Todavía estoy bloqueada, todavía espero alguna reacción, alguna respuesta… algún ¿milagro? que ponga fin a esta pesadilla, a esta injusticia. Soy Montserrat Velázquez, tengo 47 años y he sido corresponsal de la Agencia EFE en la zona noroeste de la Comunidad de Madrid durante once años. Pero mi empresa me despidió hace un mes después de intentar obligarme a firmar un humillante pliego de condiciones.Comunicado de la sección sindical de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP)
Mi pregunta al todopoderoso Grijelmo es: ¿Por qué? ¿Por qué me has buscado un sustituto si mi trabajo, que, seguramente, tú desconoces, ha sido irreprochable? Durante estos once años yo también he sido y me he sentido la Agencia Efe. Un tiempo en el fuimos los primeros en hablar con el alcalde de Majadahonda cuando estaba en Bombay rodeado de terroristas, en sacar a la luz la detención del jefe de la trama Gürtel o en anunciar que habían asaltado la casa de José Luis Moreno. He trabajado fines de semana y en horarios intempestivos, incluidas altas horas de la madrugada, sin cobrar más, he conducido con hielo y nieve para llegar a una moción de censura en un lejano Hoyo de Manzanares. He acudido con mi bebé colgada de una mochila (no tenía con quien dejarla y me avisaron de improviso) a la inauguración de un parking en Collado Villalba. He arreglado los pinchazos de mi coche mientras me apedreaban en un poblado chabolista de Boadilla del Monte…Pero para ti ni siquiera existo. Nunca me hicieron contrato y eso me convierte ahora en una periodista de segunda, en una trabajadora de segunda, sin derecho a paro ni indemnización, que cuando se atreve a denunciar el robo de sus derechos es expulsada sin contemplaciones, sin una palabra.
Me pregunto una y mil veces ¿Por qué señor Grijelmo? ¿Por qué arremetes contra los corresponsales, a los que puedes vencer sin esfuerzo? Ni siquiera has mostrado interés por conocer la situación particular de cada uno, o el trabajo realizado, o la antigüedad a la que también deberíamos tener derecho como los que tienen la suerte de estar contratados. Sabes que nunca hemos sido autónomos, sabes que siempre hemos sido trabajadores a las órdenes y bajo la supervisión de un superior, sin descanso y en horario completo. Estoy segura de que lo sabes. Es imposible que el poder te haya cambiado tanto, señor Grijelmo. Es imposible que te haya deshumanizado desde aquel tiempo en el que dirigías la sección de local de El País y te ganaste mi admiración.
Por eso, no me creo que seas la misma persona que ahora ha aceptado aplastar a los más indefensos de la plantilla de una empresa a la que he respetado. No me creo que me hayas sustituido sin negociación, ni aviso previo.
Y lo peor, lo que nunca te perdonaré, señor Grijelmo, es la sensación de desprecio que tengo en el alma. Me has robado la dignidad y la emoción de sentarme cada día ante un folio en blanco para escribir una pequeña o gran historia.
Me llamo Montserrat Velázquez, tengo 47 años y tengo que empezar de nuevo.
Perplejidad y rabia ante la actitud de Álex Grijelmo, presidente de la Agencia EFE
Perplejidad. Ese es el término que mejor define nuestro estado de ánimo tras leer el comunicado del presidente de la Agencia EFE, Álex Grijelmo, anunciando la ruptura de las casi neonatas negociaciones para el convenio colectivo.
Asombro. Lo que reflejan nuestras caras ante la excusa de la dirección: Un comunicado de CCOO en el que pide explicaciones sobre el sueldo del presidente de una de las principales empresas públicas de comunicación en español. La FeSP, al margen del contenido del comunicado, apoya la libertad de expresión de los trabajadores y cree que si el presidente se ha visto herido en su honor tiene otros cauces, incluso judiciales, para plantear sus quejas, y no paralizar la negociación del convenio.
Rabia. Acumulada ya desde hace meses ante los desplantes de alguien que ni siquiera se ha dignado a recibir al Comité Intercentros -máximo órgano de representación democrática de todos los trabajadores de EFE- desde su constitución hace casi ya dos años.
Dudas. ¿Qué pretende la dirección?, ¿Es el comunicado de CCOO una mera excusa para no negociar nada? ¿Está más cómodo con la política de hechos consumados? ¿O como bien dicen nuestros compañeros de la UGT, no será que no tiene nada que ofrecer? ¿Pensaba desde un principio no sentarse a negociar y echar las culpas a los sindicatos, como suele hacer?
Paciencia. Creemos que no está reñida con las anteriores. Nosotros estamos dispuestos a hacer acopio de ella. Sabemos que esto va para largo y no nos desmoralizamos por mucho que se empeñen las altas magistraturas de la empresa.
PD.- El presidente se pregunta en ese mercadillo en que se ha convertido la sección de la intranet 'Preguntas a la dirección' por qué los sindicatos no siguen su ejemplo y abren un link sobre 'dudas y preguntas' o 'pasapalabra sindical' o 'la ruleta de la desfortuna sindical'.
¿Acaso no sabe el presidente del trasiego de compañeros que acuden personal y diariamente a las secciones sindicales a expresarles sus inquietudes y problemas?
¿Acaso no sabe Grijelmo que cualquier miembro de un comité, sección sindical, delegado de personal o afiliado está en contacto directo y constante con sus compañeros de trabajo?
¿O es que la dirección sigue en su torre de marfil, cada vez más alta y opaca?