Por: Diego Santos, Analista digital, diegosantos1978@gmail.com
El contenido diario de decenas de miles de medios de comunicación ha sido clave para el crecimiento de Google. Para decirlo de otra manera: el material generado por esos periódicos, cadenas radiales y noticieros a lo largo y ancho del planeta, durante tantos años, le sirvió como gran trampolín para convertirse en un coloso global.
Cierto es que en dicha relación simbiótica ambos se beneficiaron, pero la balanza se inclinó desmedida e incontrolablemente a favor de la empresa de Mountain View.
Hoy, Google, a través de su matriz Alphabet Inc., es la quinta compañía más grande del mundo. Los medios, por su parte, pese a los millones de clics que llegan a sus portales a través del motor de búsqueda, luchan por su supervivencia. Miles de ellos ya ni existen. Atribuirles a Google o a las redes sociales la crisis de los medios sería la salida fácil. Es un asunto mucho más complejo. Si bien su cuota de responsabilidad no es menor, es en las malas decisiones, la falta de visión, el poco trabajo en equipo del gremio y un excesivo grado de comodidad por parte de estos últimos donde se comienza a entender su precaria situación.
Cuando los medios decidieron regalar hace más de 20 años su activo más preciado –la información–, sin saberlo le pusieron la cruz al equilibrio de su modelo de negocio. Poco a poco, el negocio publicitario fue migrando a esas empresas que, a punta de embelesarles los oídos con generación de clics, se quedaron con más del 90 por ciento de la tarta publicitaria.
Con invitaciones a Silicon Valley, foros rimbombantes sobre el futuro de las noticias y limosnas ocasionales envueltas en frases como “estamos dichosos de contribuir al desarrollo de los portales de noticias en la era digital y seguir apoyando el periodismo”, Google frenó cualquier sublevación que pusiera en riesgo su estrategia de crecimiento.
Los medios, cada cual jalando hacia su lado, terminaron timados y enredados en la compleja telaraña del gigante gringo.
Frente al escaso margen de maniobra de la prensa en este nuevo ecosistema, en los tribunales de competencia de algunos países se han dado pasos para tratar de reequilibrar la balanza. En Francia, por ejemplo, la Alianza de Prensa de Información General llegó a un acuerdo con Google hace unos días para que remunere a la prensa por concepto de derechos afines.
A esto se llegó, por supuesto, luego de una fuerte pugna en la que los medios demandaron a Google y este, de manera unilateral, comenzó a hacer menos visible el contenido de los periódicos que se negaran a permitirle seguir explotando gratis sus noticias. Los medios recularon y ahí es donde entró la Autoridad de Competencia.
En Australia, el regulador culminó un trabajo de 18 meses que llevaría tanto a Facebook como a Google a negociar un precio justo por el uso del contenido noticioso y enlaces generados por los medios locales. El asunto, que ya está en el Parlamento, ha desatado la ira de Google, que amenazó con eliminar todos sus servicios de ese país. El Gobierno, de momento, no se ha dejado chantajear. “Australia es la que establece las reglas de lo que se puede hacer en Australia”, ha dicho el primer ministro, Scott Morrison.
Aunque ambos hechos son un hito importante, ninguno de estos ejemplos va a resolver el problema que enfrenta la prensa. Su dependencia de Google es inclusive peor que la de un adicto a su ‘dealer’. A los medios, el motor de búsqueda se les volvió imprescindible para vivir y no son capaces de romper el vínculo. Y Google lo sabe, por eso abusa y se sabe poderoso.
Quizá llegó el momento de que el gremio de medios deba sentar una posición muy agresiva que a corto plazo pueda resultarle muy perjudicial, pero que a la larga le garantice no solo su supervivencia, sino posibilidades de crecimiento. Abandonar Google. Complejo, pero no imposible.
Cierto es que en dicha relación simbiótica ambos se beneficiaron, pero la balanza se inclinó desmedida e incontrolablemente a favor de la empresa de Mountain View.
Hoy, Google, a través de su matriz Alphabet Inc., es la quinta compañía más grande del mundo. Los medios, por su parte, pese a los millones de clics que llegan a sus portales a través del motor de búsqueda, luchan por su supervivencia. Miles de ellos ya ni existen. Atribuirles a Google o a las redes sociales la crisis de los medios sería la salida fácil. Es un asunto mucho más complejo. Si bien su cuota de responsabilidad no es menor, es en las malas decisiones, la falta de visión, el poco trabajo en equipo del gremio y un excesivo grado de comodidad por parte de estos últimos donde se comienza a entender su precaria situación.
Cuando los medios decidieron regalar hace más de 20 años su activo más preciado –la información–, sin saberlo le pusieron la cruz al equilibrio de su modelo de negocio. Poco a poco, el negocio publicitario fue migrando a esas empresas que, a punta de embelesarles los oídos con generación de clics, se quedaron con más del 90 por ciento de la tarta publicitaria.
Con invitaciones a Silicon Valley, foros rimbombantes sobre el futuro de las noticias y limosnas ocasionales envueltas en frases como “estamos dichosos de contribuir al desarrollo de los portales de noticias en la era digital y seguir apoyando el periodismo”, Google frenó cualquier sublevación que pusiera en riesgo su estrategia de crecimiento.
Los medios, cada cual jalando hacia su lado, terminaron timados y enredados en la compleja telaraña del gigante gringo.
Frente al escaso margen de maniobra de la prensa en este nuevo ecosistema, en los tribunales de competencia de algunos países se han dado pasos para tratar de reequilibrar la balanza. En Francia, por ejemplo, la Alianza de Prensa de Información General llegó a un acuerdo con Google hace unos días para que remunere a la prensa por concepto de derechos afines.
A esto se llegó, por supuesto, luego de una fuerte pugna en la que los medios demandaron a Google y este, de manera unilateral, comenzó a hacer menos visible el contenido de los periódicos que se negaran a permitirle seguir explotando gratis sus noticias. Los medios recularon y ahí es donde entró la Autoridad de Competencia.
En Australia, el regulador culminó un trabajo de 18 meses que llevaría tanto a Facebook como a Google a negociar un precio justo por el uso del contenido noticioso y enlaces generados por los medios locales. El asunto, que ya está en el Parlamento, ha desatado la ira de Google, que amenazó con eliminar todos sus servicios de ese país. El Gobierno, de momento, no se ha dejado chantajear. “Australia es la que establece las reglas de lo que se puede hacer en Australia”, ha dicho el primer ministro, Scott Morrison.
Aunque ambos hechos son un hito importante, ninguno de estos ejemplos va a resolver el problema que enfrenta la prensa. Su dependencia de Google es inclusive peor que la de un adicto a su ‘dealer’. A los medios, el motor de búsqueda se les volvió imprescindible para vivir y no son capaces de romper el vínculo. Y Google lo sabe, por eso abusa y se sabe poderoso.
Quizá llegó el momento de que el gremio de medios deba sentar una posición muy agresiva que a corto plazo pueda resultarle muy perjudicial, pero que a la larga le garantice no solo su supervivencia, sino posibilidades de crecimiento. Abandonar Google. Complejo, pero no imposible.
Por qué Google amenaza con irse de Australia y como afecta al mundo
Google dice que si se aprueba una nueva ley se verá obligado a deshabilitar su buscador en el país
Google amenaza con retirar su motor de búsqueda de Australia en respuesta a los intentos del gobierno de ese país por hacer que el gigante tecnológico comparta regalías con los medios noticiosos.
Australia está introduciendo la primera ley de su tipo en el mundo para hacer que Google, Facebook y potencialmente otras compañías tecnológicas paguen a los medios de comunicación por su contenido noticioso.
Pero las compañías estadounidenses se han resistido, advirtiendo que la ley las obligaría retirar algunos de sus servicios.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que los legisladores no cederían a las "amenazas".
"Permítanme ser claro: Australia establece sus propias reglas para las cosas que puede hacer en Australia. Eso se hace en nuestro parlamento", les dijo a los periodistas este viernes.
Posible precedente
Aunque Australia está lejos de ser el mercado más grande de Google, la propuesta de ley es vista como un ensayo global global de cómo los gobiernos podrían tratar de regular a las grandes empresas de tecnología.
La propuesta australiana obligaría a Google y Facebook a recurrir a un mediador para negociar con los editores el valor del contenido de las noticias, si no pudiesen llegar primero a un acuerdo.
Según expresó la directora gerente de Google Australia, Melanie Silva, en una audiencia en el Senado de ese país, la ley es "impracticable".
"Si esta versión del código se convirtiera en ley, no tendríamos otra opción que hacer que el buscador de Google deje de estar disponible en Australia", advirtió Silva.
Los legisladores, sin embargo, cuestionaron esto, y acusaron a Google de "chantaje" y de tratar de intimidar a Australia por plantear la reforma.
"Esto va a pasar en todo el mundo. ¿Van a retirarse de todos los mercados? ¿O se trata de evitar un precedente?", preguntó el senador Rex Patrick.
Silva respondió que el código era "un riesgo insostenible para nuestras operaciones australianas".
¿Por qué Australia impulsa esta ley?
Google es el motor de búsqueda dominante en Australia, donde controla el 90% del mercado y tiene poca competencia.
El gobierno ha argumentado que debido a que las plataformas tecnológicas obtienen clientes de personas que quieren leer las noticias, los gigantes tecnológicos deberían pagar a las salas de redacción una cantidad "justa" por su periodismo.
También ha recalcado que ese apoyo financiero es necesario para su atribulada industria noticiosa, porque unos medios de comunicación fuertes son vitales para la democracia.
Según cifras oficiales, los medios impresos australianos han experimentado una disminución del 75% de ingresos por publicidad desde 2005.
Y la amenaza de Google de eliminar todo el buscador es la más grave hasta el momento en un país en el que las noticias representan solo el 12,5% de las búsquedas.
"Es una amenaza bastante inusual. Y que Google amenace con retirarse de todo un país sugiere que la empresa está preocupada", valora el reportero de tecnología de la BBC James Clayton.
"Australia no está ni cerca de ser su mercado más grande. Pero los ejecutivos de Google temen el precedente que podrían tener estas nuevas leyes", agrega.
Como explica Clayton, Google -que obtiene casi todos sus ingresos de anuncios- ha tenido una pandemia muy rentable hasta ahora, mientras que muchos periódicos locales han sufrido problemas.
"Y aunque Google dice que quiere ayudar a financiar el periodismo local original, claramente cree que lo que se propone en Australia podría dañar fundamentalmente su modelo de negocio si se replica en otros lugares", dice.
¿Qué argumenta Google?
Silva dijo que si la ley obliga a la empresa pagar por los enlaces y los resultados de búsqueda, establecería "un precedente insostenible para nuestros negocios y para la economía digital".
Esto no sería compatible con el flujo libre de información en línea o "cómo funciona internet", argumentó la ejecutiva.
La semana pasada, Google confirmó que estaba bloqueando los sitios de noticias australianos de sus resultados de búsqueda para aproximadamente el 1% de los usuarios locales.
Dijo que era un experimento para probar el valor de los servicios de noticias australianos.
El año pasado, Facebook también amenazó con impedir que los usuarios australianos compartieran noticias en la plataforma si la ley seguía adelante.
El gigante de las redes sociales repitió esa posición el viernes, y su ejecutivo Simon Milner dijo en la audiencia del Senado que era "una consecuencia potencial en el peor de los casos".
Milner también aseguró que Facebook no obtuvo casi ningún beneficio comercial al tener contenido de noticias en su plataforma.
Ambas empresas insisten en que las organizaciones de noticias ya se benefician de las plataformas que dirigen a los lectores a sus sitios web.
Google también ha citado su asociación con Google News como evidencia de que apoya el periodismo.
¿Quién se queda con los beneficios?
Como destaca la reportera de negocios de la BBC Katie Silver, sin embargo, es innegable que la industria de las noticias de Australia está pasando apuros.
"De cada 100 dólares australianos (US$77) gastados en publicidad digital, A$81 van a Google y Facebook. Y la pandemia de covid-19 solo ha empeorado la situación", explica.
Los gigantes de la tecnología no están precisamente congraciándose con los australianos: el organismo de control de la competencia del país ha acusado tanto a Facebook como a Google de engañar a los consumidores australianos sobre cómo se utilizan sus datos.
Los australianos han expresado confusión y rabia contra ambas partes como resultado de la propuesta.
Algunos han debatido si podrían arreglárselas utilizando otros motores de búsqueda. Otros se preguntan si la eliminación de Google también eliminaría los servicios de Gmail, Google Maps y Google Home, algo que la compañía no ha dejado claro.
Y en medio de la controversia, el jueves Google acordó pagar a los editores de noticias franceses por fragmentos de noticias que se muestran en los resultados de búsqueda, después de que los medios de comunicación de la nación argumentaron reclamos de leyes de derechos de autor.
Otro botón de muestra de que la discusión es transnacional.
Fuentes: Diario El Tiempo y BBC Mundo