lunes, 15 de diciembre de 2025

Telecom unifica sus marcas en Personal mientras espera el aval regulatorio para integrar Movistar

Gonzalo Hita, director de Operaciones (COO) de Personal, dijo que la compra de Telefónica es un hecho, a pesar de lo cual las compañías se administran de forma independiente hasta que se autorice la fusión

Antes de que diciembre entre en su recta final, Telecom decidió mover una ficha clave. En un contexto marcado por la presión regulatoria, la espera por la aprobación de la compra de Telefónica y la irrupción de nuevos competidores globales como Starlink, la compañía anunció un giro estratégico: todas sus marcas comerciales se unifican bajo el nombre Personal. La decisión no es solo estética ni comunicacional. Es, sobre todo, una señal de cómo la empresa lee el escenario que viene y del tamaño que considera necesario para seguir compitiendo e invirtiendo.

El anuncio se realizó en el auditorio que Telecom tiene en sus oficinas de Barracas, durante un encuentro encabezado por Gonzalo Hita, COO (Chief Operating Officer o Director de Operaciones) de la compañía, quien hizo un balance del año, presentó los resultados del negocio y anticipó los principales ejes estratégicos para 2026. "La industria de las telecomunicaciones enfrenta desafíos significativos", advirtió el ejecutivo al comenzar su exposición.

Un sector bajo presión
"El tráfico global de datos se va a incrementar exponencialmente en los próximos años. No hay datos exactos, pero algunos estiman que podrían crecer hasta x9 hacia 2033", afirmó Hita. Ese crecimiento plantea un problema estructural: "La industria de las telecomunicaciones enfrenta desafíos significativos por este crecimiento exponencial de los datos, que requiere inversiones (CAPEX) cada vez más intensivas, mientras que los ingresos se mantienen estables o amesetados".

A este escenario se suma la intensificación de la competencia, con la aparición de jugadores globales como los satélites de órbita baja (LEO), que pueden sustituir redes fijas y móviles tradicionales. "No hay negocio si no hay una necesidad a cubrir", aseguró Hita, y explicó que la estrategia de Telecom se centra en construir un ecosistema de soluciones que respondan a los puntos de dolor de sus clientes.

"Estamos construyendo un ecosistema relevante con soluciones de entretenimiento y contenido con Flow, soluciones de pago con Pay, ecosistemas B2B. Todo gira alrededor de la conectividad y está potenciado por la inteligencia artificial", resumió.
Los números del negocio
En los últimos doce meses, Telecom registró una facturación de u$s 3.731 millones, con más de 35 millones de conexiones en todo el país e inversiones superiores a u$s 700 millones. Desde la fusión Cablevisión–Telecom, la compañía lleva invertidos alrededor de u$s 8.000 millones, con un promedio anual cercano a los u$s 700 millones, nivel que —según Hita— se mantendrá en los próximos años.

Uno de los datos destacados fue la recuperación de Flow. En 2024, la plataforma había perdido 72.000 clientes, pero en 2025 logró revertir esa tendencia y sumar más de 85.000 nuevas suscripciones. El repunte se explicó por dos estrategias: el desarrollo de contenido propio —como Viudas Negras y Yiya— y la integración de servicios OTT como Disney+, HBO+, Universal+, Paramount+ (incluido), el pack fútbol y la transmisión en vivo de grandes eventos musicales como Lollapalooza, Quilmes Rock y recitales de Lali, Miranda y María Becerra.
 
Inversión en redes: fibra y 5G
La migración tecnológica es otro de los pilares del plan. En la red fija, Telecom avanza en la expansión de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), con el objetivo de apagar definitivamente la red de cobre en 2026. Actualmente, la compañía cuenta con unos 5,4 millones de hogares con FTTH y proyecta llegar a 7,1 millones.

En redes móviles, la evolución va del 4G al 5G. Hoy, el 27% del parque de clientes ya utiliza 5G, el 83% cuenta con dispositivos compatibles y 2,9 millones de usuarios generan tráfico sobre esa red. Además, se desplegaron más de 750 sitios 5G, con foco en las zonas donde el 4G comienza a saturarse.

En este contexto, el 5G también habilita nuevos negocios, como el acceso fijo inalámbrico (5G FWA), que ya suma unos 50.000 clientes, principalmente en Capital Federal, Rosario y Córdoba, y se posiciona como alternativa —y en algunos casos competidor— del satélite.

La compra de Movistar
Consultado sobre la adquisición de Movistar, Gonzalo Hita fue categórico: "La compra está confirmada. Estamos esperando la aprobación por parte de los reguladores". Hasta que eso ocurra, Movistar y Personal seguirán operando como compañías separadas. "Cuando nos aprueben, vamos a devolver la marca Movistar y todo quedará bajo la marca Personal, pero no sabemos cuándo será eso. Sin escala, no hay inversión posible", enfatizó.

La fusión entre Movistar y Personal —resultado de la compra de la filial argentina de Telefónica por parte de Telecom por u$s 1.245 millones en febrero de 2025— avanza, pero aún no fue autorizada por los reguladores argentinos. La operación está bajo análisis del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) y de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), luego de cuestionamientos por un posible impacto negativo en la competencia. En marzo de este año, el Gobierno dispuso una suspensión preventiva de la integración operativa, medida que posteriormente fue dejada sin efecto por la Justicia, permitiendo que el proceso de evaluación continúe.

En este marco, el presidente Javier Milei se manifestó públicamente en contra del acuerdo, al advertir que podría derivar en una concentración excesiva del mercado y afectar la libre competencia. El mandatario llegó a cuestionar al Grupo Clarín —uno de los principales accionistas de Telecom— al sostener que "se quiere quedar con Telefónica de prepo" y remarcó que la operación debe ser analizada con estrictos criterios antimonopólicos. Mientras tanto, el ENaCom mantiene su intervención extendida hasta al menos enero de 2026, por lo que Movistar y Personal continúan funcionando de manera independiente, a la espera de la definición final y de las eventuales condiciones que puedan imponer los organismos regulatorios.
Silvana Cataldo, directora de Entretenimiento y Brand Marketing de Personal

Personal, la marca madre
Una de las principales novedades del anuncio fue la unificación de todas las marcas bajo Personal. La razón social seguirá siendo Telecom —nombre que se mantiene para la cotización bursátil—, pero Flow, Pay, Tienda y Smarthome pasarán a ser productos dentro del ecosistema Personal.

"Debíamos simplificar la arquitectura marcaria y aprovechar el potencial del nombre para diferenciar los servicios en un mercado competitivo", explicó Silvana Cataldo, directora de Entretenimiento y Brand Marketing de Personal. La ejecutiva detalló que la elección respondió a dos razones centrales: el apalancamiento en la conectividad —base del ecosistema— y la diferenciación a través de la personalización. "El nombre Personal sugiere naturalmente algo único y distinto", afirmó.

"Personal será la única marca, empleadora y comercial. Queremos revalorizar lo más potente que tenemos", agregó Cataldo.

Contenidos y billetera digital
Otra de las apuestas para sumar ingresos es el contenido. "Para 2026 ya tenemos en marcha tres proyectos de contenidos que no podemos adelantar", adelantó Cataldo, en línea con una estrategia que incluye producciones nacionales, contenidos cortos y nuevas alianzas OTT.

En cuanto a Personal Pay, la billetera digital ya cuenta con más de 4 millones de cuentas, aunque solo 2,5 millones la utilizan como cuenta principal. "Una billetera es exitosa si gana principalidad", explicó Hita. Entre las novedades, Cataldo confirmó que sumará la función PIX para pagos en Brasil de cara al verano, mientras que otras operaciones —como el pago de sueldos— siguen limitadas por cuestiones regulatorias.

Lo que viene
"El plan para el año que viene es personalización y experiencia, IA como habilitador de negocio y crecimiento y mejoras en el NPS", resumió Hita. Telecom también continuará fortaleciendo su red fija, expandiendo 5G y desarrollando negocios complementarios en entretenimiento, hogar conectado, finanzas digitales y soluciones tecnológicas para empresas bajo la marca Personal Tech.

En un mercado con tráfico en alza, ingresos presionados y nuevos jugadores globales, la compañía apuesta a la escala, la simplificación y el ecosistema como respuesta. La unificación de marcas es, en ese sentido, mucho más que un cambio de nombre: es una definición estratégica sobre cómo competir en la próxima etapa de la industria.
Fuentes: Telecom, Señales

domingo, 14 de diciembre de 2025

Derrames, leyes y represión: San Jorge, la mina que pone en jaque el oasis de Mendoza

Para Marcelo Romano (foto), abogado ambientalista, la autorización del Proyecto San Jorge no es solo un avance extractivo: significa la entrega del agua, la ruptura de la institucionalidad y la consolidación de un modelo que beneficia a pocos. La medida también evidencia el vaciamiento de la Ley 7722, la captura de los organismos de control, la represión a la protesta y la resistencia social que, como en 2019, vuelve a crecer. Desde la cabeza de cuenca del río Mendoza hasta los tribunales, esta crónica reconstruye una trama de poder, negocios y movilización ciudadana.

El agua en juego
Romano, referente del movimiento socioambiental de Mendoza, no tiene dudas: la reciente aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del Proyecto San Jorge es una de las decisiones más graves en la historia reciente de la provincia, dijo en Señales. Desde su perspectiva, el Senado de Mendoza acaba de entregarle el agua de la provincia a la megaminería, en un acto que considera casi un sacrilegio.

Para Romano, lo que acaba de suceder no es una mera formalidad legislativa, sino un golpe directo a la vida de los mendocinos. La provincia, que enfrenta una de las crisis hídricas más severas del país, solo cuenta con agua en un 4% de su territorio. El resto es desierto, tierras áridas que dependen de esos pocos ríos y oasis para sostener la vida y las actividades productivas.

Y precisamente allí, en el Valle de Uspallata, en las cabezas de cuenca del río Mendoza, quieren instalar un megaproyecto minero que no solo utilizará enormes cantidades de agua, sino que también empleará sustancias altamente tóxicas, como el xantato, para el proceso de extracción del cobre.

El lugar que se ha elegido para este proyecto, una de las áreas más sensibles y estratégicas de Mendoza, genera alarma no solo entre los ambientalistas, sino entre una parte importante de la población. La cuenca del río Mendoza es el sustento de uno de los oasis más importantes de la provincia, una zona clave para el riego agrícola y la producción vitivinícola.

Para Romano, autorizar una megaminería a cielo abierto en esa región es una locura. "Es un despropósito, un daño irreversible", afirma, visiblemente indignado. En su opinión, detrás de esta decisión hay un desinterés absoluto por el bienestar de los mendocinos y una total desconexión con la realidad del territorio. "Esto no es solo ignorancia, es una entrega", sostiene, señalando que los legisladores que aprobaron el proyecto bien podrían estar cooptados por intereses económicos o, simplemente, no tener idea de lo que están autorizando.

Recientemente, mediante sus redes sociales, el presidente Javier Milei expresó su respaldo al Proyecto San Jorge: destacó que Argentina crecerá de la mano de "los tres principales vectores de la economía: el campo, la energía y la minería". Para Romano, este tipo de declaraciones evidencia cómo la megaminería no solo cuenta con apoyo local, sino que también se inscribe en una narrativa nacional que prioriza el crecimiento económico sobre la protección ambiental y el acceso al agua.
Golpe a la Ley 7722
La aprobación de la DIA para el Proyecto San Jorge está directamente relacionada con la lucha por la Ley 7722, una ley que nació del pueblo en 2007 y que fue un triunfo de la resistencia popular contra los proyectos mineros que amenazaban con contaminar los recursos hídricos de la provincia. Romano recuerda con claridad el histórico momento en que la ley fue conquistada: fue en las rutas de Mendoza, con miles de personas exigiendo que se prohíban las sustancias tóxicas como el cianuro, el mercurio y el ácido sulfúrico en las actividades mineras.

Esa ley, que fue una verdadera barrera protectora, se convirtió en un símbolo de la desconfianza popular hacia los controles del Estado. Sin embargo, el Proyecto San Jorge, impulsado por la empresa Solway, logró darle un golpe mortal a la Ley 7722.

En 2021, la Corte Suprema de Justicia de la Nación falló a favor de la minera, declarando inconstitucional una parte clave de la ley que prohibía el uso de sustancias tóxicas en la minería. Esta sentencia, según explica Romano, permitió que el proyecto San Jorge avance sin las restricciones que la ley imponía, y ahora la minera podrá utilizar compuestos similares al cianuro o al mercurio, como el xantato, que son igualmente peligrosos. "Esto es gravísimo", subraya Romano, apuntando que la Corte Suprema permitió que las empresas mineras se saltaran una de las principales garantías de la ley.
Impacto ambiental y precedentes
"San Jorge no solo viola la Ley 7722, sino que pone en peligro la vida misma de Mendoza", asegura el abogado. Y no solo lo dice él, sino que varias organizaciones y voces de la sociedad civil han alzado la voz en contra. La Iglesia mendocina, a través de su pastoral social, y el CONICET han emitido informes en los que afirman que la DIA del Proyecto San Jorge es ilegal, incompleta y peligrosa. Ambos informes coinciden en señalar que los estudios de impacto ambiental no están completos, y que la aprobación del proyecto se realizó de manera apresurada y sin considerar todos los riesgos reales.

Romano describe cómo, en pleno debate en la Cámara de Diputados, el informe del CONICET fue retirado de la discusión. "Fue como si alguien apagara una alarma de un auto cuando la temperatura del motor empieza a subir", dice, en un intento de ilustrar la gravedad del hecho. Según él, el informe inicial del CONICET había sido una señal clara de alerta, pero fue rápidamente desactivado por la vicegobernadora de Mendoza, quien, al parecer, presionó para que el documento fuera minimizado o descalificado. Al poco tiempo, un nuevo comunicado del CONICET salió a la luz, mucho más "ayornado", más edulcorado y mucho menos crítico con el proyecto minero.

Esto, para Romano, no es más que un ejemplo de la corrupción administrativa que está en juego. "Lo que estamos viviendo es un cerco mediático, una campaña de propaganda a favor de la minería", asegura, mencionando a los medios de comunicación locales que, según él, están al servicio de los grandes intereses mineros. En Mendoza, dice, los canales de televisión más importantes están bajo el control de empresarios ligados a la minería, como Daniel Vila, José Luis Manzano y también Mariano Alonso, presidente de Canal 9 Televida.

Para Romano, esto es parte de una estrategia orquestada para cambiar la matriz productiva de Mendoza y dejar atrás actividades más sostenibles como la agricultura y el turismo, para dar paso a un modelo económico que beneficia a las grandes corporaciones extractivas.
La resistencia social como fuerza
Pese a todo, Romano no pierde la esperanza. Para él, lo que realmente podría frenar el avance del Proyecto San Jorge es la presión popular. "La gente está en la calle, cada vez somos más los que nos oponemos a esto. La resistencia viene de abajo hacia arriba", asegura. Las asambleas ciudadanas se han multiplicado por toda la provincia, y según Romano, es la movilización social la que puede detener la maquinaria política y judicial que apoya este tipo de proyectos.

"En 2019, cuando intentaron eliminar la ley 7722, la gente salió a las calles y la ley volvió. Lo mismo va a pasar ahora", predice. Romano también advierte que la caída del Proyecto San Jorge no solo significaría un triunfo para la causa ambiental, sino también un golpe para el gobierno de Cornejo, quien, según él, apostó todo a este proyecto minero.

"El gobierno de Cornejo ha jugado sus cartas a favor de la minería, abandonando sectores productivos tradicionales de Mendoza como la agroindustria, la ganadería y el turismo", concluye. Para Romano, si la resistencia ciudadana logra frenar el proyecto, no solo estará defendiendo el agua y el territorio, sino también enviando un mensaje claro a las autoridades de que el pueblo tiene el poder para decidir sobre su futuro.
Concentración de poder y medios
Marcelo Romano no separa el avance del Proyecto San Jorge del clima político, mediático e institucional que atraviesa hoy Mendoza. Para explicar los riesgos ambientales concretos de la megaminería, primero describe el escenario en el que se construye el sentido común.

Días atrás, en el noticiero central de Canal 7, el canal del Grupo América (Vila-Manzano), recibían al presidente de la Cámara de Empresarios Mineros con elogios. Incluso, los conductores le cuestionaban por qué no había asistido antes. Para Romano, esa escena no fue casual: fue la única voz que se escuchó en un canal que, según recuerda, mantiene estrechos vínculos con figuras como José Luis Manzano y Daniel Vila, ambos ligados a intereses corporativos mineros. "Ahí se entiende por qué hay un discurso único", señala.

Cuando baja al terreno de los impactos ambientales, Romano propone un ejercicio simple. Invita a cualquiera a buscar en Google —o en cualquier herramienta de inteligencia artificial— combinaciones de palabras como "derrames", "mina", "Veladero", "Barrick Gold", "San Juan", "Jáchal". Para él, ese caso resume de manera brutal lo que implica el extractivismo minero en la Argentina. Habla de derrames consecutivos, de derrames ocultados desde 2016 en adelante, y de una cadena de daños ambientales que nunca fue plenamente reparada.

Recuerda que San Juan está a poco más de 300 kilómetros en línea recta de Mendoza. "Nuestros hermanos sanjuaninos están muy cerca", dice, y pone como ejemplo lo ocurrido hace apenas unos días en Jáchal. Allí, en el dique Cuesta del Viento, aparecieron miles y miles de peces muertos. El pueblo exigió explicaciones, se pidieron informes, y los análisis realizados por la Universidad Nacional de Cuyo detectaron cloro y mercurio: sustancias típicas de los derrames históricos de la mina Veladero, operada por Barrick Gold, hoy Barrick Mining Corporation.

Para Romano, eso indica con claridad que hubo un nuevo derrame, que fue ocultado, y del que "nadie dijo nada". Ese es, advierte, el tipo de riesgo que Mendoza enfrentaría con el Proyecto San Jorge, agravado por un factor adicional: la concentración de poder. Romano sostiene que en la provincia rige, de hecho, la "suma del poder público".

Describe un sistema en el que los recursos judiciales chocan contra un entramado político cerrado: un gobernador que mantiene vínculos personales con las máximas autoridades judiciales, una Corte y un Ministerio Público alineados, una Legislatura con mayorías automáticas. "Acá, si no consiguen los votos en las urnas, después los consiguen de otra manera", afirma, y habla de legisladores "seducidos", en un término elegante para no usar otros más duros.
Ver también: San Jorge, el proyecto que amenaza el agua de Mendoza: ciencia censurada, represión, negocios opacos y un pueblo que vuelve a levantarse
Riesgos ambientales concretos
En ese contexto, advierte que Mendoza podría incluso sufrir consecuencias peores que San Juan. No porque el proyecto sea técnicamente más seguro, sino porque los controles ambientales —según su mirada— directamente no existen. Romano pone el foco en una figura clave: la ministra Jimena Latorre, que concentra simultáneamente las carteras de Energía y Ambiente. Para él, ese solo dato explica buena parte del problema.

"Promueve la minería y tiene que cuidar el ambiente", resume, "o sea, no hace ninguna de las dos cosas". Como ejemplo concreto, Romano menciona los pasivos ambientales de YPF en la provincia. Habla de "desastres", sin eufemismos. Cuenta que la Bodega Séptima, cuyos vinos se exportan y se venden en góndolas de todo el mundo, tiene el agua subterránea contaminada con benceno y otros compuestos provenientes de la destilería de Luján de Cuyo.

Describe la existencia de una pluma de contaminación subterránea que afecta a bodegas de gran jerarquía, y señala que, sin embargo, nadie dice nada "porque es YPF". Menciona también la contaminación en Lunlunta, una zona olivícola reconocida, donde —afirma— la empresa estatal afectó suelos y aguas. Cuando se realizaron denuncias, recuerda, Jimena Latorre era al mismo tiempo ministra de Ambiente y representante de la provincia de Mendoza en el directorio de YPF, por las acciones que el Estado provincial posee en la empresa.

Para Romano, el conflicto de intereses es evidente. Lo dice sin rodeos: quien debía controlar ambientalmente a YPF formaba parte de la conducción de la empresa que estaba contaminando. Agrega, además, el dato salarial: mientras cobraba cifras millonarias como directora de YPF, percibía un sueldo muy inferior como ministra. "Esos son los controles que vamos a tener", resume, "arriba de una mina de cobre y de oro, con sustancias tóxicas, en la cabeza de cuenca del río más importante de la provincia, donde vive un millón y medio de personas a la vera del río".
Discurso oficial y retórica institucional
En ese clima, Romano también cuestiona las declaraciones de la vicegobernadora Hebe Casado, quien en una entrevista radial aseguró que el Gobierno tiene los controles necesarios y que, si fuera necesario, incluso cerrarían el Proyecto San Jorge para evitar daños ambientales. Para Romano, ese discurso no es tranquilizador. Lo define como una expresión de una política del rencor, del enojo y de la crueldad institucionalizada. Cita el libro Los ingenieros del caos, que analiza el crecimiento de las nuevas derechas en el mundo, y encuadra a la vicegobernadora dentro de ese tipo de retórica agresiva y virulenta.

Aclara que evita descalificaciones personales o etiquetas ideológicas, en parte por respeto institucional y en parte porque se trata de una mujer en un cargo de relevancia. Pero no ahorra críticas: la considera alejada de la institucionalidad y sin el carisma necesario para ejercer la vicepresidencia de una provincia como Mendoza.

Frente a eso, vuelve a depositar su expectativa en la reacción social. Dice que el pueblo va a volver a caminar al costado de las rutas, todos los días, hasta que el Gobierno retroceda, como ocurrió en 2019 con el intento de derogar la Ley 7722.

Para Romano, la pelea no es solo por el agua, sino también por recuperar la institucionalidad perdida. Advierte que Alfredo Cornejo no es Rodolfo Suárez, el gobernador que en 2019 dio marcha atrás rápidamente. Describe a Cornejo como un dirigente obstinado, con una fuerte vocación de poder y una idea de omnipotencia política. Por eso, anticipa que el impacto de la protesta social será grande, incluso mayor que en 2019. Aclara que no se trata de una protesta violenta, pese a los intentos oficiales de estigmatizarla.

Y arriesga una predicción: Mendoza volverá a ser noticia mundial por defender lo más importante que tiene. "Mendoza es hija del agua", insiste.
Participación ciudadana y audiencias paralelas
En ese recorrido, Romano también denuncia la violación sistemática del derecho a la participación ciudadana y al acceso a la información ambiental. Asegura que el proceso de aprobación del Proyecto San Jorge incumplió de manera flagrante esos principios básicos.

Invita, nuevamente, a buscar información: "googleen dónde fue la audiencia pública". Explica que presentaron recursos de amparo porque la audiencia oficial fue convocada a tres mil metros de altura, en plena cordillera de los Andes, en invierno, prácticamente en el lugar donde se ubicaría el yacimiento. Para Romano, la intención fue clara: impedir que la población pudiera llegar y participar.

Frente a esa exclusión, las organizaciones y asambleas decidieron organizar una audiencia paralela. Solicitaron el predio del Arzobispado en Uspallata y realizaron allí un encuentro con seis escribanos, que dio cuenta de la verdadera voluntad popular. En esa audiencia alternativa, afirma, el cien por ciento de los participantes se manifestó en contra del proyecto.

Esa experiencia, dice, demuestra que la participación promovida por el Gobierno fue nula y deliberadamente restringida. Con esas pruebas, Romano asegura que están preparados para acudir a instancias superiores. Da por descartada la justicia provincial, a la que considera cooptada por el gobernador, y plantea la posibilidad de recurrir a la justicia nacional e incluso a organismos internacionales, si la movilización popular —la "pueblada"— no logra frenar lo que define, sin matices, como una tragedia ambiental en ciernes.

Promesas de empleo y derrame económico
En el tramo final de su análisis, Marcelo Romano se detiene en uno de los ejes más repetidos por el discurso oficial y empresarial: la promesa de empleo y desarrollo económico asociada al Proyecto San Jorge. Dice que escuchó con atención a funcionarios y voceros del Gobierno, sobre todo a través de redes sociales, donde abundan largas exposiciones sobre el supuesto "derrame económico" que traería la megaminería.

Desde el punto de vista legal y material, sostiene, ese relato es una falacia. Lo define como un "canto de sirena", una ilusión cuidadosamente construida para legitimar un negocio que beneficia a muy pocos.

Romano pone números sobre la mesa. Explica que el proyecto prevé una vida útil de dieciséis años y un consumo de alrededor de doce millones de litros de agua por día. En ese período, según los propios datos difundidos por la empresa, el "beneficio" económico que quedaría en la provincia rondaría los 256 millones de dólares.

Para el abogado, la cuenta es escandalosa: esa cifra no alcanza siquiera a medio punto del presupuesto anual de Mendoza. "Una barbaridad por nada", resume. A cambio, señala, la empresa se llevará todo: el mineral, el agua, y dejará lo que el propio CEO del proyecto, Gregorio —recuerda— admitió sin rodeos: las colas de los diques de contención, los escombros, los drenajes ácidos, los pasivos ambientales que quedan cuando el negocio se retira.

Lo mismo ocurre, afirma, con la cuestión del empleo. Las cifras que circularon públicamente hablaban de tres mil puestos de trabajo. Sin embargo, en los documentos presentados por la propia empresa, el número real se reduce a 378. Para Romano, no hay margen para la ingenuidad: la megaminería no genera trabajo masivo ni sostenido, y menos aún justifica la magnitud del daño ambiental que produce. "No hay duda de que esto es un negocio", insiste, "pero no para la sociedad mendocina".
Julio César Pulisich, Cornejo y Antonio Torre en una feria minera

Conexión con otros proyectos mineros
En ese punto, amplía la mirada y conecta el Proyecto San Jorge con otros intereses mineros en la provincia. Menciona el distrito minero Malargüe, en el sur de Mendoza, donde en una primera etapa se denunciaron 34 proyectos. De ese total, afirma, 19 están vinculados a funcionarios del propio gobierno de Alfredo Cornejo. Señala a la empresa APELEG Sociedad Anónima, constituida —según explica— apenas después de que sus integrantes dejaran cargos públicos, y que rápidamente adquirió 19 de esos 34 cateos mineros.

Da nombres: Julio César Pulisich y Antonio Torre, síndicos de la empresa estatal Potasio Río Colorado, que terminó siendo comprada por José Luis Manzano. Para Romano, todo está conectado. Habla sin rodeos de tráfico de influencias, de conocimiento privilegiado, de decisiones políticas que se traducen en negocios privados. "El único derrame económico es para los bolsillos de los que toman las decisiones", concluye. Y esa, dice, es la verdadera razón del entusiasmo oficial por imponer una nueva matriz productiva basada en el extractivismo.
Flyer que pedía la libertad de Bautista Franco, colega del medio digital Minuto Ya

Represión y amedrentamiento
Cuando se le pregunta si el clima social recuerda al de 2019, Romano no duda. Dice que el escenario ya está en marcha. Habla desde la experiencia directa: de estar todos los días al costado de las rutas, de recorrer asambleas, de intervenir como abogado en medio de la protesta. Cuenta que, incluso, ese mismo fin de semana debía ir al Polo Judicial un sábado para gestionar la liberación de parte de las trece personas detenidas en una redada policial realizada por orden del Gobierno provincial en la capital mendocina, apenas dos noches antes.

Desde ese lugar, asegura que la mística en defensa del agua sigue intacta. Que no se rompió. Que es solo cuestión de tiempo para que se exprese una movilización enorme, similar —o mayor— a la de 2019. Anticipa que, quizá, la próxima vez que hable del tema será para contar desde adentro cómo se está gestando esa protesta masiva que no solo buscará recuperar el agua que, según sus palabras, los legisladores "entregaron" a la minería, sino también algo más profundo: la institucionalidad perdida.

El clima de tensión se refleja también en los episodios represivos. Romano confirma que los periodistas detenidos durante la cobertura de las protestas fueron liberados, y subraya ese dato como una prueba más de la discrecionalidad con la que actúan las fuerzas de seguridad provinciales. No fue un error aislado, aclara: fueron dos periodistas detenidos en una redada realizada "a mansalva", sin discernimiento alguno. Para él, el objetivo es claro: amedrentar, criminalizar la movilización social y generar miedo. La liberación llegó, dice, porque ya no podían sostener el absurdo de tener periodistas presos por hacer su trabajo.

Pero el relato no termina ahí. Romano denuncia casos de apremios ilegales. Menciona a un joven de apellido Puebla, con el rostro desfigurado, golpeado por tres policías que lo subieron a un móvil, lo trasladaron a una zona oscura detrás de la Casa de Gobierno y lo agredieron brutalmente. "Como en la época de la dictadura", dice, sin exagerar ni matizar.
Justicia provincial vs nacional
En cuanto a la posibilidad de que la justicia frene el proyecto, su diagnóstico es tajante. La justicia provincial, afirma, no lo va a hacer. Señala directamente al presidente de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza, Dalmiro Garay, exministro de Gobierno de Alfredo Cornejo, como prueba de la falta de independencia judicial. Lo mismo extiende a la justicia penal. Para Romano, no hay expectativa alguna en el ámbito provincial.

La única esperanza jurídica, sostiene, está en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Allí, dice, existe jurisprudencia sólida en materia ambiental. Menciona especialmente el fallo conocido como el "caso Majul"*, en el que la Corte aplicó de manera clara los principios preventivo y precautorio del derecho ambiental. Explica el alcance de esos principios: cuando existe duda razonable sobre un posible daño ambiental, la actividad no debe autorizarse. No después, no cuando el daño esté consumado, sino antes.

Eso es, justamente, lo que —según Romano— está haciendo hoy el Gobierno de Mendoza: autorizar un proyecto que puede, y probablemente va a contaminar el agua. El problema, advierte, es el tiempo. Incluso si la Corte Nacional interviene, puede ser tarde. Por eso insiste en que la movilización social no es un complemento, sino la herramienta central. "Se lo dice un abogado", remarca. Si alguien que trabaja dentro del sistema judicial no cree en la justicia provincial, se pregunta qué puede esperar el ciudadano común que hoy sufre persecución y represión.

Romper el cerco mediático
El cierre vuelve al agradecimiento, pero también a la definición política. Romano reconoce el rol de las radios comunitarias, en Mendoza y en todo el país, como los únicos espacios capaces de romper el cerco mediático que rodea el conflicto. Dice que sin esos micrófonos abiertos, muchas de estas denuncias no llegarían a la sociedad. Y deja un último mensaje: un abrazo a las personas detenidas y el deseo de que recuperen pronto la libertad.

En su voz, queda clara una convicción que atraviesa toda la crónica: frente al poder concentrado, la justicia alineada y el discurso único, lo único que todavía puede salvar el agua —y la democracia mendocina— es la gente en la calle.

*El "caso Majul" (Majul, Julio Jesús c/ Municipalidad de Pueblo General Belgrano) es un fallo clave de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) argentina de 2019 sobre derecho ambiental, donde se sentó jurisprudencia sobre la protección de humedales y la aplicación de principios como el precautorio y el in dubio pro natura, revocando una decisión provincial que permitía un proyecto inmobiliario que dañaba el Río Gualeguaychú y estableciendo la necesidad de una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) rigurosa, revalorizando el rol del juez en casos de daño ambiental.

Escuchá la entrevista completa:

sábado, 13 de diciembre de 2025

Netflix vs. Paramount: las claves para entender una operación de película

Lo que parecía un acuerdo sellado para que Netflix adquiriera una parte del negocio de Warner Bros, cambió radicalmente esta semana con la irrupción de Paramount y su oferta hostil de US$ 108.000 millones. Con una fecha límite fijada para el 8 de enero, los accionistas deben decidir el futuro de la compañía. Aquí, las claves del conflicto:
Por qué Warner
Para entender la carrera por el control de Warner Bros. Discovery, hay que retroceder a mediados de este año, cuando David Zaslav, su CEO, tomó una decisión que el mercado interpretó como un cartel de venta. El ejecutivo anunció que partiría el conglomerado en dos, tras constatar que la fusión creada tres años antes no lograba convencer a Wall Street.

El plan de Zaslav fue una cirugía mayor para separar dos clases de negocios. En una nueva sociedad quedarían aislados los activos del cable tradicional -incluyendo CNN, TNT y Discovery-, negocios que generan flujo de caja, pero cuyo modelo va en picada por el corte de cables masivo en Estados Unidos. En la otra vereda, lista para ser vendida, quedaba la "joya de la corona": los estudios de cine y televisión, más la plataforma de streaming HBO Max.

Al quitarle el lastre de la TV, Warner se volvió instantáneamente el activo más deseado de Hollywood.
Esta no es una compra cualquiera. Quien se quede con estos activos no sólo adquiere estudios de grabación, sino que comprará el archivo cultural más profundo de Occidente. Desde Harry Potter y Batman hasta Game of Thrones y Barbie, Warner posee todo para dominar la taquilla y el streaming por las próximas décadas.

Es, han dicho analistas, la pieza que le falta a Netflix para validar su estatus en la élite cinematográfica y la última oportunidad para que un conglomerado tradicional como Paramount intente sobrevivir en la era digital.

La guerra de las dos ofertas
Sobre la mesa del directorio de WBD hay hoy dos propuestas que no podrían ser más distintas. La opción "oficial", apoyada por el directorio de la compañía, es la de Netflix. La plataforma de streaming puso sobre la mesa cerca de US$ 82.700 millones para llevarse sólo los activos de crecimiento -los estudios y HBO- una vez que se concrete la división de la empresa. La oferta es mixta: US$ 23,25 en efectivo y US$ 4,50 en acciones de Netflix por cada papel de Warner. Para Zaslav, esta es la salida ideal y la que es más eficiente a largo plazo.

Pero el guion cambió de golpe con la entrada de Paramount Skydance. Tras distintas ofertas rechazadas, el grupo liderado por David Ellison optó por la vía agresiva: una oferta hostil a los accionistas. Su propuesta es la siguiente: US$ 30 por acción, todo en efectivo, valorando la compañía en más de US$ 108.000 millones. A diferencia de Netflix, Paramount lo quiere todo: incluido el "problemático" negocio del cable.

Una "oferta hostil" ocurre cuando el comprador decide ignorar un "no" del directorio de la empresa objetivo y se dirige directamente a los accionistas, pidiéndoles que vendan sus papeles, generalmente a un precio premium sobre el mercado. Esta táctica agresiva busca atacar a la administración (en este caso, a David Zaslav y su mesa) para forzar un cambio de control.

Ahora la pelota está en la cancha de los accionistas, que enfrentan un dilema: aceptar el plan de la administración con Netflix, que promete sinergias a largo plazo pero paga menos, o tomar el dinero rápido de Paramount. El directorio de Warner insiste en que el acuerdo con Netflix es superior, pero la presión fiduciaria es grande, ya que rechazar una oferta en efectivo significativamente más alta podría desatar una ola de demandas de inversionistas.

Y ojo, la oferta de Paramount vence el 8 de enero.

Los protagonistas
Por el lado de Paramount Skydance, el peso recae en la familia Ellison. La cara visible de la oferta hostil es David Ellison, CEO de la compañía. Hijo del fundador de Oracle, creó en 2006 Skydance Media, firma que se fusionó en agosto de este año con Paramount. Piloto acrobático y productor, estuvo a cargo de éxitos de taquilla como Top Gun: Maverick, Misión: Imposible y las franquicias de Star Trek y Terminator. Es respetado en la industria por tener una visión centrada en la tecnología y la propiedad intelectual.

Si bien David dirige, la operación no flota sin el apoyo de su padre: Larry Ellison. Es el segundo hombre más rico del mundo (después de Elon Musk) y fundador de Oracle, empresa de la que es presidente ejecutivo. Él es el soporte financiero de la compra. Fue de los primeros inversionistas en Tesla (donde fue director hasta 2022) y posee un imperio inmobiliario, principalmente en California y Japón, además de ser dueño del 98% de la isla de Lanai en Hawái. Es fanático de la aviación y el tenis. A los Ellison se suma el capital de la firma RedBird; Jared Kushner (a través de Affinity Partners) y los fondos soberanos de Medio Oriente.

En la vereda de WBD la figura central es David Zaslav, su CEO, quien lideró personalmente la negociación con Netflix para vender los activos de estudio y streaming.

Desde Netflix, los protagonistas son los co-CEOs Ted Sarandos y Greg Peters. Sarandos, a cargo de las relaciones con Hollywood desde el año 2000, lideraba la jugada previa a la oferta hostil con foco en el contenido: cómo integrar HBO y los estudios Warner al ecosistema Netflix. Peters, en tanto, ha puesto el foco en la ejecución técnica y en cómo escalar los activos de WBD para hacerlos más rentables.

La trastienda
Lo que terminó en una oferta hostil comenzó con negociaciones que no llegaron a puerto. Según los documentos revelados ante la SEC, la ofensiva de los Ellison por Warner Bros no fue impulsiva.

Hace unos meses David y Larry Ellison recibieron a David Zaslav en su residencia de Beverly Hills. La comida buscaba sellar una alianza entre familias, pero finalmente las posiciones se enfriaron. Paramount realizó seis ofertas en las semanas siguientes, pero todas fueron rechazadas por el directorio de Warner.

El quiebre definitivo fue el 4 de diciembre. Mientras Zaslav cerraba en secreto el trato con Netflix, David Ellison le envió un mensaje de texto al CEO de Warner: "Sería el honor de una vida ser tu socio". Zaslav nunca contestó. Al día siguiente, Warner anunció su pacto con Netflix.

Los Ellison, sintiéndose traicionados, decidieron saltarse a la administración y lanzar el ataque directo a los accionistas. Las ofertas hostiles no son un terreno nuevo para la familia: en 2004, Oracle capturó a su rival PeopleSoft tras una batalla de 18 meses. Desde entonces, esa transacción ha sido considerada el manual de referencia de las adquisiciones agresivas en tecnología.

La "Troika" del Golfo
Para financiar su oferta hostil de US$ 108.000 millones, David Ellison tuvo que armar una arquitectura financiera que ha encendido alarmas en Wall Street y Washington. Si bien la deuda cubre una parte, la clave estaba en reunir el dinero fresco (equity) para pagarle a los accionistas. Según los documentos de la SEC, Paramount aseguró una inyección de US$ 24.000 millones proveniente de una alianza inédita entre tres rivales históricos: Arabia Saudita (PIF), Emiratos Árabes Unidos (L’imad Holding) y Qatar (QIA). Estos tres fondos soberanos pondrán casi el 60% de los US$ 41.000 millones de capital propio necesarios para la compra.

Aunque Paramount ha diseñado una estructura de "inversionistas silentes" -sin derecho a voto ni asientos en el directorio- para evitar el veto del Comité de Inversión Extranjera (CFIUS), el mercado lee la jugada con preocupación. El interés, según fuentes cercanas a la negociación citadas por el Financial Times, responde a la estrategia de diversificación económica. Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos buscan vincular sus inversiones en infraestructura turística local -como el parque Warner Bros. World en Abu Dhabi o los proyectos de entretenimiento en Riad- con la propiedad intelectual matriz de los estudios de Hollywood.

Sin embargo, la óptica de que tres autocracias de Medio Oriente financien la adquisición de un bastión del periodismo estadounidense como CNN genera una tensión ineludible.

El riesgo es que, pese a la renuncia formal al voto, la magnitud del cheque otorgue una influencia gravitacional difícil de ignorar. Aquí es donde entra el factor político interno: parte de estos flujos se canalizan o coinvierten junto a Affinity Partners, la firma de Jared Kushner, yerno de Donald Trump.

Trump Factor
La operación no sería lo mismo si no estuviera Donald Trump involucrado. Su yerno Jared Kushner, casado con Ivanka Trump, participa como inversionista de la oferta de Paramount a través de Affinity Partners, firma que coinvierte junto a los fondos soberanos árabes que respaldan la OPA hostil. Para blindar la compra ante la Casa Blanca, este grupo declaró renunciar a cualquier rol en el futuro directorio, buscando acelerar su tramitación regulatoria.

Pero el lobby ha sido directo. Según informó The Wall Street Journal, Larry Ellison llamó a Trump apenas se anunció el acuerdo con Netflix para advertirle que esa transacción afectaría la competencia. Su hijo David fue más allá: viajó a Washington para dar garantías al Presidente de que, si logran el control de Warner, harán cambios editoriales en CNN.

El gobierno federal tiene la última palabra y el propio Trump ha dicho que "participará personalmente en esa decisión". Aunque el mandatario aseguró tras reunirse con el CEO de Netflix, Ted Sarandos, que ninguno de los contendientes es "especialmente su amigo", ya advirtió que la oferta del streaming podría enfrentar problemas antimonopolio por tener una "cuota de mercado muy grande".

Pánico en Hollywood
Mientras Wall Street aplaude la operación, los sindicatos de Hollywood están en alerta. La industria, que apenas se recupera de las huelgas históricas de 2023, sabe que, de consolidarse alguna venta, se generarán despidos masivos. El trauma es la compra de Fox por Disney en 2019 que eliminó más de 4.000 empleos. Las proyecciones actuales son igual de complejas: si gana Paramount, los analistas estiman un recorte de al menos 6.000 puestos para lograr los US$ 6.000 millones en "sinergias" que David Ellison prometió a los inversores.

Con Netflix, el rechazo es más profundo. Aunque la duplicidad de cargos sería menor que con Paramount, la resistencia cultural es más compleja. Para los gremios, que paralizaron Hollywood durante meses para exigir protecciones contra la IA y mejores pagos, esta venta se siente como una traición. Y Cinema United, la asociación de dueños de cines, ya declaró que una posible venta a Netflix es una "amenaza sin precedentes".

¿Woke o no woke?
Otro aspecto que se ha puesto sobre la mesa tras las ofertas de adquisición a WBD tiene que ver con una arista política y cultural. La semana pasada, cuando Netflix hizo público su plan de compra, seguidores del gobierno de Donald Trump usaron las redes sociales para criticar el posible acuerdo argumentando que una mayor presencia del streaming de la N roja implicaría una victoria para el mundo "woke" y su adoctrinamiento. Los dardos también apuntaron al acuerdo de producción entre Higher Ground Productions, productora de Michelle y Barack Obama, que data de 2018 e incluye exitosos contenidos como American Factory, documental que ganó un premio Oscar y que trata sobre la fusión de una fábrica china y una planta de GM en Ohio, abordando el choque cultural y también las condiciones laborales de sus trabajadores. También Becoming: Mi historia sobre la vida de Michelle Obama, y Campamento extraordinario, título nominado al Oscar sobre un campamento de verano para jóvenes con discapacidades.

Aunque Netflix no ha realizado una declaración expresa de principios progresistas en cuanto a su línea curatorial, hay quienes destacan que sus contenidos frecuentemente representan minorías LGBTQ+, muestran temas centrados en derechos civiles, igualdad de género o asuntos medioambientales. Esto se reflejaría además en elencos y equipos más diversos que el promedio de la industria, una política institucional que protege abiertamente la inclusión y campañas solidarias vinculadas a derechos civiles.

En octubre de este año Elon Musk se sumó a la campaña iniciada por la cuenta conservadora Libs of TikTok contra Netflix por sus políticas "woke". "¡Cancelen Netflix!", escribió en una publicación en su red social X, citando una publicación de Libs of TikTok contra la serie animada Dead End: Paranormal Park por promover "ideología transgénero" y porque su creador, Hamish Steele, fue acusado de hacer comentarios irrespetuosos sobre el activista Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre. Esto a pesar de que la serie fue cancelada en 2022 tras dos temporadas.

En otro posteo, Musk instó a sus seguidores a "cancelar Netflix por el bien de sus hijos". Los comentarios del empresario, que tiene 230 millones de seguidores, provocaron la caída de las acciones de Netflix (NFLX) hasta un 7,5% en pocos días, resultando en una pérdida de valor de mercado de unos US$ 20.600 millones, golpe que la compañía de streaming luego logró estabilizar.
Fuente: Diario Financiero

La masacre que la Justicia dejó de llamar motín


Cuarenta y siete años después de uno de los crímenes más graves ocurridos en una cárcel argentina, la Justicia federal dictó una sentencia que, aun sin cerrar todas las discusiones, marcó un punto de quiebre. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N.º 5 de la Capital Federal condenó a 25 años de prisión a dos de los tres exfuncionarios del Servicio Penitenciario Federal juzgados por la denominada Masacre del Pabellón Séptimo, ocurrida el 14 de marzo de 1978 en la Unidad Penitenciaria N.º 2 de Devoto, en plena dictadura militar.

Ese día, 153 detenidos fueron sometidos a tormentos y a una represión violenta que derivó en un incendio dentro del pabellón. Como consecuencia, 65 personas murieron. Durante décadas, el hecho fue presentado oficialmente como un "motín de los colchones", una versión que responsabilizaba a los propios presos por lo ocurrido y borraba cualquier rastro de responsabilidad estatal.

El fallo condenó al exdirector del Instituto de Detención de Devoto, Juan Carlos Ruiz, de 93 años, y al exjefe de la División Seguridad Interna, Horacio Martín Galíndez, de 92. Ambos recibieron la misma pena solicitada por el fiscal general Abel Córdoba y por la querella que representa a sobrevivientes y familiares: 25 años de prisión como coautores funcionales de los delitos de imposición de tormentos reiterados en 88 oportunidades y de tormentos seguidos de muerte reiterados en 65 oportunidades, en concurso material.

El tercer imputado, el excelador Gregorio Bernardo Zerda, de 74 años, fue absuelto, pese a que la fiscalía había solicitado para él una pena de 22 años de prisión. Esa absolución será apelada.

El tribunal estuvo integrado por los jueces Nicolás Toselli —presidente—, Daniel Obligado y la jueza Adriana Palliotti. Más allá de las responsabilidades individuales, la sentencia tuvo un efecto que excede lo penal: por primera vez, la Justicia federal afirmó de manera explícita que lo ocurrido en el Pabellón Séptimo no fue un motín, ni una rebelión de presos comunes, sino un crimen cometido desde el Estado.
El fiscal general Abel Córdoba y la auxiliar fiscal Mara López Legaspi, en la lectura del veredicto

Nombrar el crimen
Entre quienes impulsaron esa transformación está Claudia Cesaroni, abogada, escritora y militante de derechos humanos. Durante más de una década investigó la Masacre del Pabellón Séptimo, primero desde la escritura y luego desde la querella judicial. Su libro Masacre del Pabellón Séptimo fue una de las piezas centrales para desmontar la versión construida por la dictadura y sostenida durante años por la justicia y los medios de comunicación.

Cesaroni fue una de las abogadas querellantes en el juicio, junto a Natalia D’Alessandro y Denise Feldman. Para ella, el fallo tiene un valor profundo aun con sus límites. La querella había solicitado que los hechos fueran calificados como delitos de lesa humanidad. El tribunal optó por otra figura: grave violación a los derechos humanos. 

En diálogo con Señales Cesaroni manifestó: —No conocemos todavía los fundamentos, recién los vamos a conocer el 16 de marzo —explica—. Pero más allá de esa discusión, es muy importante que la justicia federal haya dicho definitivamente que esto no fue un motín, que no fue responsabilidad de los detenidos, como intentaron plantear las defensas y como sostuvo durante tanto tiempo la historia oficial, sino que fue un crimen de Estado.

La calificación jurídica no es menor. La figura de grave violación a los derechos humanos es una construcción jurisprudencial utilizada para hechos que, sin encuadrar estrictamente como delitos de lesa humanidad, tienen una gravedad tal —y un nivel de desatención judicial tan prolongado— que no pueden quedar impunes. Son imprescriptibles, del mismo modo que los crímenes de lesa humanidad.

—La diferencia es muy sutil —señala Cesaroni—, pero tiene que ver con que no son estrictamente crímenes de lesa humanidad, aunque por su gravedad, por la falta de investigación y por la falta de satisfacción de los derechos de las víctimas, no deben prescribir.

Esa calificación permitió que el tribunal impusiera las condenas máximas solicitadas por la querella y el Ministerio Público Fiscal para los principales responsables. La absolución de Zerda, en cambio, abre un nuevo capítulo.

—Creemos que hay elementos suficientes para imputarlo y condenarlo —sostiene Cesaroni—. Cuando conozcamos los fundamentos de por qué el tribunal decidió absolverlo, vamos a mejorar nuestros argumentos para recurrir a la Casación.
La fiscalía calificó los hechos como crímenes contra la humanidad de acuerdo a los requisitos del artículo 7 del Estatuto de Roma. Analizó que el contexto histórico es definitorio en ese análisis, al igual que la adscripción de los imputados al plan criminal en curso en la época. También puntualizó que para esa calificación prima la conducta de los acusados y no la condición de "presos comunes" de los detenidos.
La jueza Adriana Palliotti y el juez Nicolás Toselli (presidente), integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°5

Un fallo inédito en el universo carcelario
Con el correr de las horas posteriores a la sentencia, Cesaroni empezó a dimensionar el carácter histórico del fallo. No solo por el tiempo transcurrido, sino por el tipo de responsabilidades que se juzgaron.

—Por primera vez se condena a funcionarios penitenciarios federales no por una actuación secundaria, por ejemplo en un centro clandestino, sino por crímenes cometidos en el ejercicio pleno de sus funciones legales y cotidianas —explica.

Ruiz y Galíndez no actuaban por fuera del sistema: eran el director del penal y el jefe de seguridad interna. Los delitos fueron cometidos desde el corazón mismo de la institución penitenciaria. Y las víctimas no eran presos políticos, sino detenidos comunes.

—Eso es central —subraya Cesaroni—. Abre una discusión que yo intento dar desde hace más de catorce años sobre el rol del Servicio Penitenciario Federal como fuerza durante la dictadura y sobre su devenir histórico posterior. No es solo una discusión sobre el pasado, es también sobre el presente.

Durante años, el sistema penal argentino tendió a considerar a los presos comunes como sujetos sin derechos, incluso dentro del universo de violaciones masivas cometidas durante la dictadura. La Masacre del Pabellón Séptimo rompe ese esquema: muestra que el terror estatal también se ejerció sobre quienes no eran militantes políticos, y que esa violencia fue sistemática.
El titular de la Fiscalía, Abel Córdoba, sus colaboradores y atrás la abogada Claudia Cesaroni

Del "motín" a la masacre
Durante décadas, el episodio fue nombrado como "el motín de los colchones". Esa denominación funcionó como un dispositivo de ocultamiento.

—Desarmar esa etiqueta es una de las cosas que más me tranquiliza haber logrado —dice Cesaroni—. No solo por este fallo. Hace rato que ya casi nadie habla del motín. Logramos imponer la denominación de masacre del Pabellón Séptimo, y eso no es poca cosa.

Cambiar el nombre fue cambiar la mirada. Y no solo hacia atrás. Para Cesaroni, la disputa por el sentido de lo ocurrido en 1978 tiene consecuencias directas en el presente.

—Hoy, cuando sucede una situación violenta en una comisaría, en una alcaidía o en una cárcel, lo primero que se dice es motín —señala—. Pero al indagar, aparece otra realidad: celdas diseñadas para diez personas con cincuenta detenidos, falta de agua, temperaturas extremas, condiciones infrahumanas. Eso no es un motín; es un reclamo para no morir.

Por eso, afirma, la sentencia no debe leerse solo como un acto de justicia tardía, sino como una herramienta para revisar cómo se narran hoy las violencias carcelarias.
Sobrevivientes y familiares de víctimas de la denominada "Masacre del Pabellón Séptimo", en la sala donde se escuchó el veredicto

Reabrir lo que estaba archivado
La causa por la Masacre del Pabellón Séptimo estuvo archivada durante décadas. No fue una decisión institucional la que la reabrió, sino la insistencia de un pequeño grupo de personas. En 2011, mientras investigaba para escribir su libro, Cesaroni comenzó a revisar el expediente original junto a Denise Feldman. Ambas integran el Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC).

Decidieron pedir el desarchivo de la causa. La respuesta judicial fue que no eran parte. El camino se destrabó a partir de un encuentro clave: un sobreviviente, Hugo Cardoso. A través de él, lograron presentarse como querellantes y reactivar la causa original de marzo de 1978.

Cuando empezaron a leer el expediente, la sorpresa fue inmediata.

—Estaba todo ahí —recuerda Cesaroni—. Las declaraciones de los presos sobrevivientes tomadas en 1978. Las versiones del Servicio Penitenciario que resultaban claramente falsas. El informe del Cuerpo de Bomberos que afirmaba que no los dejaron ingresar a apagar el incendio.

—No es que faltaban pruebas —explica—. Lo que faltaba era una mirada que respetara la dignidad de las personas detenidas.

A ese material se sumó un trabajo de investigación sobre cómo los medios habían presentado el hecho: como un motín protagonizado por presos drogadictos y violentos. También se incorporaron testimonios de expresas políticas que estaban detenidas en Devoto en el mismo período.

Con todo ese cuerpo probatorio, la causa llegó al juzgado federal a cargo de Daniel Rafecas y comenzó un recorrido judicial largo y complejo.
El fiscal general Abel Córdoba y su equipo de colaboradores

Una causa que no terminó
El juicio que concluyó con las condenas no agotó la investigación. Una segunda parte del expediente continúa en trámite. Allí están imputados el exjuez federal Guillermo Federico Rivarola —primer magistrado que intervino en 1978 sin investigar los hechos— y otros tres penitenciarios, entre ellos dos que dispararon contra la población penal y uno con un cargo jerárquico.

Rivarola fue procesado por encubrimiento. Apeló su procesamiento, por lo que no habrá una resolución antes de la feria judicial.

—Esperamos que no tarde tanto tiempo un segundo juicio —dice Cesaroni—, aunque es consciente de los tiempos judiciales.
Medios, justicia y presente

El caso deja aprendizajes incómodos sobre el rol de los medios de comunicación y del Poder Judicial.

—Los medios, en general, tienden a reproducir la versión oficial de los hechos, sobre todo cuando se trata de poblaciones carcelarias —señala Cesaroni.

Vuelve entonces al presente. Se pregunta si algún medio logró hablar con los detenidos o sus familiares en los actuales regímenes de alto perfil impulsados por la ministra Patricia Bullrich y el gobernador Maximiliano Pullaro. Por lo que conoce a través de abogadas y abogados, las condiciones se asemejan a los regímenes especiales aplicados durante la dictadura en cárceles como Devoto, Coronda o Rawson.

—Esa construcción entre el poder ejecutivo, el poder judicial y los medios para ocultar violaciones de derechos humanos no es algo del pasado —afirma—. Sigue pasando en el presente y yo espero que este caso sirva para alumbrar un poco esas zonas oscuras hoy.
Sobrevivientes y familiares de víctimas de la "Masacre del Pabellón Séptimo"

Reparar, preservar, discutir
La querella solicitó medidas reparatorias: preservar el edificio del penal de Devoto como espacio de memoria, revisar las condiciones actuales de detención, impulsar acciones simbólicas. El veredicto no fue claro en ese punto.

Cesaroni no lo toma todavía como un rechazo definitivo. Espera conocer los fundamentos y mantener conversaciones con el tribunal. De todos modos, tiene una convicción firme: —Si en un lugar se cometieron graves violaciones a los derechos humanos y sus autores fueron condenados, ese lugar no puede ser demolido ni transformado en un shopping.

Si el tribunal no avanza, el planteo seguirá por otras vías: la Legislatura, la Justicia, los organismos de derechos humanos.

—Al poder ejecutivo no le vamos a pedir nada —dice con ironía—. Seguramente estarán afilándose los dientes para venderlo lo antes posible.

Aunque reconoce que el tribunal no puede modificar directamente las condiciones de detención, señala que sí puede hacer recomendaciones al poder ejecutivo.
Aplausos entre el público al escuchar el veredicto condenatorio para dos de los responsables de la "Masacre del Pabellón Séptimo"

Lo que dejó la dictadura en las cárceles
No existen antecedentes de una masacre carcelaria de esta magnitud durante la dictadura. Pero sí hay certeza sobre el trato inhumano al que fueron sometidos los presos comunes. De hecho, al regreso de la democracia, el propio Poder Legislativo reconoció el agravamiento de las condiciones de detención para toda la población penal.

Ese reconocimiento se tradujo en un cómputo especial de penas, aunque diferenciado entre presos políticos y comunes. El debate parlamentario fue intenso: la bancada peronista propuso igualar el beneficio, la radical se opuso y la definición quedó en manos del presidente del Senado. Aun así, el reconocimiento existió.

—Eso demuestra que el poder democrático sabía que durante la dictadura el agravamiento de las condiciones de detención había alcanzado a todos, no solo a los perseguidos políticos —subraya Cesaroni.
Los imputados escucharon el veredicto conectados a través de la plataforma Zoom

Seguir peleando
Claudia Cesaroni enfatiza que la lección del juicio no se limita al pasado. Para que hechos como la Masacre del Pabellón Séptimo no se repitan, insiste, es necesario militar y luchar por las condiciones de detención actuales, utilizando todas las herramientas legales y políticas disponibles.

En términos judiciales, explica que los pasos son claros: primero, esperar a que se den a conocer los fundamentos de la sentencia, fijados para el 16 de marzo. Una vez conocidos, la querella recurrirá la absolución de Gregorio Zerda, al igual que lo hará el Ministerio Público Fiscal, y también se evaluará la posibilidad de impugnar la calificación de los hechos como graves violaciones de derechos humanos en lugar de crimen de lesa humanidad.

Cesaroni seguirá trabajando en el juzgado de instrucción a la espera de que se eleve a juicio la segunda parte de la causa, denominada Pabellón Séptimo II, en la que están imputados el exjuez federal Guillermo Federico Rivarola y tres penitenciarios, dos de ellos directamente involucrados en los disparos contra los detenidos y uno que ocupaba un cargo de jerarquía en aquel momento.

Señala que estos pasos judiciales se desarrollarán después de la feria, dado que Rivarola apeló su procesamiento y no se espera resolución de casación antes del año próximo. Sobre la enseñanza que deja este juicio, Cesaroni subraya que cuando alguien no está convencido de la justeza de lo que plantea, debe pelear, aunque al principio le digan que es delirante aspirar a que se considere un crimen imprescriptible la represión a presos comunes.

Esa convicción, dice, la acompañó desde que comenzó a investigar en 2011, la compartió con sus compañeras, con los sobrevivientes y con los familiares, y hoy ve que esa batalla dio un paso importante.

Los próximos pasos están claros: esperar los fundamentos de la sentencia, apelar la absolución de Zerda, recurrir la calificación jurídica y continuar impulsando la segunda parte de la causa.

Pero el mensaje central del juicio va más allá de los expedientes.

—Cuando una está convencida de la justeza de lo que plantea, hay que pelear —dice Cesaroni—. Aunque al principio te digan que es delirante.

Eso fue lo que escuchó en 2011, cuando sostuvo que una represión contra presos comunes podía ser considerada un crimen imprescriptible. Catorce años después, esa convicción encontró una respuesta judicial. Parcial, incompleta, pero decisiva.

Escuchá la entrevista completa:

Fallo:   Fotos: Matías Pellón - Fiscales.gob.ar

viernes, 12 de diciembre de 2025

España: José Luis Manzano se posiciona como inversor clave en la nueva Televisión Digital Terrestre

Por: Arturo Criado
José Luis Manzano, exministro del Interior del gobierno argentino de Carlos Menem y propietario del Grupo América, se ha convertido en el nombre central detrás del proyecto de nueva televisión digital terrestre (TDT) en España que impulsan empresarios afines al Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque todavía se desconoce si será el único inversor extranjero de la iniciativa, fuentes del sector aseguran a este diario que su figura está en el centro de la oferta presentada para obtener la licencia pública.

Un inversor extranjero para una candidatura alineada con el Gobierno
Manzano aparece asociado a un grupo de empresarios españoles encabezados por Andrés Varela Entrecanales, quienes se han presentado al concurso de TDT abierto por el Gobierno. Se trata de uno de los dos proyectos que compiten por la licencia: la alianza de Varela Entrecanales y socios vinculados al PSOE, y la propuesta de Mediaset.

El proyecto está rodeado de hermetismo, pero tres fuentes distintas confirman que el empresario argentino es el inversor internacional que acompaña al grupo español. Estas mismas fuentes lo describen como un "viejo conocido" del sector audiovisual español y lo vinculan estrechamente con el entorno del Ejecutivo de Pedro Sánchez.

El Español intentó contactar a Manzano para confirmar su participación, pero no obtuvo respuesta.

Presencia creciente en Madrid y una trayectoria marcada por los medios
En las últimas semanas, Manzano ha sido visto con frecuencia en Madrid, donde su fondo Integra Capital cuenta con oficinas. Fundada en 1995, la organización invierte en energía, minerales críticos, petróleo y medios de comunicación.

En este último sector, su principal activo es el Grupo América, propietario de canales como América TV y A24 en Argentina. En su cartera también figura la cadena Telefe, participación que mantiene en sociedad con Gustavo Scaglione, Daniel Vila y Claudio Belocopitt —sus socios en América—, además de radios locales y diarios como El Cronista.

Las fuentes del sector consultadas indican que Manzano lleva meses buscando oportunidades de inversión en España, siempre con el beneplácito del Gobierno. Durante el proceso de reconfiguración accionarial de Prisa, el argentino intentó acercarse a Joseph Oughourlian para conocer la situación del grupo mediático, aunque la iniciativa no prosperó. Ese movimiento, no obstante, lo llevó a conectar con Varela Entrecanales, referente del grupo disidente de accionistas de Prisa reunido bajo la firma Global Alconaba.

Una participación limitada por la ley, pero aún abierta
Si la alianza obtiene la licencia, queda por definir qué rol exacto ocupará Manzano en la futura sociedad gestora del canal. La ley española limita la participación de un inversor extranjero al 25% del capital social, lo que obliga a que otros socios completen la estructura accionarial.

De momento, se desconoce el nombre de la sociedad con la que se presentó la candidatura. Lo que sí pudo confirmar este diario es que Varela Entrecanales constituyó el pasado 5 de noviembre la empresa Servicios Integrados de Entretenimiento Televisivo, con domicilio en la calle Orense 68 de Madrid, donde también se encuentran otras compañías del empresario como The Pool, su productora audiovisual.

La fecha no es menor: la sociedad se creó apenas 15 días antes del cierre del concurso convocado por el Gobierno.

Relaciones con Telefónica y pasado político en Argentina
El empresario argentino también ha desarrollado vínculos recientes con Telefónica. A través de Integratec, adquirió Telefónica Perú en abril de este año. En lo político, su trayectoria está marcada por su paso por el peronismo y por haber sido ministro del Interior de Carlos Menem entre 1991 y 1992.

Fuentes consultadas apuntan a que Manzano podría no ser el único inversor extranjero del proyecto. Las negociaciones siguen abiertas, y aún podrían sumarse nuevos nombres antes de que el Gobierno resuelva la licitación.

Un concurso con plazos largos y una TDT en reorganización
El Ejecutivo español se dio un plazo de un año para adjudicar la licencia. El espacio radioeléctrico disponible para este nuevo canal surge de la reorganización de los multiplex actuales de TDT, motivada por la transición de varios canales hacia la tecnología UltraHD, que liberó capacidad en el espectro.

Mientras tanto, figuras del sector como Blas Herrero —quien descartó presentar su propia oferta— observan con cautela un proyecto que algunos operadores ven con dudas y que otros interpretan como una oportunidad de renovar el mapa televisivo español.
Fuente: El Español 

Telefe presentó su propuesta 2026 con nuevos formatos, figuras y una estrategia multiplataforma potenciada

Telefe realizó este jueves una nueva edición de Open Telefe, el tradicional encuentro anual en el que el canal líder del entretenimiento argentino revela a anunciantes, agencias y socios estratégicos su hoja de ruta de contenidos y oportunidades comerciales. El evento —el primero bajo la conducción empresarial de Gustavo Scaglione, flamante dueño del grupo— tuvo lugar en los Estudios Telefe de Buenos Aires, donde clientes, partners y figuras del medio accedieron en exclusiva a los adelantos que marcarán el 2026 televisivo y digital del multimedio.

Conducido por Iván de Pineda y China Ansa, el encuentro reunió a varias de las personalidades más reconocidas de la pantalla: Santiago del Moro, Wanda Nara, Marley, Vero Lozano, Rodolfo Barili, Lizy Tagliani, Juan Pablo Varsky, Pablo Giralt, Sofía Martínez, La Tora Villar y Grego Rosello, entre otros. La presencia masiva del talento del canal selló una presentación atravesada por anuncios estratégicos y el relanzamiento de marcas históricas.

El encuentro, que contó con la asistencia de clientes y partners estratégicos, se convirtió en una vitrina para presentar tres grandes novedades: la colaboración con el canal de streaming Olga para realizar la versión argentina de El Hormiguero, el regreso del icónico docu-reality musical Popstars, y la primera producción vertical de ficción del canal, protagonizada por Wanda Nara y Maxi López interpretándose a sí mismos en situaciones de humor y conflicto detrás de cámaras. Estas iniciativas reflejan, según explicaron los directivos de Telefe, la intención de combinar la tradición de la marca con formatos innovadores adaptados a los consumos digitales.

Darío Turovelzky, CEO del canal, resumió la filosofía que guía la propuesta de 2026: "La propuesta para el 2026 reafirma la evolución de Telefe, sin abandonar lo que define nuestra identidad y liderazgo hace 35 años: contar historias que conectan, que generan conversación en las audiencias. En un mercado en constante movimiento, esa capacidad de generar vínculo real, detener y atraer la mirada, es lo que nos permite seguir creciendo y sumar a nuestros socios".
En materia deportiva, Telefe se prepara para cubrir la Copa Mundial FIFA 2026, con una estrategia multiplataforma que incluye transmisiones en vivo, contenido exclusivo y coberturas especiales desde el sorteo de grupos que comenzó el pasado 5 de diciembre. La propuesta incluirá también la transmisión de los mejores partidos de la CONMEBOL Libertadores, consolidando la oferta de contenidos deportivos premium con foco en los equipos argentinos.

El entretenimiento seguirá siendo un eje central del canal. Telefe anunció el lanzamiento de "Gran Hermano, Generación Dorada", con Santiago del Moro al frente, y su versión digital React de GH, conducida por La Tora Villar y Fefe Bongiorno para Streams Telefe. Junto a esto, la reversión de El Hormiguero, la vuelta de Popstars y la primera ficción vertical del canal buscan consolidar un portfolio multiplataforma que combine televisión, digital y streaming.

El evento también sirvió para anticipar la celebración de los 10 años de "Corta por Lozano", repasando el recorrido del ciclo y adelantando nuevos desafíos para 2026, así como para reafirmar el liderazgo de sus cuatro ediciones de noticias, reconocidas nuevamente como las más confiables del país según el ranking de la Universidad de Oxford y el Instituto Reuters.

Telefe confirmó además la realización de los principales eventos de la industria: los Premios Martín Fierro, el Martín Fierro de la Moda, el Martín Fierro de canales de streaming y los Premios Ídolo, reforzando la presencia del canal en los espacios de alta visibilidad y relevancia multiplataforma.

Con esta propuesta, Telefe encara 2026 consolidando su liderazgo histórico y ampliando su ecosistema de contenidos, que combina entretenimiento, deportes, información, ficción y realities con nuevas narrativas digitales. La marca busca mantener su conexión con audiencias cada vez más activas y ofrecer a los anunciantes oportunidades de integración y visibilidad reales, reafirmando su identidad y su capacidad de innovar en un mercado en constante transformación.
Fuente: Prensa Telefe

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