El periodista llega a Mendoza, junto a otros colegas de Éter, para dictar un Taller de Locución Radiofónica y Puesta al Aire de Programas. El curso comienza mañana.
Patricia Slukich - pslukich@losandes.com.ar
Casi una obviedad: Eduardo Aliverti es, hoy (y desde hace años), uno de los periodistas que tildan los puntos del debate social y político en la Argentina.
El hombre ha ganado su espacio en esta discusión a base de coherencia profesional, honestidad intelectual, capacidad de trabajo, conocimiento del oficio periodístico y firmeza en sus conceptos.
Y aunque este listado de bondades se restrinja sólo a cinco puntos, actualmente -en el país entero-, quienes los sostienen y alientan como forma de práctica profesional cotidiana (y lograron trascendencia) son pocos; muy pocos en el panorama mediático, de Buenos Aires y (¡ni qué hablar!) del interior.
Decíamos: la formación del periodista para Aliverti es esencial y predica esta premisa sin pausa. Tanto es así que creó el programa de la cátedra radiofónica -de la que es titular- en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA (Universidad de Buenos Aires) y es rector -y creador- de Éter, Escuela Terciaria de Estudios Radiofónicos.
Los coqueteos didácticos de Aliverti (y Éter) con Mendoza se iniciaron el año pasado. “Es la segunda vez que venimos”, comenta. Ahora, y casi como una continuidad, vuelve a la provincia para enfocar el estudio en la locución radiofónica y la puesta al aire de programas; y lo hará junto a su colega Javier Rubel, que también es docente de Éter.
“Habrá otro curso en noviembre (del 10 al 12) de técnicas vocales y aspectos foniátricos. Es como un paso previo para lanzar Éter como carrera de locución en Mendoza a partir de 2009”, desliza a modo de primicia. ¿Qué tal?
Este brazo formativo de Éter se suma a los que la institución ya tendió hacia Mar del Plata, Paraná y Resistencia. Y, ya que estamos en tren de hablar sobre el oficio periodístico y sus aspectos educativos, le seguimos preguntando.
-¿Qué diferencias encontrás entre el periodismo de Buenos Aires y el del interior?
- Pasa por una cuestión de formación, en términos de que la monumentalidad poblacional de Buenos Aires permite más recursos humanos, más institutos. En segundo lugar, en cuanto a la formación y en el caso de la radio, hay por lo general malas fotocopias del periodismo que se hace en Buenos Aires y de la estética radiofónica porteña. Tanto las pequeñas como las grandes emisoras del interior adhieren a ese modelo de cultura clip, en el que todo pasa y nada queda, particularmente en la FM. La bajada de satélite de Buenos Aires es letal para el interior. El tercer punto, por nivel de capacitación pero ligado a la cantidad de probabilidades para formarte, en el interior no hay distancia cualitativa respecto de Buenos Aires. En el interior hay diarios bien escritos y donde más se nota la distancia -ahí interviene el recurso disponible- es en la televisión que, en las provincias es muy pobre (y no elogio a la porteña).
-¿Cómo ves hoy el mapa de los medios en la Argentina?
- La TV es entretenimiento, incluyendo a los noticieros que son un magazine de color. Lo escrito es lo que fija la agenda. Los mejores periodistas se están concentrando en los medios escritos. La radio es una amplificadora de los medios gráficos. La radio es el más libre de los medios porque es un negocio más chico. Desde la etapa de la concentración multimedia, la radio pasó a ser la hermanita menor de los grandes emporios mediáticos. Desapareció la radio de autor.
-En los programas periodísticos de radio, ¿se ha perdido la profundidad del análisis?
- La cultura clip, en la que todo debe durar poco y no profundizar nada, es una estética de la TV. La radio copió eso pero subsiste porque hay más emisoras y programas de radio, que canales y medios escritos. Y seguís encontrando lugares de refugio para escuchar opinión y música. Ése es un nicho que, en términos de capacitación, hay que seguir explotando. Más allá de que no es un medio bien pago, tiene más salida laboral. Todo esto se da no porque la radio sea así, sino porque está así. Los productores de radio hoy son telefonistas: es raro que te encuentres con un programa con investigación y producción. No es cuestión de recursos sino vocación de hacerlo.
-¿Qué condiciones se requieren para hacer una buena radio desde lo periodístico?
- Los periodistas de radio hoy son comentaristas de diarios. Han desaparecido las notas editoriales de los que conducen y la radio reproduce la agenda que fija el diario. No hay que dejar de subrayar la concentración multimediática: la tapa de tal diario de la mañana es la que la radio amplifica. Los medios tienen hoy una concepción mayorista de la información y la radio se ha visto así perjudicada. Pero no sólo pasa esto en el aspecto del contenido periodístico sino también con la discoteca propia: ahora las grabadoras son las dueñas de la radio. Todo esto tiene que ver con un proceso que se abrió en los ‘90, pero la radio es el medio más democrático de todos y todavía está en condiciones para librar la batalla cultural.
-¿Cómo ves a los medios públicos?
- Canal 7 mejoró muchísimo en términos de programación, pero no logró credibilidad en su noticiero: es una deuda importante. Yo tengo expectativas con Tristán (se refiere a Tristán Bauer, director de la Secretaría de Medios de Comunicación). La gran pregunta es si Tristán, que no viene de la actividad política tradicional, va a poder con el desafío de lidiar con los gremios y las presiones. No está en duda que llega sabiendo del área que va a conducir.
- ¿Qué opinás sobre el proyecto que se está proponiendo para una nueva Ley de Radiodifusión?
- Me merece el mayor de los respetos sobre quién y por qué está elaborada. Ahora hay que ver si esto no va a detenerse en el Congreso, porque después del “episodio Cobos” y también legisladores que presionan a favor de los grandes medios... Dos aspectos son interesantes de la ley: divide en tres tercios iguales al sector público, privado no comercial y privado y pone un límite a la cantidad de licencias de un mismo permisionario. Hoy es un escándalo que en Argentina haya uno con más de 20. También la ley está enmarcada en la digitalización que se viene y hay que ver a quiénes van a dar esas nuevas frecuencias; hay que ver si se avanza en un sistema progresista. Pero tengo mis dudas de que pueda pasar el filtro del Congreso.
Fuente: Los Andes