domingo, 21 de septiembre de 2025

Vivir sin sufrimiento también es un derecho: Semana Nacional Contra el Dolor por Cáncer

En el marco de la Segunda Semana Nacional Contra el Dolor por Cáncer, el doctor Ariel Cherro —médico oncólogo y referente en cuidados paliativos— comparte una reflexión profunda sobre el sufrimiento evitable, el acceso a la atención especializada y la necesidad urgente de transformar la ley en políticas públicas. Una conversación sincera sobre el dolor, la dignidad y el derecho al alivio
Cherro, es médico especialista en Oncología y Clínica Médica, reconocido por su compromiso en el ámbito de los cuidados paliativos. Actualmente dirige el equipo de atención domiciliaria CareHome y coordina el Equipo de Soporte Oncológico del Instituto Alexander Fleming, en la ciudad de Buenos Aires. En Mar del Plata, integra el equipo médico de la Clínica 25 de Mayo, donde es referente en Medicina Paliativa.

Asimismo, se desempeña como director del Curso de Posgrado en Cuidados Paliativos de la Sociedad Argentina de Medicina, y es miembro del Comité de Ética Asistencial del Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur. Su labor está guiada por una mirada clínica, ética y profundamente humanista, centrada en el acompañamiento integral de personas con enfermedades avanzadas.

En este marco, bajo el lema "El dolor no nos es indiferente", se presenta la Segunda Semana Nacional Contra el Dolor por Cáncer, una iniciativa que busca visibilizar una de las formas más evitables de sufrimiento humano.

Los objetivos de esta campaña son claros: concientizar e informar sobre el dolor por cáncer y su tratamiento, y mejorar el acceso de pacientes a cuidados paliativos y estrategias adecuadas de alivio.

Durante toda la semana, en distintas provincias del país, se realizarán jornadas académicas, encuentros interdisciplinarios, acciones comunitarias, propuestas artísticas y atención médica gratuita a personas con dolor por cáncer. Todo ello, con el acompañamiento de trabajadores sociales y voluntarios que brindarán orientación sobre cómo acceder a los cuidados paliativos en cada región.

Organiza esta actividad el Consejo de Cuidados Paliativos de la Sociedad Argentina de Medicina, bajo la dirección del doctor Ariel Cherro.

Recordamos que el dolor afecta a más del 50% de los pacientes con cáncer al momento del diagnóstico, y a más del 80% en estadios avanzados. Este dolor, de intensidad moderada a severa, no solo es producido por el tumor, sino también por tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia o ciertos procedimientos médicos.

A pesar de los avances, en nuestro país menos del 14% de quienes necesitan cuidados paliativos acceden efectivamente a ellos. Persisten la desinformación, los prejuicios en torno al uso de analgésicos, y el desconocimiento del rol de los equipos especializados.

Desde 2022 contamos con una Ley Nacional de Cuidados Paliativos —la Ley 27.678—, pero es urgente que esa ley se traduzca en políticas concretas que garanticen el derecho al alivio del dolor.

Durante esta semana, las consultas estarán disponibles de forma gratuita a través de la web, y se elaborará un registro confidencial con fines estadísticos, para seguir visibilizando esta problemática como una prioridad en salud pública.

En el programa Señales, Cherro explicó que la Semana Nacional tiene dos objetivos fundamentales. Por un lado, concientizar sobre qué es el dolor por cáncer, su prevalencia, sus causas, y en qué situaciones debe abordarse de manera específica. Por otro lado, brindar asistencia gratuita a nivel nacional: un equipo de voluntarios recibirá consultas a través del sitio web oficial y las canalizará hacia colegas en todo el país, tanto en el ámbito público como privado. En los lugares donde no haya equipos especializados, se garantizará la atención por telemedicina.

Sobre el concepto de dolor por cáncer, señala que incluye no solo el dolor causado por el tumor y sus metástasis, sino también el que generan los tratamientos oncológicos: cirugía, radioterapia y quimioterapia, que muchas veces provocan complicaciones agudas o crónicas. Todo ese sufrimiento debe abordarse de forma integral, sin naturalizarlo como parte inevitable del proceso de enfermedad.
"No se trata solo de curar la enfermedad, sino de garantizar calidad de vida durante todo el tratamiento", afirma el doctor.

En Argentina se diagnostican más de 130.000 casos nuevos por año, y en la mitad de ellos ya hay dolor al momento del diagnóstico. En muchos casos, el dolor es el motivo de consulta que lleva a detectar la enfermedad. Con la evolución, el dolor se intensifica: en estadios avanzados, afecta a casi el 80% de los pacientes.

Incluso en quienes logran superar la enfermedad, las secuelas dolorosas pueden persistir durante años. Es el caso de lo que se conoce como "pacientes sobrevivientes de cáncer", personas que han superado el tratamiento pero quedan con consecuencias físicas que también requieren atención especializada para recuperar una vida plena y libre de síntomas.

En relación a las demoras en el acceso a los cuidados paliativos, Cherro señala que a nivel mundial, en promedio, una persona tarda unos siete meses en ser derivada a un equipo especializado. Eso significa siete meses de dolor y sufrimiento evitable.

Las razones son diversas: falta de información, prejuicios culturales, miedo al término "paliativos" o desconocimiento de su verdadero alcance. A esto se suman barreras burocráticas: falta de cargos en hospitales públicos, demoras en autorizaciones, y dificultades para acceder a medicamentos esenciales como los opioides.

"El lenguaje burocrático muchas veces no se adapta a nuestra realidad. Para prescribir morfina, por ejemplo, nos piden llenar formularios pensados para quimioterapia. Son obstáculos innecesarios que retrasan la ayuda", explica.

Además de mejorar la calidad de vida, los cuidados paliativos también reducen costos al sistema de salud. Un paciente que está aliviado no se reinterna, no acude a las guardias de forma reiterada, no recorre distintos centros en busca de respuestas. Invertir en cuidados paliativos es invertir en eficiencia, humanidad y justicia sanitaria.

La unidad de tratamiento, destaca el doctor, no es solo el paciente, sino también la familia y el entorno afectivo. Por eso, el acompañamiento también incluye información, contención y herramientas para que quienes cuidan puedan hacerlo con eficacia, sabiendo que no están solos.

A lo largo de esta semana, se puede acceder a toda la información, actividades y recursos a través de: www.sindolorporcancer.com.ar y en Instagram: @sindolorporcancer

Allí se encuentra el formulario para consultas, que serán derivadas a profesionales voluntarios según la región. En Rosario habrá atención presencial, y se realizarán varias actividades destacadas: Una charla online abierta con el Instituto Universitario Italiano de Rosario (IUNIR) el jueves 25 y una acción comunitaria durante la Calle Recreativa el domingo 28, donde se brindará información y material gráfico.

Hacia el final de la entrevista, surge una pregunta profunda: En los momentos más extremos, cuando una persona atraviesa una etapa avanzada o terminal de una enfermedad, es común que aparezca el silencio, la vergüenza, la sensación de no saber por dónde pedir ayuda. Esas situaciones, profundamente humanas, también deben ser parte del abordaje del dolor y del sufrimiento.

El doctor Cherro reconoce lo difícil que es llegar a tiempo en esos casos. Reivindica, ante todo, la posibilidad y el derecho de pedir ayuda: "Cuando uno está atravesando una situación así está vulnerable, necesita ayuda y está buenísimo pedirlo. No hace falta ser fuerte todo el tiempo".

Cuestiona abiertamente el lenguaje que suele usarse en torno al cáncer: "Este concepto del lenguaje bélico de 'está luchando contra el cáncer', 'qué valiente', 'qué guerrero'... no hay premio por eso. Si uno no logra pedir ayuda, se priva de recibir un montón de acompañamiento que puede aliviar, hacer que las cosas sean más llevaderas. Que si toca la oportunidad de que es una despedida, porque no hay solución, que sea en compañía, con situaciones resueltas, con síntomas controlados".

El relato continúa con una reflexión directa: "Esta obligación de ser fuerte que a veces se impone a través del lenguaje... 'es una dura enfermedad pero está peleando la batalla y qué luchador'. Entonces uno dice: 'me la tengo que aguantar, es la consecuencia, tengo que ser un ganador'. Y acá la ganancia está en tener la mejor calidad de vida posible, que esa vida sea significativa y que cada día tenga sentido".

Por eso insiste: "Abrirse a recibir ayuda no es ninguna vergüenza, al contrario: hay que ser bien fuerte para decir 'la verdad que yo con esto no doy más, denme una mano'. Y hay equipos preparados para eso. Los cuidados paliativos son ni más ni menos que eso: la especialidad por excelencia para aliviar el sufrimiento en situaciones graves".

También habló de los obstáculos que genera el desconocimiento. A veces la palabra "cuidados paliativos" genera miedo o confusión. En muchos casos, incluso desde el sistema de salud, se frena el acceso: "Muchas veces los pacientes o las familias que quieren consultar y alguien les dice 'no, no, vos todavía no estás para paliativos'. Como si paliativos fuera un lugar donde uno tiene que estar. Y en realidad, cuando hay sufrimiento, cuando hay síntomas, es necesario aliviarlos. El momento no depende de cuánto tiempo hay por delante, depende de cuánto sufrimiento hay".

Como ejemplo concreto, recuerda una historia que ocurrió durante la edición anterior de la Semana Nacional: "La primer paciente que consultó lo hizo a través de una amiga. Se estaba haciendo una quimioterapia intratecal, le aplicaban por punción lumbar la quimioterapia directo al sistema nervioso central —algo que de por sí puede ser doloroso— y en el caso de ella tenía una muy alta sensibilidad. El tratamiento era para curarse, tenía un carácter curativo, por un linfoma. Pero la chica dijo: 'yo prefiero dejar todo antes que sentir este dolor, que pase lo que tenga que pasar'. Entonces la amiga nos llama. Fue el primer formulario que llegó de toda la semana. Y bueno, hablamos con ella, la medicamos, se cambió la técnica de punción lumbar, hicimos analgesia preventiva y pudo completar su tratamiento en tiempo y forma".

Ese caso, dice Cherro, condensó el sentido de toda la campaña: "Era todo lo que esperábamos de esa semana, todo lo que queríamos comunicar. Es como que se dio todo junto. Y un poco el mensaje es ese: no hay que tener temor de consultar ni vergüenza. Estamos para ayudar a aquellos que la estén pasando mal. Y además, es un derecho".

Escuchá la entrevista completa:

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