El acto contó con el acompañamiento de diversas organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos y el Frente de Jubilados en Lucha. Fueron parte también, los diputados nacionales Germán Martínez y Eduardo Toniolli, y los concejales Norma López, Caren Tep, Juan Monteverde, Mariano Romero, entre otros, quienes expresaron su solidaridad con el compañero Pablo Grillo. Entre las consignas, se destacaron las siguientes: "Levantamos nuestras cámaras contra la violencia y la represión institucional que pone en riesgo nuestras vidas. Defendemos el derecho a la protesta y la libertad de expresión. No queremos ser el blanco de ataques de las fuerzas de seguridad en cada movilización".
Celina Mutti Lovera, fotoperiodista de La Capital, fue una de las voces de ARGRA que tomó la palabra y expresó: "Las reporteras y reporteros de Rosario, que estamos agrupados en ARGRA, queremos solidarizarnos y sumarnos al apoyo y al abrazo para con Pablo Grillo y toda su familia en este momento tan crítico que están viviendo. Desde el año pasado venimos denunciando cómo las fuerzas de seguridad empezaron a atacarnos, primero arrojándonos gases y luego apuntando muy cerca de los ojos. Lo que le ocurrió a Pablo es algo cruel, tremendo. Nosotros no queremos seguir trabajando con miedo, no podemos seguir trabajando con miedo. Nuestro lugar es en la calle y vamos a seguir en la calle, vamos a seguir informando. Pero para eso necesitamos un mínimo de seguridad, que nos respeten. Somos trabajadores, trabajadores de prensa, y hoy todos los trabajadores de la República Argentina están en peligro. Así que les agradecemos su apoyo y le mandamos muchísima fuerza a Pablo y a toda su familia", concluyó.
A continuación, Franco Trovato Fuoco, fotógrafo de El Ciudadano, hizo referencia a la violencia institucional y dijo: "Recién me preguntaban un par de colegas de Canal de Televisión cómo desde la reportería gráfica tomamos este tipo de hechos, cómo nos afecta, y Celina ya lo explicó un poco. Me gustaría hacer un pequeño inciso: esto le puede haber pasado a cualquier ciudadano. Yo no creo que esto solo nos vaya a pasar a nosotros, los reporteros gráficos, que estamos siendo blanco de ataque desde hace bastante. Cualquier ciudadano que se atreva en un régimen como este a intentar ejercer la libertad de expresión tiene un blanco marcado. Lo que ustedes vieron en estos días fue el fusilamiento de un ciudadano argentino, que además es fotógrafo, que además es un trabajador de prensa, que quería ejercer un derecho constitucional, un derecho que nos costó horrores conseguir. Así que de nuevo, agradecemos a todos los que forman parte de esta multitud que se ha congregado aquí. Este acto no es solo de los fotógrafos, no solo de los periodistas, no solo de las organizaciones sociales y sindicales. Esto tiene que ver con nuestra ciudadanía y con las luchas que ya los argentinos hemos dicho basta una y mil veces, y vamos a seguir diciendo basta. No vamos a dejar de expresarnos, vamos a seguir informando, ¡la calle es nuestra!", cerró.
Por último, Edgardo Carmona, secretario general del Sindicato de Prensa Rosario, expresó: "Lo primero es agradecer la presencia de todos ustedes aquí, en esta plaza. Ustedes le dieron volumen a este 'camarazo'. Nosotros lo imaginábamos con un grupo de compañeros trabajadores de prensa, de cámaras de fotoperiodistas alzando su cámara en repudio a lo ocurrido el miércoles, pero fuimos sintiendo las adhesiones, las ganas de participar, y ustedes le dieron este marco. ¿Cuáles son los objetivos de este camarazo? El primero es, a la distancia, abrazar a Pablo Grillo y a su familia, desear con fuerzas, amor y solidaridad que se recupere íntegramente. Nadie en nuestro país debe pasar por una situación así, por estar manifestándose, militando o registrando lo que ocurre en la calle. El segundo objetivo es extender esa solidaridad a Beatriz, una bastonera agredida terriblemente por la policía, que fue empujada contra el piso, y a todos los demás heridos, perseguidos, gaseados, arrestados arbitrariamente en esta cacería que ya no nos sorprende, ya que las fuerzas federales, que supuestamente protegen el orden y la seguridad, están al servicio de unos pocos. Y desde ya reafirmar nuestro compromiso en la participación de cada miércoles con los compañeros y las compañeras jubiladas en su reclamo legítimo por un haber digno.
Nada nos ha sorprendido, ya lo sabíamos y lo denunciamos muchas veces. Este plan económico de hambre, exclusión y precarización al servicio de unos pocos poderosos termina, o empieza, en represión. Sabíamos que el llamado protocolo de seguridad anti-piquetes, que no es más que el intento de legalizar fuerzas represivas y salvajes para evitar manifestaciones, tenía como víctimas al pueblo argentino y, en particular, a los periodistas. No se puede destruir el estado ni precarizar a los trabajadores solo con represión. También se requiere ocultamiento, manipulación y tergiversación, y para eso montaron un operativo comunicacional infernal. Es por eso que no nos quieren en la calle, porque no quieren que cubramos lo que ocurre en nuestra patria. Nos quieren silenciar a balazos de goma, gaseadas, persecuciones sistemáticas a los compañeros que cubren las marchas y movilizaciones.
Vimos a nuestra ministra estrella (Patricia Bullrich), que hace décadas tiene agitado al pueblo argentino, intentando imponer modelos de hambre a los jubilados y de represión. La vimos justificando las acciones de las fuerzas a su mando, tanto en términos operativos como políticos, para deslegitimar las protestas. Nadie en esa movilización fue 'barra brava', como intentaron hacer creer. Lo que vimos fue el pueblo futbolero, rompiendo el aislamiento de los jubilados, movilizando a la sociedad para impedir que estos delincuentes sigan golpeando al pueblo en la puerta del Congreso cada miércoles. Lo sabíamos, y lo denunciamos: la única forma de contrarrestar este discurso repetido por las grandes cadenas de comunicación fue con las imágenes de los compañeros en la calle. Las filmaciones de camarógrafos y fotoperiodistas demostraron sin lugar a dudas que el disparo de la cápsula de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza de Pablo Grillo no fue un accidente, no fue un error, sino que hubo intencionalidad de lastimar. El disparo salió directamente de un hombre de Gendarmería, que desde abajo hacia arriba disparó e impactó en la cabeza. No fue un error, hubo un objetivo claro de matar.
Estos tipos están dispuestos a todo. Y solo la solidaridad y la unidad de nuestro pueblo, en la calle, pondrá fin a esta patota que quiere regalar el país y ponerlo al servicio de los poderosos. Nosotros, los trabajadores de la comunicación, no podemos elegir si estar o no estar; nuestra obligación es contar, simple y llanamente, contar lo que ocurre en cada rincón de nuestra patria. Nuestro objetivo es mostrar lo que el poder quiere ocultar. No podemos elegir no estar. Sentimos el compromiso ético de estar donde se nos necesita, porque somos servidores. La información es patrimonio del pueblo. Desde esta plaza renovamos nuestro compromiso, pero le exigimos al estado que nos permita trabajar libremente, que nos permita contar lo que pasa sin arriesgar nuestra integridad ni nuestra vida. ¡Basta de mentiras! ¡Basta de explotación! Queremos urgentemente que renuncie la responsable política y operativa de este siniestro operativo que montaron en la plaza frente a la manifestación de los jubilados. Queremos la renuncia de Patricia, como todos en este gobierno: muy valientes con los débiles, pero muy cobardes con los poderosos. ¡Basta de represión! Queremos que el pueblo, único baluarte que asegura la liberación de nuestra gente, marche por las calles junto a los jubilados, contra la derrota económica que nos sumerge en la pobreza y la marginalidad. Compañeros, gracias por estar aquí", finalizó.
Nada nos ha sorprendido, ya lo sabíamos y lo denunciamos muchas veces. Este plan económico de hambre, exclusión y precarización al servicio de unos pocos poderosos termina, o empieza, en represión. Sabíamos que el llamado protocolo de seguridad anti-piquetes, que no es más que el intento de legalizar fuerzas represivas y salvajes para evitar manifestaciones, tenía como víctimas al pueblo argentino y, en particular, a los periodistas. No se puede destruir el estado ni precarizar a los trabajadores solo con represión. También se requiere ocultamiento, manipulación y tergiversación, y para eso montaron un operativo comunicacional infernal. Es por eso que no nos quieren en la calle, porque no quieren que cubramos lo que ocurre en nuestra patria. Nos quieren silenciar a balazos de goma, gaseadas, persecuciones sistemáticas a los compañeros que cubren las marchas y movilizaciones.
Vimos a nuestra ministra estrella (Patricia Bullrich), que hace décadas tiene agitado al pueblo argentino, intentando imponer modelos de hambre a los jubilados y de represión. La vimos justificando las acciones de las fuerzas a su mando, tanto en términos operativos como políticos, para deslegitimar las protestas. Nadie en esa movilización fue 'barra brava', como intentaron hacer creer. Lo que vimos fue el pueblo futbolero, rompiendo el aislamiento de los jubilados, movilizando a la sociedad para impedir que estos delincuentes sigan golpeando al pueblo en la puerta del Congreso cada miércoles. Lo sabíamos, y lo denunciamos: la única forma de contrarrestar este discurso repetido por las grandes cadenas de comunicación fue con las imágenes de los compañeros en la calle. Las filmaciones de camarógrafos y fotoperiodistas demostraron sin lugar a dudas que el disparo de la cápsula de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza de Pablo Grillo no fue un accidente, no fue un error, sino que hubo intencionalidad de lastimar. El disparo salió directamente de un hombre de Gendarmería, que desde abajo hacia arriba disparó e impactó en la cabeza. No fue un error, hubo un objetivo claro de matar.
Estos tipos están dispuestos a todo. Y solo la solidaridad y la unidad de nuestro pueblo, en la calle, pondrá fin a esta patota que quiere regalar el país y ponerlo al servicio de los poderosos. Nosotros, los trabajadores de la comunicación, no podemos elegir si estar o no estar; nuestra obligación es contar, simple y llanamente, contar lo que ocurre en cada rincón de nuestra patria. Nuestro objetivo es mostrar lo que el poder quiere ocultar. No podemos elegir no estar. Sentimos el compromiso ético de estar donde se nos necesita, porque somos servidores. La información es patrimonio del pueblo. Desde esta plaza renovamos nuestro compromiso, pero le exigimos al estado que nos permita trabajar libremente, que nos permita contar lo que pasa sin arriesgar nuestra integridad ni nuestra vida. ¡Basta de mentiras! ¡Basta de explotación! Queremos urgentemente que renuncie la responsable política y operativa de este siniestro operativo que montaron en la plaza frente a la manifestación de los jubilados. Queremos la renuncia de Patricia, como todos en este gobierno: muy valientes con los débiles, pero muy cobardes con los poderosos. ¡Basta de represión! Queremos que el pueblo, único baluarte que asegura la liberación de nuestra gente, marche por las calles junto a los jubilados, contra la derrota económica que nos sumerge en la pobreza y la marginalidad. Compañeros, gracias por estar aquí", finalizó.
Fotos: Sindicato de Prensa Rosario y Fernando Mut
Fuente: Señales