Comunicado del compañero delegado de Gráficos
Víctor Manue Molina López:
En Mendoza, hace un tiempo atrás (mes de marzo aproximadamente), comenzaron las paritarias con el Sindicato de Prensa, cuya recuperación por parte de los trabajadores significó la primer paritaria seria en años, y como tal, llevó tiempo de discusión, debate y movilización de los compañeros de prensa que iniciando los pasos al frente del gremio, mostraron una gran fortaleza y organización lo que les permitió lograr una mejora salarial y el comienzo de la discusión por mejorar las condiciones de trabajo. En conclusión los dueños de los medios de comunicación mendocinos (patronal en la paritaria) debieron mejorar los salarios de sus trabajadores de prensa.
Diario UNO decidió en ese momento que el aumento sería respondido con despidos, tal vez buscando amedrentar la incipiente organización gremial, la realidad es que en el mes de Agosto despidieron a dos compañeros de prensa por negarse a cumplir más horas de las que tenían que trabajar (horas extra que no se pagan). Ésto generó una pequeña manifestación espontánea con la participación de compañeros y amigos que se sumaron para repudiar y pedir la reincorporación de los despedidos. Yo, Víctor Manuel Molina López estuve ahí, entendiendo que la empresa no debía dejar gente en la calle por reclamar sus derechos como trabajadores.
Yo soy parte de la Comisión Directiva del sindicato de Artes Gráficas de Mendoza, entiendo que los trabajadores deben ser respetados y hacer cumplir sus derechos en cada empresa, por eso decidí participar en una manifestación que si bien no involucraba a mi sindicato tocaba a compañeros trabajadores iguales a mi. Después de esta manifestación sobrevinieron 5 despidos más y los compañeros volvieron a la calle, volví a participar todas las veces que pude.
Esta participación me acarreo un conflicto interno en el que, por negarme a realizar tareas que no me correspondía realizar, la gerencia de Diario UNO colocó en mi lugar de trabajo afiches en los que decía la siguiente frase “Manuel Molina justifica su NO colaboración amparado en sus fueros gremiales” esto genero idas y venidas y un llamado a conciliación en la Subsecretaria de Trabajo.
Otro compañero, Facundo Vidal (delegado gráfico en Canal 7) recibió un apercibimiento por participar en una asamblea de prensa, la persecución gremial se hizo evidente, el objetivo, destruir la organización de los trabajadores en el interior del diario y sobre todo amedrentar a quienes busquen ejercer sus derechos. Esta persecución a recrudecido hoy 26 de setiembre de 2013, se me notificó de que la empresa iniciará un proceso judicial para quitarme los fueros gremiales y despedirme con justa causa, se me acusa de haber prendido fuego en las inmediaciones de la empresa, de haber obstaculizado la circulación del diario, de haber agredido a personal jerárquico de la empresa y haber provocado daños a la propiedad (todas mentiras) y luego, la empresa me ha impedido el ingreso a mi lugar de trabajo alegando que soy peligroso para la empresa y que con esta medida reducen el riesgo que yo le reporto a la empresa.
Hoy me entero de que un delegado de prensa ha sufrido la misma tropelía, y no ha podido ingresar a su lugar de trabajo. La ley contempla que los delegados o personas que cumplan funciones gremiales no pueden ser despedidos salvo que se pruebe algún delito que hayan cometido contra la empresa, lo que hace que se inicie un juicio, una vez probado el delito se caen los fueros gremiales y la empresa puede proceder tomando las medidas que crea necesarias. Aquí no hay juicio todavía ni delito mas que el de reclamar por compañeros que han quedado en la calle, con sus familias a cargo.
Era en años en los que la dictadura pisoteaba los derechos cuando se despedía y desaparecía a compañeros que trabajaban en un gremio o en alguna organización social, hoy diario UNO reedita aquellos asquerosos años y si no se le pone freno ya mismo será responsabilidad de todos, todas, el movimiento obrero o cualquier persona de bien que quiera un futuro con justicia, si los representantes gremiales pueden ser despedidos a gusto y placer de los empresarios, sin mediar motivos probados o causas que lo justifiquen, respetando los procesos legales, de que sirvieron tantas luchas obreras con muertes y sacrificios como en la Patagonia de 1921 o el 17 octubre de 1945, este golpe no es a una persona, es a la organización gremial y al futuro de los trabajadores organizados.
Los medios de comunicación están en manos de tipos prepotentes que abusan de la desinformación que promueven, por eso es necesario que la calle hable, que la lucha sea firme y que los trabajadores se fortalezcan para sostenerla.
Manuel Molina, trabajador y delegado gremial de Diario UNO
Los trabajadores de prensa y graficos salen a luchar contra los despidos
Vía: Enfoque TEVE