¿Huelga El País?
Esta tarde los trabajadores del diario El País debaten una huelga que afectaría al diario del próximo fin de semana. La convocatoria de huelga del 26 y 27 de diciembre es en protesta contra la externalización del departamento de Publicidad del diario, comunicada el viernes pasado sin diálogo previo.
Los trabajadores, redacción incluida, creen que esta decisión pone en peligro la superviviencia económica de la cabecera. Los gestores, encabezados por Juan Luis Cebrián, intentan defenderse de la caída de la publicidad, de más del 18% en el diario en los nueve primeros meses del año -dos puntos más que la media de la división de prensa del grupo-, y recortar gastos.
La presión de la empresa sobre los cargos de confianza es grande, según varias fuentes, mientras los trabajadores parecen dispuestos a mantener una posición en la que la victoria del comité o de la dirección puede condicionar el futuro del propio diario.
Prisa sigue cayendo en Bolsa y la acción se cotiza a esta ahora a 2,30 euros, con lo que la capitalización del grupo es cinco veces menor que a cierre de 2007.
Observatorio para el seguimiento de la crisis
La presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Magis Iglesias, ha remitido una carta a los presidentes de las 48 asociaciones de la prensa de España, que representan a 15.000 periodistas, en la que les anuncia la creación de un observatorio para el seguimiento de la crisis, que se ha cobrado ya en el último mes, según datos de la FAPE, alrededor de un millar de puestos de trabajo en el sector periodístico, “y lo más grave es que todo indica que esto es solo la punta del iceberg que irá emergiendo en los próximos meses”, señala Iglesias.
“Las últimas noticias que conocemos sobre numerosos despidos en varios medios de comunicación –algunos tan relevantes como los pertenecientes a los grupos Zeta y Prisa- vienen a confirmar lo que nos temíamos: los periodistas seremos las primeras víctimas de la crisis que ya azota el sector”, continúa.
Ante esta situación, la presidenta de la FAPE considera que “no podemos permanecer impasibles y cruzados de brazos”, por lo que propone a las asociaciones de periodistas de toda España “tomar medidas para estar atentos y afrontar de forma coordinada esta preocupante situación”.
Magis Iglesias anuncia también que se propone “iniciar de inmediato una ronda de conversaciones con las organizaciones sindicales y empresariales para buscar juntos posibles soluciones y reclamar compromisos a todos los agentes implicados”. “Este objetivo –continúa la misiva- será compatible con exigir una mayor atención de los poderes públicos a la situación de un sector que ha de ser considerado estratégico. Nosotros sabemos mejor que nadie que con los puestos de trabajo está también en riesgo la calidad y supervivencia del buen periodismo, imprescindible en todo régimen de opinión pública y marchamo de calidad de nuestra democracia”.
El observatorio de la FAPE para el seguimiento de la crisis en el sector de los medios y los despidos de periodistas estará integrado por el secretario general de la organización, Javier Arenas, y un representante de cada asociación provincial o regional de periodistas, y permitirá “formar una auténtica red de vigilancia de la evolución de la crisis y sus efectos entre los periodistas” gracias a la cual se podrán “denunciar, en su caso, decisiones oportunistas, injustificadas o abusivas”, termina Iglesias.
Propuesta de puntos para un hipotético manifiesto por la dignidad de los periodistas
¿Cuántas veces has tenido que aguantar las caras de circunstancias, de desconfianza o incluso de temor de desconocidos al “confesar” que te dedicas al periodismo? Lamentablemente, la opinión pública mete en el mismo saco a los buenos periodistas, los periodistas “del montón” y los pseudo personajes públicos o periodistas estrella de la prensa del corazón. No todos los periodistas trabajamos en “Dónde estás corazón” ni somos vulgares carroñeros
1º Defendemos la dignidad de la concepción y el ejercicio de la profesión. El periodismo es mucho más que exclusivas a cualquier precio o la información ofrecida de cualquier manera sólo por la necesidad de “ser los primeros”
¿De verdad somos conscientes de lo trascendente e importante que es nuestra profesión? ¿O sólo nos preocupamos por nuestra estabilidad laboral, o lo que es peor, por cosas menos importantes?
2º Manifestamos nuestro convencimiento de que la profesión periodística tiene trascendencia. Un periodismo de calidad es condición indispensable para el mantenimiento de una sociedad de calidad y para la buena salud de la democracia. Sin la existencia de un buen periodismo no es posible una sociedad informada y crítica y, con ello, un sistema democrático y político eficiente.
3º Los firmantes de este manifiesto abogan por su condición de personas con capacidad de raciocinio y crítica propia, más allá de las opiniones o situaciones condicionadas de sus superiores o de las empresas y grupos que sostienen económicamente a los medios para los que trabajan.
4º Tenemos derecho a tener una opinión distinta a la de nuestros superiores y también tenemos derecho a argumentar y defender nuestro trabajo frente a terceras personas en desacuerdo, sin que por ello debamos temer que nuestro puesto de trabajo corra peligro
5º Ser periodista es mucho más que “salir por la tele, la radio” o “ser famosete”. El periodismo va más allá de la notoriedad o el engrandecimiento propios y, quienes firmamos el presente manifiesto, rechazamos la figura del “periodista estrella” y abogamos por un ejercicio de la profesión más anónimo y responsable
¿Cuántas veces te has sentido una “máquina” que no hace más que “rendir” en el puesto de trabajo, hasta llegar al punto que yo denomino “estado zombie”, sin estar del todo seguro de lo que estás haciendo y, sobre todo, para qué y por qué?
5º Creemos firmemente en un periodismo de calidad, con independencia del soporte o medio que se utilice, basado en la reflexión y el trabajo bien hecho. Por ello, rechazamos que se nos trate como “autómatas”, que permanecen en su puesto de trabajo durante doce o catorce horas, con el único objetivo de rellenar páginas o minutos de emisión, de manera mecánica y deshumanizada, sin prestar atención al contenido de las informaciones y de la importancia y trascendencia que éstas puedan tener.
6º Un contrato laboral no es una patente de corso para trabajar en condiciones de semi esclavitud. Por ello, defendemos nuestro derecho a que se respeten los horarios de trabajo convenidos y a que se nos trate como a personas y no como a máquinas, que deben aguantar “lo que les echen” para mantener un puesto de trabajo.
7º Defendemos nuestro derecho a negarnos a que una información lleve nuestra firma o se asocie a nuestro nombre, y por tanto a su autoría, si ésta ha sufrido cambios o “retoques” sustanciales que la priven por completo de su sentido original y, sobre todo, si no estamos del todo seguros o en sintonía con las razones que han motivado ese cambio.
8º Aunque creemos que un periodista auténtico lo es las veinticuatro horas del día, esto no debe significar que ejerzamos nuestra profesión de manera ininterrumpida. Por ello, defendemos nuestro derecho a “desconectar” de nuestros trabajos durante nuestros períodos de descanso, por muchas urgencias y “cambios de última hora antes del cierre” que existan.
¿Sabemos realmente de dónde viene nuestra profesión y lo que ha costado llegar hasta este punto? ¿Somos conscientes del privilegio de nuestra posición y de la responsabilidad que conlleva?
8º Defendemos el periodismo en su concepción original de herramienta libre para expresar opiniones y hechos ciertos, verificables y constatables. Sabemos de lo privilegiado de nuestra posición profesional y, por ello, amamos y respetamos el periodismo, no en su concepción romántica y trasnochada de “reportero intrépido”, sino el de “profesional preparado, consciente y responsable”, integrante de un pilar básico para nuestra sociedad
9º Defendemos un movimiento de la “buena prensa”, de los que ya han existido muestras en el pasado, que fomente la calidad moral y material de nuestro trabajo y de nosotros mismos como profesionales, alejándonos de intereses políticos y económicos, representados en personas e instituciones que nos son del todo ajenas y que consideramos que no hacen sino desgastar y denostar al buen periodismo
10º Hacemos extensible esa necesidad al ámbito de los medios y la prensa digital, así como los blogs y otras nuevas formas de expresión, donde cualquiera puede auto denominarse periodista, sin serlo, dañando gravemente la imagen pública y la esencia de esta profesión.
La crisis no puede ser una excusa para sanear las plantillas. Sin periodistas no es posible que exista el periodismo
11º La actual situación socio económica no puede ser una excusa de las grandes empresas mediáticas para “sanear” sus plantillas. Defendemos nuestro puesto de trabajo, primero como la forma de ganarnos la vida y, segundo, como condición indispensable para que la profesión se apoye en cimientos sólidos. La profesión periodística, si es que se respeta, no puede basarse en el trabajo del “eterno becario” ni puede remitir constantemente a conceptos como precariedad, temporalidad e inestabilidad
Fuente: Por la dignidad de los trabajadores