Radio y Televisión Argentina (RTA) es una Sociedad Anónima Unipersonal que tiene a su cargo la gestión de Televisión Pública, Radio Nacional, Canal 12 TV Pública Regional y el servicio Radiodifusión Argentina al Exterior.
La medida será instrumentada por Javier Lanari, titular de la Secretaría de Medios y Comunicación, que tras los últimos cambios quedó bajo la órbita del jefe de Gabinete, Manuel Adorni. Su desembarco coincidió con un reordenamiento interno para acelerar decisiones que, según reconocen en el Gobierno, "se demoraron más de lo previsto".
Hoy, la TV Pública tiene unos 1300 empleados y Radio Nacional cuenta con cerca de 1100. Según el Ejecutivo, estos números reflejan un "crecimiento desproporcionado" durante las gestiones kirchneristas. Sin embargo, la comparación oficial —que equipara la dotación de Radio Nacional con la de Radio Mitre— es cuestionada: Mitre tiene alrededor de 300 trabajadores concentrados en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que Radio Nacional administra 57 emisoras distribuidas en todo el país y opera además el sistema de Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE). La emisora cabecera del sistema es LRA1 Buenos Aires, que articula la red de transmisión federal.
Pese a estas diferencias estructurales, el Gobierno mantiene la decisión de avanzar en un esquema de retiros voluntarios, cuyos montos serán "acordes al rango y a la antigüedad". El número final de la reducción se mantiene en reserva.
Un operativo demorado y una intervención que buscará estirarse
La apertura del plan depende de que la nueva Secretaría sea formalmente habilitada por decreto, algo que en el Ejecutivo esperan completar en los próximos días. Con ese paso cumplido, la implementación quedará en manos del interventor de los medios, Carlos Curci —exvocero de la Sociedad Rural—, quien asumió en julio tras la salida de Eduardo González, un funcionario de la órbita de Diego Chaher, responsable de los planes de privatización.
La intervención, aplicada desde el inicio del gobierno libertario, deberá renovarse nuevamente en febrero. Al tratarse de la segunda prórroga, el Gobierno necesitará justificarla ante los organismos de control. "Queremos mantener el control para normalizar", insisten en Casa Rosada. La falta de avances durante la gestión de González y de Héctor Caballero en Radio Nacional todavía genera malestar interno: "Se perdió mucho tiempo con ellos", afirman.
El desembarco de Curci se complementó con el nombramiento de Bárbara Pintelos en la Subsecretaría de Medios. De perfil técnico y formación económica —sin experiencia en comunicación—, fue seleccionada, según fuentes oficiales, por su capacidad para "ordenar y achicar".
El impacto ya visible en la red federal
Más allá del plan de retiros, los cambios en Radio Nacional ya son perceptibles en el aire. Por decisión del Gobierno, numerosas señales de FM de la red federal fueron transformadas en repetidoras de contenidos producidos desde Buenos Aires, lo que redujo drásticamente la generación de información local y desconectó a las emisoras de sus comunidades de referencia.
A esto se suma la eliminación de las redes sociales de cada radio local, que hasta entonces permitían difundir noticias de la región, mantener vínculo con oyentes y producir contenidos propios. Trabajadores y exdirectivos advierten que estos recortes comprometen la función federal del sistema público, cuya misión histórica es garantizar presencia informativa en todo el territorio, especialmente en zonas donde no operan emisoras privadas.
Hacia una pantalla "más competitiva" y el fantasma de la privatización
En paralelo, el Gobierno trabaja en un cambio integral de imagen para la TV Pública, con modificaciones gráficas, tipográficas y de programación. "Queremos una pantalla más entretenida y competitiva con los canales privados", repiten en el Ejecutivo.
Solo después de estabilizar la estructura y el presupuesto, señalan, se reactivaría la discusión sobre una eventual privatización, una posibilidad que el oficialismo dejó trascender en distintas oportunidades pero que aún no tiene plazos definidos.
Hoy, la TV Pública tiene unos 1300 empleados y Radio Nacional cuenta con cerca de 1100. Según el Ejecutivo, estos números reflejan un "crecimiento desproporcionado" durante las gestiones kirchneristas. Sin embargo, la comparación oficial —que equipara la dotación de Radio Nacional con la de Radio Mitre— es cuestionada: Mitre tiene alrededor de 300 trabajadores concentrados en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que Radio Nacional administra 57 emisoras distribuidas en todo el país y opera además el sistema de Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE). La emisora cabecera del sistema es LRA1 Buenos Aires, que articula la red de transmisión federal.
Pese a estas diferencias estructurales, el Gobierno mantiene la decisión de avanzar en un esquema de retiros voluntarios, cuyos montos serán "acordes al rango y a la antigüedad". El número final de la reducción se mantiene en reserva.
Un operativo demorado y una intervención que buscará estirarse
La apertura del plan depende de que la nueva Secretaría sea formalmente habilitada por decreto, algo que en el Ejecutivo esperan completar en los próximos días. Con ese paso cumplido, la implementación quedará en manos del interventor de los medios, Carlos Curci —exvocero de la Sociedad Rural—, quien asumió en julio tras la salida de Eduardo González, un funcionario de la órbita de Diego Chaher, responsable de los planes de privatización.
La intervención, aplicada desde el inicio del gobierno libertario, deberá renovarse nuevamente en febrero. Al tratarse de la segunda prórroga, el Gobierno necesitará justificarla ante los organismos de control. "Queremos mantener el control para normalizar", insisten en Casa Rosada. La falta de avances durante la gestión de González y de Héctor Caballero en Radio Nacional todavía genera malestar interno: "Se perdió mucho tiempo con ellos", afirman.
El desembarco de Curci se complementó con el nombramiento de Bárbara Pintelos en la Subsecretaría de Medios. De perfil técnico y formación económica —sin experiencia en comunicación—, fue seleccionada, según fuentes oficiales, por su capacidad para "ordenar y achicar".
Está claro que la "reorganización" – término que tanto usan y que remite a la época más oscura de nuestra Historia – es para este gobierno el vaciamiento del Estado. En este caso, de la radio pública que garantiza la soberanía informativa, la identidad cultural y el desarrollo económico de nuestra Patria, dijo la FATPren, en julio del 2024
Más allá del plan de retiros, los cambios en Radio Nacional ya son perceptibles en el aire. Por decisión del Gobierno, numerosas señales de FM de la red federal fueron transformadas en repetidoras de contenidos producidos desde Buenos Aires, lo que redujo drásticamente la generación de información local y desconectó a las emisoras de sus comunidades de referencia.
A esto se suma la eliminación de las redes sociales de cada radio local, que hasta entonces permitían difundir noticias de la región, mantener vínculo con oyentes y producir contenidos propios. Trabajadores y exdirectivos advierten que estos recortes comprometen la función federal del sistema público, cuya misión histórica es garantizar presencia informativa en todo el territorio, especialmente en zonas donde no operan emisoras privadas.
Hacia una pantalla "más competitiva" y el fantasma de la privatización
En paralelo, el Gobierno trabaja en un cambio integral de imagen para la TV Pública, con modificaciones gráficas, tipográficas y de programación. "Queremos una pantalla más entretenida y competitiva con los canales privados", repiten en el Ejecutivo.
Solo después de estabilizar la estructura y el presupuesto, señalan, se reactivaría la discusión sobre una eventual privatización, una posibilidad que el oficialismo dejó trascender en distintas oportunidades pero que aún no tiene plazos definidos.
Con sindicatos en alerta y dudas sobre el alcance real del ajuste, la apertura del retiro voluntario marcará un punto de inflexión en el sistema de medios estatales: una red federal históricamente orientada a garantizar acceso a la información pública en todo el país enfrenta, probablemente, la mayor transformación desde su creación.
