martes, 1 de abril de 2008

Cristina Fernández tildó al agro de golpista: "Esta vez en lugar de tanques usan a los medios"

La Presidenta dijo ver “el rostro del pasado que parece querer volver” y que “los mismos que hicieron el lock out patronal en febrero de 1976 son los que hoy se jactan del desabastecimiento”. Ante una Plaza nutrida de militantes y agrupaciones kirchneristas y un palco especial para Sindicalistas, dirigentes sociales, madres y abuelas de Plaza de Mayo. En la transmisión de la Televisión Pública con el zócalo marcando "por la convivencia y el diálogo" se pudo ver a Hugo Moyano dialogando con Omar Viviani, Estela Carlotto saludando al gabinete y esquivando a Hebe de Bonafini, que estaba en ese momento a su lado, y el Gabinete de ministros en pleno, gobernadores y dirigentes afines al Gobierno, la mandataria reiteró que por su condición de mujer le va a “costar el doble” pero invitó a todo el pueblo a acompañarla.
“Argentinos y argentinas, quiero agradecer esta presencia multitudinaria del pueblo argentino que no ha venido a defender un color político o un sector. Son miles y miles de argentinos que vienen a defender a su país, la Nación argentina”, comenzó su disertación la Presidenta.
“Hace apenas dos días que se cumplieron 100 días desde que juré como presidenta de los argentinos. Nunca había visto en tan poco tiempo tantos ataques al voto popular. Nunca tantas ofensas. Nunca tantos insultos”, consideró.
“Parece que sólo he cometido un pecado, haber sido votada por la mayoría de los argentinos en elecciones libres y democráticas. Tal vez tengo otro pecado: ser mujer. Pero de los dos me siento orgullosa”, expresó Cristina Kirchner.
"Los que hablan de cultura democrática deberían practicarla, he visto el rostro de un pasado que pareciera querer volver", afirmó la mandataria. "Un 24 de febrero de 1976, las mismas organizaciones que hoy se jactan de llevar adelante el desabastecimiento del pueblo llevaban adelante un lock out patronal", dijo, en un durísimo tono, la Presidenta de todos los argentinos.“Esta vez han sido acompañados no por los tanques, sino por generales de los medios, que han cambiado y tergiversado la información. Son los mismo que hoy pude ver en un diario, donde colocan mi caricatura , donde tenía una venda cruzada en la boca, en un mensaje cuasimafioso. ¿ Qué es lo que no puedo decir, qué es lo que no puedo hablar al pueblo argentino?”, se preguntó la Presidenta.
“Se puede estar orgulloso de desabastecer al pueblo y decir representarlo?”, dijo la mandataria, en una clara alusión a las entidades del agro que nuclean a los pequeños productores.
“Muchos de nosotros venimos de historias y experiencias políticas diferentes, pero lo importante no es de dónde se viene, sino hacia dónde vamos. Esta es la clave: el país que queremos. Y este país que ha vuelto a recuperar la fuerza del trabajo, a sus fábricas, la autoestima nacional y que tiene una oportunidad histórica, no se puede desaprovechar”, manifestó.
“Solo les pido que si quieren seguir agraviándome, pueden seguir haciéndolo. Pero les pido que no sigan agraviando al pueblo. Liberen las rutas”, reclamó.
“Este no es solo un proyecto económico. Es por sobre todas las cosas, de inclusión social, de la distribución del ingreso. Yo no soy de los dirigentes políticos que han tenido un discurso en la campaña para hacer otra cosa en el Gobierno”, apuntó, y agregó: “Me siento orgullosa de poder mirar al mundo y que el mundo nos mire como ejemplo de vigencia de los derechos humanos. Sé que hay costos personales que pagar”.
La jefa de Estado reiteró al final de su discurso el pedido a los ruralistas: "Quiero rogarles encarecidamente que se den cuenta que no es bueno cortar caminos para que no pasen alimentos, que por favor en nombre de todo el pueblo, y en nombre de ellos mismos, que adviertan el mal que están haciendo".
"El compromiso es con el país, Argentina con inclusión social, Argentina por los que menos tienen , por los que todavía tienen hambre, Muchas gracias argentinos y argentinas", cerró Cristina Fernández su discurso en la Plaza de Mayo.
Al final, recibió de su esposo Néstor Kirchner un pañuelo para secarse las lágrimas y juntos fueron saludar a los manifestantes.

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