Lo que recorrió el mundo en los medios internacionales no fue la noticia de que la Agencia de Garantía de Depósitos incautó los bienes de los accionistas de Filanbanco para intentar resarcir el perjuicio que ellos le hicieron al Estado ecuatoriano y a los miles de ahorristas: la “noticia” en la que los diarios gastaron tinta, los canales y las radios minutos y los sitios web espacios, fue que la libertad de expresión estaba en peligro en Ecuador, por la intervención de los canales del llamado Grupo Isaías. Los ejemplos sobran. Veamos unos cuantos:
El martes en la mañana, el noticiero más visto en el planeta, CNN, abrió con la historia de que en Ecuador dos canales de televisión habían sido intervenidos por el “Gobierno de Rafael Correa”, y entrevistó a los principales de los medios afectados.
Ayer, El Mundo (España) reportó: “la crisis mediática, que se inició con la intervención de TC Televisión, Gamavisión y otros medios del Grupo Isaías, y que llevó a la dimisión al ministro de Economía, Fausto Ortiz, parece agravarse”.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) elevó su voz escandalizada y expresó su “profunda preocupación por la incautación de dos canales de televisión por parte del Gobierno de Ecuador y al manejo editorial oficial de esas emisoras, “lo que constituye un grave atropello al derecho del público a la información”.
Pero diario El Tiempo, de Bogotá, aliado del presidente Uribe, fue más allá y le dedicó el editorial principal al tema. Dijo que “la decisión del Gobierno de Rafael Correa (…) tiene preocupados a los medios de comunicación, que se preguntan por las ulteriores intenciones de una medida que ha sido justificada por razones legales”.
Y demostró que publica sin verificación cuando dijo que Correa “necesitaba” contar con “sus medios de comunicación”, poniendo de ejemplo a El Telégrafo, diario del que, afirma, tiene una “jugosa presencia de publicidad estatal”. ¿En qué dato concreto basó El Tiempo una afirmación así? Ayer, El Telégrafo tuvo 4 avisos de instituciones públicas: Ministerio de Agricultura, CFN, SRI y Superintendencia de Compañías. Mientras tanto, El Universo, abierto opositor del régimen, tuvo un especial de la Asamblea Constituyente, y avisos de la Contraloría, la Superintendencia de Bancos, de Compañías, el Banco del Estado, Comisión de Tránsito del Guayas, entre otros. No se cuenta, como publicidad estatal, la copiosa (ayer es un ejemplo) del Municipio de Guayaquil. El Comercio, de Quito, también tuvo el aviso de la Superintendencia de Bancos, uno del Banco del Estado, otro de la Contraloría y uno adicional de Petroecuador. ¿Cuál beneficio?
3 medios fueron los incautados por la Agencia de Garantía de Depósitos: TC Televisión, Gamavisión y CN3.Hacia afuera, se rebota la realidad que construyen desde dentro los medios locales: ayer, por ejemplo, sacaron en sus portadas un comunicado de la Asociación de Editores de Periódicos (AEDEP) que “rechaza las posibles acciones en contra de la libertad de expresión”. Futurología pura.
Cabe entonces preguntarse: ¿qué defienden estos medios: la libertad de prensa o sus particulares intereses?
El estudioso de los medios, Gustavo Abad, afirma que esta “versión dominante” y tergiversada de lo que ocurre apunta a generar desestabilización. “La información es un arma que puede ser desestabilizadora de cualquier Gobierno de cualquier Estado, y que puede causar efectos impredecibles”, advierte. Y ellos (los medios) lo saben.
Es por eso, añade, que los medios tradicionales “le están vendiendo al público un falso dilema” que consiste, por un lado, en hacerles creer que un acto legal es un atentado a la libertad de expresión. Y, por otro, en mentir al afirmar que los atentados a la libertad de expresión provienen del poder político y no del económico.
“Se maneja esa muletilla de que el Estado, el poder político, los gobernantes, son los que censuran; cuando en la última década se ha visto que la represión, la censura y los atentados a los derechos de la información provienen del poder económico y del poder mediático”, explica Abad.
Entonces, son “ellos mismos los que atentan contra el derecho a la información, que es un derecho del público”.
Sin duda, opina, “la mayor afectación al país es que se le está dando a la comunidad internacional una falsa imagen de atentado a la libertad de expresión en Ecuador, y no es así”. Con este criterio coincide Isabel Ramos, comunicadora y docente del Programa de Estudios de Comunicación de FLACSO. Para ella, los medios han construido una versión “cooperativista” que defiende sus intereses económicos.
“Se trata de una acción preventiva de, a lo mejor, futuras acciones que no tienen que ver necesariamente con la libertad de expresión, sino con la defensa de intereses económicos”, dice. Por otra parte, critica el hecho de que la única voz que no apareza en estos medios, sea la ciudadana. “Veo corrientes de opinión en grupos de ciudadanos, en los medios de transporte público. Veo complacencia de la gente sobre una acción que parece ser una reinvindicación de los intereses de la mayoría, y estas cuestiones en los medios no aparecen. Parece que están viendo otra realidad o están construyendo la realidad adaptada a sus intereses”, concluye la maestra.
Diario El TiempoFundamedios hizo un monitoreo de noticias
Medio colombiano, aliado de Uribe.
“La decisión del gobierno de Correa... tiene preocupados a los medios, que se preguntan por las intenciones de la medida...”.
Según resultados, por parte de la televisión hubo un tratamiento evidentemente más moderado que el efectuado por la prensa escrita.
La Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios) efectuó, a partir de las incautaciones de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), un monitoreo a las noticias generadas por los medios audiovisuales. Ayer, la organización dio a conocer sus primeros resultados y de acuerdo con su director ejecutivo, César Ricaurte, lo que se pudo notar es “que por parte de la televisión hubo un tratamiento evidentemente más moderado que el efectuado por la prensa escrita”.
Para Ricaurte esto se puede evidenciar con casos concretos como el de Contacto Directo y algunos noticieros de Teleamazonas que “siempre han sido críticos con el Gobierno, pero que en esta ocasión trataron de dar una información menos parcializada. La razón: era muy evidente que existía un problema con los canales que pertenecían al grupo Isaías y que en algún momento eso iba a pesar”.
Pero, además, para él existe otro motivo fundamental para que incluso se haya manejado de esta manera la información sobre las incautaciones. “Gamavisión y TC emprendieron guerras televisivas contra otros canales y los atacaban abiertamente. Eso es algo que no se deja pasar”.
Sin embargo, Ricaurte también efectúa críticas a la forma en que ahora se manejarían ambos medios y que también fue reflejado a través de los noticieros. “Se hizo mucho hincapié en que el Estado nombró a un administrador temporal de los medios incautados (Enrique Arosemena) y yo sí concuerdo en que al tener presente a alguien, nombrado por el Gobierno, dirigiendo esos espacios, de alguna manera se podría llegar a direccionar lo que se emite y eso no es nada recomendable”, afirma.
Esto lo sostiene incluso después de que ayer Arosemena rectificó sobre su papel en dichas empresas. Precisamente, Arosemena señaló públicamente que si bien en un principio había dicho que la línea de los medios, TC Televisión, Gamavisión y CN3, sería similar a la del Estado, en realidad aquello fue un error.
En declaraciones para Ecuavisa, el administrador temporal expresó “fue un error, estaba con barba no había dormido, ni siquiera había comido”.
Y a pesar de que el monitoreo solo se efectuó sobre las informaciones plasmadas en los medios audiovisuales, el director de Fundamedios también hace una puntualización específica sobre la prensa escrita. Para Ricaurte, sí hay diarios que “han perdido toda perspectiva sobre los hechos y sin hacer referencia real al cierre bancario han tomado las incautaciones como un atentado directo a la libertad de expresión”.
Por esta razón, él agrega que el verdadero ojo crítico a las publicaciones mediáticas debe estar “en la prensa que está haciendo lecturas únicamente de opinión”.
No deja de señalar que incluso el comunicado emitido ayer por la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos (Aedep) no tiene “la pérdida de perspectiva que sí se refleja de forma evidente en las notas de prensa”. El argumento que se da es que la Aedep solo demanda que se mantenga la independencia en el manejo de los medios, mientras que los editoriales ya afirman dicha carencia.
Marcela Noriega, El Telégrafo
mnoriega@telegrafo.com.ec