Nosotros no tenemos el control sobre las decisiones corporativas, ni mucho menos sobre los activos de una empresa que condena a una mayoría a vivir con salarios por debajo de la línea de la pobreza.
Es repudiable que ante nuestra paupérrima situación salarial el Grupo Clarín dirija fondos (que deberían ir para pagar sueldos dignos) a financiar gastos onerosos de sus directivos y de jueces y políticos en reuniones secretas que son parte de un lobby ilegal y éticamente cuestionable. Nuestro trabajo y nuestro periodismo nada tienen que ver con eso.
Comisión interna de trabajadores de Clarín/AGEA
Comisión interna de trabajadores de Clarín/AGEA