Existen muchas cuestiones que hacen que el periodismo viva tiempos difíciles. Una de las formas de presión más frecuentes y sutiles de nuestros días es la que ejercen los Gobiernos a través de “excusas legítimas”. Uno de los más grandes maestros del oficio, Javier Darío Restrepo, reflexiona sobre el tema en el XVII Foro Eurolatinoamericano de Comunicación, que concluyó ayer
Por: Pedro Gómez Silgueira, pgomez@abc.com.py
Marcelo Beraba (Brasil), Diego Carcedo (España), Jaime Abello (Colombia), Javier Darío Restrepo (Colombia) y Fran Sevilla (España), durante el panel sobre Libertad de Información y Responsabilidad.
Para el maestro Javier Darío Restrepo (Colombia) ciertamente son días difíciles para la prensa y son muchas las razones por las que se puede decir que en América Latina es difícil este oficio.
Tras mencionar la posibilidad de que en algunos medios de nuestro continente los gerentes de marketing quieren presionar sobre los contenidos, habla de otra forma de presión todavía más fuerte, que podrían ser la de los anunciantes y, con más evidencia aún, las presiones de los Gobiernos: “Esto hace difícil hacer periodismo en nuestro tiempo y convierte en un lujo hacer un periodismo independiente”.
Considera también que la nueva tecnología, con toda su capacidad absorbente, pone en tela de juicio prácticas tradicionales de los periodistas, o los hacen pensar que han entrado en una órbita completamente distinta en la que las técnicas del oficio, lo mismo que el deber ser del oficio, están cambiando.
Pero uno de los elementos más notorios es la “aparición en nuestros países de una serie de Gobiernos que concentran todo el poder en sus manos (...) Cincuenta años atrás había también ese tipo de presiones sobre las redacciones. Había dictadores por todos lados y, por consiguiente, había la presión de agentes armados del Gobierno que llegaban a las redacciones para indicar qué se debía escribir y suprimir. Lo que estamos viviendo ahora no es nuevo, sino solo es una edición distinta y es la edición de quien pretende controlar los medios a través de pretextos legítimos”.
Como ejemplo, citó las situaciones que se viven en Bolivia, donde Evo Morales echa mano al pretexto de que no haya una prensa racista; el pretexto de Hugo Chávez, de que la prensa respete la hon-
ra y el buen nombre de las personas, y lo mismo pasa en Ecuador. “Todos esos son pretextos legítimos”, dice el maestro, con los cuales estos gobernantes buscan controlar a los medios.
Desde dentro
Ante esta amenaza sugiere a los periodistas mirar el fenómeno desde dentro para buscar una forma de defensa sólida de la libertad de expresión desde las redacciones y desde dentro de los periodistas. “Estas circunstancias están haciendo que se presente entre nosotros una amenaza que se llama el victimismo (...) Los periodistas estamos siendo víctimas de una persecución de los Gobiernos. Y la palabra víctima es muy peligrosa cuando se utiliza aplicada al propio caso”, sostiene.
Tomó como ejemplo la reacción que han tenido los organismos de ayuda y particularmente la Cruz Roja, que han aprendido en las catástrofes. “Las técnicas de ayuda en estos momentos se tienen que cuidar mucho de crear en las víctimas el complejo del victimismo. ¿En qué consiste? Las víctimas primero, por razón de su sufrimiento, se encierran en sí mismas, y ese encerramiento, ese replegamiento sobre sí mismas, hace que se conviertan en un ser eminentemente pasivo y a la espera de una ayuda que estima se les debe dar. Pero de allí se pasa con facilidad a otro estado de ánimo, el de creer que la sociedad está en deuda con la víctima y que es una deuda que le tiene que pagar. Por consiguiente, la víctima no tiene nada que hacer para salir de su situación. Eso que ha sucedido en las catástrofes puede tener una analogía con lo que nos está sucediendo a los periodistas en razón de las repetidas agresiones contra el oficio y contra los periodistas”.
Cuando la libertad de prensa está masacrada por los Gobiernos y nosotros creemos que no tenemos que hacer nada para redimirla, sino que esa acción les corresponde a la sociedad y a los propios Gobiernos, estamos errando el camino, dice Restrepo.
Considera que el periodista no debe dejar de actuar para convertirse en un elemento pasivo y esperar que su situación la resuelvan los organismos internacionales o las leyes nacionales. “Si es así, el periodista desaprovecha esa oportunidad para hacerse preguntas vitales: ¿cuáles son las prácticas de nuestro oficio que tienen que ser sometidas a cuestionamiento antes de que el cuestionamiento sea hecho por los de afuera, por los Gobiernos?”. Y dijo una frase en la que invita a los periodistas a pensar: “medio de comunicación que no se autocritica, está condenado al estancamiento”.
Restrepo aseguró, que “Hay varias prácticas de nuestro oficio que deben ser sometidas a cuestionamientos; se debe hacer una autocrítica”, esto en referencia a los cuestionamientos que han recibido los medios peruanos estos últimos meses por la cobertura de la desaparición de un joven estudiante, cuyo cuerpo fue hallado esta semana.
En dicha cobertura, se han encontrado por lo menos 10 errores en la presentación de la información. Como este hay varios casos en todo el mundo.
Restrepo aseguró que “autoregularse” no representa una autocensura, ya que “las prácticas dañinas en el periodismo son un atentado a lo que nosotros mismos estamos construyendo (la libertad de expresión)”, manifestó
"La ética no se aprende, se vive"
"La ética no se aprende sino que se vive y se transforma, ya que es como la vida misma, que se renueva todos los días" fue una de las reflexiones del maestro Javier Darío Restrepo
"La ética no se aprende, se vive", aseguró el maestro y explicó que ese valor no es resultado de la promulgación de códigos, sino que es "crear una infraestructura de respeto humano".
Restrepo explicó que la ética no se puede definir, ya que nadie tiene la última palabra ni fórmulas acabadas.
"La ética no da fórmulas de cómo hacer sino de cómo ser".
Según el maestro, lo más común es acudir a una norma cuando hay alguna duda, sin embargo, afirmó que "la ética no es un asunto de leer la ley", sino que es un deber interno.
El colombiano dio una lección a los periodistas, que por el compromiso de la profesión vive desafíos cotidianos de ética.
"Los periodistas no somos propagandistas de nada. Eso no significa que no seamos críticos y sensibles con lo que ocurre", señaló.
Y como la ética no es algo establecido sino en construcción, como lo había dicho antes, Restrepo enseñó a los profesionales y estudiantes que no se puede hablar de ese valor si no existe una constante interpelación a uno mismo.
"Lo ético es ante todo amor a sí mismo, en el ser ético palpitan todos los seres humanos, se debe ser ecuánime, es la base de lo ético. Es preferible el juicio, el diálogo con uno antes que la obediencia a un código".
El experto en ética periodística habló este jueves además sobre el principal inconveniente en el ejercicio del periodismo, la pugna entre la lógica comercial y periodística. Enseñó que cuando esta última se subordina a la primera, "entonces el periodista perdió una batalla profesional".
Fuentes: Diario ABC y Última Hora