Gran Bretaña fue otrora un modelo de libertad de prensa para los alemanes. El Dr. Rudolf Stöber es especialista en opinión pública y también profesor en la Universidad de Bamberg. Stöber habla con DW sobre la historia y evolución de este preciado bien en Alemania
Por: Ananda Grade
Los incidentes en torno al periódico "The Guardian" han cuestionado la libertad de prensa en el Reino Unido. Los funcionarios gubernamentales quisieron primero apoderarse de documentos secretos filtrados por Edward Snowden y luego destruyeron discos duros con material de investigación. Hoy en día, un incidente similar sería inconcebible en Alemania, señala el especialista Rudolf Stöber. La libertad de prensa está garantizada en la Constitución alemana y lleva el sello de los valores democráticos de las fuerzas de ocupación tras la Segunda Guerra Mundial, entre ellas, Gran Bretaña.
El periódico "The Guardian" se encuentra actualmente en la mira del gobierno y de las agencias de inteligencia. Se destruyeron varios discos duros y se interrogó a varios periodistas. ¿Sería posible esto en Alemania?
La libertad de prensa ha sido atacada fuertemente en el caso de "The Guardian". Sin embargo, el problema de fondo es el equilibrio entre la protección de los intereses del Estado y la protección de la libertad de prensa. En Alemania, eso no sería posible. Se necesita una orden judicial para poder confiscar algo.
En algún momento, Gran Bretaña fue un modelo de libertad de prensa para Alemania. ¿Qué veían los alemanes en el modelo británico luego de la Segunda Guerra Mundial?
Tras la barbarie del nazismo, que había abolido todos los derechos fundamentales, Alemania recuperó sus tradiciones democráticas y asumió los modelos democráticos de otros países. Las tres potencias vencedoras, Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia, sentaron los estándares jurídicos en lo que se refiere a la prensa, incluida la radio. Ellas determinaron en última instancia cómo debía entenderse la libertad de prensa y de información. Los británicos, en especial, con su sistema de servicio público, la BBC, se convirtieron en un modelo para el servicio público de radiodifusión en Alemania Occidental.
En la Alemania Federal hubo también un escándalo en materia de libertad de prensa. Un caso clave fue en 1962 el llamado “Escándalo del Spiegel”. Varios responsables del semanario fueron arrestados y encarcelados por iniciativa del ministro federal de Defensa de la época. ¿Cómo pudo haber pasado eso?
En Alemania tenemos un marco legal muy elaborado y una jurisprudencia detallada en cuanto a la libertad de prensa. El escándalo del Spiegel demostró, sin embargo, que todo es una cuestión de equilibrio. En el juicio se dejó en claro que la libertad de prensa es un bien muy importante y contribuye a la democracia. Pero también se determinó que la traición debe ser sancionada, ya que la protección del Estado también es importante para su supervivencia. La época era muy delicada, estábamos en plena Guerra Fría. La opinión pública había empezado ya antes a politizarse y el interés de los ciudadanos aumentó.
¿Qué es lo que caracteriza a este tipo de escándalos, desde esa época hasta hoy en día, en la relación entre políticos, justicia y periodistas en Alemania?
El escándalo del Spiegel sentó un precedente para casos similares y definió límites más claros en las relaciones entre la prensa y los políticos. Pero la cuestión fundamental es que pudo arrojar más claridad sobre lo que significaba el marco constitucional de la libertad de expresión y de prensa.
¿Qué ha cambiado con la aprobación de las leyes antiterroristas tras los ataques del 11 de septiembre de 2011?
Ha cambiado poco. Lo único es que se han ampliado algunos delitos que se tipificaron en los años 70 para hacer frente al terrorismo de la Fracción del Ejército Rojo alemán (una organización de izquierda radical de la República Federal Alemana, n.d.l.r.). Se trata de una evolución continua legal.
Sin duda siempre habrá movimientos contrarios y la Fiscalía tratará de imponer sus intereses en la aplicación de la ley. Es de esperarse que también en el futuro haya conflictos con los editores. Es algo que tendrá que abordarse una y otra vez, tanto desde el poder legislativo como judicial. El Parlamento y el Tribunal constitucional alemán siguen desarrollando continuamente los postulados sobre libertad de prensa, consagrados desde 1949 en el artículo 5 de la Constitución.
*Rudolf Stöber es profesor de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Bamberg. Sus centros de interés incluyen la teoría y la historia política así como la opinión pública y la prensa política.
Fuente: DW