“La ley de comunicación de la dictadura, que no fue hecha sólo por los militares, fue un modelo para que se reprimieran a las mayorías, es la ley de Martínez de Hoz, del mercado y del silenciamiento de las mayorías” sostuvo en su paso por Resistencia Néstor Busso, titular del Consejo Federal de Comunicaciones quien fustigó la demora en poner en práctica la nueva Ley Federal de Servicios de Radiodifusión frente a una norma, aún vigente que “se acomodó a la dictadura de mercado, convirtiendo a la comunicación en un negocio comercial y la información en una mercancía, donde todo vale y cuenta”.
Busso fue uno de los participantes del Foro realizado ayer en el Centro Cultural Nordeste, convocado por la Federación Argentina de Radios Comunitarias, FARCo y el Instituto de Cultura Popular, InCuPo. También integraron la mesa el titular de FARCo, Daniel Fosarolli; el subsecretario provincial de Políticas Comunicacionales, Néstor Avalle; y el secretario general del Sindicato de Prensa del Chaco, Orlando Núñez.
Una ley para ocultar
Busso sostuvo que la importancia de la ley, actualmente bloqueada por el dictamen de un juez de Mendoza, apunta no sólo a mejorar la calidad de la radio y la televisión sino, fundamentalmente, a la concepción y construcción de un nuevo modelo de país.
La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, votada por el congreso durante este año con el número 26522 está a la espera de una decisión de la Corte Suprema de Justicia para que finalmente falle sobre su futuro, en un marco favorable ya que el procurador general de la Nación emitió un dictamen favorable para su plena aplicación.
“La ley que lamentablemente hasta hoy está vigente, en realidad es un pacto militar, impuesto como ley por la dictadura y reformado -y empeorado- por el mercado en la etapa neoliberal del gobierno de Menem que expresa un modelo de país para pocos, donde sólo unos pocos podían hablar” sostuvo el visitante para quien nuestra provincia es testigo de este ocultamiento sistemático, en vistas a la inexistencia de las voces y cultura de los pueblos originarios.
También se refirió, como ejemplo de esta mercantilización y el vale-todo de los medios, a la repudiable acción de la productora Ideas del Sur, de Marcelo Tinelli, con su “broma” a los habitantes de la Isla Apipé, Corrientes. Meses atrás, un equipo de la producción montó una burla a los habitantes de ese lugar informándoles que la justicia había dispuesto su desalojo y los intimó, en nombre de la ley, a abandonar sus viviendas, escuela y puesto sanitario.
Busso destacó la presencia en el foro del secretario general del Sindicato de Prensa, Orlando Núñez y del secretario de Comunicación Social de la provincia, Néstor Avalle: “Esta provincia puso todo a favor del debate y la implementación de la ley. Avalle es parte del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual y el gobernador Capitanich integra la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual”, detalló.
Comunicación y finanzas
Para Busso, una de las síntesis del perjuicio que provoca la ley de Comunicación aún vigente está en las propias palabras de Martínez de Hoz: “Este genocida dijo, con claridad, que había dos leyes que eran como la piedra fundamental del modelo de país que ellos querían: la ley de radiodifusión que es reemplazada por nuestra Ley de Servicios Audiovisual y la Ley de Entidades Financieras que recién ahora, después de casi 30 años, está en discusión en el congreso de la nación”.
Sin embargo, tras los oscuros años de la dictadura, Argentina se presenta hoy con toda su diversidad cultural en pleno “que quiere hacer ver, y escuchar, para reconocernos como país. Todo eso estaba tapado y ocultado por eso esta nueva ley viene a sacar a la luz, a hacerlo visible, para construir otro modelo de país, donde todos puedan expresarse y todas las voces sean escuchadas”.
En ese marco, fustigó el actual mensaje generalizado de los medios “que nos muestran desde la pantalla un país en crispación. No sólo es irreal sino que el pueblo, como lo demostró con los Festejos del Bicentenario, quiere celebrar y que sí, tiene necesidades, pero también propuestas para superar esas realidades. Tenemos esperanza que juntos es posible construir un país mejor, que tenemos una visión de la historia, que no es la que nos muestran en la televisión, sino en ese desfile donde el protagonismo estaba puesto en las luchas populares, y no en los supuestos próceres de la pantalla”.
Busso consideró que el modelo de país está más que claro: “Queremos seguir son los de nuestros compañeros trabajadores, luchadores, lo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y no los Fort o lo que nos muestra un modelo consumista y pasatista, donde lo único que importa es tener, consumir y aparentar y estar en algunos lugares como rico y famoso”.
Fuente: Diario Norte