Hablamos de "Blanca en Alfonsina", Tiempo de regreso, obra que se está representando los días viernes en el Teatro del Rayo. Hace unos años escribiste un monólogo para la siempre recordada y querida Sara Lindberg, gran actriz y tu compañera de vida. ¿Y allí surge la idea de esta obra?
Así fue. Hace varios años escribí para La Cocina de los Dramaturgos un monólogo, que era la historia de una mujer muy humilde de barrio, una costurera, madre soltera, que su hijo se ha ido a España por la falta de trabajo en el país. En aquel entonces, muy fuerte era la depresión y quería comunicarse con el hijo. Lo que pasa que serían muy caras las llamadas y el hijo le proponía usar el internet, pero la mujer no sabía usar el internet y además quería escucharlo, quería oír su voz. En aquel entonces era todo por texto. Y ahí nació la idea de esta mujer, de Blanca, y con los años fue muy maravilloso lo que hizo Sara, muy querido el trabajo y quedó dando vuelta y flotando su idea. Y bueno, con los años apareció Alfonsina, que era lo que le faltaba a Blanca, una mujer que la comprenda, que la apoye, que de alguna manera la valorice y le enseña eso tan importante que ella quería hacer, que era simplemente escribir. Mirá qué cosa chiquita, escribir un poema. Y ahí nace la historia mía de Blanca en Alfonsina.
¿Quiénes son los personajes de la obra? ¿Quiénes representan? Pienso en Blanca, en Alfonsina y en otros.
El tema es que yo traté de no hacer un elenco demasiado numeroso, como en otras puestas, por las situaciones de la posibilidad de giras y traslados y demás. Así que el personaje es el personaje de Blanca, el personaje de Alfonsina. Blanca lo hace Bárbara Zapata, mi hija. Alfonsina lo hace Adriana Frodella. Y luego está el personaje, digamos, del oscuro, que es un personaje como un hombre, pero mediocre, digamos. Un hombre muy materialista, muy simple, qué sé yo, un hombre muy oscuro. Por eso de ahí nace el nombre. Y después está el personaje del hijo, de Blanca, que lo hace Fernando Galassi. Y el personaje de Horacio Quiroga, que es el personaje que de alguna manera reclama el amor de Alfonsina. Son tres personajes masculinos y dos personajes femeninos que de alguna manera van entrelazando esta historia. Y la historia recorre lugares fundamentalmente poéticos. Es casi como un pretexto, como un pretexto para meternos en esas cosas que nuestro corazón y nuestra alma tienen latiendo permanentemente, que son los recuerdos, que son los momentos vividos felices, que son los encuentros, que son también las pérdidas, por qué no. Y ese recorrido de la necesidad de este mundo actual tan necesario, y por eso se justifica Blanca, que es estar más juntos, vernos más, dejar un poco de lado la inmediatez del celular y tomar la vida más profundamente, a partir de reflexionar y de estar presente, y de valorar el encuentro, que es esa cosa tan importante en la vida, y la comunicación, ¿verdad?
Te escuchaba decir unos días atrás que la poesía se confunde con lo cotidiano y la realidad con la imaginación, y no puedo dejar de pensar en esta semana tan dura para nuestro país. ¿Qué pasa por tu cabeza cuando decís eso?
De alguna manera para el artista siempre tienes un refugio, porque la imaginación tiene por suerte la libertad absoluta de ser, y el hombre puede imaginar libremente aunque esté en una cárcel, ¿verdad? O sea, el hombre tiene la virtud de poder imaginar las mejores cosas, el mundo que quiere, lo que sueña, y yo creo, soy de los que creen que no hay nada que se puede lograr si no se imagina y no se sueña antes. Lo que pasa es que estamos viviendo, como vos decís, un momento muy difícil en este país, muy difícil, fundamentalmente en el tema cultural y educativo. Es alarmante lo que estamos viviendo, o sea, se ha liquidado gran parte del Instituto Nacional de Cine, del Instituto Nacional de Teatro, del apoyo del Fondo Nacional de las Artes, un montón de lugares que de alguna manera eran recurrentes para la actividad cultural, pero quiero decir, si hay una forma de resistir a esa realidad, yo creo que es haciendo cosas, o sea, estando presente, representando, filmando, actuando. Vamos por una palabra un poco difícil, la militancia del hombre de la cultura. El hombre de la cultura debe militar, tal vez como lo haces vos también como periodista, estando presente, comunicándose, no bajando la guardia en ese sentido. Esa es la mejor forma, yo creo, de imaginar un mundo mejor y tengo la absoluta seguridad y la absoluta confianza de que lo vamos a conseguir, porque estamos persuadidos del destino de nuestro país.
Decías también que se busca el reencuentro con los sentimientos más entrañables, y pensaba, ¿cuáles son esos sentimientos y qué es lo que está impidiendo ese reencuentro?
Sí, claro. Eso que te decía era porque, como vos sabés, Arteón es un grupo emblemático de la ciudad que ha estado siempre presente en los grandes compromisos de la comunidad. Por ejemplo en Malvinas, hemos hablado, fuimos los primeros que hicimos una obra sobre Malvinas, sobre el Túpac Amaru y la obra sobre Túpac, sobre La Forestal, la explotación del obrero en el Chaco Santafesino, sobre qué sé yo, sobre Bienvenido León de Francia, la lucha de los radioteatreros por vivir con dignidad. O sea, Arteón ha estado siempre presente en esa actitud social de defensa y esta vez yo, ya mayor, me dije vamos a calar un poco por adentro ahora, vamos a hablar un poco a ver qué nos está pasando por adentro. Porque ahí hay un reencuentro, indudablemente, con las cosas que nos pertenecen a todos. No somos exclusivos, el ser humano es un ser colectivo y nos pertenece a todos, nos pertenece, qué sé yo, a los sueños, nos pertenecen los proyectos, nos pertenecen las cosas que hemos perdido, nos pertenecen los amores, los afectos, las necesidades para ese alimento espiritual que es tan importante como el alimento material, para que nuestra alma siga viva, para que el hombre no sea nada más que un proyecto de materia, para que el hombre sea algo más trascendente. Y en esa reflexión estaba trabajando para Blanca y Alfonsina y aparece a cada momento. ¿Por qué? Porque la encontrás, por ejemplo, en los poemas de Alfonsina y la encontrás en las reflexiones de la gente simple de un barrio, cuando en dos palabras te dice, por ejemplo, qué sé yo, podemos pensar distinto pero sentimos iguales. Y con eso te estás sintetizando la necesidad de una comunidad más sensible, en donde reine un poco más la poesía y menos la violencia y el mezquino afán de lo económico. Esto es un poco lo que yo traté de reflexionar. Pensaba, mientras buscaba material el otro día, recordaba que fue declarada de interés municipal y una de las cosas en las que consideramos, decían nuestros concejales, concejalas, que fueron las que llevaron adelante esa declaratoria, que hacías visible a través de la puesta en escena el encuentro imaginario entre esta costurera blanca, una costurera de barrio, y la gran poeta Alfonsina Storni. Recursos fundamentales que hacen al sentido de la vida, la imaginación, la recreación, esas formas de ilusión y el coraje de ambas de luchar por un mundo mejor. Exactamente, eso es así. Nosotros tenemos la herramienta del teatro y el teatro nos permite volar arriba de la realidad y mezclarla con la imaginación y mezclarla con la creación. A veces el teatro se vuelve más real que la realidad y a veces la realidad se vuelve más poética que el teatro. Entonces, en este caso, Alfonsina Storni muere en 1938 y esta costurera de barrio la ubico yo más o menos en los años 2000, 2001. Pero se encuentran, se encuentran, y esto es posible. Y nadie te pregunta, ningún espectador te va a decir cómo esto es posible. Porque el teatro lo permite. El teatro permite, por ejemplo, que en Malvinas, canto el sentimiento de un pueblo, uno de los soldados que ha muerto en Malvinas regresa a su barrio, regresa a su casa. Pero no es que regresa materialmente, es que regresa de otra manera, ¿verdad? Regresa escapándole a la muerte y reuniéndose con sus amores porque lo necesitaba más que nada en el mundo. Bueno, o sea, permite la magia. Y si el teatro te permite la magia es una herramienta maravillosa porque te permite vivir lo que vos querrías vivir, aunque la realidad no te lo permita. Esto es un privilegio que tenemos, que tiene el ser humano, ¿verdad? Es un privilegio maravilloso que el teatro te posibilita. Por eso tal vez el teatro es un arte milenario. Y aunque te dicen que no, ya está en decadencia, no va a desaparecer, que no, que sí, ha vivido decadencia durante 3, 4, 5 mil años, o sea que no tiene problema. El teatro es un arte que nació con el hombre porque es el arte de lo imposible. De lo que va más allá de la simple materia. Esto es muy importante que lo podamos vivir, ¿no? Nos gusta que esto sí exista.
Arteón sigue girando, así lo presentan ustedes, en casi 60 años el teatro ha pasado por muchas salas. Hubo momentos donde no tenían sala, hubo buenos momentos. En enero, cuando hablamos, había un momento realmente de festejo, porque uno hablaba de un encuentro entre las autoridades del municipio, la provincia, la Universidad Nacional de Rosario, todos juntos para encontrarle un nuevo lugar. Cuando lo tuvimos al rector, sentado acá en el piso, nos dijo dónde iba a estar y aseguró que a mitad de año tenía que estar funcionando. ¿Cómo está eso?
Me alegro mucho que recuerdes esas palabras que hayas tenido al rector allí, que es un amigo, pero realmente lo que se prometió en enero aún no se ha materializado. Yo sé que hay muchos problemas, indudablemente la Universidad Nacional está sobrellevando momentos más que difíciles a nivel presupuestario, a nivel de su relación con la nación, que demandan inclusive los últimos paros que ha habido y demás. Y también entiendo que hay un problema de economía en la provincia y en la municipalidad, pero lo que pasa es que yo creo que si en enero había estado desentusiasmado y esa convicción de que Arteón era un espacio de cultura emblemático para la ciudad y que se le iba a dar un lugar, un ámbito donde desarrollar su nuevo espacio cultural, eso debe cumplirse, ¿verdad? Y nosotros tenemos la expectativa y la esperanza de que van a cumplir. Lo que pasa es que está demorado eso, está demorado porque ya estamos en junio, han pasado más de cinco meses y no tenemos el lugar todavía. Se está definiendo, se está definiendo, pero se demora. Pero tenemos absoluta confianza de que eso va a salir, tenemos absoluta confianza porque creemos en la palabra de las autoridades, porque se han comprometido públicamente, porque han firmado una carta de intención y bueno, y creemos que esto es una cosa seria, importante y que no podemos defraudarnos mutuamente. Nosotros seguimos trabajando, tratando de no defraudar a nadie. Seguimos haciendo cine, teatro. Ayer hicimos la proyección en El Cairo de "Contraolvido", la última producción audiovisual nuestra, que la acompañamos con un cortometraje porque era como un repaso retro de cada realizador rosarino. Así que hicimos el cortometraje de Sueño de Barrio, de Fontanarrosa, y yo lo filmé como parte del largometraje, que fue muy lindo, con mucho humor. Y luego pasamos nuestra querida "Contraolvido", que es como un presagio de lo que iba a pasar con la sala. Son los fantasmas de un teatro que no quieren abandonarlo y la sala se va a demoler. En el caso nuestro, todavía no se demolió, pero se demolió moralmente, porque nos echaron de la sala de calle Sarmiento, que hacía más de 55 años que venimos trabajando allí. Pero bueno, por eso, como vos decís, Arteón sigue girando, es un poco la síntesis de que Arteón sigue existiendo, sigue haciendo cine, teatro. Hoy tenemos, por ejemplo, un encuentro maravilloso en el Lumiere, hoy a las 19 horas, y mañana domingo también a las 19 horas se va a proyectar "Contraolvido" y vamos a estar presente nosotros para presentar la película, para explicar por qué la hicimos en medio de la pandemia y por qué hablamos de los fantasmas de Arteón, que no hay que asustarse, no son fantasmitas, son los personajes, los personajes de todas las obras que pasaron por un escenario y están reclamando seguir actuando, están reclamando seguir siendo no olvidados por el público. Esa es la historia de "Contraolvido".
Esta es la historia de nuestra Blanca, la costurera del barrio, que hace tiempo espera que alguien la comprenda, la valore, la acompañe. Y de Alfonsina, regresando desde un tiempo lejano, tal vez, porque en estos tiempos la estábamos necesitando.
Ficha técnica
Elenco: Adriana Frodella – Bárbara Zapata – Matías Tamburri – Santiago Pereiro – Fernando Galassi
Vestuario y Caracterización: Ramiro Sorrequieta
Música Original: Matías Tamburri
Luminotecnia: Federico Zapata - Julián López - Andrés Martorell
Sonido y efectos: Maripí Paredes
Asistente de Dirección y Edición de Imágenes: Miler Blasco
Coordinación de Producción: Nelson Reche.
Prensa: Mariel Cortez Piñero
Autor y Dirección General: Néstor Zapata
Lugar: Teatro del Rayo, - Salta 2991
Entradas: Anticipadas con Descuento al 341-5842730.