domingo, 10 de mayo de 2015

“Las fuerzas policiales tratan de justificar el abuso y el periodismo se trasforma en cómplice si no investiga”

Lo dijo Raquel Witis, mamá de Mariano Witis asesinado por la policía. Fue en la presentaron la “Guía para el tratamiento mediático responsable de la Violencia Institucional”. "Los jóvenes no se sienten representados por la prensa", aseguró la Defensora del Público, Cynthia Ottaviano. También estuvieron Cristina Caamaño, Verónica Torras, María Eugenia Ludueña -de Infojus Noticias-, Dante Leguizamón, Eva Guevara y Raquel Witis
“De cada tres noticias donde hay jóvenes, dos son policiales. Los jóvenes no se sienten representados por la prensa. Se sienten demonizados”, dijo Cynthia Ottaviano, defensora del Público, en la apertura del panel de Medios de Comunicación del 3° Encuentro Federal por una Seguridad Democrática y Popular, que se hizo en el edificio del Congreso de la Nación.

En la mesa, de la que participó Infojus Noticias, fue presentada la Guía para el tratamiento mediático responsable de la violencia institucional. Su primer borrador comenzó a trazarse desde el equipo de la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional, y se terminó de delinear con la Defensoría del Público, que hoy lo presentó. La Guía desarrolla un decálogo de diez puntos que los periodistas deberían tener en cuenta para cubrir con responsabilidad los casos de violencia institucional. Fue elaborada a lo largo de un año con aportes de periodistas, organizaciones y especialistas en el tema. También incluye una valiosa agenda de fuentes, instituciones, colectivos, dependencias y expertos a los que se puede consultar sobre el tema en diversas jurisdicciones de todo el país.

El rol de los medios en la cobertura de casos de violencia institucional fue el eje central de la mesa, donde se fueron analizando las orientaciones de la Guía. Participaron periodistas, familiares de víctimas, actores judiciales y funcionarios públicos. Con viseras verdes y blancas con la leyenda “Ni un pibe menos”, además de Ottaviano, hablaron Eduardo Rinesi (integrante de la Afsca), Eva Guevara,( secretaria de Comunicación del área de Derechos Humanos del Poder Judicial de Mendoza), Cristina Caamaño (fiscal nacional en lo Criminal), Verónica Torras, (coordinadora del Programa Memoria en Movimiento, de la Secretaría de Comunicación Pública), los periodistas Dante Leguizamón (periodista de los SRT de la Universidad Nacional de Córdoba), María Eugenia Ludueña (Subdirectora de Infojus Noticias) y Raquel Witis, madre de un joven asesinado por policías.

“Son un cuarto poder: no se trasformen en un poder de cuarta”
La primera noticia que Raquel Witis leyó sobre la muerte de su hijo, decía: “Dos delincuentes muertos en un enfrentamiento”. Mariano Witis, músico de 22 años, viajaba en un auto como rehén de Darío Riquelme, que un rato antes había asaltado la sucursal Beccar del Banco Itaú. Ambos fueron alcanzados desde atrás, por una ráfaga disparada por un cabo de la Bonearense. No hubo enfrentamiento.

“En tribunales vi como se trataba de manera diferente a la mamá de Darío, ella era ninguneada”, contó Raquel. “Pero para mí, no hay víctimas inocentes. Hay víctimas. Por eso al juicio fuimos juntas”, agregó. Dijo que el periodismo tiene un rol fundamental para transmitir las distintas voces que participan. “Las fuerzas policiales tratan de justificar el abuso y el periodismo se trasforma en cómplice si no averigua, si no investiga”, advirtió y luego dijo: “Ustedes son un cuarto poder. No se trasformen en un poder de cuarta”.

Una reflexión sobre la práctica
“Los periodistas no estamos acostumbrados a reflexionar sobre nuestras propias prácticas. Por eso celebro que estemos acá, eso habla de un avance”, dijo María Eugenia Ludueña. “Lo que más miedo me da es la falta de información. Lo ideal es estar cerca de la información, con las familias de las víctimas, las fuentes judiciales, los expedientes, las organizaciones que conocen el territorio y las que cuentan con referentes en el tema. El trabajo periodístico se construye con esos actores”, agregó Ludueña. “Los periodistas nos protegemos mejor contra las versiones distorsionadas si estamos en el territorio y con las fuentes adecuadas”, dijo.

Mientras estaba en el panel, el teléfono del periodista cordobés Dante Leguizamón no paraba de vibrar. Eran noticias de su provincia: tras la masiva marcha en repudio a la razzia policial, que encerró a más de 700 jóvenes el fin de semana, llegaban rumores de cambio en la cúpula policial. “En Córdoba estamos viviendo un Estado de sitio”, comentó.

“Durante años, los periodistas hemos sido cómplices de la construcción estigmatizante de los pibes de gorra, los mismos que detiene la Policía. La Policía construye ese relato de miedo sobre los jóvenes, apoyándose en la prensa”, dijo. Reflexionando sobre su extensa experiencia, contó que en sus inicios como periodista de policiales, se apoyaba demasiado en fuentes de las fuerzas de seguridad. “Había colegas que directamente trabajaban desde Jefatura”, contó. “Pero con el tiempo entendí que lo que hacemos es periodismo de sociedad, y que es eminentemente político”. Para Leguizamón, “hay una diferencia entre lo que uno desea, y las pautas que te da la empresa. El periodismo que nos piden las empresas no es el periodismo que la sociedad necesita”.

En contraste, María Eugenia Ludueña se mostró “orgullosa” de que la agencia del Ministerio de Justicia de la Nación haya desarrollado el año pasado una capacitación para sus periodistas, invitando a otros colegas y “existan instancias de debate y de reflexión sobre nuestras prácticas, especialmente en estos casos tan complejos”. También destacó que buena parte del trabajo la aprendió del contacto con los familiares de víctimas de violencia institucional como Rosa Bru -que estuvo presente en la charla y cerró la jornada- o Raquel Witis: "ellas son las que mejor conocen el tema, las que nos enseñaron", dijo la periodista, que además es integrante de la Asociación Miguel Bru.

Verónica Torras, que también trabajó en el desarrollo del decálogo de cobertura junto con Vanina Pasik integrante de la Campaña, expresó: “Me alegra que los periodistas puedan formarse con conocimientos que no son los que se ven en la facultad”. Su intervención, dejó picando varias preguntas sobre la rutina de trabajo en los medios: “¿los medios les facilitan la posibilidad de ir al territorio a los periodistas, de conseguir fuentes alternativas, tener el tiempo necesario?”.

Con la justicia
Cristina Caamaño, fiscal nacional en lo Criminal, fue interpelada sobre cómo los periodistas acompañan el trabajo de quienes deben investigar. “El periodismo que no acompaña es el que distorsiona, el que opina, el que tiene que llenar espacios. La distorsión hace que la comunidad dude”, dijo y se preguntó sobre la verdadera intención de la noticia: ¿La intención es el escándalo o es informar?”.

Llegada desde Mendoza, Eva Guevara, secretaria de Comunicación del área de DDHH del Poder Judicial, dijo que “hay un resabio de autoritarismo heredado de la dictadura, en las policías de la democracia”. “No sólo hay críticas para el rol de los medios. Es importante tomarlos en su rol de visibilizadores”, dijo. “Sin la concierna de la importancia de la denuncia pública de las madres y familiares de víctimas, esto no estaría cambiando”, agregó.

La masacre de Ingeniero Budge
Antes, en la apertura, el Salón de los Pasos Perdidos se vio colmado de militantes, en su mayoría jóvenes (algunos llegados de provincias del interior del país). Los encargados de abrir el encuentro fueron los diputados Leonardo Grosso (FPV-Movimento Evita) y Horacio Pietragalla (FpV), el Secretario de DDHH de la Nación, Martín Fresneda, la ministra de Seguridad Cecilia Rodríguez, la senadora provincial Mónica Macha, el legislador porteño Pablo Ferrerya, y Victoria Montenegro, subsecretaria de la unidad de coordinación nacional para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contras las mujeres del Consejo Nacional de la Mujer.

El 8 de mayo es el Día Nacional de Lucha contra la Violencia Institucional y para conmemorarlo trabajando el tema, se realiza el tercer Encuentro Federal por una Seguridad Democrática y Popular en el Congreso de la Nación. Un 8 de mayo pero de 1987, en Ingeniero Budge, tres amigos -Oscar Aredes (19), Roberto Willy Argañazar (24) y Agustín Olivera (20)- que charlaban y tomaban cerveza en la esquina de Guaminí y Figueredo, a tres cuadras del Riachuelo, fueron acribillados por la policía. No fue el primer caso de violencia institucional que se registró en Argentina, pero se convirtió en un símbolo cuando el barrio empezó a hablar de "gatillo fácil" y se organizó para reclamar justicia.
Fuente: InfojusNoticias

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