"En general, se puede afirmar que se ha fortalecido el accionar de las organizaciones delictivas a nivel regional. En especial, se destacan los grupos de origen brasileño y argentino (especialmente de la zona de Rosario) que utilizan la hidrovía Paraguay-Paraná para canalizar el transporte de drogas en Sudamérica hacia Europa.
La implementación de mayores controles en la Triple Frontera ha provocado que la operativa de las organizaciones delictivas se haya desplazado hacia el sur, evidenciándose su presencia en las zonas de frontera del Uruguay con Brasil.
El Uruguay ya no es solo un país de tránsito sino que ha podido constatar, por un lado, la producción nacional de drogas sintéticas y, por el otro, un aumento en el consumo de de drogas a nivel local, tales como la cocaína y metanfetaminas.
Por el momento, los circuitos de acopio y exportación de drogas se encuentran separados de los que se dedican a la distribución para el consumo interno y están en manos de grupos pequeños, de naturaleza familiar y/o barrial. Sin embargo, debido a los factores expuestos precedentemente, existe un riesgo creciente de que se produzcan cambios cualitativos y cuantitativos que potencien la problemática del narcotráfico en el país", concluye el segmento del informe de Alejandro Montesdeoca, especialista contratado por la SeNaCLAFT y publicado por el periodista uruguayo Lucas Silva en su cuenta personal de Twitter.
Rosario en Argentina. Los puertos de Montevideo y Santos. La frontera de Brasil y Uruguay. Hay una nueva economía política del narcotráfico en la región, coinciden varios analistas. Acá un fragmento del informe de Alejandro Montesdeoca, el experto que contrató la Senaclaft. pic.twitter.com/UlcvcIyyFZ
— Lucas Silva (@LucasMartinSil) April 10, 2023
