Una agitada agenda desarrolló el periodista y sociólogo argentino Pedro Brieger en suelo chileno, que incluyó visitas a universidades y colegios movilizados. En la víspera de su regreso a Buenos Aires, Brieger nos habló de su interés por el proceso que se vive en Chile y sobre el papel de los grandes medios en los nuevos escenarios políticos
Por: Luis Cuello
Se dice que los medios hegemónicos argentinos presentan una imagen ejemplar de Chile y de su modelo económico.¿Cambió el enfoque de estos medios con la crisis en la educación?
Hay medios que han tenido una afinidad ideológica con el modelo económico y social de Chile, como el diario La Nación, no necesariamente Clarín. Pero si es verdad que en los grandes medios se suele citar a Chile como un ejemplo. En realidad hay un problema que va más allá de Chile, y es que muchos medios, políticos y comunicadores sociales hablan bien de Chile para hablar mal del gobierno argentino. No es que sepan mucho de Chile. Suelen decir “el gobierno argentino hace todo mal, no somos un país serio como Brasil, Chile y Uruguay”. Y no explican en que es serio Chile, Uruguay o Brasil. Es más una consigna. He tenido la oportunidad de entrevistar a políticos y cuando elogiaban el modelo chileno les preguntaba ¿qué está elogiando?
En este tiempo se habla mucho más de Chile. Sin pedantería ni falsa modestia, creo que instalé el tema de las protestas sociales en Chile en los medios argentinos, porque fui el primero que comenzó a hablar, porque lo seguía de cerca.
Cómo decía ayer en la Casa Central de la Universidad de Chile, no me conformo con los despachos de las agencias. Sigo Otra Prensa, El Ciudadano, El Mostrador, El Clarín de Chile, la prensa del sur, cuando fue el conflicto de HidroAysén.
En tu última columna te preguntas si caminamos hacia una refundación. ¿Es posible transformar un país con los mismos medios de comunicación herederos del autoritarismo, esencialmente conservadores, que ejercen una suerte de monopolio ideológico? ¿Hasta que punto funcionan como un dique de contención a los procesos de cambio?
Si bien esto es cierto, también es verdad que muchos medios de comunicación -no todos- se acomodan. Cuando cayó el gobierno de Ben Alí en Túnez o Mubarak en Egipto, casi de la noche a la mañana medios que eran afines a un gobierno que estaba hace treinta años, se convirtieron en grandes demócratas, en periódicos abiertos, casi como si siempre hubieran estado a la vanguardia en contra del régimen. Otros no, porque responden a cuestiones ideológicas muy profundas.
Creo que el rol de los medios alternativos es muy importante.
Hay que tomar en cuenta que Evo Morales tiene a todos los medios en contra y gana una elección tras otra, Rafael Correa tiene a la inmensa mayoría de los medios en contra y gana las elecciones. También ocurre con Chávez, Lula, con Cristina Fernández, y ganan.
Crisis de los medios
Creo que hoy hay una crisis en los medios de comunicación, en los poderosos medios de comunicación, entre otras cosas porque han perdido credibilidad. Esta consigna “la tele miente” que se levanta en Chile es similar a la que se levanta en Argentina, “Clarín miente”. Clarín ha perdido una parte importante de sus lectores. Hoy Clarín casi se ha convertido en un partido político opositor al gobierno de Cristina Fernández, ya no es un diario.
Cuando se dice que algunos medios de comunicación reemplazan a los partidos políticos desacreditados, eso es real.
¿Cómo en Venezuela?
Así es. Lo que pasa es que al ocupar los medios, este rol opositor a ultranza que tenían los partidos políticos, también muchos de estos medios han perdido credibilidad. Si bien la objetividad no existe, han dejado esa fachada de objetividad. Las tapas del diario Clarín en contra del gobierno, en algunos casos son operaciones políticas.
Por eso creo que hay un nuevo debate sobre el periodismo. Las redes sociales y las formas alternativas de comunicación ha contribuído mucho. Cuando Otra Prensa hace la denuncia respecto de los encapuchados y cómo reacciona TVN -que lo comenté en la televisión- es altamente significativo. Un pequeño medio alternativo que instala la denuncia de como los medios tradicionales, con décadas de ejercicio del periodismo, están haciendo manipulaciones políticas. Y esto lo hace en muchos casos gente sin experiencia en medios de comunicación, eso es interesante.
Ley de Medios
¿Cuál es la valoración que haces de la Ley de Medios argentina?
Creo que la Ley de Medios, que se viene trabajando desde hace cerca de veinte años, es muy buena, es una de las más avanzadas de América Latina. Por supuesto es mejorable y una vez que funcione habrá que ver como se instala. Tiene, entre otros objetivos, el propósito de evitar el monopolio en los medios de comunicación. Alienta la participación ciudadana, la creación de muchos medios de comunicación y el acceso a medios de sectores que antes no tenían ninguna posibilidad de hacerlo. En este sentido es altamente positivo.
En Chile se enfoca negativamente…
Es lógico, más aun cuando la Ley de Medios argentina ha sido muy estudiada en Venezuela, Ecuador, Brasil, en Bolivia.
Acá hay una disputa entre gobiernos progresistas, muy diferentes y heterogéneos entre sí, y gigantes de los medios de comunicación que tienen un rol político en la sociedad.
Y esta disputa es política, ideológica y económica. Están en veredas enfrentadas. Entonces es lógico que los grandes medios de comunicación mientan.
En Argentina cuando se debatió la Ley , Clarín principalmente llevó adelante una campaña de miedo, que su canal de cable iba a desaparecer. No desapareció. Están ahí, perdieron poder y perdieron legitimidad.
Fuente: Otra Prensa