Entrevista de Sebastián Lacunza a Carlos Moltini, gerente general de Cablevisión
Telefónica y Clarín cruzan críticas, pero parecen coincidir en oponerse a la neutralidad en la red que introduce la nueva ley de Telecomunicaciones
Yo tengo la misma mirada. No hay que confundir la neutralidad de la red con cercenamiento de la libertad de expresión. Todo el mundo tiene que tener el derecho de estar en la autopista sin que se le ponga algún condicionamiento. Ocurre que Netflix está montando un negocio por el que cobra y que a mí (Cablevisión) me produce un consumo de ancho de banda muy superior. Eso implica una tensión muy grande en el abono. O Netflix se hace a cargo o se tendrá que hacer cargo el consumidor. Para mí, tendría que ser Netflix. El recurso de ancho de banda no es ilimitado. La compañía invierte por año 300 millones de dólares y el mayor consumo de ancho de banda demanda de 80 millones de dólares anuales, que obedecen a mayor streaming. Pagar no significa cercenar, yo defiendo la libertad de expresión.
La existencia de Netflix y del streaming en general también puede ocasionar más interesados en contratar Fibertel (la empresa de internet del Grupo Clarín). ¿El hecho de ganar abonos no sería la ganancia de Cablevisión/Fibertel en tanto proveedores de la red?
Pero cada abonado consume más ancho de banda, que me obliga a ampliar infraestructura. Eso no me da más ganancia.
Si el Estado no impone la neutralidad de la red, existe la presunción de que el proveedor de internet, Clarín, Telefónica o quien sea, podrían priorizar sus contenidos audiovisuales al no cobrarse a sí mismos la tasa que sí le cobrarían a otros, o al relegar a espacios marginales, mayor lentitud de navegación, a productores menos poderosos
Yo me lo cobro a mi mismo al comprar más ancho de banda, y esos son dólares que se van.
En un plano más general, ¿cómo cree que afectará a Cablevisión el proyecto de Telecomunicaciones promulgado esta semana?
Veremos cómo termina la reglamentación. El proyecto es muy generalista, no baja detalles. Habrá que ver qué va a hacer la autoridad de aplicación cuando interprete la ley. La ley como está produce una transferencia de valor de la industria de la TV por cable a las empresas de telecomunicaciones. Cuando hacés un zoom sobre las telcos, la más favorecida es Telefónica, y produce un daño muy fuerte a la TV paga. Obviamente que el daño es mayor si es a través de la TV por satélite (las telefónicas fueron excluidas de esa posibilidad), por la inmediatez. Pero si la limitación es tener que construir una red de cable propia en lugar del satélite, demorará un tiempo pero al final el resultado es el mismo.
En la Argentina hay un gran actor de los medios y la TV paga (Clarín) y un gran actor de las telecomunicaciones (Telefónica). ¿Por qué no podrían competir como ocurre en buena parte del mundo?
El problema central es la asimetría. El mercado global en la Argentina es de 17.500 millones de dólares. De ellos, 13.500 son de las telcos y 4500 millones, de la TV paga. Te vas a enfrentar a una oferta que va a tener telefónia fija, móvil, banda ancha y televisión (Telefónica), mientras que de este lado va a haber video y banda ancha (Clarín y la TV paga). Entre los 4500 millones de dólares de la TV paga hay 800 jugadores, de los que cinco tienen una preponderancia determinada y el resto, más chica. El último jugador que va a desaparecer es Cablevisión, pero también le va a correr la misma suerte. Es un problema de tiempo y aguante. Estas compañías que se llevan la gran parte son compañías que pertenecen a conglomerados globales. Telefónica factura 80 mil millones de dólares; Claro (del mexicano Carlos Slim), 60.000 millones de dólares. La Fórmula Uno o la Premiere League valen cientos de millones de dólares anuales. ¿Quién va a poder comprar los derechos? Con ese poder de fuego, con esa escala, van a terminar subyugando a los cables.
Sin embargo, a las telefónicas les van a correr los límites de la ley de medios establecidos para todos. Es decir, 35% del mercado, 24 localidades para el cable y 10 licencias de radio y TV
Ese 35% son tres millones de abonados, por lo cual tienen todo un camino por recorrer. Y 35% por compañía, repartido entre tres, es un límite que no juega. El límite de 24 localidades, hay que ver cómo funicona. Si es con satélite no funciona, es cobertura única (como se aplica a DirecTV).
En ese caso, si las telefónicas accedieran a TV satelital, no podrían tener ningún otro servicio de comunicación audiovisual, como dispone la ley de medios, y Telefónica debería vender Telefe
Claro (Slim) no tiene TV abierta, Telecom tampoco, y Telefónica podría desprenderse de Telefe, que es una ínfima parte de su facturación. El límite de 24 localidades no impide tener el 35% del mercado. Si hablamos de la TV por red fija, los límites van a ser los mismos que tiene Cablevisión. Nosotros no estamos solos en ningún lugar. Está Pierri (Telecentro), Giga-Red y una infinidad de cables. A eso se suma DirecTV (en tràmite de compra por AT&T). La fuerza del volumen de dinero e infraestructura va a ser muy difícil de resolver. Yo compró 500.000 cablemodems por año, Telefónica de cinco a siete millones.
Cablevisión afirma tener 3,6 millones de abonados sobre nueve millones de la TV paga. ¿Con 85% del mercado en grandes ciudades como Córdoba o Buenos Aires, que son las más lucrativas, no tiene capacidad de competir?
Tenemos el 40% de marketshare global. En la ciudad de Buenos Aires, podés tener Telecentro (Pierri), Cablevisión (Clarín) y DirecTV. Tenemos el marketshare porque la gente elige todos los meses el mejor producto de TV o de banda ancha. En ningún lugar de la Argentina no competimos con nadie.
En Buenos Aires parece haber una situación consolidada en la que el único competidor de cable ofrece un servicio 15% más barato y con menos prestaciones y calidad
No conozco los criterios comerciales de la competencia. El precio tiene una relación producto/calidad. Si el servicio no es bueno, no es barato aunque sea menor el precio. Y está DirecTV.
Que es más caro y no puede dar, por ejemplo, internet y otros servicios porque la ley se lo impide al ser satelital
Pero el cliente tiene la opción de elegir Speedy (banda ancha de Telefónica) o Arnet (Telecom) y DirecTV. El combo no le debe satisfacer en plenitud a los clientes de Cablevisión. Los clientes que tenemos no los hemos hecho a fuerza de ir amenazando por las calles a la gente. Tenemos enormes índices de satisfacción.
La libertad de elección no parece tan clara cuando hay un actor tan preponderante. Por ejemplo, Cablevisión/Fibertel ha aumentado en algunos hogares de 220 a 550 pesos en dos años
Nunca aumentamos más que la inflación. Si en algún momento alguien entró con una promoción, sabía que era con fecha de vencimiento. Si en McDonald’s regalan un Big Mac y al día siguiente no, eso no quiere decir que aumentó 100%.
¿La acusación de que Telefónica podría ganar mercado haciendo abuso de su capacidad de comprar derechos no se parece a la que recibió Clarín con respecto a los derechos del fútbol durante más de una década?
Es un argumento inventado, que no existe. Absolutamente falso. Cuando sale a vender los derechos del fútbol, TYCSports (señal coparticipada por Clarín) decide que aquel que compre con volumen mayor va a pagar un precio menor. Fue una política analizada por la comisión de Defensa de la Competencia y vista como bien fundada. El problema es que los derechos del fútbol fueron creciendo en términos de valor. Es lo que pasó con Fútbol Para todos, que arrancó en 600 millones de pesos, está en 1.200 y la AFA dice que le deben 1.600 millones. Entonces los cables, que no quisieron pagar los incrementos, unido al proceso de expansión de la industria de la TV por cable, comenzaron a vender. Hubo tres operadores, Multicanal, VCC y Cablevisión, que decidieron que la mejor política era tener una escala más grande. Los más chicos no pudieron competir.
¿Ese esquema no es el que ustedes ven como amenazante en manos de Telefónica?
Tiene una pata de esa mirada. La realidad es que era la industria de la TV por cable permitió desarrollar una infraestructura. Si liberás a las telefónicas, te vas a encontrar con que la industria va a desaparecer. Esos operadores que en los años noventa vendieron sus empresas, lo hicieron por decisión propia y por cifras millonarias. Con esta ley, lo que estás haciendo es que un sector avasalle a otro y lo haga desaparecer.
Hay un caso micro que es significativo. En Santa Rosa, La Pampa, a partir de la ley de medios de 2009, comenzó a dar cable la Cooperativa de Electricidad, y el resultado es que Cablevisión tuvo que bajar drásticamente el precio del abono. ¿Por qué ocurrió?
La Cooperativa subvenciona con la luz el servicio de video. Cobra por la tarifa de la luz un monto superior al de Córdoba o Buenos Aires, y por el producto de videocable, hace dumping. Fue incorporando a su portfolio la cartera de salud, sepelios, bajo la metodología de regalar los servicios, e hizo que desapareciera el resto. Lo mismo pretende hacer con la TV paga. Como íbamos a tener que despedir a nuestros trabajadores de Santa Rosa que hace muchos que nos están acompañando, el esfuerzo lo hizo la compañía, perdiendo dinero. Es un desarreglo que se solucionará cuando las tarifas eléctricas bajen a precio de mercado. Por un tiempo, lograremos preservar las fuentes de trabajo.
Clarín, tal como está, es un actor muy influyente, con una diversidad de intereses con pocos parangones en la región. ¿Si se le agrega una multiplicación de la facturación al nivel de la telefonía, que entiendo es la situación de paridad que pretenden, no generaría un poder difícil de compatibilizar con un mercado mínimamente justo?
La gente mira TN y Canal 13 porque le gusta TN y Canal 13. Si no le gustara, miraría 678 (el programa combativo de la TV Pública) o 360TV (del grupo Electroingeniería). El diariero no obliga a comprar Clarín con una escopeta. Lo que dice Clarín tiene que ver con el gusto y el sentimiento del consumidor. De hecho, surgió C5N en televisión y La Nación creció en diarios mientras que Clarín no, y ello fue porque lo quiso el consumidor. Radio Mitre estuvo boyando hasta que encontró un lugar. Si recorrés la redacción de Clarín, verás profesionales con algunos de los cuales puedo no coincidir, que tienen una mirada más progresista que de otro lado.
Algunos críticos perciben que la divisoria de aguas con el Gobierno llevó a Clarín a abandonar la avenida central de la clase media y tomó un perfil alejado de la moderación. ¿Qué le parece?
No lo comparto.
Usted hacía referencia a que Clarín compite con todos sus productos. Sin embargo, más allá de los méritos de Clarín, hubo cuestionamientos históricos de otros empresarios de diarios en cuanto a la provisión del papel y la distribución
Es falso, siempre hubo importación de papel y el papel importado vale más barato.
Eso hoy, no antes
Hace varios años. Todo el kirchnerismo, por lo menos.
Muchos, incluso aliados de Clarín, tienen la percepción de que hubo gobiernos que fueron gentiles para que la empresa alcanzara posiciones de dominio. Por ejemplo, ese dominio llevó a Clarín a oponerse hasta a la inclusión de un canal de noticias de la Universidad de Córdoba, o hace años, a poner Crónica TV en el canal 78 para privilegiar su señal de noticias propia, TN. ¿Por qué Cablevisión resiste a estas cosas tan elementales hasta que la Justicia lo obliga, como ocurrió meses atrás con el canal de Córdoba?
No es que nos oponemos porque se nos ocurre. Hay una definición central del ancho de banda: tiene un limitante. El Estado pone tasas a la importación que impiden el desarrollo de la banda ancha, lo que fomentaría la digitalización y aumentaría el espectro. El Estado no puede decirme a mí que quiere que esto sea violeta o transparente. No me puede venir a decir cómo debe ser el producto.
Es un producto que involucra el derecho a la información, en el que el Estado tiene algo para decir. No es un producto más del supermercado
Sí. En Córdoba tenemos la reproducción de Canal 7, el canal abierto de la Universidad (10) que repite en parte Canal 7, y el canal en cuestión, cba24n, que en 70 por ciento también repite Canal 7. No puedo tener 70 canales con 678. Tengo que hacer que el producto sea atractivo para que la gente lo contrate.
En Córdoba, Cablevisión emite seis señales de Clarín, algunas de ellas con una pobre oferta, como Magazine, que en parte repite la programación de Canal 13, que va por otra señal
El canal Magazine repite el programa de Jorge Lanata porque recibimos pedidos de clientes que no podían acostarse tan tarde un domingo, y también tenemos ciclos relacionados con el show de Tinelli.
¿Cómo podría sobrevivir un canal producido por la Universidad de Córdoba si no tiene una boca de salida en el cable que domina el mercado? ¿Al negarse a incluirlo en la grilla, no ve afectada la pluralidad?
Es al revés, habría que ponerlo en el sistema público de distribución gratuita, y cuando tenga el piné para jugar en la Champions League, ahí lo incluimos. Tengo espacio para 73 canales y hay una oferta de más de 150. No puedo estar ofreciendo un producto que es de amateurs.
Es un canal que ha divulgado casos de narcotráfico en la Policía que forzaron desplazamientos de cúpulas y reemplazos de ministros en Córdoba
De acuerdo, tiene más posibilidades que un canal amateur. Lo que no puede pasar es que la gente me diga que no le interesa tener cable porque los contenidos no son vistos. ¿Por qué tenemos que transmitir Telesur?
Porque es un canal informativo con un amplio despliegue que sirve de alternativa a otros. La no coincidiencia con la ideología no debería ser una condición de admisibilidad
No tiene que ver con ideología. No recibí ningún llamado para que pongamos Telesur y recibí más de 100.000 llamados porque sacamos la Deutsche Welle (TV pública alemana).
¿El cambio político en 2015 le genera expectativas?
Obvio, yo creo que este desaguisado va a terminar en un camino más racional. No sé cuán racional va a ser, espero que sea más profesional.
¿Alguno de los principales candidatos presidenciales le genera inquietud?
No. Lo que estamos necesitando es el cambio y todos llevan a ese lugar. Obviamente que me interesaría que los órganos reguladores, el AFSCA y el ente regulador de las telecomunicaciones tengan una mirada para resolver las asimetrías entre los jugadores grandes y los nacionales que el país necesita. Hay ejemplos como el de Perú que la Argentina debería evitar. Un país en el que el marketshare de Telefónica/Movistar es gigantesco, los servicios son los peores y las tarifas, las más caras. A sectores populares les cobran veinte dólares por veinte canales y 75 dólares el costo de conexión. No me gustaría eso para la Argentina.
Le interesaría un horizonte como el de México, donde se obliga a retroceder a Carlos Slim, preponderante en telefonía, mientras se deja ingresar a ese mercado a Televisa, el gigante de la televisión
Me gusta Chile como norte. Un regulador con enorme capacidad de ir resolviendo las asimetrías. Hizo ingresar a Movistar, a Claro e hizo que la empresa nacional tuviera capacidad de inversión y no perdiera músculo. Un ecosistema donde viven todos y generan retornos. Sin seguridad jurídica es muy difícil invertir en una industria que demanda a cada jugador planes quinquenales de 1.500 millones de dólares.
En Chile hay, sin embargo, una alta concentración en prensa gráfica pero ningún actor tan diversificado como Clarín, con intereses en todos los segmentos de la comunicación
Son cosas de circunstancia que se dieron en los países. Clarín hizo lo que hizo mientras otros no quisieron hacerlo. El diario La Nación llegó a tener 300.000 abonados y decidió desprenderse del servicio. Tuvo Radio Mitre y también. Nuestros medios vieron la tendencia del multimedios porque entendieron que la gente iba a migrar del papel a la pantalla, y luego se necesitaba una distribución de contenidos, y surge Multicanal (primer sistema de cable de Clarín), y luego se apostó a otra escala (al fusionarse con Cablevisión). Invertiste, trastabillaste y volviste a salir. Otros tuvieron esa alternativa y eligieron otro camino.
Fuente: Sebastián Lacunza / @sebalacunza