Causa de Multicanal contra Vila y Manzano espera definición de la Corte. A fines de los ´90, Multicanal denunció en Buenos Aires a los dueños de Supercanal por administración fraudulenta. La Justicia local reclamó el expediente y buscan declararlo nulo
Una larga causa penal y una historia sórdida en los estrados mendocinos. Los beneficiarios fueron Daniel Vila, Alfredo Vila y José Luis Manzano, quienes estaban imputados en una causa que podría haberlos llevado a prisión por hasta seis años y hoy están a las puertas de ser sobreseídos por prescripción de la causa.
A fines del siglo pasado, Multicanal S.A. denunció por administración fraudulenta a Supercanal Holding y más precisamente a los hermanos Vila y al ex ministro del Interior de Carlos Menem, todos actualmente socios en el grupo conocido como Vila-Manzano.
Esta denuncia fue radicada ante el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 31 de Buenos Aires, donde se llevó adelante toda la instrucción de la causa. En junio de 2007 se dictó el procesamiento de los tres imputados.
Tras una apelación de Manzano y los hermanos Vila, el procesamiento fue ratificado por la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de Buenos Aires el 4 de diciembre de 2007.
En agosto de 2008, el fiscal de Instrucción pidió la elevación a juicio oral. Las defensas de los imputados hicieron sus oposiciones.
En esta instancia, sin que antes nadie hubiera realizado cuestionamiento alguno, empezó a tejerse desde Mendoza otra estrategia, con algunos funcionarios judiciales que fueron funcionales a las necesidades de Manzano y los hermanos Vila.
En noviembre de 2008, a instancias del fiscal de Delitos Complejos Daniel Carniello, se solicitó la competencia de la causa que llevaba adelante el juzgado porteño. En junio de 2010, la Corte Suprema nacional le dio la razón, por lo que esa causa fue derivada a la Justicia penal mendocina para que continuara el trámite.
El abogado de Multicanal, Juan Day, indica que “en el proceso, nunca antes se había cuestionado la competencia de la causa”. Pero, cuando la cuestión empezó a tornarse difícil para los acusados, un movimiento salvador cambió su situación.
En julio de 2010 llegan las actuaciones a manos de Carniello. El fiscal hace un par de diligencias apenas llegado el expediente y luego no hace nada hasta setiembre de 2011, cuando los letrados de Multicanal empezaron a reclamar el movimiento de la causa.
Entonces Carniello pidió la nulidad del pedido de elevación a juicio. Esta nulidad no es inocente. Hay cuatro hechos que interrumpen los plazos de prescripción de las causas penales: el llamado a indagatoria. el requerimiento de elevación a juicio, la citación a juicio y la condena.
¿Qué significa esto? Si la indagatoria es nula, entonces corren los plazos de prescripción que coinciden con el máximo de la pena por administración fraudulenta (seis años de prisión). Entonces la causa contra Manzano y los hermanos Vila estaría a un paso de caerse y los imputados, ser sobreseídos.
Este pedido de nulidad cae en el juez de garantías Ezequiel Crivelli, quien sostiene que no corresponde la nulidad sino la continuidad de la causa desde el punto en que quedó en Buenos Aires. Y esto es apelado por la defensa de Manzano y los hermanos Vila.
Se le da vista al fiscal de Cámara Fernando Guzzo quien indica, entre otros argumentos, que “el requerimiento de elevación a juicio existente en autos no ha sido declarado nulo al momento en que se determinara la competencia de la Justicia provincial mendocina, conservando en consecuencia pleno valor como acto procesal”, tal como lo indica el artículo 7 de la Constitución Nacional. La Carta Magna dice que los actos públicos y procedimientos judiciales de una provincia gozan de entera fe en las demás.
Lo único que podría hacer lugar a la nulidad es que haya alguna inobservancia, cosa que el fiscal de Cámara tampoco detecta en el procedimiento llevado adelante en Buenos Aires. Por todo esto es que rechaza la nulidad planteada por los abogados de Manzano y los hermanos Vila.
Pero, al llegar a la Cámara de Apelaciones en lo Criminal, el criterio se invierte. En realidad, dos de los tres miembros del tribunal dan la razón a los letrados de la defensa. Se trata de los jueces Luis Correa Llano y Alejandro Miguel.
Ellos argumentaron que no otorgar la nulidad implicaría negar a los imputados declarar y presentar prueba en la primera etapa del proceso, lo que constituiría un gravamen irreparable. Esta opinión incluso contradice el criterio que suele sostener esa Cámara de Apelaciones habitualmente, que niega las nulidades.
Cabe recordar que el proceso previo duró varios años y que hubo tiempo para presentar pruebas, más allá de que la prueba haya sido presentada en Buenos Aires y no en Mendoza.
Además, Correa Llano y Miguel sostienen que el requerimiento de elevación a juicio no es válido por haberse realizado bajo otra forma de instrucción (en Ciudad de Buenos Aires no existen fiscales de Instrucción y jueces de Garantías que velan por el cumplimiento de la legalidad del proceso).
El tercer miembro del tribunal María Liliana de Paolis de Aymerich (ver aparte) votó en disidencia.
Dice la magistrada que la apelación a la nulidad ya rechazada por el juez de Garantías es inapelable, de acuerdo a lo que dice el Código Procesal Penal de Mendoza: “El incidente de nulidad se tramitará en la forma establecida por el artículo 350 del Código Procesal Penal; a su vez éste no establece que la resolución del juez de Garantías sea apelable”.
Pero, además, en el caso de que hubiera algún gravamen irreparable para el ejercicio de defensa de los imputados, la magistrada dijo que “los imputados tuvieron oportunidad de formular los respectivos agravios, oponiendo excepciones o en ocasión de las oposiciones a la elevación a juicio”.
Las actuaciones están en la sala penal de la Suprema Corte de Justicia. Esta resolución fue apelada por Multicanal, por entender que los argumentos de De Paolis de Aymerich son los ajustados a derecho.
Una jugada judicial que no salió bien
La camarista María Liliana de Paolis de Aymerich no es miembro de esa Cámara. El tercer miembro es Ramiro Salinas, pero no participó de las actuaciones porque fue recusado por la defensa de Daniel y Alfredo Vila y José Luis Manzano. La forma de llegar a la recusación es un relato no carente de interés.
La maniobra comenzó en el momento en que los imputados introdujeron en el equipo de la defensa a Nicolás Becerra, el hijo del ex procurador general de la Corte y ex vicepresidente de Independiente Rivadavia.
Según se dice en el foro local, el nuevo abogado, a diferencia de su padre, nunca ejerció el derecho penal pero un hecho luctuoso lo volvía irremplazable en la defensa.
Es que Becerra hijo fue protagonista de un accidente de tránsito en el que murió el hermano del juez Salinas. Los defensores recusaron al magistrado y se hizo lugar a la recusación.
Así es que hubo un sorteo y la remplazante resultó ser De Paolis de Aymerich. Finalmente, la recusación no salió tan bien como se esperaba.
Fuente: Diario Los Andes
Magnetto le ordenó al diario Los Andes mentir para defender sus negocios
El diario local del grupo Clarín usa sus páginas para instalar falsedades del grupo editor de Diario UNO
El jueves, Los Andes, como suele hacer sistemáticamente, publicó una nota ordenada desde su dueño porteño, el Grupo Clarín, para instalar que “se fortalece el vínculo del grupo Vila-Manzano con el Gobierno nacional”. Por tratarse del grupo empresarial al que pertenece Diario UNO, vale hacer algunas aclaraciones, pues estas ininteligibles notas para el lector medio tienen como único objetivo instalar a través de sus títulos falsedades. Son constantes, tanto en Los Andes como en el propio Clarín y a veces en su socio en estos momentos, La Nación.
La razón es simple, en el enfrentamiento que vienen manteniendo esos medios con el gobierno kirchnerista, todo el que no juega alineado con sus intereses es sindicado negativamente.
Finalmente, siempre aparece el tema que desvive a Clarín, que es la irregular fusión entre las empresas Multicanal y Cablevisión, que fue permitida al grupo que lidera Héctor Magnetto justamente por la gestión kirchnerista, en tiempos en que se podrían haber publicado cientos de notas tituladas “El Grupo Clarín (dueño de Los Andes) fortalece su vínculo con el Gobierno nacional” y no con mentiras, sino con verdades como la fusión irregular de los dos mayores distribuidores de televisión paga del país. Esa atrocidad jurídica fue hecha contra cualquier aplicación de la Ley de Defensa de la Competencia a su amigo Magnetto por Néstor Kirchner, en tiempos en que cenaban seguido en Olivos y recibían sus medios jugosas pautas publicitarias, que frente a negocios como el de la fusión de empresas eran simples propinas en comparación con las cifras que se consiguieron ganar.
La preocupación de Clarín se debe a que la caja más fuerte de su conglomerado empresarial está en el negocio de la televisión paga, que se vio fortificada por esa fusión amañada e ilegal que permite, entre otras cosas, sostener operaciones no tan esplendorosas como la de Los Andes en Mendoza. Por eso es la permanente preocupación de Clarín y sus medios por el “grupo Vila-Manzano”. La razón real es que una empresa de este grupo, Supercanal, es la que se ha opuesto judicialmente a que esa operación quedara consumada y hasta ahora la Justicia le está dando la razón. Porque a todas luces la tiene. Por eso si se lee la nota, que no es la primera y no será la última, aparecida el jueves en Los Andes se comprobará que hay una serie de imprecisiones y mentiras que el lector no tiene cómo conocer. Pero, inevitablemente siempre cae en algún momento en el juicio que se inició en Mendoza por parte de Supercanal contra Cablevisión. Curiosamente medios como La Nación, que suelen ser muy serios, nunca hacen alusión a la enormidad de haber permitido a alguien quedarse con casi el 80% del mercado del rubro del cable. Es raro en ese periódico que suele ser “tribuna de doctrina”, que en otras circunstancias militaría contra ese atropello que está contra todas sus “doctrinas”.
El otro tema que preocupa a Clarín del grupo liderado por Daniel Vila es el conjunto de acciones tendientes a regularizar su estructura de empresas a la nueva Ley de Medios, produciendo las desinversiones necesarias para adecuarse a la norma, mientras Héctor Magnetto se resiste a hacer lo propio para estar dentro de la ley, más allá del acuerdo que con ella y su espíritu se tenga.
El hilo conductor de la nota conspirativa ordenada de publicar en Los Andes por Clarín, sin firma porque fue redactada en Buenos Aires, es que Vila y Manzano pretenden quedarse con radio Rivadavia en Buenos Aires. La verdad es que en 1998 se pagó por esa emisora la suma de U$S3 millones (no de pesos, como dice Los Andes) y de modo irregular las acciones nunca fueron transferidas. Luego de diversos pasos legales todos favorables a Vila para que se efectivizara el traspaso accionario, el hecho de que se esté cerca de obtener justicia lleva a Clarín-Los Andes a decir que “se quieren quedar con la radio”. En realidad, es una empresa que quiere que le entreguen lo que pagó.
Esa es la mentira madre, a la cual le adosan otras con nombres como Mario Pergolini, Sergio Szpolski y Matías Garfunkel para aprovechar que, como ellos salen mucho en las revistas del corazón, el lector sienta que le están contando una trama sabrosa y oscura. Cada situación implica complejas tramas judiciales, largas de explicar en su realidad, que sólo se asemejan a las muchas en las que está metido el grupo Clarín por casos como el de Papel Prensa y otros sonados. Pero para entender que esas notas de Los Andes no son ingenuas ni apuntadas al noble cometido de informar, valga recordar que durante años Diario UNO ha pagado el papel mucho más caro que Los Andes por la negativa de la fábrica de Clarín-La Nación (que vuelve a aparecer) a venderle aunque fuera con el cheque en la mano. Por supuesto que Los Andes, por ser de la casa, sí pudo comprar a mejor precio y tuvo cupo para hacerlo. Para dar un ejemplo vitivinícola, es como si un bodeguero tuviera que pagar al doble la uva para hacer el mismo vino con el que va a competir con alguien que compra la uva a la mitad y con menos dificultades porque no debe importar los racimos.
Pero hay una de las verdades a medias, sumergidas en las mentiras que escribe Los Andes, a la que quizá también valga la pena dedicarle un párrafo. Se escribe como si fuera un delito que el grupo empresarial encabezado por Daniel Vila está haciendo las gestiones para ingresar en el negocio de la telefonía celular. ¿Por qué inquieta a Clarín que una empresa de capitales nacionales intervenga en un negocio en el que las utilidades en la actualidad son transferidas a Italia, España y Estados Unidos, debido a que los dueños de las empresas que operan en Argentina en esa industria son de esos países? ¿No es un contrasentido que el diario fundado por Roberto J. Noble con un objetivo de desarrollo nacional tenga estas visiones?
Los dueños de Los Andes están demasiado acostumbrados a que con cuatro tapas de Clarín torcían cualquier voluntad y no saben competir sin esa ventaja comparativa. El hecho de tener que gestionar y ser competitivos con sus productos los lleva a la desorientación. Notas como las que obligan a publicar a Los Andes en desmedro de su credibilidad son prueba de ello.
Fuente: Diario UNO