miércoles, 3 de enero de 2024

La emisora ​​pública italiana RAI cumple 70 años: garantía de pluralismo

En la mañana del 3 de enero de 1954, la locutora de televisión Fulvia Colombo abrió las transmisiones televisivas del Programa Nacional anunciando que "la RAI, radiotelevisión italiana, comienza hoy su servicio regular de transmisión televisiva". En la pantalla de los (pocos) italianos que podían permitirse un televisor, aparece el primer logo de la empresa, diseñado por el arquitecto y pintor Erberto Carboni, uno de los máximos exponentes del diseño gráfico publicitario. Giorgia Meloni afirmó que la TV Pública es una 'garantía de la democracia'.

Después de varios años de pruebas, el 3 de enero de 1954, la locutora Fulvia Colombo hizo el primer anuncio de la RAI al confirmar que la emisora ​​comenzaría su "servicio televisivo regular" ese día.

En 1954, sólo el 34% de la población tenía televisor, mientras el país aún se estaba recuperando de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.

"Llegadas y Salidas" abrió la programación de la RAI con la presentación de Armando Pizzo y Mike Bongiorno, quien luego se convertiría en un ícono de la televisión italiana por entrevistar a varias personalidades.

La emisora ​​dedicará un programa especial a lo largo de este miércoles a recordar su historia, con imágenes de archivo y otros recuerdos diversos que se retransmitirán en los canales de la RAI y en la plataforma RaiPlay.

La premier italiana, Giorgia Meloni, afirmó hoy que la cadena pública de televisión RAI, que este miércoles cumple 70 años, es una "garantía de pluralismo".

"Hace 70 años RAI inició sus emisiones y desde ese momento no ha dejado de acompañar el proceso colectivo de crecimiento y cambio cultural, social y civil", aseveró la premier en un mensaje publicado en la web del Gobierno italiano.

"Aprovecho la oportunidad de este importante aniversario para agradecer a RAI por el trabajo que realiza al narrar nuestra nación", agregó la política de Hermanos de Italia.

Para Meloni, "hoy en día, el servicio público de radio, televisión y multimedia, a pesar de un mercado muy diversificado, sigue siendo una garantía de pluralismo y democracia, y aún encuentra su fundamento en la vocación de hace setenta años".

70 años como referente informativo, social y cultural de Italia
La Radio Televisión Pública Italiana (RAI) cumple este miércoles 70 años desde su llegada a la pequeña pantalla, aunque su germen más primitivo se remonta a hace un siglo, con las primeras emisiones de radio de un medio público que hoy sigue siendo un referente informativo, cultural y social en el país.

Fue el 3 de enero de 1954 cuando la primera locutora de RAI, Fluvia Colombo, apareció en antena a las 11.00 horas locales: "La RAI, Radiotelevisión Italiana inicia hoy su servicio regular de transmisiones televisivas", fueron las palabras que dieron el pistoletazo de salida de una televisión con un fuerte arraigo entre los italianos.

Su origen se remonta a 1924, cuando comenzaron las emisiones radiofónicas por parte de la Unión Italiana de Radio, que fue cambiado de nombre hasta convertirse en la RAI en 1954, cuando contaba con una pequeña sede de dos plantas en Turín (norte) y sus programas llegaban aproximadamente a un 36 % de la población.

Por sus pantallas han pasado multitud de rostros conocidos y que forman parte de sus siete décadas de historia, desde presentadores como Raffaella Carrá y Pippo Baudo, cantantes como Mina y Orieta Berti, cómicos como Ugo Tognazzi o periodistas como Enzo Biaggi.

El primer programa de televisión, conducido por los icónicos presentadores Mike Bongiorno y Armando Pizzo, fue 'Llegadas y Salidas', un curioso formato de entrevistas en los aeropuertos italianos, mientras que 'Domingo deportivo' fue el primer magazine deportivo dominical y hoy en día continúa siendo el más antiguo de la televisión italiana.

En estas siete décadas, la RAI ha demostrado ser un todo terreno televisivo, incorporando multitud de formatos de distinta índole en canales como "RAI Escuela", "RAI Historia" o "RAI Gulp" y "RAI kids" para niños, destacando su fuerte apuesta por la cultura que todavía se mantiene.

La apertura de la temporada de ópera en el prestigioso Teatro de La Scala de Milán (norte) se sigue emitiendo cada 7 de diciembre en su canal principal, RAI 1, en horario de máxima audiencia y el Festival de la Canción de Sanremo, del que sale el representante italiano en Eurovisión, continúa siendo uno de los formatos más vistos desde su primera emisión en 1955.

No exenta de polémicas, en sus 70 años la RAI ha tenido 27 presidentes y 35 directores generales, y ha sobrevivido a continuas leyes y reformas que en ocasiones agrandaron la sombra de la manipulación política.

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, agradeció hoy "el trabajo que desde hace 70 años desarrolla al narrar la nación", y destacó que es "una garantía de pluralismo y democracia", mientras los partidos de la oposición la acusan de convertir la RAI en "tele Meloni".

"Setenta años de cultura, información y valorización de la identidad nacional", dijo, por su parte, el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, para quien se trata de una "televisión de Estado" para "tutelar y promover los valores fundacionales de la nación".

En la actualidad, la RAI cuenta con ocho canales televisivos temáticos y otros siete que emiten en distintos idiomas como el alemán, el esloveno o francés, así como tres emisoras de radio generalistas y otras 12 emisoras digitales temáticas. Además, emite algunos de sus telediarios con lengua de signos y otros en ucraniano desde el inicio de la guerra.
El cumpleaños de la televisión
Por: Mario Volpi 
Un famoso anuncio decía que "tener setenta años y no sentirlos" es exactamente lo que sucede en la televisión italiana. Un ya lejano 3 de enero de 1954, la RAI comenzó a emitir televisión en una Italia semidestruida por una guerra que había terminado hacía menos de una década, pero donde la gente tenía un deseo terrible e incontenible de volver a vivir. Las transmisiones fueron en blanco y negro, duraron menos de cuatro horas y ni siquiera cubrieron todo el territorio nacional. Además, los primeros televisores enormes tenían un costo prohibitivo para casi toda la población, hasta el punto de que un año después contaban con poco más de cien mil abonados. Había también una importante razón técnica para limitar la difusión de los nuevos medios. En aquella época, la electricidad en el territorio nacional era distribuida por innumerables operadores privados, que suministraban un voltaje que variaba de 110 a 220 V, y la frecuencia también era un poco "creciente", con frecuentes fluctuaciones de voltaje, lo que no era apreciado por las delicadas válvulas de vidrio. Para superar este inconveniente, cada televisor se vendía con un "transformador-estabilizador", este artilugio era una especie de maleta muy pesada, con una toma macho para enchufar a la red eléctrica, y una toma hembra donde se conectaba el televisor, por lo que ambos se encendian, y después de un par de minutos de calentamiento, una luz roja y un zumbido muy molesto anunciaron que todo el equipo estaba funcionando. 

Habrá que esperar otros tres años para que la señal cubra casi todo el territorio italiano, pero por otra parte el número de abonados alcanzará casi los trescientos mil, un signo de progreso económico excepcional. Precisamente para aprovechar esta primera y tímida recuperación económica, la publicidad, hasta entonces casi inexistente, se apropia con fuerza del nuevo medio, así nació "Carosello", un mini espectáculo nocturno, compuesto por seis anuncios publicitarios, dirigido por directores famosos, y protagonizada por grandes actores, que publicitan tal o cual producto. El éxito fue tan abrumador que Carosello se emitió continuamente desde 1957 hasta 1977, y todavía hoy se ha intentado revivirlo. 

Con la llegada del boom económico de los años 60, la televisión italiana, que empieza una década por detrás de los países europeos, dará un verdadero salto adelante, tanto en términos de número de abonados como, sobre todo, de calidad de la programación. Se presenta la noticia, que ayudará al todavía elevado número de analfabetos a comprender los acontecimientos del país, algo que el periódico impreso no podía hacer.

En los salones de los italianos, cada vez más, el carrito con el monumental televisor, cubierto de valiosos adornos y tapetes bordados, será el centro de atención, que se mostrará con orgullo a familiares y amigos, invitados a los espectáculos nocturnos. Para maximizar la compra de televisores incluso para las familias menos ricas, se ideará un sistema ingenioso. Se diseñaron televisores cronometrados, equipados con un monedero en la parte trasera. Las primeras tiendas de electrodomésticos los alquilaban a familias, donde a una determinada cantidad de dinero correspondía un determinado número de minutos de visualización. El administrador tomó parte del dinero para alquilarlo, mientras que el resto se utilizó para canjear el dispositivo, que luego pasó a ser propiedad de la familia. 

Eran los tiempos en que la televisión con programas como "il Musichiere" conducido por Mario Riva, o "Lascia o Raddoppia" conducido por Mike Buongiorno, con sus fantásticos premios de hasta "5 millones en fichas de oro" hacían literalmente soñar a los italianos con un cambio radical de vida, y la posibilidad de ganar esta aterradora suma se daba a cualquiera que fuera capaz de responder a algunas preguntas. Esta fórmula de programa de televisión se llamó Telequiz, y tuvo tanto éxito que rozó el fanatismo, manteniéndose intacta hasta el día de hoy. 

Los programas de televisión comenzaban a las cinco de la tarde con "la tele de los niños" y terminaban inexorablemente a medianoche con las inevitables buenas noches deseadas por los presentadores, a quienes llamaban "buenas noches señoritas". En 1961 nació la segunda Red, y también comenzaron los primeros Tribunos Electorales, mientras que un año atrás habían comenzado los episodios diarios de "Nunca es tarde", programa conducido por el maestro Alberto Manzi que tendrá el mérito de haber ganado millones de adultos italianos alfabetizados.

Una sentencia histórica del Tribunal Supremo de Casación abrió el camino en 1974 a las televisiones privadas, al principio sólo por cable, pero luego también por ether, y así nació en 1976 Telemilano, el futuro Canale 5. En 1977, muy por detrás del resto de Europa, también por la fuerte presión de un mundo político que no ve. Aunque la compra de productos extranjeros por parte de los italianos está mal vista, comenzaron las primeras pruebas de transmisión de color, alternando el sistema francés SECAM con el alemán PAL, hasta que prevaleció este último. 

En la década de 2000, lo analógico se apagó definitivamente para pasar a lo digital, con el espectacular aumento del número de canales, aunque algunos afirman que esta operación sólo sirvió para aumentar exponencialmente las horas de publicidad. Hoy en día, después de sólo setenta años, los aparatos modernos ni siquiera son comparables a las voluminosas y poco fiables cajas del pasado, pero en lo que respecta al contenido, la situación cambia. Especialmente para los de mi generación, permanece la melancolía de la programación del pasado, con las novelas fascinantes, las comedias representadas en vivo, pero sobre todo la educada elegancia de los personajes televisivos del pasado, muy alejados de la masa vulgar y gritadora de protagonistas de hoy, muchos de los cuales, lamentablemente, además de no tener ningún mérito artístico, también masacran duramente la lengua italiana.
Fuentes: Agencias ANSA, EFE, CarraOnLine y TelAm

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