viernes, 31 de agosto de 2007

¿Sufrir… morir… en el juego?

La muerte del futbolista Puerta y la crisis cardiaca del rugbier Gaitán, en estos días, nos han impactado a muchos/as. También nos viene el recuerdo doloroso y respetuoso de otros/as jóvenes deteriorados/as en su salud o muertos/as en diferentes pujas deportivas. De eso y de otras cuestiones suelen informar y comentar periodistas y entendidos en prácticas deportivas.
Como Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos observando dicha realidad nos preguntamos y reflexionamos en voz alta:
  • Muchas veces nos hablan de violencia, corrupción y aún de manejos mafiosos en los deportes, pero… las agencian poderosos grupos - personas, vinculados a círculos – circuitos económicos y políticos, habitualmente inmunes e intocados; seguido nos dan la noticia de que venden o compran por… a tal o cual deportista, a veces se trata de adolescentes. Los managers negocian el llamado contrato, pero…
  • ¿No es más apropiado tenerlos por agentes de un mercado muy lucrativo de seres humanos para espectáculos de competencias ganadas a cualquier precio?; disciplinariamente deportistas son entrenados/as por un director técnico y un preparador físico para el esfuerzo y la destreza apropiadas a la competencia, pero…
  • ¿Hasta donde son obligados a competir usando cualquier estratagema, (fingiendo… estimulándose... agrediendo física o moralmente...)?
  • A veces adolescentes y jóvenes interiorizan tanto esa disciplina que, para ascender en el ranking, llegan a la adicción y otros/as se sobreexigen hasta el riesgo, pero…
  • ¿Ellos/as se autoexplotan por pasión y hasta dónde estimulados por el sistema que lucra con sus actuaciones?
Cuando suceden estos hechos se tapan o se explican por…; pero… ¿no estamos ante un síntoma más de la dominación capitalista? ¿No son efecto de la lógica que produce ganancias reduciendo todo a mercancía? ¿No van debilitando la fuerza plástica, rítmica y creativa de esos/as deportistas con tal que rindan mucho y pronto siendo por sobre todo competitivos?
Entre todo/as defendamos la dignidad de los/as deportistas y el alto valor social del juego de la alienación y corrupción capitalista. Promovamos sus alcances humanizantes potenciando capacidades lúdicas y favoreciendo encuentros amistosos. Distanciemos a los deportes de los movimientos del mercado y de las exigencias utilitarias que les diluyen sus dimensiones de juego. Posibilitémosle, sobre todo a los masivos como el fútbol, que cumplan su altísima función de vincularnos en la oscilación entre el disfrute libre de las energías humanas creando y recreando simbólicamente el mundo con reglas que evitan el desborde y hacen al goce del relajamiento.
Oscar Lupori
Medh Rosario

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