Por: Alberto Nájar
Es la primera vez que Televisa es objeto de una sanción semejante.
La Comisión Federal de Competencia (CFC), que funge como autoridad antimonopolios de México, impuso una multa cercana a los US$4 millones a Grupo Televisa SAB, una de las empresas de televisión más grandes en América Latina y el mayor productor de contenidos en español del mundo.
La sanción fue aplicada porque el consorcio incurrió en prácticas monopólicas, al impedir que un operador de televisión de paga transmitiera la señal abierta de sus canales y otros programas de producción propia, según establece el resolutivo de la CFC.
Uno de los permisos otorgados a Televisa para transmitir su programación, obliga al consorcio a permitir que otras empresas utilicen sin condiciones la señal abierta de sus canales.
Es la primera vez que Televisa recibe un castigo por bloquear la emisión de sus productos a otras compañías.
De acuerdo con analistas, la resolución de la CFC sienta un precedente en el mercado de la televisión de paga en México.
“La autoridad reconoce la hegemonía de Televisa y el uso que da a sus recursos para evitar el desarrollo de la competencia”, le dijo a BBC Mundo Raúl Trejo Delarbre, académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Hasta el momento Televisa no ha emitido comentarios sobre la sanción impuesta.
Monopolio
De acuerdo con las leyes mexicanas, el espacio radioeléctrico del país es propiedad del Estado, y su uso es concesionado a empresas privadas o públicas durante un plazo renovable de 30 años cada vez.
La señal transmitida en este espectro es abierta, es decir, cualquiera puede sintonizarla sin costo alguno.
Quienes pagan por el servicio son prestadores de televisión de paga, a quienes no se les puede prohibir el uso de estas señales. Es el origen de la sanción a Grupo Televisa.
Según el resolutivo de la CFC, entre 2006 y 2008 el consorcio negó a Telecable Centro Occidente (TCCO) la difusión de 16 señales de televisión controladas por el consorcio. La empresa afectada es un operador de televisión por cable que transmite en estados del oeste de México.
La decisión del grupo fue importante, señalaron analistas, porque Televisa controla el 70% del mercado de televisión abierta en México.
El resto pertenece en su mayoría a Televisión Azteca, que adquirió los activos del extinto Instituto Mexicano de Televisión (IMEVISION), una red nacional pública vendida en 1993.
Al cancelar Televisa el acceso a su programación, como ocurrió con Telecable, las empresas de televisión por cable resultarían severamente perjudicadas, insisten los expertos.
Algo que reconoce la CFC.
En su resolutivo el organismo antimonopolios establece que la conducta de Grupo Televisa “tuvo por objeto o efecto el desplazamiento indebido de TCCO del mercado de la distribución y comercialización de paquetes de señales a los usuarios”.
Nada nuevo
En México la televisión de paga tiene unos 5 millones de usuarios, según datos de la Comisión Federal de Telecomunicaciones. En este mercado, Televisa y sus empresas aliadas cuentan con 3 millones de clientes.
¿Cambiará este panorama con la sanción de la CFC a Televisa? No, dice el analista Trejo Delarbre.
“En México no está reglamentado el llamado must offer, la obligación de los concesionarios de señal abierta para que cualquier empresa de televisión de paga pueda repetir la programación”, explicó.
Así, Televisa puede impugnar la resolución de la CFC ante los tribunales, “y como no hay asidero legal para la sanción, puede tener éxito en su propósito”.
Fuente: BBC Mundo