Dos representantes de Papel Prensa sumaron detalles ante la Justicia de la reunión donde, según aseguran, Moreno los amenazó. El enfrentamiento tiene como trasfondo la pelea entre el Gobierno y Clarín.
La disputa en torno a Papel Prensa, la empresa que el Estado argentino comparte con Clarín y La Nación desde la última dictadura, se sigue escribiendo en los tribunales. Ahora, los síndicos de la papelera que habían denunciado al secretario de Comercio, Guillermo Moreno, sumaron detalles de la famosa reunión del 14 de septiembre donde, según sostienen, el funcionario kirchnerista buscó amedrentarlos. Un nuevo capítulo que tiene como trasfondo el enfrentamiento entre el Gobierno y el Grupo Clarín.
Ayer trascendieron las declaraciones de los representantes en la sindicatura de la empresa, Alejandro Turri y Carlos Manuel Vidal, ante el juez federal Octavio Aráoz de Lamadrid. Vidal aseguró que Moreno los convocó para darles “órdenes” sobre la empresa, “que resultaban imposibles de cumplir”. En ese sentido declaró que en el encuentro, el funcionario les dijo a los presentes que “no se divulgara nada de lo que se había hablado” en el encuentro, ya que estaban allí “para recibir instrucciones” de parte de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández.
En sendas declaraciones que realizaron en la semana ante el juzgado federal de Aráoz de Lamadrid, según informó ayer la agencia DyN, ambos testigos repitieron la célebre advertencia de Moreno: “Afuera están mis muchachos expertos en partirles la columna y hacer saltar los ojos a quien hable”. El secretario de Comercio nunca reconoció la amenaza. El Gobierno, por el contrario, replicó que la intervención buscó investigar irregularidades.
Tanto Vidal como Turri señalaron que el funcionario insistió en que el Estado tenía mayoría en el Comité de Fiscalización, ya que está compuesto por dos síndicos del Estado y uno por los privados” y que había que demostrar que “la empresa está subadministrada”.
El Estado había relegado en gran medida el control de la empresa en los grupos periodísticos que participan del directorio. Sin embargo, al profundizarse el choque con Clarín, el Gobierno buscó reforzar su dominio en Papel Prensa. Allí, un acuerdo forzado durante la dictadura militar dio entrada a Clarín, La Nación y el Estado en la empresa, que resultaba estratégica para manejar el papel que usan los periódicos.
Una vez que comenzó la pulseada, el ministro de Economía, Amado Boudou, dijo haber detectado “maniobras en contra del Estado y los diarios del interior” por parte de Papel Prensa.
En ese sentido, en su declaración ante la Justicia, el síndico Turri aclaró que uno de los presentes le dijo a Moreno que “durante mucho tiempo el Estado había aprobado los balances y aprobado la gestión”, en tanto que Vidal estimó que “esa reunión fue para recibir instrucciones por fuera del marco legal”. También Vidal aseveró que en dicha reunión había un atril que colocó un ordenanza en el cual se encontraban “todas las empresas del Grupo Clarín” y que Moreno les dijo que “había que reducirlo de alguna manera”.
Descripción: "Fue una situación violenta y molesta. Me sentí muy caliente. Si no hubiese sido una reunión en la que estaba representando a la Sigen, me hubiese levantado e ido de la misma."
Ordenes: "Eran órdenes imposibles de cumplir, como contactarse con los gremialistas o ir a una reunión de directorio y plantear que no estaban de acuerdo con 10 años de gestión".
Acuerdo: "Collasso describe perfectamente el clima tenso que se vivió".
Antecedentes
El operativo que montó Moreno para tomar el control de Papel Prensa se fue desarrollando en varias etapas. Estos fueron los principales aspectos:
Amenaza: el 14 de septiembre, Moreno increpa a los representantes del Estado en Papel Prensa. "Con o sin ley, la que manda es Paglieri", expresó el secretario de Comercio. El encuentro provocó una denuncia judicial de Carlos Collasso, representante del Estado en el Consejo de Vigilancia de Papel Prensa, y la renuncia de Carlos Mauricio Mazzón y Juan Drucker, directores del Estado en Papel Prensa.
Denuncia judicial: el 6 de octubre, Papel Prensa labra un acta con la denuncia de Collasso. Querella a Moreno, Paglieri y Prada, subsecretario de Finanzas.
Nuevos directores: el Poder Ejecutivo nombra el 27 de octubre a Aldo Pablo Cerioli y Paglieri como directores del Estado. Los accionistas privados se abstienen de votar a Paglieri. También nombran a Omar Gallo.
Comisión Nacional de Valores: En el encuentro del directorio del 4 de noviembre, el tridente representante del Estado se niega a firmar las actas, algo que no había sucedido en 20 años. La Comisión Nacional de Valores (CNV) exige los estados contables. Moreno se enoja y hace que el ministro De Economía Amado Boudou le pida la renuncia a Eduardo Hecker, presidente de la CNV. Lo desplazan y nombran a Alejandro Vanoli en su lugar.
Boudou delega sus facultades como titular del ministerio de Economía en Guillermo Moreno.
SiGeN: El Gobierno fuerza la renuncia de los síndicos del Estado en Papel Prensa (Carlos Vidal y Alejandro Turri). También se va Carlos Pacíos, número uno de la Sigen.
Justicia: El fiscal Gerardo Pollicita, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional número 11, pide investigar, el 7 de diciembre, si el Gobierno busca lograr una ilegítima participación en Papel Prensa. A pedido de la empresa, nombran como veedor judicial al doctor Carlos Bianchi. El juez Octavio Aráoz de Lamadrid, que entiende en la causa, denuncia que es presionado.
Aprobación: Papel Prensa informa el 16 de diciembre sobre la reunión del directorio del 4 de noviembre. Sucedió que, el 2 de diciembre, representantes de la Comisión Nacional de Valores concurrieron a Papel Prensa. "Uno de los cuales (los representantes) retiró en esa fecha copia integra del acta, se ratificó en su totalidad lo resuelto por el directorio en las reuniones del 4 de noviembre".
"Animadversión manifiesta y persecución personal"
Es lo que, dijeron los ex síndicos, apuntaba hacia ellos el secretario Moreno.
En su embestida contra Papel Prensa, Moreno dejó una serie de víctimas. Carlos Vidal y Alejandro Turri, de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) están entre los que salieron más perjudicados por el atropello. Ambos trataron de activar todos los resortes institucionales para evitar que se cometieran actos ilegales y, cuidando las formas, buscaron preservar el rol del Estado en la compañía.
A Vidal, la intervención de Moreno le pareció rara desde el principio. El viernes 11 de septiembre recibió un llamado de Beatriz Paglieri a su teléfono celular. Allí le indicaban que debía presentarse con Turri, el otro síndico estatal en Papel Prensa.
Como lo había narrado Collasso en su presentación ante un escribano, Moreno descalificó a la mayoría de sus interlocutores. Les hacía preguntas y no escuchaba las respuestas que le daban sus interrogados.
Jorge Cánepa, supervisor de Entidades, Empresas y Sociedades de la Sigen, por ejemplo, le dijo que había accedido a su empleo mediante un aviso en el diario. Moreno descreyó de sus dichos y pidió ver el legajo de Cánepa para certificarlo. Sin embargo, parece que después dejó de molestarlo, ya que Cánepa es el único miembro de la Sigen que permanece en su cargo.
Moreno entendía que el Estado, por tener dos síndicos de los tres que forman la Comisión Fiscalizadora, podía hacer lo que quisiera en Papel Prensa.
Tanto Vidal como Turri y Cánepa (todos representantes de la Sigen) le explicaron que el artículo 15° del estatuto de Papel Prensa indica que la comisión fiscalizadora necesita para funcionar la presencia de todos sus miembros. Pero el secretario de Comercio Interior no quería escuchar razones y seguía machacando con la idea de mayoría del Estado, lo que le confería una supuesta habilitación para actuar con arbitrariedad.
Cánepa, Mauricio Mazzón (director de Papel Prensa que renunció), Collasso (el primero que rompió el silencio) y los dos síndicos se quedaron shockeados y preocupados por el torno de la reunión, según consta en el expediente judicial.
Cuando Boudou le traspasó las funciones del Ministerio de Economía en Papel Prensa a Moreno, el secretario de Comercio Interior comenzó a perseguir a los síndicos de la Sigen.
Como los expertos no hacían lo que él quería, expresó su disconformidad.
Vidal y Turri pusieron sobre papel, en su declaración, la presión de Moreno.
"Existe de parte del citado funcionario (en referencia a Moreno) una animadversión manifiesta y una persecución personal hacia los suscriptos que, estimamos, se podría extender en lo institucional", le escribieron los síndicos a su superior antes de renunciar.
Para justificar sus funciones en Papel Prensa, protocolizaron las actas de la comisión fiscalizadora desde fines de julio hasta noviembre.
El síndico general de la Nación, Carlos Pacios (foto), instruyó por escrito a Turri y Vidal "en el sentido que por razones operativas debían renunciar a sus cargos de síndicos en Papel Prensa, debiendo asumir los suplentes", dice el documento que está en el Poder Judicial. Fue el 17 de noviembre. Ese mismo día, Pacios fue forzado a presentar su renuncia a la Sigen.
Fuentes: Crítica de la Argentina, Diario Clarín