sábado, 7 de noviembre de 2020

Fernando Ezequiel "Pino" Solanas 1936 - 2020

El cineasta, intelectual, militante y político Fernando "Pino" Solanas, actualmente a cargo de la embajada argentina ante la UNESCO en París, falleció el viernes por la noche en un hospital de París, Francia, donde recibió tratamiento por coronavirus durante casi un mes.

Cineasta, ex diputado nacional, ex senador y principal referente de la agrupación Proyecto Sur que integra el Frente de Todos, Solanas tenía 84 años y se encontraba en el grupo de riesgo etario más expuesto ante el coronavirus.

La noticia fue confirmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores a primera hora de la madrugada de este sábado. “Enorme dolor por Pino Solanas. Murió en cumplimiento de sus funciones como embajador de Argentina ante la UNESCO. Será recordado por su arte, por su compromiso político y por su ética puesta siempre al servicio de un país mejor. Un abrazo a su familia y sus amigos”, publicó Cancillería en sus redes sociales.

Una de sus últimas actividades oficiales fue visitar al Papa Francisco en el Vaticano donde mantuvieron una reunión en la que charlaron sobre la pobreza y el cambio climático.

Solanas había escrito días atrás en su cuenta de Twitter: "Amig@s sigo en terapia intensiva. Mi estado es delicado y estoy bien atendido. Sigo resistiendo. Con mi mujer, Angela, que también se encuentra internada, queremos agradecer los apoyos a todos. No dejen de cuidarse".
El viernes pasado, el ex senador nacional informó que había dado positivo de coronavirus y que estaba internado en un hospital de París. "Quiero contarles que junto a mi mujer, Angela Correa, dimos positivo de Covid-19, aquí en París. Por mi parte me encuentro en el hospital bajo observación médica. Mi mujer está aislada en nuestra casa. Gracias por los mensajes de apoyo. Cuidémonos entre todos ", había escrito Solanas en las redes para difundir la noticia de que estaba contagiado.

Entre sus obras cinematográficas se destacan "La hora de los hornos", codirigida con Octavio Getino y realizada entre 1965 y 1968, en medio de la dictadura de Onganía. Ambos atrajeron la atención del ex presidente Juan Domingo Perón, quien los convocó a Puerta de Hierro, donde residía durante su exilio en Madrid. Tras largas sesiones de entrevistas surgieron las piezas testimoniales "La revolución justicialista" y "Actualización política y doctrinaria para la toma del poder", a través de las que el histórico líder impartía instrucciones tanto al ala derecha como al ala izquierda de su movimiento.
Tengo varios libros que quiero escribir y películas por filmar. Disfrutar de mi mujer y de mis hijos. Pero no decidí todavía. A la función pública me la tomo muy en serio
Durante ese tiempo, Solanas fue amenazado de muerte por la Triple A. En 1975 logró completar su primera película de ficción, "Los hijos de Fierro", pero demoró nueve años en poder proyectarse. Tras el golpe del 76, al cineasta le avisaron que un comando de la Marina lo intentaría secuestrar y escapó a España, para instalarse finalmente en Francia.

Ya con la vuelta de la democracia cosechó sus mayores éxitos: en Venecia y La Habana recibió premios por "El Exilio de Gardel" (1985) y fue designado como el mejor director en Cannes por "Sur" (1988), donde reunió a Fito Páez con Roberto Goyeneche.
Grupo Cine Liberación
Su muerte también clausura el último testimonio del Grupo Cine Liberación, la experiencia de cine político anclada en el revisionismo peronista donde confluyó con Octavio Getino y Gerardo Vallejo, y que era parte del denominado Tercer Cine que, originado en un escrito de Solanas y Getino de 1969, encontraría repercusión en la génesis de otros movimientos revolucionarios o de protesta en el campo del séptimo arte, como es el caso del grupo Ukamau en Bolivia, con el nombre eminente de Jorge Sanjinés; el Cine imperfecto surgido al amparo de la Revolución cubana con Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás y Santiago Alvarez; el Cinema Novo brasileño que agrupó a Glauber Rocha, Nelson Pereira dos Santos y Ruy Guerra, o en Chile, con los nombres de Miguel Littín o Patricio Guzmán retratando desde un cine militante al gobierno socialista de Salvador Allende e incluso su final.

Con todos ellos se emparienta la trayectoria inicial de "Pino" Solanas desde La hora de los hornos, film que –para quien dudara de su perfil, anterior al manifiesto del Tercer Cine– añadía a su título: "Notas y testimonios sobre el neocolonialismo, la violencia y la liberación"; y también los dos trabajos firmados por el Grupo Cine Liberación: Perón, actualización política y doctrinaria para la toma del poder y Perón, la revolución justicialista, ambos rodados en octubre de 1971 en Puerta de Hierro. La experiencia tendrá un posterior correlato desde la ficción con Los hijos de Fierro, película con la firma de Solanas que circuló clandestinamente y recién tuvo estreno formal con el gobierno de Raúl Alfonsín en 1984.
Pero existen también los trabajos previos que contribuyeron a su formación como cineasta y al entendimiento del mundo del cine desde su temprana aparición como extra en Dar la cara (1961), notable film de la denominada Generación del 60 que dirigió José Antonio Martínez Suárez, para proseguir con sus primeras experiencias en el cortometraje con Seguir andando (1962), una historia de amor que integró los festivales de Sestri Levante y San Sebastián y, particularmente, Reflexión ciudadana (1963) donde retrataba la algarabía por la asunción del radical Arturo H. Illia mezclada con la represión vigente en las calles y el interrogante sobre las posibilidades de un gobierno débil. Ese trabajo contó con la fotografía de Félix Monti y Alberto Fischerman, la banda sonora de Raúl de la Torre y la cámara de Juan Stagnaro, quienes luego realizarían sus propias y notables trayectorias en el cine argentino, y un guion del escritor Enrique Wernicke quien, poco antes de morir, también colaboró en La hora de los hornos, film que coincidió con el arribo de la dictadura de Onganía al poder y el pase a la clandestinidad como forma de eludir la persecución y la censura, enmascarando su realización en la productora de publicidad donde Solanas había hecho consecutivos proyectos relacionados que le brindaron experiencia en el cine.

La hora de los hornos consiguió terminarse en Italia gracias a los habituales productores de los hermanos Taviani, se estrenó en el Festival de Pesaro y ganó premios en Mannheim, Mérida, Locarno, obtuvo el gran premio al mejor film extranjero del British Film Institute y participó de la Semana de la Crítica de Cannes. Como toda una declaración de principios, la primera parte estaba dedicada al Che Guevara; la segunda, al "proletariado peronista" y la tercera al "hombre nuevo", tan a tono con el radicalizado 1968. Cuando se estrenó finalmente en la Argentina, en 1973, el rostro del Che pasó a mezclarse con los de Perón y Allende, lo que no le ahorró críticas. Pero el film, desde entonces, sigue siendo analizado en universidades y escuelas de cine de todo el mundo como ejemplo modélico del documental político.

Le seguirían esas dos experiencias devocionales producidas por el "Movimiento Peronista" y con Perón como figura absoluta para abrazar la máxima aspiración dentro del "cine militante", y luego concretar por fuera de los cánones del Grupo Cine Liberación otro de su grandes trabajos, Los hijos de Fierro (1978), suerte de revisita al poema épico de José Hernández pero trazando un paralelo con la caída de Perón hasta su retorno. Sin abandonar su identidad política, Solanas construye un film de notable sustancia estilística, fruto de su estructura en verso pero también por su depurado encuadre cinematográfico (la fotografía es de Juan Carlos Desanzo). Uno de sus protagonistas, Julio Troxler, fue asesinado por la Triple A y el propio realizador fue amenazado de muerte. La película pudo culminarse en Europa para ser presentada en 1978 en el Festival de Cannes.

Exiliado en París desde un año antes junto a su pareja de entonces, Chunchuna Villafañe, y su hijo (el hoy también realizador Juan Solanas), luego de un intento de secuestro, Solanas recién volvió al cine en 1980 con la única producción por encargo que realizaría en toda su carrera, Le regard des autres (La mirada de los otros), producida por el Conservatoire National des Arts et Métiers de Francia para el Año Internacional de la discapacidad y con la que volvió a una de las secciones del Festival de Cannes obteniendo el favor de la crítica.

Ya en democracia vendrían dos reflexiones sobre la identidad y el exilio que componen lo mejor de su carrera: El exilio de Gardel (Tangos), que mezclaba la música de Astor Piazzolla y José Luis Castiñeira de Dios con la búsqueda de la supervivencia en el exilio parisino, por la que ganó el Gran Premio Especial del Jurado en Venecia en 1985. A ella le seguirá otra obra de gran jerarquía como Sur (1988), nuevamente con la referencial música de Piazzolla y la parábola del encuentro luego de la larga noche de la dictadura con un protagonista (Miguel Ángel Solá) que sale de la cárcel y navega en sus recuerdos antes de volver a ver a su gran amor, pero en cuyos ecos emocionales del reencuentro con los años perdidos probablemente también se encuentre el perfil de un director retornado del exilio. Trabajo exquisito que recorre una tan fantasmal como arquetípica Buenos Aires, recibió la Palma al Mejor Director en el Festival de Cannes.

A fines de mayo de 1991, cuando se encontraba trabajando en el montaje El viaje, a la salida de los laboratorios Cinecolor, fue víctima de un atentado luego de ratificar su denuncia en los Tribunales contra Carlos Saúl Menem. El entonces presidente envió a su médico personal para que revisara las cuatro heridas de bala que Solanas tenía en sus piernas pero fue echado de la clínica por el realizador, que responsabilizó a la SIDE por un hecho que nunca fue aclarado. El vínculo entre ambos se había roto mucho antes, con la privatización de Galerías Pacífico –hasta entonces en manos de Ferrocarriles Argentinos– que frustró el anhelo de Solanas de construir allí el centro cultural más grande del país. Tres años más tarde Solanas fue un eslabón fundamental para la sanción de la Ley de Cine que aprobó el Congreso de la Nación.

Sus siguientes obras, El viaje (1992) y La nube (1988) quizás sean recortes fragmentarios, no del todo logrados pero con inteligentes momentos, de sus tradicionales obsesiones. En la primera aparece junto a la crítica política en su cine, por primera vez, una a su propio color partidario con la figura del hombre rana que satiriza la presidencia de Carlos Menem por su cercanía al neoliberalismo. Su siguiente realización, basada en Rojos globos rojos, de Eduardo Pavlovsky, metaforiza con sus dardos certeros la época de las privatizaciones en la figura de un grupo de actores que defiende como puede su teatro independiente. Con estructura de musical, otra vez la película pierde su vuelo poético al buscar la denuncia directa, pero será uno de los grandes trabajos de Pavlovsky en el cine. Con todo, siguió cosechando reconocimientos en el exterior: El viaje recibió la mención del Jurado Ecuménico en Cannes y La nube conquistó el premio Unesco en el Festival de Venecia.
Pero como si esas denuncias políticas del momento fueran tomando por asalto un cine construido por metáforas y resignificaciones y ganando espacio junto a su recorrido como líder político, es a partir de Memorias del saqueo (2004), cuando Solanas vuelve al documental de observación directa y absolutamente situado en el análisis de cómo la historia argentina desembocó en la realidad inmediata. En este caso, con la cronología desde 1978 hasta la crisis de 2001, a la que continuará La dignidad de los nadies (2005), sobre las consecuencias de esa crisis y, en Argentina latente (2007), añadirá a tono con sus pasiones políticas su mirada al petróleo y los trenes. Esto último se acrecentará en La próxima estación (2008) sobre la crisis ferroviaria y Tierra sublevada: oro impuro (2009) sobre la megaminería y Tierra sublevada: oro negro (2011) sobre el petróleo, dos de los elementos que lo enfrentaron al gobierno de los Kirchner en el terreno de la política.

El cineasta en Famatina: dedicó algunas de sus últimas películas a analizar la megamineríaEl cineasta en Famatina: dedicó algunas de sus últimas películas a analizar la megaminería Fuente: Archivo

Añadirá en 2013 La guerra del fracking, sobre los efectos contaminantes de Vaca Muerta, y Viaje a los pueblos fumigados (2018), sobre los agroquímicos. Fueron otras formas de volver a los orígenes, tal como sucedió con la fallida El legado estratégico de Juan Perón (2018), donde incluye conversaciones informales inéditas que habían tenido lugar con un anciano Perón fielmente custodiado por López Rega en esos encuentros madrileños de 1971. En todas ellas subyace progresivamente la intención de transmitir un discurso político propio, y la repercusión inicial de estos ensayos donde subyace la voz de Solanas instalándose desde el cine-denuncia fue menguando frente al fárrago televisivo. Si bien no tenían la trascendencia artística de su mejor época, Solanas continuó conquistando premios, siendo reconocido por el conjunto de su carrera con el León de Oro a la trayectoria del Festival de Berlín en 2004, recorrido que continuó ampliándose hasta hoy, donde queda por estrenar su último trabajo, el documental Tres a la deriva.

Una de sus últimas apariciones públicas en la Argentina relacionadas con el cine fue en el homenaje a Federico Fellini realizado en el CCK a mediados de enero último, junto al ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer y al presidente del INCAA, Luis Puenzo, a la sazón, todos cineastas: "Conocí a Roberto Rosellini gracias a La hora de los hornos y conocí a sus hijos, que distribuyeron la película. Renzo Rossellini fue productor de La ciudad de las mujeres y me invitó al rodaje. Tuve la suerte de conversar un entremés de mediodía, comiendo alguna cosa, con Federico. Era extraordinario ver en Cinecittá a alguien que jugaba con el cine, que se divertía, cambiaba continuamente y nos remontaba a la forma de trabajar de Chaplin. Fellini me dijo: 'Mire Solanas, el cine es también un juego, sin juego no hay cine', declaraba entonces.

A los 84 años fue designado embajador argentino ante la Unesco. Como tal, Solanas fue recibido el 5 de este mes por el papa Francisco en Santa Marta: menos de diez días después, desde sus redes sociales, "Pino" anunciaba que él y su mujer Ángela Correa habían dado positivo al Covid-19 en París. Solanas había nacido el 16 de febrero de 1936 en Olivos. Fue elegido diputado nacional en 1993 y 2009 y senador nacional en 2013, en ambos casos por la ciudad de Buenos Aires. Fue diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires entre 1993 y 1997, y nuevamente entre 2009 y 2013. Participó como convencional constituyente en la reforma de 1994 y fue candidato a presidente en 2007. En 2019 volvió a ser elegido diputado porteño por el Frente de Todos, pero renunció a pedido del presidente Alberto Fernández para ocupar la embajada ante la Unesco.

Situándose siempre en el centro de la polémica, Fernando "Pino" Solanas construyó una filmografía que fue fundamentalmente fiel a sí mismo. Supo exponer algunas constantes creativas y las muchas obsesiones y mitificaciones propias del peronismo, a las que unió su reflexión sobre los postergados de la tierra con una mirada anclada en el manifiesto que había escrito nada menos que cincuenta años atrás, como un modo de entender el cine que no podía ser escindido de la toma de partido en la lucha política. 
“Ninguna fuerza política plantea eso hoy pese a la cercanía de las elecciones, quien dirige el ComFeR es un oscuro funcionario que fue el secretario de cultura de Carlos Menem, el señor Bárbaro, quien además tuvo el honor de acercar al grupo Bunge y Born a Menem junto a su socio el “buscapié” Cardozo”, dijo en 2007, Pino Solanas, candidato a presidente por Proyecto Sur.

“Es la Radio de las Madres el único medio, y yo diría uno de los raros sectores de la sociedad, que está planteando la necesidad de democratizar el espacio audiovisual. Esto parece muy complejo pero no lo es. Si hay algo que caracteriza a nuestras sociedades es que son sociedades que se comunican y se informan no solo a través de Internet sino mediante los grandes medios de comunicación. 

Los grandes medios de comunicación son los que forman e imaginario colectivo, la opinión pública y a la vez los que crean o silencian los acontecimientos con operaciones mediáticas muy cuidadosamente estudiadas. Si hiciéramos una encuesta para saber quien ganó los juegos panamericanos, dirán Estados Unidos pero quién salió segundo nadie lo sabe: fue Cuba, un país que tiene la octava parte de habitantes y no se cuanta menos riqueza que Estados Unidos pero sin embargo se ubicó en segundo lugar.

El modelo comunicacional local es tremendo: todavía aquí, en la Argentina, sigue imperando la ley de radiodifusión que rige toda la actividad de información y comunicación sancionada por la dictadura genocida. 

El tema es que las clases dirigentes o los partidos políticos que siempre están en una campaña electoral que se avecina no han querido confrontar con los dueños de los medios. La verdadera monstruosidad es que los espacios de información y comunicación están en manos privadas. Manos privadas que además, monitorean la información y a la vez viven de avisos que están adentro de los programas. 

Los periodistas o las propias empresas generan espacios y programas y se financian saliendo a buscar avisos en el mercado. Es muy difícil conseguir avisos si no es de las grandes corporaciones, los bancos, las empresas privatizadas, porque el costo de los avisos hace casi imposible avisar a una pequeña o mediana empresa. Es muy difícil también vender un programa para que ponga avisos si los contenidos de ese programa no concuerdan con la visión de los anunciantes. Es decir que hay una fuerte conexión entre el mercado y la calidad de los contenidos o la expresión de la televisión o la radio. Y ahí vemos entonces la enorme cantidad de noticias y de acontecimientos, la no interpretación de las causas de los fenómenos que ocurren en los medios. Todo eso está silenciado y, al mismo tiempo, con este modelo de comunicación, no existe interconexión en la Argentina. Si usted está en Córdoba no se puede enterar de nada de lo que ocurre en el resto del país, salvo en Córdoba. Y estando en Buenos Aires uno tampoco se entera de lo que pasa en Córdoba, de lo que pasa Tucumán, en Posadas, salvo tragedias. Y por supuesto, está ausente del dial todo aquello que tenga que ver con la conciencia de los pueblos, su trabajo silencioso y épico por cambiar la realidad, todo lo social, todo esto está afuera. Lo que siempre está presente es lo degradante, lo precario, la falta de conciencia.

Por eso es muy difícil avanzar democráticamente en una sociedad si no se democratizan los medios, que es igual que asegurar más derecho a la información objetiva, plural, veraz y oportuna, más derecho a la comunicación de todos los sectores y regiones del país. Por eso es imprescindible empujar la reforma de la ley de radiodifusión. No puede ser que en ese marco que maneja la cultura, la información y el debate político, la sociedad no esté representada para poder regularla.

Ninguna fuerza política plantea eso hoy pese a la cercanía de las elecciones, quien dirige el ComFeR es un oscuro funcionario que fue el secretario de cultura de Carlos Menem, el señor Bárbaro, quiena demás tuvo el honor de acercar al grupo Bunge y Born a Menem junto a su socio el “buscapié” Cardozo, aquel senador por Santa Fe. Semejante espacio está en manos oscuras y muy limitadas y es por eso que nunca las vamos a ver a ninguna de las Madres ni a ninguno de los referentes sociales y culturales del país porque no opinan igual que el oficialismo de turno y es muy difícil encontrar algún programa de opinión en los medios importantes. Y también han desaparecido, en los segmentos de mayor audiencia los programas de ideas, de debate político.

Hasta hace algunos años existían algunos nichos en la televisión en horarios nocturnos donde se podía debatir la actualidad nacional. Hoy no hay nada de nada. Aquí nos han dejado un agujero muy grande, nos han robado el derecho a informarnos. Y junto al tema de los recursos naturales del que nadie habla, junto al tema de la desnutrición en el país, porque se sigue muriendo gente de hambre, este, el de la comunicación, es otro de los temas tabú de la realidad argentina.

Pino Solanas “es escandaloso habilitar a las telefónicas en el negocio de los medios de comunicación”
El diputado electo advertía en 2009 que en el proyecto oficial está en juego "un gran negocio económico", y criticó que el Gobierno quiera aprobar la norma "de un día para el otro"
Mientras la Cámara de Diputados realiza las audiencias públicas para debatir sobre la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el diputado electo de Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas, advirtió que en el proyecto oficial está en juego "un gran negocio económico", y criticó que el Gobierno quiera aprobar la norma "de un día para el otro".

"Una política de Estado no puede estar motivada por un conflicto puntual entre intereses económicos y políticos de grupos, y muchos menos por un negocio de amigos del poder, y eso resulta escandaloso", afirmó Solanas en diálogo con Víctor Hugo Morales en Radio Continental. También calificó de "escandaloso" que se permita ingresar en la reforma a las compañías telefónicas.

Con respecto a debatir o no la ley aseguró “este gobierno, como cualquier gobierno, tiene todo derecho a plantear el proyecto y lo viene anunciando desde el año pasado. "El Gobierno comete errores, porque una iniciativa tan importante como está no puede ser que se la bastardee a caballo del motor real, ya que es un gran negocio económico", sostuvo el diputado electo, quien agregó: "Lo que no puede aceptarse es que un gran proyecto como una ley marco que va a regir un gigantesco espacio audiovisual, se quiera aprobar de un día para el otro, o que se deje afuera a la Comisión de Educación y Cultura".

El diputado electo de Proyecto Sur agregó que la mayor parte de los que discuten no han leído el proyecto.

Solanas cuestionó el proyecto por "ser nada federal" ya que "el organismo de control es nacional, no le da derecho a las provincias a tener el equivalente de ente regulador que otorgue licencias".

A pesar de todo, el cineasta afirmó que "hay que subirse al debate" del proyecto de ley Audiovisual "más allá de las intenciones", y "hay que tratar de ampliarlo". Cabe destacar que Solanas fue uno de los que propuso debatir la norma en el Congreso actual y no después del 10 de diciembre.

El despojo de los metales argentinos
Por: Fernando "Pino" Solanas
"Los que en aquella tierra viven dicen que en la tierra adentro hay unas sierras de donde sacan infinitísimo oro" Sebastián Caboto -1544.

Hoy como ayer, uno de los bienes más genuinos del que disponen los pueblos para su desarrollo, son los recursos naturales de sus territorios, que forman parte del capital de toda la sociedad. Desde la conquista, esas riquezas fueron sustraídas por los ocupantes y, salvo raras excepciones, siguen en manos extranjeras. El llamado 'boom minero argentino 'que atrae a las multinacionales del sector, anunciando grandes beneficios para el país, es una operación que desinforma y encubre el silencioso saqueo de recursos metalíferos no renovables, permitiendo sistemas extractivos depredadores y contaminantes, que están siendo denunciados en todo el mundo. La nueva 'fiebre del oro' se inició durante la década de Carlos Menem y se ha mantenido y profundizado hasta hoy con los sucesivos gobiernos, creándose incluso una suerte de tercer territorio en la Cordillera de los Andes mediante el "Tratado de Integración y Complementación Minera Argentino-Chileno" de1997.

Pueden sorprender estas afirmaciones; pero el tema de la explotación minera y la legislación que la ampara, no han estado presentes en el debate político y menos aún en los medios de comunicación. Es raro encontrar un ciudadano -periodista, profesor, magistrado o dirigente- que sepa que Argentina es el sexto potencial minero del planeta o que guarda en sus sierras, mesetas y cordilleras, depósitos detectados de oro, cobre, plata, plomo, molibdeno, zinc, estaño, litio, potasio, níquel, cobalto, uranio y decenas de metales poco conocidos pero de valor estratégico, que se estiman en la suma de 170.000 millones de dólares. La Secretaría de Minería de la Nación (S.M.N.) sostiene: "La oportunidad que presenta el potencial geológico de la Argentina radica en que el 75% de la áreas atractivas para la minería permanecen sin explotar. La totalidad de los prospectos, yacimientos y depósitos fueron ubicados y puestos a disposición de la actividad privada a comienzos de la década del 90, como resultado de varios años de trabajo prospectivo del Estado".

Lo escandaloso del caso argentino es que la legislación vigente evidencia una clara servidumbre colonial. Establece que la propiedad de las reservas mineras es de los estados provinciales pero les prohíbe explotarlas: están obligados a cederlas a las empresas privadas, transfiriéndoles las investigaciones geológicas y los descubrimientos realizados por el Estado. Si a esto se suma la falta de control público sobre los minerales que exportan, las excepcionales desgravaciones impositivas, las bajísimas regalías o los subsidios otorgados, no sería exagerado afirmar que el despojo colonial del cerro de Potosí difiere poco en su esencia del que hoy practica la mentada 'gran minería' en nuestro país. Contrariamente a lo que se hace creer, el oro, la plata, el cobre y sesenta metales más, se van al extranjero sin pagar nada, dejándonos pobreza, corrupción, comunidades divididas por la asociación o resistencia a la corporación minera, y una gravísima contaminación ambiental. Sin embargo, tales consecuencias han atravesado el Congreso Nacional, la Justicia, los organismos del Estado y se mantienen en el gobierno de Néstor Kirchner sin haber provocado reacción alguna por parte de las dirigencias políticas.
Canal Encuentro rinde homenaje a Fernando Pino Solanas, una figura trascendental de la política, el cine argentino y latinoamericano 

Canal Encuentro rinde homenaje este sábado 7 y domingo 8 de noviembre a una figura trascendental de la política, el cine argentino y latinoamericano: Fernando Pino Solanas, quien falleció esta madrugada en París.

El realizador, uno de los más destacados directores de cine político argentino, fue autor de películas inolvidables como La hora de los hornos, El exilio de Gardel, Sur y Memoria del saqueo, entre muchos otros.

Por su trabajo en cine fue premiado en diferentes oportunidades en el Festival de Cannes y recibió el Oso de Oro por su trayectoria en el Festival de Cine de Berlín.

Solanas fue un constructor de sentido y un defensor extremo de nuestro cine argentino y latinoamericano, un referente de la identidad nacional en todos los niveles de representación, manifestación y acción.

Un estudioso de nuestro carácter como sociedad, un observador que registró en cada encuadre, en cada voz, en cada corte, en cada texto los sucesos de nuestra historia, sin renunciar al vínculo con el gran público.

En paralelo a su carrera en el cine, el realizador desarrolló una importante actividad política siendo varias veces elegido diputado nacional. En 2020 se radicó en Francia para asumir el cargo de Embajador Argentino frente a la UNESCO.
Sábado 7 de noviembre 
12:00 - Memoria del saqueo. Capítulo 2
14:00 - Memoria del saqueo. Capítulo 3
17:30 - Memoria del saqueo. Capítulo 4
20:00 - Memoria del saqueo. Capítulo 5
21:00 - Memoria del saqueo. Capítulo 6
22:00 - Los hijos de Fierro
 
Domingo 8 de noviembre  
09:00 - La dignidad de los nadies. Capítulo 1 y 2
13:30 - La dignidad de los nadies. Capítulo 3
14:30 - La dignidad de los nadies. Capítulo 4
16:30 - La dignidad de los nadies. Capítulo 5
18:00 - La dignidad de los nadies. Capítulo 6
19:30 - La hora de los hornos

Fuentes: Agencia TelAm, La Nación, Señales

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