Fueron protagonizados por representantes del Gobierno, enviados por Moreno, en una reunión del directorio
Representantes del Gobierno, algunos de ellos miembros de la patota del Indec, protagonizaron un nuevo y escandaloso incidente en la sede de la sociedad Papel Prensa S.A. Esta vez, los colaboradores del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, intentaron trabar la distribución de cargos de su directorio con intimidaciones, insultos y dilaciones.
El nuevo escándalo -que se suma a otros registrados durante los últimos ocho meses- se centró anteayer en la designación de un director independiente, es decir, sin vínculo laboral con los accionistas privados, como vicepresidente de Papel Prensa. Los representantes del Gobierno objetaron su nombramiento y reclamaron para sí la vicepresidencia. El vicepresidente de la empresa es designado, siguiendo los mecanismos establecidos por la ley, por el voto de los directores de ésta.
Papel Prensa, cuyos accionistas son Clarín , La Nación y el Estado nacional, es el principal proveedor de papel de diario del país, abasteciendo a más de 170 diarios. Su producción equivale al 75% del consumo nacional. El restante 25% es importado sin ningún tipo de aranceles o impuestos, lo que pone a la empresa en una situación competitiva que ninguna otra industria enfrenta en el país: compite con los productos importados sin ningún tipo de protección.
La discusión en la reunión de directorio sufrió un giro inesperado cuando un director fue amedrentado por el director suplente en Papel Prensa por el Estado, Rubén Zampino, identificado en junio de 2008 por el diario Crítica como uno de los miembros de la "patota" de Moreno en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Intimidación
Lejos de concluir allí, el clima hostil continuó en aumento, luego de varias ocasiones en las que los representantes del Gobierno monopolizaron el uso de la palabra con un claro fin dilatorio para impedir el nombramiento en cuestión. Acompañados por la también directora estatal ante Papel Prensa y ex interventora de Moreno en el Indec, Beatriz Paglieri, Zampino y otros comenzaron a gritar e insultar al coadministrador de la sociedad, Carlos Bianchi, por anunciar que se procedería a la votación, luego de siete horas de iniciada la reunión, interrumpida por algunos cuartos intermedios. Lo acusaron de delincuente, y le dijeron que "no se [hiciera] el boludo", que "no se [hiciera] el pelotudo", para luego proceder a desenchufar el grabador que registraba lo acontecido en la reunión.
En ese momento, Zampino, Paglieri y otros representantes del Gobierno se retiraron, aunque la asamblea continuó por contarse con el quórum suficiente. Pero pocos minutos después, los colaboradores de Moreno retornaron, apagaron las luces de la sala de reuniones y avanzaron con actitud intimidatoria sobre los presentes, que, luego de un momento de extrema tensión, lograron continuar con la reunión.
El incidente se suma a una escalada verbal y fáctica que lidera el secretario de Comercio Interior desde mediados de 2009 y que derivó en la apertura de diferentes causas penales contra el funcionario, en particular luego de que Moreno les indicó a los anteriores representantes del Estado en Papel Prensa que debían trabajar para reducir el valor de la compañía, para luego expropiarla, y que si revelaban sus dichos, sus acólitos eran expertos en "romper espaldas".
Carta de los accionistas
Los accionistas privados de Papel Prensa difundieron la siguiente carta a partir de los graves hechos ocurridos anteayer, durante una reunión de directorio de esa empresa:
Papel Prensa es una empresa privada que produce papel argentino para diarios argentinos. Abastece nada menos que a 170 diarios, el 95% de los títulos del país. Lo hace en un mercado abierto, donde compiten en igualdad de condiciones el papel nacional y el importado, dado que es uno de los pocos productos que tiene arancel cero. Las políticas de comercialización de Papel Prensa son las usuales en el mercado de papel en el mundo, y sus precios transparentes y competitivos. Los accionistas privados de Papel Prensa son los diarios Clarín y La Nación, aunque en su cartera de clientes está la inmensa mayoría de sus competidores, sin distinción de tamaño, línea editorial o mercado geográfico.
Si bien hubo otros emprendimientos de fábricas de papel para diarios en el país (uno de ellos propiedad de una cooperativa de diarios del interior), el único que después de décadas sigue produciendo es Papel Prensa. Desde su origen, el Estado nacional es socio minoritario de la empresa, no por decisión de los accionistas, sino por normas de la licitación y el contrato originario, que data de 1972. Este mismo contrato estableció que el Estado está obligado a retirarse como accionista de la compañía después de 10 años de su puesta en marcha. Esto debería haber sucedido hace más de 20 años. Desde ese entonces, los accionistas privados vienen pidiéndole al Estado que cumpla lo establecido por él mismo y venda su tenencia.
Es indudable que una fábrica de papel para nutrir a los medios de prensa debe quedar fuera de las coyunturas políticas. Desde hace 9 meses, y luego de varios años sin objeción alguna, el gobierno nacional viene llevando adelante una serie de acciones que han obstaculizado la gestión de Papel Prensa.
Funcionarios como el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, dicen estar preocupados por el mercado y el abastecimiento de papel para diarios. La mejor garantía para todos los diarios es que el mercado siga siendo libre y competitivo, sin aranceles, tasas ni cupos de importación, como sucedió en otras épocas de la historia argentina.
En este terreno, es contradictorio que sea el Estado quien pretenda actuar como juez y parte. La prensa debe quedar ajena a cualquier injerencia oficial en la provisión de este insumo. Ningún medio independiente puede aceptar que sea un gobierno el que defina el acceso y el flujo de sus insumos, aunque a eso se lo pretenda disfrazar de beneficios coyunturales.
Por eso, los accionistas privados de Papel Prensa creemos que esta puede ser la oportunidad para que, finalmente, el Estado cumpla su obligación legal y se retire de la compañía vendiendo su participación, cosa que no han hecho los anteriores gobiernos democráticos. Muchos de estos conceptos también han sido dichos recientemente por las principales asociaciones de diarios del país, AdEPA y ADIRA, que entre otros puntos, expresaron sus temores ante la posibilidad "de que los gobiernos de turno puedan participar en las decisiones concernientes al abastecimiento de papel", y recalcaron que Papel Prensa "es la única empresa del rubro que cumple regularmente con los pedidos de las editoras".
Creemos que si el Estado nacional cumple con su obligación contractual de retirarse del capital de la empresa, Papel Prensa podrá mantener su espíritu y su filosofía de atender el abastecimiento plural y sin injerencia política del principal insumo de los diarios, contribuyendo al verdadero pluralismo y al ejercicio de la libertad de prensa, sin paternalismos ni injerencias de ningún tipo.
Fuente: Diario La Nación