nosotros, el público, debemos evaluar”, añadió.

La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió en 2021 por “denuncias que alegan un creciente clima de hostigamientos y acusaciones contra periodistas y medios críticos”. Dichos hostigamientos se dan “especialmente en redes sociales y presuntamente por parte de voces oficiales, lo que estaría constriñendo las garantías para la libertad de expresión y el espacio informativo”.

Por otro lado, la ONG Reporteros sin Fronteras (RSF) constató una caída de Uruguay del puesto 18 al 44. Según la organización, Uruguay “tiene un contexto propicio para un diálogo constructivo e inclusivo sobre el papel de los medios en el país”, y aunque el mapa mediático “es bastante pluralista”, la ONG ve un problema en que el ecosistema de medios esté concentrado en tres grandes grupos: Villar/De Feo (Canal 10), Romay (Canal 4) y Cardoso/Scheck (Canal 12). A su vez, señala que “en los últimos años, se han registrado varios casos de presiones políticas contra periodistas que cubrían asuntos sensibles, al implicar a miembros de la Presidencia de la República”.

Hubo presiones
El periodista y escritor, Leonardo Haberkorn -que también labora para El Observador–, también hizo comentarios al respecto: “Qué estupidez querer frenar una noticia. El mundo cambió. El Uruguay cambió. El periodismo cambió. Si no lo entendés, vas a hacer papelones. Buenas noches”.

En Desayunos Informales de este martes, Haberkorn fue todavía más directo en sus disparos: “En el episodio puntual, este, me consta que hubo intentos desde Presidencia de que la noticia no saliera. Lo que dijo (Fernando) Pereira, que no me constaba cuando lo dijo, ahora en este caso puntual, me consta”.

Fuentes: La Diaria, LR21, Señales

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