La Casa Rosada, que ya pagaba a los clubes unos 600 millones de pesos por temporada, pasará a desembolsar un total de 825 millones a partir de 2012
Por: Andrés Burgo
La provechosa relación mutua entre el gobierno argentino y el fútbol del país se reforzó hoy con la llegada de más dinero público a las arcas de los alicaídos clubes.
Los clubes del fútbol argentino recibieron lo que pedían: el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner aumentó 225 millones de pesos (53 millones de dólares) el canon que paga a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) por los derechos televisivos de transmisión de los partidos, según datos publicados por el Boletín Oficial.
La Casa Rosada, que ya pagaba a los clubes unos 600 millones de pesos por temporada, pasará a desembolsar un total de 825 millones a partir de 2012. Pero lo que está en juego en este partido no es una cuestión sólo económica, sino política. Y de medios de comunicación.
El matrimonio del gobierno y la AFA fue una decisión que significó una inesperada derrota para el Grupo Clarín, el principal multimedios del país, dueño de varios los principales medios gráficos y audiovisuales. Fue a mitad de 2009, el año en el que se quebró la alianza de los Kirchner y el Clarín, que hasta entonces mantenían una buena relación.
La presidenta Cristina Fernández y su esposo, Néstor Kirchner, habían sufrido un duro golpe con la llamada "Guerra del Campo", un conflicto que nació por la modificación de las retenciones móviles agropecuarias y terminó enfrentando al gobierno contra diversos grupos de poder, entre ellos Clarín.
La administración Kirchner, en el peor momento de su imagen, se sintió traicionada por una empresa a la que le había unido una gran cercanía. Su contraataque fue en el corazón de uno de los principales negocios del grupo, los derechos televisivos del fútbol.
El contrato para televisar los campeonatos estaba desde 1991 en poder de TRISA, una compañía perteneciente en mitades iguales al Grupo Clarín y a la empresa Torneos y Competencias (TyC).
El poder de Clarín y TyC dentro del fútbol argentino era mayúsculo. Organizaba los horarios. Armaba el calendario. Obligaba a los hinchas a pagar un sistema codificado para ver los partidos. No dejaba retransmitir los goles hasta después del último encuentro de la fecha.
TRISA pagaba un monto de dinero, 264 millones de pesos, que era considerado insuficiente por los clubes. Incluso TyC tenía los derechos económicos de al menos un futbolista. El contrato que unía a una de las ramificaciones del Grupo Clarín con la AFA había sido firmado sin licitación y duraba hasta 2014. Todo parecía bajo control.
Pero, de un día para el otro, Kirchner le ofreció el doble de dinero a la AFA por los derechos televisivos: 600 millones de pesos. Tampoco hubo licitación, pero los clubes, ahogados en lo económico, aceptaron. El vínculo Kirchner-Clarín se rompió. Desapareció el codificado y los partidos pasaron a verse por canales abiertos.
El fútbol fue el primer golpe. Comenzó una pelea sin retorno. Los Kirchner volvieron a apuntar a los tobillos del Grupo con la Ley de Medios Audiovisuales, un intento por desconcentrar una determinada cantidad de medios en manos de una sola empresa. Del otro lado, el conglomerado multimedia se mostró crítico con el Gobierno como nunca lo había sido.
En octubre de 2011, más de dos años después de que la AFA rompiera unilateralmente su contrato con TyC y pasara a convertirse en socio del gobierno, Fernández de Kirchner fue reelecta con el 54 por ciento de los votos. El segundo candidato, Hermes Binner, no llegó al 17.
El enfrentamiento entre Clarín y el gobierno sigue por lo tanto vigente. Pero hay quienes creen que la imagen positiva de Cristina comenzó a repuntar cuando la televisación del fútbol pasó a manos del Estado y fue accesible así a toda la población. Ese romance entre gobierno y fútbol acaba de renovarse. Ahora es a cambio de 875 millones.
Fuente: Deutsche Presse-Agentur
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