Sin la posición dominante de Telefónica en la compañía se podrá licitar la tecnología 4G, explica Enrique Carrier. La Argentina es uno de los países de la región con menor espectro y menor cantidad de bandas. La nueva tecnología demandará una mayor densidad de antenas. Operada localmente, la empresa pierde escala para competir. La telefonía fija, en retirada
Por: Gustavo García
El mundo de los negocios sacudió su modorra los últimos días cuando Telecom Italia anunció que vendería al grupo mexicano Fintech su filial en Argentina. A partir de ese momento y de la confirmación de la operación, se abrieron los interrogantes. Enrique Carrier, especialista en telefonía, marca los pros y contras del cambio de conducción y analiza un mercado signado por la baja inversión y las dificultades burocráticas.
¿Cambiará el mapa de las telecomunicaciones argentinas con la venta de Telecom?
A muy corto plazo no creo que cambie demasiado. Lo que sí cambia es que de alguna forma desactiva ese foco de conflicto latente que había por la presencia de Telefónica en Telecom, que además se iba a agravar porque en base a los acuerdos a que llegaron en Europa, es muy probable que a partir de enero Telefónica ya tenga el control de Telecom en la participación accionaria. Por otra parte, a los efectos prácticos, puede ayudar a destrabar el proceso de licitación de espectro para cuarta generación de celulares (4G).
La licitación anterior fracasó
El año pasado cuando se anuló la licitación y se decidió entregarle el espectro a Arsat, que es la empresa estatal, hay que tener en cuenta que Movistar no participaba -estaba devolviendo el espectro- y Personal fue descalificada porque había un peligro de concentración monopólica, según las palabras textuales de Julio De Vido (Ministro de Planificación Federal). Si hubieran llamado ahora, no hubieran podido participar dos de los tres operadores, lo cual era bastante incómodo.
Nuevo espectro
¿Urge licitar el espectro 4G por el desarrollo de las comunicaciones en Argentina?
Venimos bastante atrasados con ese tema. En una comparación Latinoamericana, Argentina está entre los dos últimos países en términos de espectro disponible. Hay una cantidad, que es lo que recomienda la Unión Internacional de las Telecomunicaciones, y Argentina tiene el 14% de esa cifra.
Sin embargo, es una de las sociedades con mayor consumo de telefonía e internet en la región
Claro, por eso también tenemos tantos problemas. En realidad es menos que eso, porque un 25% de eso está en manos de Arsat, que como no tiene red no opera. Entonces de ese espectro disponible, en realidad en uso hay tres cuarto. En el uso efectivo estamos últimos, seguro. Después hay otros indicadores, como la cantidad de bandas. Los países que más tienen en América Latina, tienen cinco; nosotros tenemos dos. Esto afecta la calidad de las comunicaciones móviles. Y por más que ahora salga la licitación, con los tiempos que llevaría, tal vez demoraría dos años hasta que se pueda prestar el servicio. No es algo inmediato.
¿Se requiere una inversión muy alta?
En parte sí, porque por más que se pueda utilizar algo de la red existente, una de las características de la cuarta generación es que requiere más densidad de antenas. Es decir que hay que instalar nuevos sitios, y ahí podemos llegar a tener otro problema: las antenas.
¿Esa es una de las razones por las cuales se cortan tanto las comunicaciones móviles?
La relación para la capacidad de una red inalámbrica móvil es una fórmula que incluye la cantidad de espectros, la densidad de antenas y luego un factor que no se puede manejar: el ruido. Esto tiene que ver en las grandes ciudades con los edificios, que hace que las señales no viajen tan limpiamente. Lo que ocurre con las antenas es que dependen a nivel municipal, y ahí hay muchas trabas a la instalación de equipamiento.
Las antenas tienen mala prensa
Tienen mala prensa, para mi criterio totalmente infundado. Lo que alguna vez la Organización Mundial de la Salud dijo es que no podía comprobar que no fueran nocivas, pero no es que comprobó que sí son nocivas. En realidad, cuando hay menos antenas pueden ser más nocivas porque hay que darle mayor potencia para que puedan cubrir más superficie. Cuando se instalan más antenas, pero más chicas, irradian menos. Inclusive el teléfono irradia menos, porque el aparato también hace un esfuerzo para conectarse con una antena que está distante. Hay que luchar contra la creencia de la gente y contra la polución visual. Eso tiene que ver con la estructura actual, porque al haber menos, deben ser más grandes. En los lugares donde la densidad es mayor, las antenas pasan desapercibidas, están en los postes de luz.
¿Hay que vencer la burocracia?
En la Argentina lo que ocurre hoy es que hay pocas antenas, y algunas están flojas de papeles porque tienen autorizaciones precarias. A veces los intendentes no quieren comprometerse con algo que podría traer algún conflicto. Y además intervienen distintas áreas como Salud Pública o Medio Ambiente. Esto hace que en promedio, el trámite de autorización para instalar una antena demore un año. No se le da al tema la relevancia que tiene. Estas cosas, como el espectro y las antenas, inciden en las inversiones. Hoy al no poder hacer esto de incrementar el número de antenas, lo que se puede hacer con plata tiene un límite. La plata no vence a la física.
¿Que Telecom Argentina deje de pertenecer a un grupo de telefonía internacional puede afectar su operatividad?
Creo que sí, aunque no en el corto plazo. Ahí hay dos cosas: una es que sería un operador que no tiene dentro de sus accionistas a otro operador, que es lo que ocurre con Telefónica o Claro, donde el que maneja el asunto es alguien que tiene que ver con el negocio. Lo que puede impactar es a nivel de los socios, que son los que deciden cómo se invierte y en qué, y la telefonía no es su especialidad. El Grupo Werthein es un grupo económico, y Fintech es un fondo de Inversión. De hecho Fintech anunció que por dos años más tendría una asesoría de Telecom Italia para ir asesorándolos.
¿Cuál sería el segundo punto negativo?
Es que Telecom, como una empresa local, va a estar compitiendo contra dos grupos internacionales como son Telefónica y Claro, y eso se siente a la hora de comprar. Supongamos que alguna de esas firmas quieren comprar equipamiento para 4G -de hecho lo están comprando para toda la región-, tiene una escala mucho mayor y eso le da capacidad de negociación. Tienen cientos de millones de líneas, entonces una orden de compra de una firma así contra otra orden de una empresa con 20 millones de líneas, evidentemente van a conseguir otros precios. Por eso a nivel mundial está habiendo tantas fusiones, para lograr estas escalas que son tan importantes en un negocio que es básicamente de costos fijos.
¿La Argentina es negocio para las telecomunicaciones?
Las causas del retiro de Telecom Italia tienen que ver con la situación puntual la empresa, que debe u$s 38.000 millones, más lo que está pasando en el mercado europeo. En el caso de la Argentina, si bien tiene una operación rentable, tampoco puede girar las utilidades. Es como decir, tengo un departamento en Caballito, lo alquilo pero no puedo ver la plata. Entonces lo vendo.
¿La telefonía fija está en retirada?
Sí y no al mismo tiempo. Por primera vez hace algunos meses, según datos del Indec, hubo una caída en la cantidad de líneas en servicio. El negocio de la voz se está desplazando hacia los móviles o hacia algunas alternativas en internet como Skype. Hoy el valor de la red de telefonía fija está dado en su capacidad de brindar banda ancha. Es la forma de utilizar esa red que ya tienen invertida y enterrada con un servicio que está en crecimiento y tiene facturación. Por eso estaba también el interés por parte de las telefónicas de poder dar servicios de televisión por esas redes. Aumentar la capacidad para poder trasmitir videos y demás.
¿Eso no se concreta por un impedimento de la legislación vigente?
El proyecto original de la Ley de Medios contemplaba que las telefónicas pudieran brindar el servicio de televisión, pero en algún momento de la negociación algunos partidos de la oposición no querían, así que estas empresas fueron una de las primeras víctimas. Esto lo que hace es que no haya exigencias para invertir, no hay una motivación. En Europa todas las empresas de telefonía dan servicios de televisión, por eso tiene éxito el triple play, y acá no se dio. Es un error porque hoy no hay diferencias entre una red de cable y otra de teléfono, al estar digitalizadas pueden hacer todas lo mismo. Pero tienen un tratamiento distinto.
¿Cómo es el precio de las tarifas, teniendo en cuenta la calidad del servicio?
En telefonía están bajísimas. La última vez que se tocaron fue en el año "98 y luego vino el congelamiento. Hoy la telefonía local es ridículamente barata, lo cual hizo que algunas empresas que ya tenían su licencia y numeración no lo vean como algo muy atractivo. Salvo que, como hace Telecentro, hagan un paquete de TV, internet y teléfono. El negocio en sí mismo de la telefonía fija no es atractivo.
Internet aprovecha el vacío legal
Internet, la red de redes, cuenta para algunas actividades con la ventaja de ser un medio que puede vulnerar o ignorar la legislación local. En la Argentina hace tiempo ya que navegar es un boom que impulsaron los jóvenes pero ahora también se ha extendido a los mayores.
¿Los teléfonos inteligentes le dieron otro empujón al uso de internet en Argentina?
No tanto, internet se usa porque está Facebook, el mail y la web. Pero lo que ocurre hoy es que con tantas alternativas de comunicación escrita, la voz se usa menos en los segmentos más jóvenes. Los adolescentes prácticamente no hablan, tal vez sí por Skype porque no hay intermediarios. Hoy lo más atractivo en internet son los videos. El más conocido es YouTube, pero ahora hay servicios como Netflix, que trasmite series y películas. Ese es otro de los puntos incoherentes de la Ley de Medios: hay cosas que están muy reguladas, pero otras no.
¿Hay un vacío regulatorio en internet?
Sí, algunos dicen que es mejor que nadie lo regule, pero eso genera también tratamientos distintos. Por ejemplo, Cablevisión, Multicanal o cualquier otro tienen que cumplir con requisitos de programación, pero viene cualquier otro y por internet brinda lo que quiere. En esencia, lo que la Ley de Medios no percibió es que los medios están totalmente afectados por el desarrollo tecnológico, nació vieja. Cuando salió todo esto ya estaba pasando y era previsible que fuera a crecer. Nació mirando al siglo XX.
Fuente: Diario La Prensa