lunes, 23 de junio de 2025

Cuando la mentira tiene algoritmos: desinformación en la era de la Inteligencia Artificial

Especialistas debatieron sobre el daño institucional de las noticias falsas y la tecnología deepfake, sus riesgos y los posibles caminos para combatirlas
"No fue un chiste. No era evidente. No es un tema de libertad de expresión". Con estas definiciones categóricas, Pablo Secchi –director de la ONG Poder Ciudadano- rebatió los argumentos esgrimidos por el oficialismo que buscaron restar importancia a la circulación del video en que un falso Mauricio Macri, generado por Inteligencia Artificial, anunciaba la baja de la principal candidatura de su partido en las elecciones porteñas del 18 de mayo pasado.

El polémico video funcionó como disparador de la charla virtual "Verdad en juego", organizada por Adepa, que se llevó a cabo el pasado miércoles. Daniel Dessein, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la organización que nuclea a los medios periodísticos argentinos, moderó un debate entre Catalina Botero –ex relatora de Libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ex jueza del Tribunal Constitucional de Colombia-, Carlos Laplacette –abogado y profesor de Derecho Constitucional de la UBA- y Secchi. "El video falso nos llevó a preguntarnos qué pasa con la democracia cuando no sabemos qué es verdad o cuando nos domina la incredulidad y nos replegamos sobre nuestros sesgos de confirmación", introdujo Dessein.

Riesgos
Laplacette puso el foco en los peligros presentes en algunos proyectos que pretendieron legislar y sancionar actos de desinformación como el del video fake de Macri. "El Tribunal Electoral de la Ciudad entendió que la convivencia democrática y la pureza de las elecciones estaba en juego y ordenó su retiro y la eliminación en las redes sociales, y mandó a investigar el caso por la posible comisión de un delito del Código Electoral que sanciona a quien induce a otra persona a votar en base a un engaño", apuntó. A juicio de Laplacette, se trata de la aplicación de una figura penal peligrosa que podría extenderse a las actitudes y maniobras en campaña de prácticamente todos los candidatos en cada elección. "No hay peor remedio que permitir a las autoridades estatales definir qué información es verdadera o falsa, o qué se puede decir o no y en qué momento. Es ingenuo creer que van a actuar de forma ecuánime con aquel poder y autoridad", complementó.

Pablo Secchi, politólogo especializado en temas de transparencia, generó un contrapunto con Laplacette al poner el acento en el plano institucional. "El video se difundió en cuentas vinculadas al oficialismo nacional para confundir al electorado y direccionar votos a la Libertad Avanza. Se eligió un momento específico donde desmentirlo era imposible, faltaban horas para la elección. La justicia no tenía margen de maniobra para que se baje el video y el partido político perjudicado tuvo poco tiempo para reaccionar. Fue un engaño", reflexionó. La maniobra, según Secchi, no buscó convencer al votante sino confundirlo. Es una estrategia, advirtió, que se reproduce en la Argentina, Estados Unidos, Brasil, Hungría, y países gobernados por populismos de derecha y de izquierda que trabajan con campañas de desinformación. "No son políticos tradicionales sino operadores que buscan que no exista el debate. El video de Macri no fue un caso aislado, fue un laboratorio para medir los efectos y ver si había sanciones. La próxima vez va a salir mejor para los operadores. No solo para obtener ventajas electorales sino para sembrar la duda permanente en la información, que no sepamos qué es cierto. Esto erosiona el pilar de la democracia que es el disenso, el poder discutir sobre una base de condiciones establecidas en las que estamos todos de acuerdo. La amenaza autoritaria no viene con tanques, viene con ruido de desinformación y desprestigio del oponente… Lo impactante es que naturalicemos la mentira como parte del juego democrático. Nada puede servir de excusa para que los que nos gobiernan no respeten las reglas del juego. Si la mentira se vuelve una estructura del poder no es fakenews sino una práctica que pone en juego a la democracia", afirmó.

Periodismo como antídoto
La colombiana Catalina Botero, una de las voces más autorizadas en libertad de expresión de América latina, quien integró el Comité de análisis de contenidos de Meta (la empresa propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp), dijo que está demostrado que las campañas de desinformación dañan los procesos electorales al fomentar la polarización, fragmentar a la sociedad y bloquear el debate. "No estoy de acuerdo con Milei, que amplificó el deepfake, de que se trató de un caso de libre expresión. Estos actores políticos solo dicen que es libertad cuando se ven beneficiados por ella. La afectación a la democracia es grave", dijo.

Al ser interrogada sobre caminos para atacar el problema sostuvo que las plataformas deben verificar constantemente qué cuentas son de humanos y cuáles de bots, tener sistemas confiables de manejo de datos e informar cómo funcionan. "La transparencia es fundamental y también el rol del periodismo, que es el verdadero antídoto contra la desinformación", concluyó Botero.
Fuente: La Gaceta

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