El empresario, que creo TyC, revela que tardo en vislumbrar el verdadero objetivo del multimedios
Por: Gabriel Ziblat
Durante años, la tradición futbolera de los domingos implicaba sentarse a la noche a ver Fútbol de Primera. En el arranque, sonaba una cortina musical y aparecía el logo de Torneos y Competencias. “Una idea de Carlos Avila”, aclaraba abajo. Treinta años después de su creación, la productora se encuentra envuelta en el escándalo por sobornos.
Su creador hace un racconto de la historia de la empresa, que pegó un salto cuantitativo cuando se asoció al Grupo Clarín y comenzaron a transmitir el fútbol codificado.
¿Como nace TyC?
En 1985, con los derechos del fútbol, con un contrato por tres meses. El fútbol estaba muy mal, la AFA tenía un juicio con Canal 7 porque no le pagaba. Luego, el contrato lo fuimos ampliando. En los 90 empezamos con la televisión codificada y sumamos los viernes y sábados. Ahí me asocio con Clarín, un socio muy importante que también creció con su sistema de cable.
¿Cómo llega a Grondona?
Yo conocía a un hombre de la AFA, un tal Bobone, que lo conocía del country. El me lo presentó. El primer contrato era sólo por una hora con el mejor partido del día. Así es como nace Fútbol de Primera, que después se fue ampliando. Cuando la gente dice que nosotros robábamos los goles, no es así. Pagábamos por los derechos y también por Fútbol de Primera. Le llegamos a pagar 7 millones de dólares por año a la AFA. Los 50 millones restantes eran por las transmisiones de los partidos. La gente habla sin conocer.
¿Hasta ahí estaba asociado con Luis Nofal?
No, primero empecé con José Santoro, un socio mío en otras empresas. En el ’91 ingresa Nofal con el 10% y va adquiriendo más porcentaje. Luego, en el ’95 o ’97 entra Liberty con el 30%; yo quedo con el 50% y Nofal con el 20%.
¿Y cómo entra Clarín?
En otra sociedad, que es Televisión Satelital Codificada, en 1991. El 50% era TyC, y el 50% Inversora de Eventos, que era Clarín. Yo necesitaba un inversor, porque hubo que pagar 2 millones de dólares de anticipo, y Clarín fue el único que entendió el negocio.
¿En Clarín ya veían una visión a futuro de la importancia del fútbol y la televisión?
Tenían una intuición. De lo que yo nunca me di cuenta, realmente, fue de que comenzaron a utilizar el producto para ir adquiriendo los cables en distintas zonas. El día que el Gobierno le sacó los derechos, Clarín se puso contento, porque dejó de tener que pagar 50 millones de dólares que ya no quería pagar más. Hoy si usted no tiene un sistema de cable, no ve fútbol. Esa es la verdad.
¿Esa intuición era de Héctor Magnetto?
No, no, el que manejaba eso conmigo era Lucio Pagliaro. Yo con Magnetto siempre tuve una muy buena relación. Tuvimos reuniones semanales durante muchos años tratando de fusionar Torneos con el Grupo Clarín, pero no pudimos. Nofal se negaba. Es muy difícil tener un socio con tanta espalda, económica y política.
En 2006, Avila se retira de Torneos en una situación que él describe como “confusa” y responsabiliza a Alejandro Burzaco, que comenzó a ser el hombre fuerte en la empresa. En 2008, DirecTV Latinoamérica compra el 40% del paquete accionario y queda como socio mayoritario pero sin el manejo del management, que siguió en manos de Burzaco. “Ellos también son responsables porque forman parte del directorio”, asegura Avila.
“Burzaco era el monje negro”
El creador de TyC describe a su sucesor, buscado por interpol. Y agrega: “No me sorprende que este vinculado a los sobornos”
Carlos Avila supo ser el hombre fuerte de la televisión y el fútbol en la Argentina. Era quien negociaba con Julio Grondona los derechos de transmisión en el país y el continente. Hoy, ya alejado hace casi diez años de Torneos y Competencias, asegura que recibió con “sorpresa” la denuncia de la Justicia de Estados Unidos, aunque a la vez se contradice y agrega que no le “sorprende” que su sucesor, Alejandro Burzaco, y el eterno titular de la AFA hayan quedado involucrados.
En diálogo con Perfil desde Santa Bárbara, California, Avila describe a Burzaco como “un chico con espíritu de barrabrava” que se transformó en “el monje negro de la Asociación del Fútbol Argentino”. Cuenta con naturalidad que los popes de la Conmebol eran “prácticamente empleados de mucha gente” pero responde con evasivas sobre las prácticas de Torneos cuando él la conducía. “¿Cuántos negocios uno escucha que hay corrupción?”, se pregunta.
¿Cuándo empieza a tener fuerza Burzaco en Torneos?
El día que yo me voy, en 2006. El trabajaba en el CEI junto con el Gato (Ricardo) Handley y con Raúl Moneta. Cuando el CEI, que era socio nuestro, se retira, él se queda sin trabajo y nosotros lo tomamos. Tenía un muy buen manejo de inglés, estaba muy preparado y manejaba bien la parte financiera. Vino a trabajar con nosotros en la parte internacional, que veníamos desarrollando fuertemente. Cuando me voy, se queda y empieza a crecer. Empieza a tener una muy buena relación con Grondona. Al punto de que, en los últimos tiempos, comienza a ser su consultor permanente; no hacía nada sin que Burzaco tuviera participación. De hecho, el campeonato de treinta equipos y la Copa Argentina no se hubiesen podido hacer si Torneos no ponía la plata. También tuvo que comprar parte de Santa Mónica que, según se dice, y yo creo que es cierto, era de Grondona. Pero no le echaría toda la culpa a Burzaco. Torneos es una empresa en la que sus principales accionistas son DirecTV, Liberty y algunos otros más, ¿no sabían todo lo que estaba pasando? Ahí hay una culpa concurrente de un directorio que fue aprobando todo, la historia no empieza ni termina en él. Burzaco era el monje negro de la AFA. Los dirigentes saben muy bien que muchas de las últimas reuniones se hacían en Torneos.
¿Cuando trabajaban juntos ya veía en él ese perfil?
No, Burzaco no existía. Sí le veía ambición. Es un chico que tiene espíritu de barrabrava. Lo tuvo toda la vida.
¿Qué actitudes tenía?
En el directorio era más suave, por supuesto. Pero cuando yo proponía determinadas situaciones, como dividir nuestros negocios con Clarín, él decía que cualquier cosa menos sacar el fútbol. El, lo que quería, era tener poder en el fútbol. Hizo lo imposible para que yo me fuera de la sociedad, cosa que logró. Y se quedó con el manejo del fútbol. Y tuvo la suerte también de que Luis Nofal se muriera.
¿Y ya tenía relación con Grondona?
No, lo logra mucho después. Pero ya venía trabajando, evidentemente.
¿Cómo logró que usted se fuera?
Es una historia larga... Se dio una situación confusa con mi paquete accionario. Había puesto mi parte en garantía por un préstamo, que en lugar de renovarlo me lo ejecutaron. El hombre de confianza de toda mi vida nunca me avisó que había llegado el vencimiento.
¿Y estaba la mano de Burzaco ahí atrás?
Pienso que sí.
¿Le sorprende que se lo vincule pagando sobornos?
No, pero yo creo que es una relación que ha manejado con Julio. Habría que preguntárselo a Julio, que lamentablemente ya no está.
¿Y de Grondona? ¿Le sorprende que quede ensuciado en un tema así?
No, no me sorprende. Es más, hace tres años le hice una cámara oculta en la que denunció todo. El y Eduardo de Luca, el secretario general de la Conmebol.
Pero desde que empezó su vínculo con Grondona, ¿hubo pedidos de sobornos?
No. Ellos lo cuentan todo en la cámara oculta. Quién les pagaba... busquen los videos.
Estando usted en el negocio, ¿se daban estas mismas situaciones en el resto del continente?
Sí, era vox populi. Yo no tengo pruebas, pero estos señores de la Concacaf, Conmebol, Leoz, Figueredo, eran prácticamente empleados de mucha gente. ¿Cómo creés que vivieron tantos años y con muy poca gente manejando esos negocios?
¿Empleados de quién?
No sé, no tengo los nombres. Pero si mirás un poco todo, vas a ver.
¿Puede surgir algo que involucre el pasado de Torneos en esta trama?
No, Torneos no estaba ahí metido. En la Argentina, cuando se hizo el negocio más importante, que fue la televisión codificada, hubo prácticamente una licitación, donde estábamos nosotros y la gente de Dorna, una empresa española. Y ganamos nosotros. Fue un acuerdo en el que participó toda la AFA. Y es más, Julio ni participó. Ganamos porque ofrecimos más dinero.
¿Cómo funciona el negocio para que algunas empresas estén dispuestas a pagar sobornos multimillonarios?
Porque es un negocio muy grande. Derechos de televisación, de merchandising. Y date cuenta de que cuando vos hacés un torneo internacional, estás poniendo a un país en el mundo. ¿Eso políticamente cuánto vale?
¿Uno no puede pensar que esto fue siempre así y que siempre hubo coimas vinculadas a los derechos de transmisión?
No sé. Pero me imagino que en otros negocios también ocurre. El petróleo, la energía, ¿En cuántos negocios uno escucha que hay corrupción?
¿Pero uno se puede sorprender de que sea algo nuevo, de los últimos años?
No, lo que pasa es que estamos hablando de un producto que es altamente popular.
El Defensor de los Lectores de Perfil, Julio Petrarca, aclara:
Torneos y Competencias ya no existe como empresa. Tiene por sucesora a Torneos, otro holding que subsume a lo que fue TyC y que posee actualmente la revista El Gráfico, es socia en 50% del canal de cable TyC Sports (su socio es el Grupo Clarín, con la otra mitad), produce alrededor de 14 mil horas anuales de programación en canales de aire, cable y televisión satelital en Argentina y otras latitudes, y posee los derechos de transmisión y comercialización de la Copa América (cuya edición 2015 está cercana a su comienzo) y de otros certámenes internacionales de deportes.
Creada por el empresario paraguayo Carlos Avila en 1982, Torneos y Competencias tuvo diversas composiciones societarias. En 2009, Avila ya se había desvinculado y las acciones se repartían entre DirecTV Latin America (33,2%), el ex gerente general de Cablevisión (empresa del Grupo Clarín), Fred Vierra (26,53%), Nofal Sports Holding SA –de Luis Nofal y familia– (23,53%) y el fondo de inversión suizo-estadounidense DLJ Merchant Banking Partners (16,7%). Luis Nofal murió en marzo de 2010, y desde mediados de 2012 la sociedad está integrada por DirecTV Latin America (40%), Familia Nofal (20%), DLJ Offshore Partners (20%) y Alejandro Burzaco (20%). Hoy, su nombre es Torneos SA y su CEO sigue siendo Burzaco, cuya influencia en la FIFA, la Asociación del Fútbol Argentino y el gobierno nacional ha sido ampliamente explicada en los últimos días.
¿Un Comisión Parlamentaria Investigadora del fútbol argentino?
Por: Sergio Levinsky*
Tras el affaire de Ronaldo en aquellos extraños sucesos previos a la final del Mundial de Francia 1998, cuando el delantero acabó jugando sin estar en condiciones, en el fútbol brasileño se desató un torbellino, con acusaciones a la Confederación Brasileña (CBF), su relación con Nike, y todo acabó en el Parlamento.
Parecía raro ver a tantos dirigentes y hasta un director técnico como Mario Lobo Zagallo, teniendo que dar explicaciones en una Comisión Parlamentaria Investigadora (CPI), que lo convirtió en un asunto de Estado.
Aquel escándalo del CPI terminó en un circo, y dos de los principales implicados, el entonces titular de la CBF, Ricardo Texeira, y Sandro Rosell, entonces de Nike y luego presidente del Barcelona, pudieron sortear la situación.
Ahora, el ex crack Romario, diputado, no sólo propuso otro CPI para lo ocurrido con este escándalo que incluye a la FIFA, la Conmebol y la CBF, sino que ya fue aceptada su moción en pocos días.
¿Existe alguna chance real de que en la Argentina pueda ocurrir algo así con la AFA, la Conmebol, las empresas mediáticas y el Estado, a través del puente que significó desde 2009 el programa Fútbol Para Todos?
No parece nada fácil, más allá de algunas denuncias y mucha declamación en los micrófonos.
Si tras el escándalo del último superclásico, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, insinuó que la AFA podría ser intervenida, rápidamente el jefe de Gabinete Anibal Fernández salió a desmentirlo y a decir que eso “no está en la agenda”, cuesta creer que ahora el Estado se quiera meter en serio con el fútbol porque muchas ollas podrían destaparse.
En la guerra Clarín-Gobierno, los dos se quitan de encima a Alejandro Burzaco, CEO de Torneos, y le dan la responsabilidad al otro aunque ambas partes fueron aliadas del hoy prófugo por más que una de ellas lo haya intentado silenciar, y la otra insista en que se trata de cuestiones entre privados y aparente estar de brazos cruzados en el allanamiento a la sede de la empresa.
Burzaco, mano derecha de Julio Grondona hasta su muerte, no es más que la expresión de un entramado por el cual la gratuidad del fútbol obtenida por derecho luego de años de ñata contra el vidrio en bares o negocios y apoderamiento del espectáculo, también incluyó cuestiones como la contratación de la misma productora que tanto se criticó en alianza con el enemigo, para generar un producto final demasiado parecido al anterior.
Es mucho lo que la dirigencia del fútbol argentino debería aclarar, desde los destinos de más de 5 mil millones de pesos recibidos desde el Estado sin rendición de cuentas, qué fue de Puntogol y luego Santa Mónica, facturando millones, hasta el “detalle” del voto del viernes en Zurich, porque si Rodolfo D’Onofrio dijo que fue para el “sheik”, los números no cierran y menos aún, tras el mantenimiento de la media plaza para la Conmebol.
¿Investigaría Aníbal Fernández hasta las últimas consecuencias a José Luis Meiszner, secretario de la Conmebol y con quien comparte dirigencia en Quilmes, cuando designó a su hijo Andrés en un cargo público siendo ministro del Interior, o a sí mismo como titular del club?
Si Grondona llevaba un anillo que decía “Todo Pasa”, Meiszner llevaba otro en su mano izquierda que decía “Algo queda”, símbolo de tiempos que podrían acabarse pronto.
¿Será posible un CPI argentino? Hoy parece una utopía.
*Periodista, sociólogo y autor del libro “El deporte de informar” (Paidós, 2002)
Fotos: Carlos Piaggio / Grosby Group
Fuente: Diario Perfil