Guatemala.- El monopolio, los poderes paralelos y la intromisión del Estado son algunas de las amenazas a la libertad de prensa y de expresión que existen en nuestros países, señalaron panelistas en el Foro Abordaje Periodístico sobre Transparencia, Corrupción y Política.
De acuerdo con Ileana Alamilla, directora de la agencia Cerigua, el periodismo vive un escenario similar al de la época del conflicto armado, cuando la prensa fue acallada; los nuevos censores son los poderes paralelos, como el crimen organizado y el narcotráfico.
Ahora enfrentamos un nuevo riesgo porque hablar de crimen organizado y de narcotráfico conlleva un peligro para la vida, y no es que no sepamos dónde están y quiénes son, sino que el Estado no tiene la capacidad para brindarnos protección, indicó la periodista.
Por su parte Pedro Trujillo, director de Estudios Políticos de la Universidad Francisco Marroquín señaló que la intervención de los Estados violenta la libertad de expresión y la libertad de prensa; cualquier norma que violente la libertad de decir lo que se piensa es restrictiva, señaló.
De acuerdo con Trujillo algunos países que han aplicado estas restricciones son Venezuela, Cuba y Estados Unidos.
El monopolio mediático también fue abordado en el foro; a decir de Trujillo los monopolios naturales no hacen daño, a menos que sean las esferas externas o gubernamentales los que creen estos privilegios.
Dicha opinión no fue compartida por Ileana Alamilla quien señaló que en el país estos monopolios no permiten a grandes sectores sociales tener acceso a espacios donde se puedan expresar.
Un ejemplo es el de las campañas la Cámara de Radiodifusión ha lanzado contra las radios comunitarias señalándolas de ser ilegales, y lo son porque la legislación es excluyente y antidemocrática y no permite que la población de pocos recursos tenga acceso a una frecuencia radial, indicó la periodista.
Además se atenta contra la democracia porque escuchamos lo que estas empresas quieren colocar como temas de información y no sólo se propicia la concentración de la propiedad sino la exclusión de otros sectores, puntualizó Alamilla.