Por: Carlos Siula
Una enorme tormenta política comienza a fermentar en Francia, debido a la intervención del presidente Nicolas Sarkozy en el proceso de capitalización del prestigioso diario Le Monde para tratar de bloquear la llegada de empresarios vinculados al Partido Socialista (PS) o cercanos a Dominique Strauss-Kahn, que podría ser su principal rival en 2012.
En pleno análisis de las ofertas formuladas por los grupos dispuestos a entrar en el capital del diario fundado por Hubert Beuve-Mery después de la Liberación de París en 1944, Sarkozy llamó por teléfono y luego convocó al Palacio del Elíseo a Eric Fottorino, actual director del periódico y presidente del directorio de la empresa. Durante esa reunión, le indicó que "no veía con buenos ojos" el proyecto presentado por los empresarios Pierre Bergé (ex propietario de la firma de lujo Yves Saint-Laurent), Matthieu Pigasse (alto directivo del Banco Lazard y propietario del magazine Les Inrockuptibles) y Xavier Niel (presidente del grupo Free de telefonía e internet).
Fottorino relató el contenido de esa conversación en el marco de una reunión confidencial con los periodistas de Le Monde. "Siempre hubo un interés político [por el diario]. Fue así desde 1944 y eso no va a cambiar", indicó Fottorino tratando de minimizar el alcance de la interferencia del Elíseo.
En público, sin embargo, rehusó revelar el tenor de su diálogo con Sarkozy o comentar el alcance de la entrevista. "Simplemente confirmo que hubo una reunión y que hemos hablado", se limitó a decir.
Fottorino estima que esa convocatoria al Palacio del Elíseo no puede ser interpretada como una politización del proceso de capitalización del diario y aclaró que personalmente "no favorece ninguna candidatura en particular".
La Sociedad de Redactores del diario, que posee el mayor paquete de acciones, consideró ese episodio como una "tentativa de intervención" del poder político.
"Nada autoriza al gobierno a tratar de influir en la vida de una empresa privada. Esa injerencia está fuera de lugar y espero que no haya otros intentos. Deseamos que los actores políticos observen una actitud de neutralidad y permitan a los accionistas de Le Monde decidir el futuro de su empresa", comentó Gilles van Kote, presidente de la Sociedad de Redactores.
El grupo -que emplea 1.000 personas y edita títulos como Le Monde, Courrier International, Télérama o La Vie- está agobiado por una deuda de 105 millones de euros (127 millones de dólares), de los cuales debe reembolsar rápidamente unos 30 millones.
Víctima de la crisis de la prensa, el diario tira actualmente 350 mil ejemplares. En 2009 una venta promedio de 288 mil 049 ejemplares diarios (-4.14 por ciento en relación a 2008).
El plazo para la presentación de las ofertas de capitalización concluyó el viernes pasado. Además de la propuesta anunciada por el trío Bergé-Pigasse-Niel, habría una oferta conjunta del grupo editor del semanario Le Nouvel Observateur con un socio no identificado.
El grupo español Prisa, editor del diario El País, que ya posee 15 por ciento del paquete accionario de Le Monde, manifestó igualmente su interés en aumentar su participación. Pero demandó un plazo suplementario para estudiar la situación de la empresa. El Consejo de Control de Le Monde se reunirá este lunes para pronunciarse sobre la eventual ampliación del plazo.
[Durante la última semana retiraron sus candidaturas otros dos importantes aspirantes: el grupo suizo de prensa Ringier, que publica el periódico Le Temps de Ginebra, y la empresa italiana del millonario Carlo De Benedetti que edita el diario La Repubblica y la revista L'Espresso].
La intervención personal de Sarkozy en ese proceso crítico desató una tempestad de reacciones en los medios políticos.
El Partido Comunista (PCF) acusó al presidente de "berlusconizarse", aludiendo a las permanentes presiones a la prensa del primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Pero, sobre todo, el PCF reveló que "durante esa reunión [con Fottorino] Sarkozy amenazó con suspender la ayuda del Estado (...) si no prospera la candidatura que cuenta con su estima".
Al parecer se trata de un préstamo de 25 millones de euros (30 millones de dólares) para modernizar su imprenta, solicitado por el diario a la Caja de Depósitos y Consignaciones (CDC), controlada por el Estado.
El dirigente socialista Julien Dray, por su parte, denunció la actitud de Sarkozy como un "terrible atentado a la libertad de prensa".
La intervención del jefe del Estado francés, en realidad, responde a su deseo de evitar que el diario más influyente de Francia termine en manos de un grupo empresario cercano a sus adversarios socialistas.
Pierre Bergé, que fue compañero sentimental de Yves Saint-Laurent y propietario del grupo de alta costura, es un importante mecenas conocido además por sus simpatías socialistas. En la elección presidencial de 2006 fue uno de los principales financistas de la campaña de Ségolène Royal. Ahora, al parecer, propicia la candidatura de Dominique Strauss-Kahn, actual director del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El banquero Mathieu Pigasse, considerado como la estrella en ascenso de las finanzas francesas, fue estrecho colaborador de Strauss-Kahn y de Laurent Fabius en el gobierno socialista del primer ministro Lionel Jospin (1998-2002). A partir de 2002 hizo una brillante carrera en el Banco Lazard.
Xavier Neil, con menor actividad política, tampoco cuenta con las simpatías de Sarkozy, que le reprocha haber hecho fortuna con una empresa de "porno-telefonía" y sitios "peep show" por internet.
Otro postulante, el grupo del semanario Le Nouvel Observateur, es también conocido por sus claras posiciones socialistas. El presidente del grupo, Claude Perdriel, que hizo fortuna con una fábrica de artefactos sanitarios, financió el diario Le Matin de Paris que contribuyó a la elección de François Mitterrand en 1981. La revista es ahora partidaria de la candidatura de Strauss-Kahn, que junto con la actual líder del PS, Martine Aubray, aparecen como los principales aspirantes a obtener la candidatura socialista para enfrentar a Sarkozy en 2012.
El presidente del directorio de Le Nouvel Observateur, Denis Olivennes, declaró que el proyecto de Perdriel aspira a "constituir un grupo de prensa de centro-izquierda, poderoso, independiente de todos los poderes: el gobierno, los partidos, la Bolsa, la banca..." Se trata, a su juicio, de "proteger mejor la libertad editorial de todo el grupo".
También el grupo español Prisa es conocido por su afinidad ideológica con el socialismo, aunque no mantiene buenas relaciones con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En ese complicado tablero de ajedrez político no resulta fácil imaginar cuál es el grupo que podría contar con las simpatías del Elíseo. Lo único que parece evidente es que la injerencia de Sarkozy prefigura la rudeza que tendrá la campaña presidencial de 2012.
Foto: AFP
Fuente: Tribuna de San Luis