La libertad sindical es un derecho conquistado con mucha sangre en nuestro país; es una bandera irrenunciable para todos los trabajadores y nunca bajaremos ninguna conquista para ponerla al servicio de otros intereses que no sean los propios que enaltecen a nuestra clase. Con esta premisa, nos solidarizamos con la lucha que vienen llevando adelante los compañeros de la planta gráfica del grupo Clarín quienes durante años han resistido a uno de los más feroces monopolios mediáticos que registre la historia Argentina
Sabemos de lo duro de las peleas de los trabajadores de Prensa cuando se invisibilizan sus luchas, sus reivindicaciones, sus penurias y hasta sus triunfos. La corporación mediática es implacable cuando se dispone a sostener sus privilegios y más aún cuando escudados en la libertad de expresión pretenden teñir cualquier acción legítima de los trabajadores de censura y ataque. Nada más lejos de la censura que la acción y el compromiso de los trabajadores de los medios de comunicación. Somos, y la historia pasada y reciente nos avala, quienes hemos puesto el cuerpo y el alma en defender los principios soberanos de todo un pueblo para recibir información veraz, sin manipulación ni discriminación.
Somos los trabajadores de los medios quienes primero defendemos las fuentes de trabajo. Jamás un compañero de prensa ha conspirado contra un medio de comunicación, por la sencilla razón de que somos el núcleo que les da vida, que genera espacios cuando las patronales los cierran, los que frente a la cerrazón amenazante de los dueños de los monopolios defendemos la ley de medios, que ha venido ha democratizar la palabra, le guste o no al grupo Clarín.
Esa fuerza que abraza nuestro trabajo es la que nos permite, con responsabilidad, saber cuándo le decimos basta a esas compañías mediáticas que con un poder hegemónico pretenden demonizarnos. Los malos de la película no son los que todos los días con dignidad cumplen sus tareas y se organizan para que no los arrasen con la voracidad propia de los monopolios. Los dueños de los medios concentrados mienten, una y otra vez, cuando levantan el principio de la libertad de prensa y en sus empresas rige el principio del fascismo. Perseguir comisiones internas es retroceder décadas en la vigencia de los derechos del mundo del trabajo, y eso no se lo puede permitir. Y deben, cuanto menos, reflexionar quienes a coro servil salen a repetir las falsas consignas contra los trabajadores organizados.
Los trabajadores de prensa de Rosario, junto a sus comisiones internas y el Sindicato, cumplen hoy un año de un histórica gesta de lucha cuando se logró la reincorporación de 26 compañeros despedidos del Multimedio La Capital. Con orgullo y emoción recordamos esta fecha en la que convergieron organizaciones de todo tipo, un amplio abanico de sectores sindicales, políticos, sociales, estudiantiles, expresiones de toda la sociedad en un apoyo incondicional a la lucha contra el despojo que representa un telegrama de despido. La unidad monolítica en la acción, la conducción de los delegados y su representación gremial fueron la muestra de que sin organización no se puede sostener una disputa tan desventajosa. Es por eso que las patronales combaten a los delegados, como ha venido haciendo el grupo Clarín sistemáticamente, echando a comisiones internas recién electas, desconociendo fallos de la Justicia o burlándose de la integridad laboral de los delegados al someterlos al aislamiento de sus compañeros.
Desde el Sindicato de Prensa Rosario expresamos nuestra solidaridad activa con los trabajadores del monopolio Clarín y con su justa lucha que es, sin duda, la nuestra. Un abrazo fraterno a todos los compañeros y las compañeras con quienes recorremos juntos un camino que sólo llegará a destino cuando impere la democracia sindical en los medios de comunicación.
Sindicato de Prensa Rosario