La Presidenta habló de “generales multimediáticos”. Y vio en una ilustración de Sábat un “mensaje cuasimafioso”. No obstante, el Gobierno ya favoreció varios negocios del grupo.
Trazos. La Presidenta no nombró a Sábat pero su referencia fue inequívoca. Dijo que la caricatura esconde un “mensaje mafioso”.Igual a lo que solía hacer su esposo, Cristina Kirchner criticó en su discurso de Plaza de Mayo a los medios de comunicación, sobre todo al diario Clarín. Vinculó a la prensa con el supuesto intento “golpista” que, según, ella están llevando adelante los dirigentes agrarios: “Esta vez no han venido acompañados de tanques, esta vez han sido acompañados por algunos generales multimediáticos”, dijo.
Fue entonces cuando criticó a Clarín, que ayer había publicado un dibujo de Hermenegildo Sábat, donde se la ve con doble rostro –la mitad izquierda tiene los rasgos de su esposo Néstor– y con sus labios manchados con trazos de tinta negra en forma de cruz: “Era una caricatura donde tenía una venda cruzada en la boca, un mensaje cuasimafioso. ¿Qué me quieren decir, qué es lo que no puedo hablar, qué es lo que no puedo contarle al pueblo argentino?”. El camionero Hugo Moyano también había criticado hace diez días un dibujo de Sábat, que lo mostraba con las manos manchadas de rojo, ilustrando así una nota de las vinculaciones de dirigentes de su sindicato con el crimen del tesorero de Camioneros, Abel Beroiz. Ayer, Moyano, en medio del palco desde donde escuchó el discurso de Cristina Kirchner, levantó un cartel que decía: “Clarín miente”.El enojo de Cristina con Clarín, sin embargo, excede al dibujo de Sábat. Durante el paro del campo, el Gobierno se enfrentó con el grupo, al que acusa de haber “jugado a favor de los dirigentes rurales”. Según dicen en la Casa Rosada, los Kirchner criticaron en la intimidad no sólo la postura del diario sino también la del canal de noticias TN. En la Casa Rosada creyeron ver una posición editorial contraria a los intereses oficiales detrás de dos títulos del canal:“El Gobierno vs. El Campo” y “Paro histórico”. Además, les molestó el “recorte” que hizo el medio de las imágenes de Luis D’Elía pegándole una trompada al dirigente del campo Alejandro Gaham, durante los cacerolazos del miércoles 26.
Anoche, el malestar era con el noticiero de canal 13, Telenoche, al que el Gobierno criticaba por haber mostrado la imagen de dos camioneros tomando cerveza durante el acto de Cristina. “Eso es mala leche”, repetían en el primer piso de la Rosada.
El gobierno nacional se siente mucho más cómodo con la línea editorial del Grupo Hadad, que desde Radio 10, C5N e Infobae aprueba todas las medidas oficiales, incluso el accionar del piquetero D’Elía, antes muy criticado por esos mismos medios.
La relación entre el Gobierno y Clarín, la principal compañía de medios del país, es zigzagueante y compleja. Los períodos de paz y de guerra se alteran con frecuencia. Los Kirchner, por ejemplo, “regalaron” al mencionado diario varias primicias, entre ellas el último aumento a las jubilaciones y el pacto con Roberto Lavagna, que incluyó entrevistas y fotos con los protagonistas en la propia Quinta de Olivos.
Los favores de los Kirchner a Clarín no son sólo periodísticos, también son de tipo empresarial-económicos. Fue el Gobierno, por ejemplo, el que autorizó la fusión de Cablevisión con Multicanal, una empresa de Clarín, lo que provocó la formación de la red de cable más importante de la Argentina. En la gestión anterior, además, había prorrogado por 30 años la licencia de Canal 13.
A pesar de esos gestos, en la intimidad, Kirchner cree que el poder de Clarín es demasiado grande y sueña con hacer ingresar a hombres propios dentro del grupo.
Hace dos semanas, uno de los representantes del Estado en Papel Prensa, Mauricio Mazzón, rechazó por segunda vez consecutiva el balance presentado por la empresa. La llegada de Gabriel Mariotto al ComFeR, un crítico de los multimedios, es otra mala noticia para Clarín.
A pesar de las fricciones permanentes, hace un mes, Néstor y Cristina –junto a Alberto Fernández– recibieron en la Quinta de Olivos al CEO del Grupo, Héctor Magnetto. Hablaron sobre el ingreso de la televisión digital al país. Clarín hace lobby para que el Estado adopte la norma que utiliza Estados Unidos. El Grupo Telefónica, por el contrario, prefiere la norma europea. El Gobierno aún no se decidió. Así como tampoco termina de cerrar del todo la entrada al negocio del cable del multimillonario mexicano Carlos Slim –como es dueño de Claro no puede, por lo menos por ahora, tener medios de comunicación–, otro de los fantasmas que persigue a Clarín.
Fuente: Crítica de la Argentina
FoPeA rechaza las críticas presidenciales al trabajo de Sábat
El Foro de Periodistas Argentino (FoPeA) impugnó el calificativo de “mensaje mafioso” en el discurso de Cristina Fernández sobre la caricatura de Sábat.Hermenegildo Sábat y su caricatura fueron uno de los temas puntuales del discurso de la presidente de los argentinos. ¿"Qué me quieren decir, qué es lo que no puedo contarle al pueblo"? Dijo Cristina en una libre interpretación de la obra de Sábat.
El Foro, que reúne a más de 220 periodistas de todo el país, rechazó el calificativo de "mensaje cuasimafioso" que la presidenta Cristina Fernández hizo de una caricatura sobre ella del artista y periodista Hermenegildo Sábat.
"La Presidenta tiene derecho a decir públicamente que no le gusta o está equivocada una nota o una caricatura, pero no a atribuirle actitudes mafiosas a un periodista con esta trayectoria", señaló la entidad en un comunicado conocido hoy.
La asociación recalcó que "Sábat, que es miembro de FoPeA, es un maestro del periodismo y un artista reconocido internacionalmente por su talento y sus convicciones democráticas".
En su discurso en la Plaza de Mayo, Fernández había cuestionado una caricatura de Sábat publicada en el diario Clarín, que la mostraba con dos tiras cruzadas sobre la boca y con el perfil en el rostro de su marido Néstor Kirchner, en alusión al denominado "doble comando" presidencial. "En un diario pusieron un caricatura con una venda cruzada en la cara con un mensaje cuasi mafioso", dijo la Presidenta y luego, molesta, se preguntó: "Qué me quieren decir, qué es lo que no puedo contarle al pueblo?".