Editorial del Diario La Nación:
Sr. Grondona, es hora de decir adiós
El demorado retiro del titular de la AFA puede ser el punto de partida para renovar la viciada dirigencia del fútbol
Dicen que el pez por la boca muere y que a confesión de parte, relevo de pruebas. Es lo que le está pasando al eternizado presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, cuyas propias revelaciones han puesto en evidencia otro verdadero escándalo que debería obligarlo a dejar de inmediato el lugar en el cual ha logrado perpetuarse.
El titular de la AFA admitió que 18 años atrás, con ocasión del repechaje entre los seleccionados de Australia y de la Argentina por un lugar en el campeonato mundial que se disputó en los Estados Unidos en 1994, eliminó los controles antidoping para "evitar riesgos", teniendo en cuenta que en el equipo nacional se encontraba Diego Maradona.
"Maradona no había estado en las eliminatorias y venía de cumplir un proceso por un problema de doping (en Italia). Quién sabe si, equivocadamente, con el temor de que pudiera pasar alguna cosa, traté de que en el último partido no hubiera control porque venían jugadores que no estaban en el país y uno no puede saber qué toman y qué dejan de tomar", expresó Grondona a Radio Mitre. Por las dudas, el presidente de la AFA aclaró que "eso no quiere decir que se abrió para que se doparan, que es lo que se quiere dar a entender".
No hace falta que Grondona aclare nada. Está todo muy claro: el presidente de la asociación del deporte más popular de la Argentina ha esgrimido argumentos tan frágiles como inadmisibles para justificar trampas o conductas antirreglamentarias. Algo particularmente grave para el deporte nacional y especialmente repudiable si se tiene en cuenta que estamos hablando también del vicepresidente de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA).
Es probable que a algunos fanáticos, para quienes en el fútbol sólo se trata de ganar a cualquier precio, la conducta de Grondona les parezca tan sólo una picardía, propia de nuestra lamentable viveza criolla, o hasta un gesto patriótico. La realidad es que se trata de un acto inmoral y deleznable. Incluso cuando, como el titular de la AFA afirma, hubiera existido un acuerdo con las autoridades de entonces de la Federación Australiana de Fútbol, que ésta niega de plano.
El propio Maradona comprometió aún más la situación de Grondona, al dar cuenta de que a algunos jugadores del seleccionado argentino que debía medirse con su similar australiano les ofrecían un "café veloz" para que pudieran "correr más". "Te daban un café veloz y por ahí la clavabas en un ángulo. Al café le ponían algo y por ahí corrías más", precisó el ex futbolista, separado del equipo en pleno Mundial de los Estados Unidos, luego de que se comprobara que había ingerido una sustancia prohibida tras un control antidoping.
A este escándalo se sumaron recientemente denuncias de un ex árbitro de fútbol, Javier Ruiz, quien informó a miembros de la Cámara de Diputados de la Nación sobre supuestas coimas en las que estarían involucrados referís, clubes, el presidente de la AFA, dirigentes políticos y hasta un conocido empresario de la televisión. Las denuncias se vinculan con el presunto "arreglo" de partidos y, según Ruiz, "algunas coimas se pagaban con los cheques de la AFA".
A finales del mes pasado, por si fuera poco, el diario Bild, de Alemania, reveló un controvertido cruce de correos electrónicos sobre presuntas coimas millonarias que habrían cobrado dirigentes de la FIFA para elegir a Qatar como sede del Mundial 2022 . Entre los mencionados está Grondona.
Aun cuando la sucesión de denuncias contra Grondona se produzcan en un momento particularmente crítico del presidente de la máxima entidad del fútbol argentino, en el que distintos sectores, incluido Maradona, aspiran a que se aleje de la conducción de la AFA, se trata de hechos demasiado graves como para que quienes deben controlar la legalidad de los actos y la salud de nuestro deporte los pasen por alto.
Varias veces desde esta columna editorial nos hemos pronunciado a favor de que Grondona dejara su cargo, virtualmente vitalicio. Tal vez sea justo reconocer que no es el presidente de la AFA el único responsable de las graves lacras de nuestro fútbol, empezando por las barras bravas y terminando por los turbios negocios que lo caracterizan. Pero como cabeza de la dirigencia de este deporte, su inmediata salida le haría un gran favor al fútbol y podría ser el primer paso para dar lugar a una progresiva renovación dirigencial, con personas menos cuestionadas y más idealistas.
"Todo pasa", como reza el anillo que suele llevar Grondona en el dedo meñique, no debería ser una máxima en un ámbito que, como todos, requiere renovación y alternancia en lugar de una hegemonía.
Respuesta al Diario La Nación
Frente al editorial publicado el 3 de junio de 2011, la Dirección de Medios y Comunicación de la Asociación del Fútbol Argentino informa lo siguiente:
En su editorial del 3 de junio de 2011, con el título “Sr. Grondona, es hora de decir adios”, el diario La Nación refiere al episodio ocurrido en oportunidad del partido entre la Selección Argentina y la de Australia, disputado en Noviembre de 1993.
Está claro que el periodista en funciones de editorialista para este matutino, no leyó el Comunicado que en tal sentido fuera publicado en nuestro sitio web, el día 30 de mayo de 2011.
Allí quedó explicado el estricto cumplimiento del reglamento, y básicamente, el objetivo buscado: salvar el honor de los demás protagonistas del hecho.
Resulta redundante volver a explicar para el diario La Nación, exclusivamente, algo que quedó claramente expresado.
Luego, el editorialista menciona como fuente al sensacionalista diario Bild, de Alemania, sobre presuntos cruces de correos electrónicos para explicar presuntas coimas millonarias que habrían cobrado presuntos dirigentes de la FIFA para elegir a Qatar como sede del Mundial 2022, entre los cuales presuntamente estaría el señor Grondona.
También lo incluye entre las cuestiones denunciadas por el señor Javier Ruiz en la Cámara de Diputados sobre supuestas coimas vinculadas al resultado de partidos en la que estarían involucrados “referís, clubes, dirigentes políticos y hasta un conocido empresario de la televisión” (Sic).
Y, por último, tras recorrer “las lacras de nuestro fútbol empezando por las barras bravas y terminando por los turbios negocios que lo caracterizan”, reconoce que “No es el Presidente de la AFA el único responsable”, pero sin ninguna prueba ni precisión lo incrimina para justificar el título sobre “Es hora de decir adios”.
Es una pena que este centenario diario nunca le haya pedido el adios a los más oprobiosos y sanguinarios dictadores que convirtieron en tragedia la historia por la que este matutino transitó.
Cuando los intereses de un negocio son más poderosos que la ética y la convicción, resulta tristemente comprensible que a un diario le resulte más fácil pedirle la abdicación a un veterano dirigente elegido democráticamente, que a cualquier genocida con poder.
Dirección de Medios y Comunicación AFA