lunes, 21 de febrero de 2022

Reporteros Sin Fronteras teme que Suiza tome represalias contra prensa por escándalo Credit Suisse

La ley suiza de protección del secreto bancario podría usarse contra periodistas tras la publicación de información comprometedora sobre cuentas en el banco Credit Suisse vinculadas con personas ligadas a la corrupción, alertó hoy Reporteros Sin Fronteras (RSF).

La organización defensora de la libertad de prensa pidió acabar con ese régimen jurídico "indigno de una democracia respetuosa con el derecho a informar".

Desde 2015 la legislación bancaria suiza contempla penas contra toda persona culpable de violar un secreto bancario, cuando hasta entonces sólo se castigaba a profesionales que trabajaban dentro del sector financiero, una modificación que según la red de periodistas constituye una amenaza contra la libertad de prensa.

"El mero hecho de que una información proceda de una fuente ilegal no justifica la persecución y la condena del periodista que la ha publicado", afirmó un comunicado de la rama suiza de RSF, que pidió a las autoridades nacionales abstenerse en esta ocasión de toda medida contra los medios.

Las críticas a la ley bancaria suiza surgen a raíz de la investigación "Secretos Suizos", sobre la cual un consorcio de 50 medios internacionales publicaron este domingo datos de 18.000 cuentas de Credit Suisse, el segundo mayor banco del país.

Según estas revelaciones, filtradas hace un año al diario alemán Süddeutsche Zeitung, Credit Suisse abrió cuentas y mantuvo como clientes a numerosas personas involucradas en escándalos de corrupción y otros delitos entre 1940 y 2010.

La reforma legal suiza de 2015 para aumentar la protección del secreto bancario en su sector financiero - uno de los motores económicos del país - tenía como principal objetivo combatir las redes de venta ilegal de datos de bancos, pero RSF considera que existe el riesgo de que se aplique también contra periodistas.

"Mientras las informaciones reveladas sean verídicas y contribuyan a un debate de interés general su publicación está protegida por la libertad de prensa, garantizada por la Constitución federal y la Convención Europea de los Derechos Humanos", defendió el secretario general de RSF Suiza, Denis Masmejan.

Credit Suisse reaccionó también hoy a las acusaciones, afirmando que los hechos publicados son "inexactos y sacados de contexto", y que el 90 % de las cuentas bancarias puestas en entredicho estaban ya cerradas o en proceso de serlo cuando el banco fue informado acerca de la investigación periodística.
Hasta ahora, las cuentas bancarias suizas han sido un secreto muy bien guardado detrás de gruesos muros. Pero ahora una fuente anónima ha filtrado un gran tesoro de datos de Credit Suisse a Süddeutsche Zeitung. Por primera vez se puede mostrar cómo los cleptócratas, los autócratas y los criminales escondían allí su dinero. El parlamento suizo endureció la ley bancaria en 2015; desde entonces, incluso a los periodistas se les ha prohibido efectivamente evaluar los datos bancarios filtrados. Según Thielemann, fue "impresionante" cómo la élite política suiza sacrificó descuidadamente "la dignidad del Estado de derecho en favor de los intereses del lobby bancario", publicó el SZ
La filtración de datos de clientes del Credit Suisse sacude los cimientos de la banca helvética
Una filtración de datos del Credit Suisse sobre más de 18.000 cuentas bancarias, y más de 100.000 millones de dólares dejó al descubierto la riqueza oculta de varios clientes, presuntamente implicados en delitos graves como el blanqueo de capitales o el tráfico de drogas.

El enorme caudal de datos bancarios fue revelado por un denunciante anónimo al periódico alemán Süddeutsche Zeitung. "Creo que las leyes suizas de secreto bancario son inmorales”, dijo la fuente del denunciante en un comunicado.

"El pretexto de proteger la privacidad financiera es simplemente una hoja de parra que cubre el papel vergonzoso de los bancos suizos como colaboradores de los evasores de impuestos”.

La entidad rechazó enérgicamente las acusaciones e insinuaciones sobre las supuestas prácticas comerciales del banco o la falta de diligencia debida, mediante un comunicado emitido este domingo.

Aclaró que "los asuntos presentados son predominantemente históricos, en algunos casos se remontan a la década de 1940, y los relatos de estos asuntos se basan en información parcial, inexacta o selectiva sacada de contexto", remarcó.

Y que si bien algunas cuentas en los datos estaban vigentes desde la década de 1940, más de dos tercios se abrieron desde 2000.

Muchas de ellas todavía estaban activas hasta bien entrada la última década, y una parte permanece abierta en la actualidad.

Casi 50 organizaciones de medios de todo el mundo, que integran el grupo de periodismo sin fines de lucro, Organised Crime and Corruption Reporting Project, se pasaron meses estudiando detenidamente los datos y los informes fueron publicados por The Guardian y The New York Times, entre otros, donde se afirma que el banco abrió o mantuvo cuentas para clientes de alto riesgo, incluidos delincuentes y personas involucradas en la trata de personas.

Credit Suisse declaró haber revisado un gran volumen de cuentas potencialmente asociadas con los asuntos planteados.

"Tener una cuenta suiza no es ilegal y, según los informes, la filtración también contenía datos de clientes que no habían hecho nada malo", sostuvo.

La mayoría se abrieron a partir de 2000, aunque no se incluyen las operaciones actuales del banco, informó, para agregar que "aproximadamente el 90% de las cuentas revisadas están cerradas hoy o estaban en proceso de cierre antes de recibir las consultas de la prensa, de las cuales más del 60% se cerraron antes de 2015", si bien no hizo comentarios sobre los clientes específicos mencionados.

El banco puso de relieve que estaba "profundamente consciente de su responsabilidad con los clientes y el sistema financiero en su conjunto para garantizar que se respeten los más altos estándares de conducta".

"Estas acusaciones de los medios parecen ser un esfuerzo concertado para desacreditar no solo al banco sino al mercado financiero suizo en su conjunto, que experimentó cambios significativos en los últimos años", retrucó.

La denuncia apunta a fallas generalizadas de diligencia por parte de Credit Suisse, a pesar de las reiteradas promesas durante décadas de eliminar clientes dudosos y fondos ilícitos.

Al formar parte del consorcio de medios de comunicación que tienen acceso exclusivo a los datos, The Guardian pudo revelar cómo Credit Suisse abrió o mantuvo repetidamente cuentas bancarias para una variedad panorámica de clientes de alto riesgo en todo el mundo.

Incluyen a un traficante de personas en Filipinas, un jefe de la bolsa de valores de Hong Kong encarcelado por soborno, un multimillonario que ordenó el asesinato de su novia, la estrella del pop libanés y ejecutivos que saquearon la compañía petrolera estatal de Venezuela, así como políticos corruptos desde Egipto hasta Ucrania, afirma el medio británico.

Una cuenta propiedad del Vaticano incluida en los datos se utilizó para gastar 350 millones de euros (290 millones de libras esterlinas) en una inversión presuntamente fraudulenta en una propiedad de Londres que está en el centro de un juicio penal en curso de varios acusados, incluido un cardenal, señaló.

Credit Suisse se amparó en las estrictas leyes de secreto bancario de Suiza que le impiden comentar sobre reclamos relacionados con clientes individuales, pero aún así rechazó enérgicamente las acusaciones e inferencias sobre las supuestas prácticas comerciales del banco.

Argumentó que los asuntos descubiertos por los reporteros se basan en "información selectiva sacada de contexto, lo que resulta en interpretaciones tendenciosas del negocio del banco".
Fuentes: Agencia EFE, Noticias Argentinas y Señales

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