A juicio de los responsables del encuentro, "un certamen no tiene por qué ser siempre profundo, y las redes (aún a partir de los 140 caracteres de Twitter) hay que usarlas para crear líneas de discusión y provocación".
Además, consideran que explicar la actual crisis económica ha exigido a los periodistas un "importante" esfuerzo de análisis y de reflexión para transmitir una información solvente al ciudadano.
Se afirma, a este respecto, que la información económica interesa a la gente, y el paro es la primera preocupación de los ciudadanos, "pero eso no significa necesariamente que sean seguidores" de este tipo de noticias especializadas.
También se valoran las oportunidades existentes en Internet para emprender negocios periodísticos, aunque se advierte de que las iniciativas llevadas a cabo en América Latina "tienen más talento y pasión que planificación y rentabilidad".
Se considera, en relación con este punto, que los nuevos proyectos periodísticos en Internet "abogan por el valor del auténtico periodismo, y de la independencia", pero se indica al tiempo que los primeros años de estos negocios "son una larga travesía en el desierto que al final arroja sus frutos".
En relación con las tabletas informáticas, desde el Congreso se asegura que las empresas periodísticas han acogido con expectación esta fórmula, aunque los modelos de negocio en este ámbito están en modo de construcción.
No obstante, se añade que estas tabletas permiten tanto enriquecer el contenido editorial existente como crear publicaciones completamente nuevas, incluso en régimen de "emprendimiento individual".
Respecto a los reportajes, el Congreso sostiene que existe una creciente demanda de un periodismo de "largo aliento", así como reflexivo y profundo, cuya mejor forma de difusión es el formato del libro.
Se afirma en este sentido que ante la avalancha de información que se produce en el mundo contemporáneo, y ante la "inundación" de datos, "hace falta el agua potable de la reflexión". En cuanto a las fuentes periodísticas, el Congreso considera que las filtraciones de Wikileaks han puesto sobre la mesa un debate sobre la fiabilidad de las fuentes utilizadas por los medios de comunicación.
Argumenta el Congreso que "las garantías de confidencialidad y de protección de las fuentes, que antes eran suficientes, han dejado de serlo debido a las nuevas características y necesidades que genera el mundo digital".
Fuente: Agencia EFE
