Aquel Ámbito Financiero de los años dorados, que se erigía en un elegante edificio sobre la calle Paseo Colón, mantiene hoy sólo su estructura atada con alambres. Fundado el 9 de diciembre de 1976, en plena dictadura militar, bajo la directiva de Julio Ramos pronto se situó como el matutino económico favorito de los argentinos, con una marcada línea editorial que representaba al sector empresarial. Pero luego del fallecimiento de su fundador, el diario perdió su rumbo
Por: Clara Trueba
Bajo el ala de un grupo empresario rosarino liderado por Orlando Vignatti, el matutino comenzó a caer en el abismo. Sus trabajadores cobran el aguinaldo en cuotas, la patronal aún les debe dos meses de los retroactivos de las paritarias del 2014, teniendo en cuenta que son víctima a diario de “aprietes” y pésimas condiciones edilicias. Como si fuera poco, la reciente desvinculación de su Gerente General Gustavo Isack y el Gerente de publicidad Gabriel Topola, invaden la redacción y cada rincón del edificio de Ámbito Financiero de dudas e incertidumbre sobre su futuro y el de sus trabajadores.
La celebración de los 30 años del periódico marcaría un corte transversal en su historia. Es que en 2006, tras una larga enfermedad, murió Julio Ramos. Fue entonces que todas sus acciones pasaron a manos de sus hijos y de su ex mujer, la modelo Silvana Suárez. Un año y medio después, su familia decidió vender la empresa que había fundado Ramos a Orlando Vignatti, un empresario desconocido y hasta el momento socio de Manzano-Vila en el diario La Capital de Rosario. Con el desembarcó de los nuevos dueños fueron muchas las caras nuevas y muchas las pérdidas. El legendario Jefe de Redacción Roberto García renunció a su puesto por no compartir la línea editorial que traían los nuevos dueños.
Luego de nueve meses, bajo la flamante directiva, el diario sufrió un importante rediseño a fines de 2008 al igual que su página web. Lejos de los años de abundancia en los que se vivía en la era menemista, el diario experimentó una fuerte modificación en su línea editorial y se vio más alineada al gobierno nacional, lo que hizo perder miles de lectores. De hecho se provocó un verdadero hecho histórico. Por primera vez en la historia de Ámbito, el Cronista Comercial logró en 2011 superar a su eterno opositor en ventas.
Ámbito Financiero ya no es vocero de la comunidad de negocios con eje en las finanzas, que fue la esencia del diario desde su lanzamiento y lo que lo llevó al éxito, ni participa de la polémica política-económica como en los años de Julio Ramos, su fundador. Esto hizo que El Cronista Comercial, en manos de Francisco De Narváez, haya encontrado el nicho que le permite la decadencia de Ámbito.
Pocos meses después de haber adquirido el diario Ámbito Financiero, a fines de 2008, Orlando Vignatti le compró a Sergio Szpolski el legendario Buenos Aires Herald. Su personal se mudó al edificio de Paseo Colón en una redacción improvisada en donde los trabajadores ni siquiera gozan de ventanales. Durante el 2009 el empresario rosarino adquirió también El Tribuno de Tucumán, La Tribuna de Chaco y el diario El Ciudadano de Rosario, conformando así el Grupo Ámbito.
El nuevo acercamiento al kirchnerismo colocó al grupo en otra situación en torno a la publicidad oficial. Actualmente el diario cuenta con el 50% de la pauta oficial y el otro 50% restante es de entidades privadas. Según investigaciones de los medios opositores, entre Ámbito Financiero (Editorial Amfin) y Buenos Aires Herald, la empresa recibió $59,6 millones entre el segundo semestre de 2009 y el primero de 2013.
A pesar de eso, la empresa siempre encuentra excusas para no pagarle en tiempo y forma a sus trabajadores, que por primera vez en su historia han logrado conformar una comisión interna para pelear por sus derechos. El grupo empresario rosarino acostumbró a sus empleados a depositarles el aguinaldo en sus cuentas bancarias en cuotas y en algunas ocasiones hasta los sueldos. Desde la nueva gestión en adelante la planta de empleados no tiene los aportes al día. Lo mismo sucede con las obras sociales: es común que a sus trabajadores les corten la prepaga por la falta de pago de parte de la empresa. En la actualidad Ámbito Financiero le debe dos meses de retroactivo a sus trabajadores, hecho que su comisión interna denunció en el Ministerio de Trabajo. A través de incontables reuniones con la patronal, sus delegados informaron en asamblea que la empresa tiene “voluntad de pago” y en ese marco presentó un plan de pago de acá a enero 2015, dividido en tres cuotas, lo que fue rechazado por sus trabajadores y generó aún más indignación. Además, los trabajadores de prensa Ámbito suman un reclamo básico edilicio: ante cada lluvia, emergen de los techos de la redacción verdaderas cataratas, los baños están en estado deplorable y la humedad parece ganar terreno en cada una de las paredes del edificio, que supo de glamour en la década del 90. Pero no termina sólo acá: los trabajadores sufren a diario la falta de papel higiénico, toallas de papel y hasta vasos para tomar agua. Así todo, ante las constantes faltas de la empresa, sus directivos suelen mandar mails "intimidando" a sus trabajadores ante los mínimos reclamos, logrando así el debilitamiento de la asamblea y la división en la lucha de los trabajadores.
Así todo, la asamblea del grupo ha logrado cambios esenciales en la empresa. Hace poco menos de dos años todos sus empleados estaban categorizados por debajo de las tareas que empleaban. De hecho, una de las luchas ganadas por sus trabajadores está relacionada con los empleados de la página web, quienes hace poco más de 4 años estaban encuadrados en comercio y trabajaban más horas de las que les correspondía con sueldos muy por debajo de los de prensa. Hoy los “punto com” trabajan 7 horas y siguen luchando por la categorización correspondiente a las tareas que desempeñan.
Los empleados están mal pagos, la redacción se reduce en número de gente a cada año pero el trabajo por el contrario se acrecienta y en manos de unos pocos. Para dar un ejemplo, una sección como agro está acéfala y apenas cuenta con un periodista avocado en ella. A lo que debe sumarse además los constantes rumores de venta que generan un clima de inestabilidad permanente. Un claro ejemplo fue a principios de este año, cuando Orlando Vignatti decidió vender la planta en donde se imprime el diario, ubicada en el barrio de La Boca, a los hermanos Raúl y Alejandro Olmos, dueños del diario Crónica y de Buenos Aires Económico (BAE). El vaciamiento, con numerosos despidos de la planta también fue una realidad que golpeó de lleno a los trabajadores, sobre todo a los que integran el encuadramiento de los trabajadores gráficos.
Desde aquel momento los rumores de una posible compra por parte de los hermanos Olmos (propietarios de Crónica y BAE) es constante, aunque sus directivos jamás se lo confirmaron a los trabajadores. De hecho, el miércoles pasado, el CEO Gustavo Isack se desvinculó de la empresa y generó un mar de dudas. Las causas son poco claras. Lo cierto es que la relación entre Isack y Vignatti jamás fue buena y en los pasillos de ámbito se rumoreaba que tras una intensa auditoría, su dueño descubrió algunas irregularidades.
La realidad es que la llegada de nuevos directivos es inminente. Mientras tanto, sus trabajadores luchan por sueldos más dignos, mejores condiciones laborales y para evitar el vaciamiento de la empresa, bajo el apoyo inexistente de un gremio como es el de UTPBA. Su secretario gremial Jorge Muracciole, fue parte de las peleas de ámbito, sobre todo en la lucha por el pago correcto del aguinaldo. Pero ahora, tras malos manejos de su gremio y los constantes actos de corrupción se alejó de la lucha de los trabajadores.
Fuente: La Izquierda a Diario