La titular del área de Programas Especiales del AFSCA, Silvana Ávila, contó cuáles son los requisitos que deben presentar los establecimientos
“La nueva ley de medios incentiva el surgimiento de las nuevas señales y pretende legitimar a las que ya estaban funcionando sin autorización”, remarcó.
Con la ley de la dictadura, poder tener una radio escolar avalada por el antiguo ComFeR (Comité Federal de Radiodifusión) era algo casi imposible. Sin embargo, esa situación cambió por completo a partir de la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el recambio que significó la creación de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA).
El instrumento jurídico de la democracia impulsa la pluralidad de voces a través del surgimiento de nuevos medios y pone especial énfasis en el apoyo a aquellos que se proponen fines educativos y comunitarios.
“En la actualidad tener una radio escolar es más sencillo de lo que se cree. Hoy las reglas del juego son otras en el espacio comunicacional y las oportunidades para las instituciones educativas mucho mayores”, advirtió la titular del área de Programas Especiales del AFSCA, Silvana Ávila.
En el marco de una charla con ANdeNES, explicó que “es más fácil armar una radio escolar que cualquier otra porque la adjudicación es directa” y precisó que, a diferencia de lo que sucede con otras licitaciones, “no hay que esperar un concurso, no hay que comprar ni presentar pliegos, ni hay que concursar con otros competidores por una frecuencia”.
“La autorización se da de primera mano. Si el proyecto está aprobado por el Ministerio de Educación y hay posibilidad técnica en la zona donde se solicita, ya se cumplen las condiciones básicas”, agregó la directora.
El proyecto no es un requisito menor. Los establecimientos educativos deben presentar una propuesta comunicativa sólida para poder materializarla.
“Al ver el proyecto uno analiza no sólo cómo se va a mantener económicamente la radio sino también institucionalmente, es decir, cómo va a mantener al aire la programación. Ésta, además, tiene que ser variada, ya que según lo establece la nueva ley un 60 por ciento debe ser de producción propia, lo cual es bastante tiempo en el aire y requiere una importante organización”, explicó Ávila.
Además, recordó que la propuesta “debe cumplir objetivos educativos, pedagógicos y de inserción en la comunidad. Nuestra experiencia nos enseña que la emisora tiene que estar abierta a otras organizaciones de la comunidad, en el sentido de darles un espacio de la programación para mantener institucionalmente el proyecto”.
Según especificó la funcionaria, los controles que lleva a cabo el organismo para que las escuelas puedan recibir sus licencias son “el plano técnico” y la grilla de “contenidos”.
“Estamos atentos a que una radio no cambie de frecuencia, algo que suele pasar muy seguido. En el plano del contenido hacemos un seguimientos para que no se les escape a las escuelas el tema de la cantidad de horas de producción propia que se requieren”, añadió.
Asimismo, subrayó la necesidad de que las escuelas que poseen una radio no autorizada “avisen la frecuencia que están ocupando”, ya que “a partir de ahí se les puede dar un espacio real para que ocupen”.
“Lo peor es el miedo y no avisar, porque nuestra intención no pasa por prohibir, sino por ayudar a que las escuelas puedan tener su espacio”, aclaró.
Por último, Ávila explicó que, a diferencia del ComFeR, “el objetivo de la nueva autoridad avalada por la flamante Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es legitimar lo que ya estaba funcionando. No es una normativa caprichosa, sino que fomenta la inclusión de medios que antes eran prohibidos”.
Fuente: ANdeNES