César Castro, reportero gráfico del sitio todocorrientes.com en Mercedes, debió soportar agresiones y nueve horas de prisión en un acto de expresa censura y abuso de poder. El juez de Instrucción y Correccional de esa localidad, Pablo Fleitas, ordenó su detención tras ser fotografiado en una disco del lugar. Repudio al episodio que incluye maltrato, destrucción ilegal de material y hasta amenaza de muerte.
El joven periodista gráfico de todocorrientes.com en la localidad de Mercedes, César Ariel Castro, pasó casi nueve horas en una celda de la Comisaría Primera de esa ciudad, tras caer detenido por orden del juez de Instrucción y Correccional mercedeño, Pablo Fleitas. Puntualmente, en la madrugada del domingo (pasadas las 4.30), cuando el fotógrafo se encontraba cumpliendo su labor en un boliche del lugar, fue sorprendido y agredido por el custodio de esta autoridad judicial que, en ese momento, se hallaba en la discoteca.
“Yo estaba sacando las fotos en el boliche bailable Suet Disco, cuando el custodio del juez Fleitas me empujó y me agarró por orden del mismo Juez”, comenzó explicando Castro, antes de continuar su relato: “Me sacó de adentro del boliche a la fuerza, a los empujones, y llamó a policía para que me lleve preso. Al ratito llegó una camioneta de las patrullas para llevarme a la Comisaría Primera”.
Mientras el trabajador de prensa era bruscamente escoltado hacia la salida de la confitería bailable, tuvo la posibilidad de cruzar unas pocas palabras con el magistrado en cuestión, quien habría expresado una notoria contradicción con los derechos que tiene por función defender. “En el momento que me llevaba el custodio hacia afuera, le dije que yo tenía derecho a un llamado por lo menos, o a saber por qué me detenían, y el Juez me respondió que no tenía derecho a nada”, indicó.
“Me llevaron detenido supuestamente porque le saque una foto, nada más por eso, pero en la Comisaría pusieron la excusa de que me llevaron por averiguación de antecedentes”, siguió el relato. Al llegar al destacamento policial, el fotógrafo de este medio fue recluido en una celda, donde permaneció solo y sin ningún tipo de explicación o contacto con el exterior, durante casi nueve horas.
“Cuando el fax que mandaron a la Provincia les devolvió el papel diciendo mis antecedentes, la fiscal (Roxana Romero) me retiró de la celda para declarar y me llevó a la fiscalía. Luego de hacer mi declaración, me llevaron de vuelta a la Comisaría Primera y, cuando llegamos, me avisaron que tenían el papel, que no tenía ningún antecedente y que recuperaba mi libertad”, comentó.
Sin embargo, las agresiones fueron más allá del daño psicofísico por los empujones y la detención injustificada. Al tomar contacto con sus pertenencias, antes de abandonar la Comisaría, el reportero gráfico descubrió que ya no estaba el material fotográfico que había recolectado durante la noche de trabajo.
“Al entregarme mis pertenencia que eran un celular, un cinto y la cámara digital, observo que la cámara tenía la memoria dentro de la maquina pero le habían borrado todas las fotos que había tomado en el transcurso de la noche en distintos eventos. Es decir, arruinaron todo mi trabajo de una noche entera ya que la cámara tenía más de 100 fotos”, comentó.
Por otro lado, la madre de Castro habría radicado una denuncia contra el juez Fleitas no sólo por la detención de su hijo mayor, sino por una presunta amenaza de muerte contra el hermano menor del fotógrafo. “Mi mamá hizo una denuncia contra el mismo Juez porque no sólo me detuvo a mí, sino que lo corrió a mi hermano –menor de edad- que estaba conmigo ayudándome cuando me llevaban detenido. Lo corrió con su auto por la vía pública diciéndole "te voy a matar" porque con su cámara sacó una foto del momento en que me llevaban detenido”, explicó.
Cabe señalar que el hermano menor de Cesar portaba otra máquina fotográfica y, al notar la situación, decidió tomar una imagen del momento en que el custodio Leiva (quien viste el sweter rojo) trasladaba al joven fotógrafo hacia el móvil policial, seguido por el Juez (quien viste un chaleco verde) y su novia. Esta acción habría despertado el enojo del magistrado, quien habría corrido tras el menor vociferando improperios y amenazándolo de muerte. Sin embargo, el joven no fue alcanzado.
“Por mi parte no tengo miedo de otras represalias pero por mi familia y por la gente que quiero, si tengo miedo. Igual, si me pasa algo a mí o a mi familia, es claro quienes son los responsables: los que estuvimos nombrando que son el juez Fleitas y el custodio Leiva”, concluyó su relato César Castro, quien fue víctima de un acto de expresa censura y abuso de poder de un magistrado mercedeño.
Todocorrientes.com repudia y llama la reflexión general
Los integrantes de este medio nos tomamos la licencia de repudiar este acto de expresa censura contra un trabajador de prensa que, lamentablemente, no constituye un caso único y aislado entre los profesionales que hemos decidido hacer del periodismo nuestra forma de vida. Cesar integra un largo listado de pares maltratados y agredidos en una práctica que es moneda corriente en los estratos de poder: el abuso de facultades amparado en la impunidad.
Por ello, pedimos que la justicia actúe y pedimos a la sociedad que reflexione: es hora de que nos tomemos un momento para reconsiderar los derechos y las garantías consagrados desde el artículo primero de la Constitución Nacional y las demás normas internacionales que se violan a diario. Derechos y Garantías que debemos defender, para que la libertad de acceso y la libertad de brindar información a la sociedad no queden en simples conceptos de buenas intenciones grabadas en la Ley Suprema de la Nación.
Fuente: TodoCorrientes.com