En la mayoría de medios hay una única versión que, además, fue reproducida afuera por agencias internacionales y diarios como El Tiempo, de Colombia. La versión dice que su gobierno está atentando contra la libertad de prensa con la incautación de los canales. ¿Qué intereses cree que defienden los medios locales?
Yo creo que esto ha develado mucha hipocresía en el país. Todo el mundo decía: “hay que sancionar a los banqueros corruptos, hay a recuperar la plata de los acreedores de la banca”... ¡Y el principal acreedor de la banca es el Estado pues! Porque por ahí hay tanta desinformación como la mala fe de diario El Universo que se quejó de que nos quedamos con El Telégrafo. ¡Pero claro, pues, si uno de los principales acreedores del banco del Progreso y Aspiazu es el Estado y tenían que resarcirse esas pérdidas! Entonces es un fanatismo. Y a ustedes los tratan durísimo en ese editorial, les dicen que son incondicionales al Gobierno. Porque, para ellos, no ser incondicional al Gobierno es tener esa postura absurda de atacar todo lo que hacemos. ¡Eso es corrupción! Pero allá ellos. Digámosles entonces a todos los narcotraficantes, a todos los delincuentes, a todos los banqueros prófugos: “pongan su platita en los medios de comunicación y no les vamos a poder incautar bienes ni cobrarles porque eso es un atentado a la libertad de expresión”.
¿Cree que se develó un maridaje entre algunos medios y los grupos económicos?
Sí, mucha hipocresía se está descubriendo. Los que siempre dijeron: hay que acabar con la impunidad, ahora que empiezan las acciones, defienden a los delincuentes. Y mire la contradicción: que un medio de comunicación pase a manos del sector público es atentado a la libertad de expresión, pero que esté en manos de banqueros prófugos sí es libertad de expresión. Porque se supone que la libertad de expresión es para que los medios cumplan con su labor de información no para defender intereses particulares y peor ilegítimos e ilegales.
¿Qué contempla usted dentro de su política de comunicación para revertir esta versión?
No me importa lo que hagan los medios ni lo que piense la llamada “comunidad internacional”. Me interesa lo que piense el pueblo ecuatoriano. Y vaya a ver la aceptación que tiene esta medida.
¿Tiene algún estudio?
Estamos haciendo uno. En principio tenemos un apoyo del 80%.
¿Usted cree que El Telégrafo (que hacia fuera es visto como un medio alineado al Gobierno) es un medio de oposición?
Ah, yo sí los considero el principal medio de oposición. Vaya a ver la foto que sacaron el miércoles, horrorosa: militares entrando al ingenio Astra, o sea, dando a entender que fue una medida a la fuerza, dándole la razón a los que quieren acusarnos de autoritarios. Dígame, ¿cuántas veces me ha hecho esta entrevista el diario El Telégrafo? (N. de R.: ha sido solicitada muchas veces, por varias vías, pero es la primera vez que él y su equipo la agendan) ¿Y cuántas veces han sacado a opositores? Pero ustedes saben que tienen libertad, independencia periodística. Lo que pasa es que para esta gente, como la de diario El Universo, si no es hacer daño al Gobierno, si no es actuar de acuerdo a sus prejuicios, a su sucia consciencia, enotnces es ser gobiernista.
¿Se va a respetar la línea editorial que tenían los medios incautados?
TC y Gamavisión eran los medios menos adversos al Gobierno, y si hubiéramos querido, con cierto poder político, los habríamos puesto a favor del Gobierno. ¿Qué sentido tiene incautar los medios menos adversos?
Pero de ahora en adelante ¿qué línea tendrán?
La línea editorial debe ser la de siempre: informar, no hacer propaganda ni en contra ni a favor del Gobierno.
¿Cuál cree usted que es el rol de los periodistas, o le gustaría vivir en un país sin periodistas?
Creo que la prensa libre es fundamental para la democracia, pero no la prensa corrupta y mediocre que lamentablemente abunda en este país.
¿Estaría de acuerdo en que los medios públicos encontraran una forma alternativa de financiamiento, como ocurre en Europa?
Sí. Yo creo que el Estado tiene que financiar los medios públicos, pero debe tener una dirección independiente, tampoco vinculada a grupos económicos, sino representantes sociales, como son muchos de los medios europeos. Como es, en parte, en diario El Telégrafo.
Y si usted defiende la independencia, ¿por qué su secretario de la Administración Pública (Vinicio Alvarado) es presidente del Directorio del canal del Estado?
No, usted está equivocadísima. ¿Cuál es el cargo de Enrique Arosemena en Ecuador TV? (le pregunta a sus colaboradores).
Yo le pregunto por Vinicio Alvarado...
Usted está equivocada. ¿Es presidente de qué, Vinicio?
Del Directorio del canal...
No creo, pregúntenle eso a Vinicio, ni siquiera lo sé.
El canal pertenece al Ministerio de Cultura.
Bueno, en buena hora que pertenezca al Ministerio de Cultura.
¿No cree que pierde independencia por pertenecer a un ministerio?
¿Usted ha visto la programación de Ecuador TV?... Y, por si acaso, el que creo es presidente o gerente es Enrique Arosemena, que lo hemos puesto a administrar los canales incautados por una sencilla razón: yo no podía, en un operativo sorpresa, sacar un concurso público a ver quién quería administrar TC. Tuvimos que utilizar allegados al Gobierno para, en un primer momento, administrarlo. Pero lo más pronto posible ojalá se llame a concurso y vengan administradores independientes.
(se queda pensando)… Usted dice que el secretario de Administración es presidente del directorio del canal público. ¿Pero quién es el presidente del directorio de El Telégrafo? Porque Rubén Montoya (director de El Telégrafo) propuso a Juan Ignacio Vara, que es una persona independiente...
(Entra Alvarado y dice que es verdad: que él es presidente del Directorio del canal estatal). Yo no lo sabía. Y, por si acaso, él es secretario de Administración y Comunicación. Entonces tiene razón de estar allí. Ya lo voy a poner de presidente del Directorio de El Telégrafo, porque es de Comunicación.
No.
Sí, es una buena idea
No, no es una buena idea.
¿Por qué no?
Porque es secretario de la Administración Pública.
¿Y El Telégrafo no es un medio público?
Sí, pero no es una buena idea que quien dirige la política de comunicación del Gobierno dirija la política editorial de un diario que tiene que ser independiente. Ni de un canal tampoco.
(Se ríe) ¿Y no puede ser independiente cuando el presidente del directorio es un funcionario público? Porque todos (los medios) tienen un presidente del directorio y vaya vea: responden a intereses y son dueños de empresas.
Marcela Noriega, Diario El Telégrafo, mnoriega@telegrafo.com.ec
Foto: Alejandro Reinoso